Con el paso de los años es común que muchos desarrollen cierto grado de artritis, también conocida como enfermedad articular degenerativa (DJD, por sus siglas en inglés). En principio, la artritis se relaciona con el envejecimiento y se observa con mayor frecuencia en razas grandes y gigantes. Sin embargo, puede afectar a perros de todas las edades, tamaños y sexo.
A diferencia de los humanos, los perros que sufren de esta enfermedad no pueden decirnos dónde o cuánto dolor sienten, y tampoco pueden hacer nada al respecto. Es por eso que depende de nosotros mantenernos alerta ante las señales de incomodidad, así como a los cambios menos notorios en los hábitos o comportamientos que también sirven para detectar un problema.
Síntomas de artritis
La mayoría de las personas saben que es posible que un perro con artritis cojee, se mueva con mayor lentitud o rigidez y tenga dificultades para pararse después estar acostado. También, puede haber problemas en la columna vertebral, problemas de atrofia muscular, comportamientos tales como lamer, masticar o morder áreas específicas de su cuerpo y una actitud de fatiga en general.
Otras pistas menos obvias que los dueños también deben vigilar son:
• Cambios en su personalidad — Si tu perro se siente incómodo la mayor parte del tiempo, es probable que se muestre irritado. Si el dolor persiste y empeora, es posible que se muestre agresivo al recibir un golpe o empujón, o si siente dolor cuando lo levantas o tratas de moverlo. Un perro que nunca ha mostrado agresión y de repente lo hace es definitivamente sospechoso de una condición dolorosa.
• Cambios en su interacción con los miembros de la familia — Debido a que tu perro no puede moverse tan fácil como antes, es posible que notes cambios en la forma en la que interactúa contigo. Por ejemplo, puede que ya no te espere en las escaleras para saludarte cuando llegas a casa. Puede que ya no te siga de una habitación a otra o que no salte sobre tus piernas cuando te sientas en tu silla favorita.
Si notas que tu perro deja de subir las escaleras o trepar al sofá o a tu cama, pueden ser señales típicas de que tal vez sienta dolor o tiene otra dificultad que lo limita en las cosas que solía hacer.
• Cambios en el apetito o hábitos alimentarios — Es posible que tu perro coma un poco menos, no porque no tenga hambre, sino porque le cuesta trabajo llegar a su tazón de alimentos. Un piso resbaladizo, una escalera o distancia larga hasta el tazón pueden convertir el acto de obtener alimentos en un desafío más grande de lo que él puede manejar de manera cómoda.
• Menor interés en hacer ejercicio o jugar — Una de las señales clásicas de la artritis progresiva en perros es una disminución en la actividad física. Puede que tu perro sea menos juguetón que antes, o que no quiera pasear tan lejos como solía hacerlo. Si sabes que le encanta atrapar la pelota u otro objeto que le lances, es posible que observes que aun así se cansa mucho antes que tu brazo.
• Cambios en su acicalamiento — Los perros realizan ciertas actividades de aseo personal, como sacudir su cuerpo cuando están mojados o para deshacerse del exceso de pelo. Por razones obvias, para un perro con artritis que sufre de rigidez y dolor será difícil o imposible mover todo su cuerpo.
Muchos perros también acicalan el área de su parte trasera y genitales, lo cual será más difícil para un perro con problemas en sus articulaciones. Además, las molestias causadas por la artritis pueden evitar que tu mascota adopte la postura adecuada para orinar o evacuar sus heces, por lo que podría ensuciarse con sus propios desechos.
Dado que los perros con artritis no se mueven tanto como antes, sus uñas tienden a crecer con mayor rapidez. Esto puede dificultarle el acto de caminar a un perro que ya manifiesta problemas de movilidad.
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Sugerencias de estilo de vida para perros con artritis
En muchos casos, los perros con enfermedad degenerativa articular pueden tratarse con un enfoque natural que no involucre sustancias tóxicas. La mejor opción para tu perro es implementar estos métodos cuanto antes. En mi experiencia, un enfoque multimodal, el cual por fortuna es una tendencia en la comunidad veterinaria convencional, es la opción ideal para retardar la progresión de la enfermedad y hacer que los perros se mantengan cómodos.
• Aumentar su comodidad y movilidad en casa — A los perros artríticos se les debe proporcionar camas acolchadas, sin sustancias tóxicas, en un área cálida y seca de la casa. Puede ser muy útil tener una rampa o escaleras tapizadas para subir a la cama o sofá, así como una rampa ligeramente inclinada hacia el exterior de la casa. Los pisos resbaladizos deben cubrirse con alfombras.
• Terapia física — La fisioterapia es una necesidad absoluta para las mascotas con artritis, y debe diseñarse para mantener e incrementar la fuerza articular, tono muscular y rango de movimiento. Esto se puede lograr con ejercicios terapéuticos, natación y masajes.
• Control de peso — Mantener a tu mascota en un peso delgado y saludable también es fundamental para prevenir o aliviar los síntomas de la artritis. Un perro con sobrepeso y artritis puede exhibir una evidente mejora en los síntomas después de perder una pequeña cantidad de peso corporal.
