El sarcoma histiocítico (HS) es un cáncer poco común en perros. Sin embargo, cuando ocurre, es una enfermedad agresiva y al igual que con otros tipos de cáncer caninos, los golden retrievers corren más riesgo que otras razas. El “Golden Retriever Lifetime Study” lleva ocho años y hasta ahora nueve perros inscritos han desarrollado sarcoma histiocítico.
Otras razas predispuestas a este tipo de cáncer son el boyero de Berna (la raza en la que se descubrió la enfermedad por primera vez a finales de la década de 1970), rottweilers, retrievers de capa plana, labrador retrievers, schnauzers miniatura y corgi galés de Pembroke.
El sarcoma histiocítico se presenta con mayor frecuencia en perros de mediana edad o mayores, aunque existen casos de perros de hasta tres años de edad. Afecta por igual a machos y hembras.
Cómo se desarrolla el sarcoma histiocítico
Los histiocitos son un tipo de glóbulos blancos que se encuentran en los tejidos de casi todos los órganos del cuerpo. Desempeñan un papel importante en la función del sistema inmunológico al ayudar al cuerpo a deshacerse de los patógenos invasores.
En ocasiones, estos glóbulos blancos se dividen sin control; el sarcoma histiocítico es el resultado de la proliferación excesiva y anormal de estas células inmunológicas. Debido a que este tipo de célula se encuentra en muchos tejidos del cuerpo, los sarcomas se pueden desarrollar en cualquier lugar y propagarse muy rápido.
Existen tres formas o subtipos de sarcoma histiocítico: localizado, diseminado y hemofagocítico.
- La forma localizada se limita a un órgano. El tratamiento convencional involucra una cirugía y después quimioterapia. Los perros con este subtipo pueden vivir más de un año y a veces, más tiempo.
- Como su nombre indica, el HS diseminado afecta muchos órganos. La quimioterapia a veces se usa para retrasar la progresión de la enfermedad, pero la mayoría de los perros con este tipo viven pocos meses.
- El HS hemofagocítico es el subtipo más agresivo. No existen tratamientos efectivos y el tiempo de supervivencia es de uno a dos meses.
La causa subyacente del sarcoma histiocítico aún se desconoce; sin embargo, se puede heredar según las predisposiciones de razas mencionadas. Otros factores pueden provocar mutaciones genéticas, moleculares y desregulación del sistema inmunológico.
El único factor de riesgo que se ha identificado hasta la fecha, es un historial de enfermedad ortopédica e inflamación cuando el HS se localiza en una articulación.
Síntomas a tomar en cuenta
Los síntomas del HS dependen de los tejidos u órganos afectados, no son específicos y aparte son comunes en otros trastornos, por ejemplo, falta de apetito, pérdida de peso, letargo o depresión.
En los perros en los que el cáncer afectó las extremidades o las articulaciones, se puede presentar una masa obvia o cojera. Si los pulmones están involucrados, los síntomas pueden incluir tos, dificultad para respirar, intolerancia al ejercicio y letargo.
Diagnóstico y opciones de tratamiento convencional para el sarcoma histiocítico
El sarcoma histiocítico puede ser difícil de diagnosticar. Por lo general, se realiza un aspirado con una aguja fina de la masa y después se realiza un análisis citológico, sin embargo, también se requiere una biopsia de tejido y en algunos casos se hace junto con tintas especiales.
Los sitios más comunes para la metástasis (diseminación de la enfermedad) y la forma diseminada de la enfermedad son los pulmones, ganglios linfáticos, médula ósea, bazo, hígado y el cerebro. Con frecuencia, los oncólogos veterinarios recomendarán radiografías de tórax, ultrasonido abdominal, análisis de sangre y de orina y, en algunos casos, imágenes avanzadas con resonancia magnética o tomografía computarizada.
Para que el oncólogo veterinario e integrador pueda diseñar un protocolo apropiado y monitorear la efectividad de los tratamientos, se requiere una estadificación completa para determinar qué tan lejos se ha propagado el cáncer y hacia dónde se dirige. Los oncólogos integradores también usan nutracéuticos y suplementos para reducir los efectos secundarios de los medicamentos y modular el sistema inmunológico antes, durante y después de la terapia contra el cáncer.
Los protocolos integradores y complementarios que a menudo se pueden usar con la atención estándar incluyen la terapia de ozono, terapia de oxígeno hiperbárico, vitamina C IV, muérdago y la terapia con curcumina, así como las intervenciones alimentarias.
Por desgracia, los únicos tratamientos de medicina convencional disponibles para este terrible cáncer son la cirugía, radioterapia o quimioterapia, y el pronóstico proporciona una larga protección en la mayoría de los perros. Según el Hospital Veterinario de la Universidad Estatal de Carolina del Norte:
"El curso clínico del sarcoma histiocítico diseminado es rápido y mortal si no se proporciona un tratamiento. El sarcoma histiocítico localizado a veces progresa de manera más lenta, pero puede ser muy doloroso y generar una mala calidad de vida. En general, las tasas de respuesta al tratamiento son malas y los tiempos de supervivencia son cortos (3-4 meses).
