Podrías estar cometiendo este error con tu perro y la correa

perro reactivo con correa

Historia en Breve

  • Los perros que reaccionan cuando tienen una correa ladran, se lanzan o gruñen como respuesta a la presencia de otros perros (y, a veces, personas)
  • Las correas restringen la capacidad de los perros para saludarse entre sí de manera normal; para muchos perros, esto crea frustración, miedo y o algún instinto protector
  • Muchos padres de perros intentan "corregir" la reacción de sus perros a la correa, lo que a menudo crea un círculo vicioso de comportamientos indeseados
  • Las claves para calmar a un perro que reacciona a la correa son generar confianza y comunicación para que él tome las decisiones más apropiadas

En el mundo de los entrenadores de perros, la "capacidad de reacción" se define como "ladrar, lanzar o gruñir en respuesta a la presencia de un estímulo particular". Para muchos perros, una correa es el estímulo que provoca su reacción cuando se combina con la presencia de otros perros. En realidad, existe una buena razón para esto cuando entiendes cómo nuestros amigos caninos se comunican entre sí.

Los saludos entre perros cuando se les permite caminar de forma natural (sin correa), implican darse espacio entre ellos, rodearse, olisquearse, y luego decidir si jugar, mantener una distancia cortés o huir. Una correa obstaculiza estos comportamientos naturales de varias maneras y cualquier perro puede producir una reacción desagradable.

Un caso típico para perros que reaccionan a su correa y a sus humanos

Brittany Fulton, propietaria y operadora de Dances with Dog, una empresa de entrenamiento con refuerzo positivo para perros, describe un escenario típico que involucra a un perro (mezcla de terrier) de 15 libras llamada Rocket, que sale a caminar al atardecer:

“Estamos en las calles de Washington, DC, una zona muy poblada. Salimos con Rocket para que aliviara su vejiga desde que Lisa [su dueña] regresó del trabajo. Platicamos sobre la reacción de Rocket mientras ella se pavonea delante de nosotros con su correa. Llevamos casi dos cuadras de este paseo nocturno y veo que el cuerpo de Rocket se tensó, sus orejas están de pie y mira hacia al frente. Nos encontramos a un sabueso de casi cuatro veces su tamaño".

El perro que se aproxima se ve ansioso por saludar a Rocket, pero su humano también está ansioso. Rocket, no mucho.

"El problema en este caso es que Rocket no tiene ningún interés en conocer a Big Hound", esbribe Fulton. “De hecho, si uso mis habilidades para descifrar el lenguaje corporal canino, diría que Rocket tiene miedo de lo que ese perro es capaz de hacerle con su gran tamaño y mandíbulas llenas de dientes afilados.

Con cuatro coches de distancia entre el sabueso y Rocket, Rocket hace todo lo posible para enviar su mensaje. Jala de la correa con tanta fuerza y ladra muy fuerte. Me imagino que su comportamiento dice: ¡Aléjate de mí! ¡Mantén tu distancia! Dije que te vayas".

Lisa (la madre de Rocket) está avergonzada por la grosería de su perro. Fulton toma la correa de Rocket y trata de moverlo fuera del alcance del perro que se aproxima, pero no tiene éxito. El sabueso ignora el mensaje de Rocket para mantener su distancia y realiza una inspección rápida pero exhaustiva del perro más pequeño. Pobre Rocket está con la cola doblada, ladra e intenta alejarse.

Mientras tanto, las dos mamás caninas conversan y Lisa se disculpa por el comportamiento de Rocket. Una vez que el sabueso y el humano están en camino de nuevo, Lisa le dice a Fulton que el comportamiento de Rocket es lo que espera evitar. Lisa parece molesta porque Fulton trata de calmar a Rocket cuando cree que en realidad necesita un castigo.

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Una correa se siente como una jaula para un perro que reacciona a la correa

Tanto el comportamiento de Rocket como la respuesta de Lisa son muy comunes, según Fulton.

"Rocket hizo todo lo posible para evitar una situación que lo hiciera sentir impotente, insegura y con miedo". ella escribe. “Sin embargo, lo peor de Rocket es que sus miedos se hicieron realidad ante nuestros ojos. El perrito estaba atado, atrapado e incapaz de evitar que un perro mucho más grande hiciera lo que quisiera. En lo personal, no puedo imaginar lo asustado que estaría en una situación similar con un humano más fuerte y más grande que yo.