• Ejercicio — Conforme las mascotas van envejeciendo necesitan tener más movimiento. Aunque la intensidad, duración y tipo de ejercicio cambien, la actividad diaria sigue siendo fundamental para prevenir la debilidad musculoesquelética. Los músculos sostienen el esqueleto de tu mascota, por lo que preservar el tono muscular también reducirá la cantidad de laxitud articular (que causa artritis).
El ejercicio diario, constante y duradero es la mejor estrategia a largo plazo para retrasar la aparición de los síntomas de la artritis. A falta de ejercicio, los perros exhiben síntomas más graves en etapas tempranas de la vida.
Otros factores cruciales para mantener la salud de una mascota con artritis son proporcionarle una alimentación nutricionalmente equilibrada y apropiada para su especie (la cual es antinflamatoria por naturaleza), y evitar revacunaciones innecesarias (mejor realiza una prueba de título de anticuerpos).
Además de terapias tales como tratamientos láser y bucle de Asis, he encontrado que incorporar disciplinas como la quiropraxia, caminadoras acuáticas, masajes, acupuntura y estiramientos diarios, junto con la administración de ciertas sustancias por vía oral (que aparecen en la siguiente sección) para controlar el dolor e inflamación, producirán los mejores resultados en un perro con artritis, y pueden retrasar en gran medida la necesidad de intervenciones farmacéuticas si se integran desde el inicio de la enfermedad.
Recomendaciones para aplicar protocolos por vía oral
Los agentes condro-protectores (CPAs, por sus siglas en inglés) que protegen a las articulaciones, como el sulfato de glucosamina, colágeno, MSM, membrana de la cáscara de huevo, mejillón de perna (mejillón de labios verdes), adequan y miristoleato de cetilo son esenciales para los perros con artritis. Los CPAs reducen la tasa de degeneración del cartílago, lo cual es fundamental.
La forma, dosis y tipo de CPA que tu veterinario prescriba debe basarse en una minuciosa evaluación de las necesidades individuales de tu perro. Los CPAs deben mezclarse con opciones para controlar el dolor, según sea necesario.
Existen muchos remedios naturales para la artritis que pueden reducir o eliminar la necesidad de analgésicos en las primeras etapas, incluyendo un suplemento de grasas omega-3 de alta calidad (aceite de kril), ubiquinol, cúrcuma (o curcumina), superalimentos verdes (espirulina, astaxantina), soluciones antiinflamatorias naturales (tales como las enzimas proteolíticas y el superóxido dimutasa), remedios homeopáticos (por ejemplo, Rhus toxicodendron, Bryonia y árnica) y complejo de ácidos grasos esterificados (EFAC, por sus siglas en inglés). También, he encontrado que el aceite de CBD puede ser una de las estrategias de tratamiento a largo plazo más seguras para el dolor crónico.
Por otra parte, existen hierbas chinas ayurvédicas y nutracéuticos que pueden ser muy beneficiosos para los perros con artritis, dependiendo de sus síntomas individuales. Es importante que vigiles los síntomas de tu mascota de forma continua ya que la artritis puede progresar con el tiempo.
Mantente atento a los cambios en la enfermedad de tu perro
Su cuerpo cambiará constantemente y el enfoque de tratamiento también deberá ser modificado y, por ende, será de gran importancia pedirle apoyo a un veterinario integrativo, si tu objetivo es mantener su calidad de vida el mayor tiempo posible sin medicamentos.
En la gran mayoría de los casos donde se presente dolor articular de leve a moderado, si los CPAs y las opciones naturales para controlar el dolor se proporcionan a tiempo, la necesidad de terapia intermitente con NSAID puede limitarse a esos esporádicos días malos cuando el clima o las actividades diarias agudicen temporalmente su malestar.
Los casos de dolor articular moderado a intenso (que requieren una administración constante de NSAID para mantener la calidad de vida) podrían depender de dosis más bajas mediante un enfoque integrativo en etapas tempranas, que evolucione de acuerdo con la edad del paciente.
En definitiva, te recomiendo que encuentres un veterinario integrativo u holístico que trabaje contigo con el fin de personalizar un enfoque amplio para tu mascota. Los veterinarios que se han capacitado en áreas adicionales a su formación tradicional en la escuela de veterinaria con el propósito de aprender e incorporar terapias complementarias en su consultorio, tendrán muchas más opciones que ofrecerle a una mascota con artritis a lo largo de su vida.
Algunas de las opciones de medicina regenerativa más recientes para animales pequeños incluyen la terapia con células madre e inyecciones de PRP (plasma rico en plaquetas), así como la proloterapia. La seguridad y eficacia de estos tratamientos dependen de la afección y técnica utilizada, es otra de las razones para colaborar con un veterinario funcional o integrativo que entienda estos procedimientos emergentes y prometedores.
También te recomiendo llevar a tu mascota a una consulta con tu veterinario al menos 2 veces al año con el fin de revisar su estado de salud, verificar el rango de movimiento de sus articulaciones, masa muscular que ha desarrollado o perdido, y ajustar su tratamiento según sea necesario, con el fin de garantizar que su calidad de vida sea óptima.