La hora de la comida en la mayoría de los hogares con perros tiende a ser muy similar a celebrar la Navidad dos veces al día, todos los días. La alegría anticipada generalmente comienza más o menos media hora antes de que suene la campana de la cena, y los perros parecen tener sus propias formas individuales de mostrar su entusiasmo antes del evento principal.
Algunas mascotas con buen comportamiento van a su lugar designado y se sientan o se acuestan en silencio como se les ha enseñado. En el extremo opuesto de ese espectro están los perros que muestran excesivamente su emoción mientras se prepara su comida. Otros se quejan, lloran o incluso aúllan, y algunos cachorros se divierten exuberantemente con su juguete favorito antes de comer.
En otras palabras, la hora de comer suele ser un momento feliz para los perros y sus humanos, hasta que de un momento a otro lo deja de ser. Cuando el apetito de tu compañero canino cambia, ya sea que aumente o disminuya, es importante que tomes cartas en el asunto. Si el cambio dura más de uno o dos días, se convierte en motivo de preocupación.
Posible causa de preocupación: tu perro repentinamente se obsesiona con los alimentos
La mayoría de los perros sanos comen muy bien e incluso comen de más si se les da la oportunidad. El pariente más cercano de tu perro, el lobo gris, está adaptado a una dieta de hambruna o festín, ya que a menudo pasa por períodos de tiempo sin encontrar una presa fresca. Para sobrevivir, los lobos comen grandes cantidades de alimentos cuando están disponibles, los guardan para después y los comen según sea necesario.
Es por eso que los perros tienden a comer todo lo que pueden cuando hay comida, no necesariamente porque tienen hambre en ese momento, sino porque nunca están completamente seguros de cuándo verán su próxima comida. Por desgracia, también es posible que algunos perros adoptados alberguen recuerdos de inanición de experiencias previas en su vida y que siempre vean la comida como un recurso raro y muy preciado.
Por esta razón puede ser difícil determinar si un perro obsesionado con la comida solo está siguiendo su instinto natural de comer en cada oportunidad, es impulsado por el miedo a la inanición, recibe una dieta que no lo nutre a nivel celular, o simplemente ha dominado el arte de manipular a sus humanos para recibir comida y premios.
Una posibilidad menos probable pero potencialmente grave es un problema médico subyacente (por ejemplo, diabetes, hipertiroidismo, enfermedad de Cushing) que hace que tu perro se sienta excesivamente hambriento, sin importar cuánto coma.
Si tu perro siempre tiene hambre a pesar de que está comiendo bien, y especialmente si también está bajando de peso, te recomiendo hacer una cita con el veterinario. Si tu veterinario determina que tu mascota está sana y está comiendo bien según su especie, es muy probable que la búsqueda de alimentos sea un comportamiento aprendido, lo que significa que lo ha reforzado con la suficiente frecuencia como para que ahora sea un hábito.
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Consejos para lidiar con un perro que siempre está hambriento
- Utiliza su obsesión por la comida como herramienta de entrenamiento. Al menos una vez al día, realiza breves sesiones de entrenamiento con tu perro. Es muy probable que aprenda nuevos comandos y trucos rápidamente una vez que se percate de que podría recibir snacks, por ejemplo, debes asegurarte de utilizar porciones muy pequeñas de premios saludables, chícharos congelados o cubitos de queso.
- Sé su sustituto de alimentos. En otras palabras, distráelo con la mayor frecuencia posible. Juega por un rato; llévalo a diferentes tipos de caminatas, paséalo en auto o en el parque para perros
- Ignóralo cundo te ruegue. En pocas palabras, debes dejar de responder a sus ruegos o el nunca dejará de hacerlo; la espeleología es lo que creó el comportamiento en primer lugar. Además, corre el riesgo de tener exceso de peso si recibe demasiada cantidad de alimentos o premios.
Causa definitiva de preocupación: el apetito de tu perro disminuye o desaparece
Cuando el apetito de tu perro disminuye o desaparece por completo, como un dueño experimentado, inmediatamente piensa: "Esto no es bueno". Y aunque no hay necesidad de entrar en pánico, es necesario comenzar a monitorear la situación. Podría tratarse de un malestar estomacal que se resolverá hasta su próxima comida. Pero si continúa mostrando un desinterés en comer durante un par de días, es hora de investigar.
Cuando lleves a tu perro a su cita veterinaria, será muy útil si ya has determinado cuál de las siguientes tres situaciones describe mejor su falta de apetito:
- Hyporexia: reducción en el consumo de alimentos, independientemente de la razón o la causa
- Disrexia: distorsión del apetito normal o de los patrones de alimentación, por ejemplo, un perro que se niega a comer su alimento regular pero come pollo y arroz cocidos
- Anorexia: completa falta de consumo de alimentos (no existe la anorexia parcial)
Compartir con tu veterinario tantos detalles como sea posible sobre los hábitos alimenticios habituales de tu perro y la repentina falta de apetito será útil mientras trabajan para determinar la causa.