Los perros con sarcoma histiocítico localizado y tratado con cirugía agresiva y después quimioterapia, pueden vivir en promedio entre 1.5 y 3 años.
El pronóstico para el sarcoma histiocítico hemofagocítico se considera serio (<2 meses)".
Como puedes ver, el sarcoma histiocítico es una enfermedad que ningún padre quiere que le diagnostiquen a su mascota. Con suerte, el Golden Retriever Lifetime Study, patrocinado por la fundación Morris Animal, podría algún día proporcionar pistas importantes para comprender más sobre esta enfermedad.
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5 maneras para reducir el riesgo de cáncer de tu perro
1. No permitas que tu perro tenga sobrepeso. Los estudios demuestran que restringir la cantidad de calorías que consume un animal previene o retrasa la progresión del desarrollo de tumores en todas las especies. Menos calorías hace que las células del cuerpo bloqueen el crecimiento de tumores, mientras que demasiadas calorías podrían causar obesidad, y la obesidad está muy relacionada con un mayor riesgo de cáncer en los seres humanos.
Existe una relación entre el exceso de glucosa, el aumento de la sensibilidad a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo, todos los cuales son factores en la obesidad y el cáncer. Es importante recordar que la grasa no solo se asienta en el cuerpo de tu mascota de manera inofensiva. Produce inflamación que, a su vez, puede promover el desarrollo de tumores.
2. Proporciónale una alimentación antiinflamatoria. Todo lo que produzca o promueva la inflamación en el cuerpo aumenta el riesgo de cáncer. La investigación actual sugiere que el cáncer es una enfermedad inflamatoria crónica, alimentada por el azúcar (carbohidratos). El proceso inflamatorio crea un ambiente en el que proliferan células anormales.
Para crecer y multiplicarse, las células cancerosas necesitan de la glucosa de los carbohidratos, por lo que debes eliminar esa fuente de energía del cáncer. Los carbohidratos que debes eliminar en la alimentación de tu mascota incluyen granos y legumbres procesadas, frutas con fructosa y verduras con almidón como las papas.
Ten en cuenta que todos los alimentos secos para mascotas contienen algún tipo de almidón. Es posible que no tenga granos, pero no hay manera que no tenga almidón, ya que no es posible fabricar croquetas sin usar algún tipo de carbohidrato.
Por lo general, las células cancerosas no pueden usar las grasas alimenticias para obtener energía, por lo que el alto consumo de grasas de buena calidad es beneficioso para los perros que luchan contra el cáncer, así como reducir la cantidad de proteínas y eliminar el consumo de carbohidratos.
Otra de las causas principales de los padecimientos inflamatorios es una alimentación rica en ácidos grasos omega-6 y baja en omega-3. Los omega-6 aumentan la inflamación, mientras que los omega-3 la reducen. El alimento procesado para mascotas suele contener una alta cantidad de ácidos grasos omega-6 y muy pocos ácidos grasos omega-3.
Una alimentación saludable; es decir, que sea antiinflamatoria y ayude a combatir el cáncer, consiste en alimentos reales, enteros y de preferencia, sin procesar. Debe incluir proteínas de alta calidad, como carne muscular, vísceras y huesos.
También, debe incluir altas cantidades de grasa de origen animal, altos niveles de EPA y DHA (ácidos grasos omega-3) y algunos vegetales frescos con bajo índice glucémico. Esta alimentación apropiada para las especies tiene un alto contenido de humedad y no contiene granos ni almidones.
Asimismo, te recomiendo asegurarte de que la alimentación sea equilibrada al seguir las recomendaciones de la dieta ancestral, que tienen estándares mucho más rigurosos (cantidades más altas de minerales y vitaminas) que nuestras recomendaciones alimentarias actuales para mascotas (AAFCO).
Algunos suplementos beneficiosos como los probióticos, hongos medicinales, enzimas digestivas, verduras y hierbas ricas en polifenoles pueden ser muy beneficiosas para mejorar la función inmunológica.
3. Reduce o elimina la exposición de toxinas. Estos incluyen pesticidas químicos como preventivos contra pulgas y garrapatas, químicos para el césped (herbicidas), humo de tabaco, retardantes de llama (que se encuentran en camas para mascotas no orgánicas) y limpiadores domésticos (detergentes, jabones, limpiadores, desodorantes de habitación).
Ya que vivimos en un mundo tóxico y evitar toda exposición química es casi imposible, también te sugiero ofrecerle a tu mascota un protocolo de desintoxicación regular.
4. Si tu perro es de una raza grande o gigante, espera a que tenga de 18 meses a 2 años de edad para esterilizarlo o castrarlo. Los estudios han relacionado la esterilización y la castración con una mayor tasa de cáncer en perros. Aún mejor, investiga formas alternativas para esterilizar a tu mascota sin alterar su equilibrio hormonal.
5. Evita las vacunas innecesarias. Los protocolos de vacunas deben adaptarse para minimizar el riesgo y maximizar la protección, al considerar la raza, antecedentes, estado nutricional, estilo de vida y vitalidad general de la mascota.