Hoy en día, es inusual ver a un perro saludable con bajo peso. La gran mayoría de los perros no necesita aumentar de peso, sino perder, debido a su obesidad. En general, la razón por la que tu perro pierde libras (onzas en el caso de razas pequeñas), podría estar relacionada con un cambio en su apetito.
Y como de seguro ya saben los dueños de mascotas más experimentados, un cambio en los hábitos alimenticios de un perro, en especial la falta de apetito, podría ser una señal de alerta.
El apetito de tu perro podría ser un indicador de su salud general
Si tu perro se niega a comer más allá de uno o dos días, en especial si exhibe otros síntomas, o si de repente empieza a comer una cantidad mucho menor de alimento, es importante consultarlo con el veterinario de inmediato. Si esta falta de apetito es gradual, es muy importante que lo revisen, pero no es una situación tan urgente como cuando se trata de un cambio drástico y repentino.
El veterinario determinará de forma cuidadosa y exhaustiva la causa subyacente de la pérdida de interés de tu mascota en sus alimentos, porque casi siempre existe una causa. A largo plazo, su apetito no mejorará si solo se identifica y no se aborda el verdadero problema.
Los estimulantes del apetito recetados por el veterinario pueden ser útiles a corto plazo, pero no abordan el problema subyacente de la falta de apetito. Durante un tiempo podrán tratar con éxito el síntoma (rechazo a comer), pero no la causa.
Y con respecto al tratamiento para un perro que ha perdido el apetito, no existe un enfoque único que se aplique en todos los casos. Tu veterinario debe realizar un examen físico completo y diagnóstico, e investigar los cambios metabólicos, como la hipertensión, niveles de potasio en la sangre, vomito o anemia. También, debes considerar cualquier medicamento o suplemento que tu mascota tome, para descartarlos como causa.
De igual manera, debes informarle a tu veterinario sobre cualquier cambio que haya ocurrido en el entorno o rutina diaria, que podría generarle estrés a tu perro.
La causa de la falta de interés en los alimentos determinará el enfoque para suministrarle el tratamiento adecuado. Si hay un trastorno subyacente que puede tratarse o controlarse con éxito, su apetito debería volver a la normalidad conforme se solucione el padecimiento.
Causas de la falta de apetito en perros
Cuando un perro con un apetito regularmente bueno pierde interés por los alimentos, podría ser el síntoma de un problema subyacente. Algunos posibles factores desencadenantes son:
Enfermedad dental o periodontal. Algunas veces, un problema en el hocico de tu mascota podría causarle dolor al consumir sus alimentos. Esto puede ser debido a un diente roto o flojo, una enfermedad grave de las encías o un tumor bucal. |
Dolor. Un padecimiento doloroso en cualquier parte del cuerpo, y especialmente en el tracto gastrointestinal u hocico, puede hacer que tu perro coma menos o se niegue a comer. |
Enfermedad. Un perro que se siente enfermo a menudo muestra poco o ningún interés por comer. A veces solo es un trastorno gastrointestinal (GI) pasajero; otras veces es mucho más grave, como una infección sistémica, una enfermedad hepática o renal o algún tipo de cáncer. |
Náuseas. Aunque es relativamente poco común en los perros, las náuseas pueden hacer que tu mascota deje de comer. A menos que haya una enfermedad subyacente, las náuseas suelen relacionarse con los viajes en automóvil. |
Vacunación reciente. La falta de apetito puede ser un efecto adverso e inmediato de la vacunación. |
Estrés. Si tu perro se siente estresado por alguna razón, podría rehusarse a comer. Por ejemplo, algunos perros no tienen mucho apetito cuando están en un lugar desconocido, su humano favorito está lejos de casa, o cuando hay otras mascotas cerca a la hora de comer. |
Obnubilación. Este problema es un menor estado de alerta más evidente que el letargo, y por lo general, es el resultado de una enfermedad subyacente, como hipercalcemia, enfermedad metabólica o trauma. |
Aversión a la comida o comportamiento selectivo al comer. La aversión a los alimentos puede ocurrir si realizas un cambio repentino en la alimentación de tu perro. Casi nunca es una buena idea hacer esto rápidamente porque puede causar diarrea. Si deseas o necesitas cambiar la alimentación de tu mascota, hazlo gradualmente al mezclar el nuevo alimento con el antiguo en una transición lenta.
Algunos perros se niegan a comer ciertos alimentos por razones que pueden o no ser lógicas. Y algunos simplemente son comedores muy exigentes que a menudo requieren menús especiales o mucha persuasión.