Busca atención inmediata en caso que tu perro no tenga apetito
Si tu perro se niega a comer por más de uno o dos días, especialmente si hay otros síntomas, o una reducción repentina en su consumo de alimentos, es importante consultar a tu veterinario de inmediato. Si la disminución es gradual, es igual de importante que lo revisen, pero no es una situación tan urgente como un cambio repentino y dramático.
El veterinario trabajará en la búsqueda cuidadosa y exhaustiva sobre por qué no quiere comer, porque casi siempre existe una causa. Su apetito no mejorará si el problema no se identifica y se trata. Tú debes encargarte de presionar a tu veterinario para que no se detenga hasta encontrar una causa.
También es importante saber que los estimulantes del apetito (que fueron diseñados originalmente como antidepresivos) recetados por los veterinarios pueden ser útiles a corto plazo, pero no tratan el problema subyacente de la inapetencia. Durante un tiempo pueden tratar con éxito el síntoma (rechazo a comer), pero no la causa.
Y con respecto al tratamiento para un perro que no come, no existe un enfoque único que aplique para todos los perros. Tu veterinario debe realizar un examen físico completo y un diagnóstico, e investigar cambios metabólicos como hipertensión, niveles de potasio en la sangre, anemia o vómitos. También debes considerar cualquier medicamento o suplemento que tu mascota esté tomando para descartarlos como causa.
También debes informar a tu veterinario sobre cualquier cambio que haya ocurrido en el entorno de tu perro o en su rutina diaria que pueda estar causando estrés.
La causa de la falta de interés por comer determinará un enfoque para el tratamiento adecuado. Si hay un trastorno subyacente que puede tratarse o manejarse con éxito, su apetito debería volver a la normalidad a medida que la condición se resuelva.
Cosas que pueden desencadenar la falta de apetito en los perros
En la gran mayoría de los casos, cuando un perro pierde el interés por comer, se debe a un síntoma de un problema médico subyacente. Algunos posibles desencadenantes incluyen:
1. Estrés. Si tu perro se siente estresado por alguna razón, puede alejarse de su plato de comida. Por ejemplo, algunos perros no tienen mucho apetito cuando están en un lugar desconocido, su humano favorito está lejos de casa, o cuando hay otras mascotas cerca a la hora de comer.
2. Náuseas. Es poco común en los perros, pero las náuseas pueden alejar a tu mascota de su comida. A menos que haya una enfermedad subyacente, las náuseas suelen relacionarse con los viajes en automóvil.
3. Enfermedad. Un perro que se siente enfermo a menudo muestra poco o ningún interés por comer. A veces es solo un trastorno gastrointestinal (GI) pasajero; otras veces es mucho más grave, como una infección sistémica, una enfermedad hepática o renal, o algún tipo de cáncer.
4. Dolor.Una condición dolorosa en cualquier parte del cuerpo, y especialmente en el tracto gastrointestinal o el hocico, puede hacer que tu perro coma menos o se niegue a comer.
5. Enfermedad dental o de las encías. A veces, un problema en el hocico de tu mascota puede hacer que comer sea una experiencia dolorosa. Esto puede ser un diente roto o flojo, una enfermedad grave de las encías o un tumor oral.
6. Aversión a la comida o comportamiento selectivo al comer. La aversión a los alimentos puede ocurrir si realizas un cambio repentino en la dieta de tu perro. Casi nunca es una buena idea hacer esto rápidamente porque puede causar diarrea. Si deseas o necesitas cambiar la dieta de tu mascota, hazlo gradualmente al mezclar el nuevo alimento con el antiguo en una transición lenta.
Algunos perros se niegan a comer ciertos alimentos por razones que pueden o no tener sentido. Y algunos son simplemente comedores muy exigentes que a menudo requieren menús especiales o mucha persuasión.
7. Vacunación reciente. La pérdida de apetito puede ser un efecto adverso e inmediato de la vacunación.
8. Obtundación. Este problema es una falta de estado de alerta más pronunciada que letargo, y por lo general, es el resultado de una enfermedad subyacente, como hipercalcemia, enfermedad metabólica o trauma.
Hay muchas otras razones potenciales por las que una mascota deja de comer, como cuerpos extraños en el tracto gastrointestinal, exposición o consumo de toxinas y muchas más. Tu veterinario recomendará diagnósticos basados en los resultados del examen físico de tu mascota.
La alimentación de tu perro podría ser la causa de sus males
La alimentación de tu perro desempeña un papel fundamental tanto en el mantenimiento de su interés por los alimentos como en su salud y vitalidad general. Como siempre, recomiendo una dieta nutricionalmente óptima, fresca, diversa, y apropiada para cada especie.
A lo largo de los años, he conocido a muchos perros que se alimentan con dietas procesadas y que son considerados comedores quisquillosos o que pasaban más tiempo jugando con su comida que comiéndola. Cuando sus dueños hicieron la transición gradual de croquetas a alimentos frescos crudos o ligeramente cocidos, esos extraños hábitos alimenticios desaparecieron.
Si tu perro solo recibe diagnósticos positivos con respecto a su salud por parte de tu veterinario, pero aún no está comiendo bien, revisa su dieta y ve en qué lugar ocupa en mi lista de los mejores alimentos para mascotas. Cada vez que puedas haz cambios en su dieta y ve si el apetito de tu mascota mejora.