La natación es un ejercicio excelente para los perros, ya que les proporciona estimulación física y mental. Pero, contrario a lo que indican las creencias populares, no todos los perros pueden nadar en el agua por naturaleza. De hecho, en función de su tipo de cuerpo, es posible que no sean aptos para ser buenos nadadores, y dependiendo de su personalidad, podrían adorar o repudiar el agua.
Sin embargo, muchos perros disfrutan del agua y son buenos nadadores, aunque no todos empiezan de esa manera. Enseñarle a tu perro a nadar es un proceso que consta de varios pasos, que debe comenzar de forma lenta y gradual para pasar cada vez más tiempo en el agua. Debes tomar en consideración que, posiblemente algunos perros nunca sentirán confianza al nadar y siempre necesitarán un chaleco salvavidas cuando estén cerca del agua.
¿Es tu perro apto para nadar?
Antes de elegir un perro como compañero de natación, debes analizar su complexión física. Las razas braquiocefálicas y otros perros de hocico corto, razas de gran peso y con patas cortas, que incluye a los bulldogs, pugs, perros salchicha y boxers, generalmente tienen problemas para flotar.
Las razas pequeñas también pueden necesitar ayuda en el agua, ya que pueden enfriarse fácilmente y algunas tienen miedo al agua. Los cachorros y adultos mayores también pueden necesitar ayuda adicional en el agua.
Por otro lado, las razas de tamaño mediano o grande, con pelaje resistente al agua y membranas entre los dedos de las patas suelen ser buenos nadadores. Algunas razas de perros que tienden a adorar el agua incluyen al terranova, caniche estándar, perro de agua portugués y labrador.
Cómo acostumbrar a tu perro al agua
Si tu perro es un cachorro, exponerlo al agua entre las edades de 6 a 16 semanas puede ayudarle a acostumbrarse y hacer asociaciones positivas con estar en el agua. Si tu perro es adulto mayor y nunca había estado en el agua, inicia el proceso lentamente, primero debes comenzar con unas cuantas pulgadas de agua, solo para mojarle las patas, ¡literalmente! Para hacerlo, podría ser de utilidad usar una piscina para bebés o incluso una bañera.
Prepárate para acompañar a tu perro en el agua cuando le enseñes a nadar. Como señaló Whole Dog Journal, “No hay una forma más rápida de hacer que un perro tenga miedo al agua que dejarlo caer en esta. Hay personas que intentan enseñar a sus perros a nadar al aventarlos en el agua, porque creen que son 'nadadores naturales'. Nunca dejes caer a tu perro en el agua, es cruel y puede terminar rápidamente con la posibilidad de que aprenda a nadar, antes de que comience".
Una vez que tu perro se sienta cómodo con unos cuantos centímetros de agua, podrás exponerlo gradualmente a mayor cantidad de agua. Utiliza los elogios y premios para recompensarlo mientras se aventura en el agua, y quédate a su lado en caso de que necesite ayuda. Si es posible, busca un lugar donde tu perro pueda moverse en el agua de forma gradual (en vez de un escalón de piscina que tenga una caída honda).
También, puedes llevar juguetes. Si a tu perro le gusta ir a buscar, avienta la pelota a una corta distancia y deja que la recupere. Si tu perro demuestra señales de vacilación o ansiedad, no lo presiones. Regresa a aguas poco profundas hasta que se relaje y luego inténtalo de nuevo.
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Cómo enseñarle a tu perro a nadar
Una vez que tu perro se sienta cómodo en el agua, es el momento de pasar a la acción. Es natural que muchos perros intenten remar con sus patas para mantenerse a flote, pero mientras tu perro aún esté aprendiendo debes sostenerlo por debajo de la parte abdominal hasta que sienta confianza y utilice las cuatro extremidades para nadar. Háblale con voz positiva y tranquila, continúa dándole elogios y juguetes flotantes mientras nada.
Tu perro podría adaptarse al agua en un instante, o podría requerir varios días de práctica para poder nadar. Una vez que pueda nadar cómodamente con ayuda, permítele nadar hacia ti por sí solo, y practica que regrese a la orilla cuando lo llames.
Incluso si lo consideras un buen nadador, no lo dejes desatendido en el agua, y si nada en un cuerpo de agua natural, como un lago u océano, te recomiendo colocarle un chaleco salvavidas con un asa para protegerlo de fuertes corrientes o descensos abruptos.
Mientras tu perro aprende a nadar, puedes atar una correa o cuerda larga a su chaleco salvavidas (o arnés) para poder jalarlo si se distrae o no puede llegar solo a la orilla.
Precauciones de seguridad al nadar
Para nadar se requiere de un gran esfuerzo, así que debes tomar en consideración que tu perro puede cansarse con rapidez. Por eso, debes evitar que nade demasiado lejos, porque podría cansarse y no alcanzar a regresar a la orilla. Si tienes una piscina en el jardín, instala una rampa que tu perro pueda usar como salida y enséñele a utilizarla. También, debes asegurarte de mantener el área de la piscina cercada para que no caiga accidentalmente.
Proporciónale abundante cantidad de agua para beber durante las sesiones de natación y vigílalo con cuidado para asegurarte de que no consuma demasiada agua de la piscina, océano o lago. Ya que si lo hace podría provocarle intoxicación por agua o intoxicación por agua salada, que podrían ser fatales. Además, no debes permitir que tu perro nade en lagos, arroyos o estanques si tienen algas que crecen en la superficie. Aunque algunas algas no son tóxicas, la exposición a ciertos tipos de algas azul-verde puede causar enfermedades mortales o riesgosas para la vida de las mascotas.
Cuando tu perro termine de nadar, lávalo con agua dulce para eliminar el cloro y otros contaminantes en su pelo. Al tomar las precauciones adecuadas, tú y tu perro podrán disfrutar de las sesiones de natación juntos. Cuanto más tiempo pase tu perro en el agua, mejor nadador será, pero si has tratado de enseñarle a nadar y simplemente no se adapta, también está bien si lo dejas divertirse en tierra firme.