Además, a lo largo de los años he conocido muchos perros que se alimentan con dietas procesadas y que se consideraban comedores quisquillosos o que pasaban más tiempo jugando con su comida que comiéndola. Cuando sus dueños hicieron la transición gradual de croquetas a alimentos frescos crudos o ligeramente cocidos (más información al respecto en breve), desaparecieron esos extraños hábitos alimenticios. Simplemente, a muchos animales les desagradan los alimentos que les ofrecen, por lo que podría solucionarse el problema al proporcionar algún tipo de alimento completamente nuevo. |
Sin duda, hay muchas otras razones potenciales por las que una mascota deja de comer, como cuerpos extraños en el tracto gastrointestinal, exposición o consumo de toxinas y muchas más. Tu veterinario recomendará diagnósticos basados en los resultados del examen físico de tu perro.
Asimismo, es importante considerar que algunas razas podrían mantener perfectamente su peso si solo se alimentan una vez al día o cada ciertos días. Este es un patrón de alimentación muy natural y saludable para muchos perros. El artículo trata sobre animales que han perdido peso por no alimentarse bien, lo que podría indicar un problema.
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Qué alimentos son adecuados para aumentar y mantener el peso saludable de tu perro
Una vez que se haya identificado la causa subyacente de la pérdida de interés de tu perro en los alimentos y se haya iniciado el tratamiento, en caso de ser necesario, te recomiendo encarecidamente que revises la calidad de la alimentación que le proporcionas para ver en donde se posiciona en mi lista de los alimentos más sanos y perjudiciales para las mascotas. La alimentación de tu perro desempeña un rol fundamental para ayudarlo a recuperar el peso que ha perdido, mantener su interés en los alimentos y mejorar su salud y vitalidad.
Como siempre, recomiendo una alimentación nutricionalmente óptima, diversa, adecuada para cada especie, que incluya grandes cantidades de grasas saludables. En el caso de los animales con bajo peso, una alimentación con alto contenido calórico (donde alrededor de la mitad de las calorías provengan de grasas y la mitad de las proteínas) es una excelente forma de ayudar a recuperar la masa muscular.
Debes decidir cuál debe ser el peso ideal de tu perro (con las contribuciones de tu veterinario, en caso de ser necesario) y calcular las calorías que necesitará consumir al día por medio de la siguiente fórmula:
Calorías diarias = peso corporal (kg) x 30 + 70
Digamos que, actualmente tu perro pesa 54 libras y su peso ideal es de 60 libras. Su peso ideal, y no su peso actual, es el que debes incluir en la fórmula.
Primero, es necesario convertir su peso ideal de libras a kilogramos. Un kilogramo = 2.2 libras, así que debes dividir su peso ideal en libras (60) entre 2.2. Su peso ideal será 27.3 kg.
Ahora, nuestra fórmula es la siguiente:
Calorías diarias = 27.3 (kg) x 30 + 70
Y finalmente, quedaría de la siguiente manera:
Calorías diarias = 889
Si tu perro consume 889 calorías al día, recuperará y mantendrá un peso ideal de 60 libras, siempre y cuando su nivel de actividad diaria sea constante. Si comienza a hacer ejercicio más intenso al día (lo que, por cierto, puede beneficiar a casi cualquier perro), es posible que necesites aumentar su consumo de calorías para considerar un mayor nivel de actividad.
Si tu perro es muy activo, en algunas ocasiones tendrás que aumentar drásticamente la cantidad de calorías diarias que consume. En algunos casos, como los perros jóvenes de la raza braco alemán de pelo corto, podrían necesitar dos o tres veces más calorías que un perro que no hace ejercicio y tiene el mismo peso corporal.
Pero, si por alguna razón tu perro ya no realiza de repente el entrenamiento al que estaba acostumbrado, podría ser una buena idea reducir un poco sus calorías diarias hasta que realice nuevamente el nivel de ejercicio previo.
Es importante verificar de forma rutinaria el cuerpo de tu perro para detectar signos de pérdida o aumento de peso, y pesarlo con regularidad, ya sea en casa, o en una clínica veterinaria si es demasiado grande para una báscula de baño. Si su peso comienza a subir o bajar, debes proporcionarle menor o mayor cantidad de calorías diarias, según sea el caso.
Si disminuye su peso ideal debido a una mayor actividad física, es posible que también necesite aumentar su consumo de calorías diarias. La fórmula anterior no considera a los perros que queman muchas calorías por hacer ejercicio arduo durante muchas horas al día (ya que, eso no ocurre en la mayoría de los perros).