Es importante entender que Rocket no quiere avergonzar a Lisa. Es su forma de comunicarle a otros perros que no quiere relacionarse ... [Quizás] no le gusta la sensación de estar atrapado. Puede estar motivado por un evento en su pasado, tal vez una pelea. Es posible que prefiera tener espacio entre él y otros perros.

Lo que el comportamiento de Rocket debe comunicarles a otros perros no siempre es respetado por los perros o humanos".

Escalar la cadena de comunicación canina

Como mi buena amiga y entrenadora de perros Susan Garrett, señala en un blog sobre los perros que agreden con correa, los perros tienen pocas opciones para comunicarse con nosotros, que son: a través de sus ojos, postura, incluyendo su cola, movimientos, respiración, pelaje, la forma de su hocico, las orejas y al final el tono de su ladrido.

"Los perros a menudo son 'forzados' a gruñir, ladrar o atacar porque no reciben nuestra ayuda/protección". escribe Susan. "Gruñir / atacar / ladrar / morder es la acción del perro que escala la cadena de comunicación".

Los dueños de perros agresivos con correa están en alerta máxima por las cosas a las que sus mascotas reaccionan, y tan pronto como otro perro aparece a la vista en una caminata, por ejemplo, comienzan a tratar de "corregir" el comportamiento que saben que se avecina.

"Una vez que un perro se entera de que otro perro se acerca, vas a regañarlo y luego a corregirlo". "Tu perro aprenderá que odia a otros perros cercanos y hará todo lo posible para mantener a ese otro perro alejado (por lo tanto, más gruñidos/ladridos/mordeduras/ataques). Corregir el 'gruñido' es decirle a tu perro que no tiene derecho a tener miedo. Que, si él demuestra miedo, lo descubrirás con violencia."

¡Esto es lo que llamamos un círculo vicioso!

Construir confianza y comunicación con tu perro

Así es como Fulton ayuda a los perros de todo el mundo a lidiar con sus miedos:

“Descifro sus mensajes y los comparto con sus dueños. Construyo la confianza de cada perro con sus dueños. Creo comunicación entre humanos y perros. Todos estos enfoques permiten que los perros se relajen un poco más con cada caminata y, en consecuencia, también permiten que sus dueños se relajen. No hay necesidad de sentir vergüenza o miedo abrumador. Somos un equipo y podemos hacerlo".

Ella recomienda primero entender el lenguaje corporal de tu perro y el lenguaje "hablado". Una vez que comprendas lo que dice tu perro, es mucho más fácil responder de manera correcta.

"La reacción" Fulton escribe: "Identificar el miedo y la incapacidad de un perro para manejar la proximidad con otro perro o humano nos permite comprender que poner distancia entre un perro y sus estímulos temidos proporcionan tranquilidad. Las barreras visuales también pueden calmar o tranquilizar a un perro temeroso".

Cuando se trata de construir un puente de comunicación con tu perro, Fulton sugiere crear un lenguaje compartido a través de ejercicios de entrenamiento.

"Mi señal de entrenamiento de elección para la reactividad es una forma de enfoque llamada 'observar' o 'mirar'" dice. “Con la educación y la práctica adecuada, podemos pedirle atención a nuestro perro cuando los dos entramos en una situación cuestionable. Pedir concentración ayuda a prevenir una mayor reacción del perro. Si, gracias a las técnicas de comunicación y distracción compartidas, la situación nunca se vuelve muy aterradora, no es necesario que el perro de este escenario envíe un fuerte mensaje de ladrido".

Los paseos con nuestros perros deben ser para ellos, no para nosotros

Susan Garrett considera que el trabajo de los padres/tutores/entrenadores es crear confianza en los perros para que tomen las decisiones que queremos. "Y si en lugar de tratar de "obligar" a un perro a "llevarse bien", nos centramos en crear confianza en ese perro para que elija de forma correcta". "¿Cómo se vería eso?"

  • En primer lugar, los paseos con nuestro perro deben ser para él, no para nosotros. Por ejemplo, no elegiríamos caminar por el paseo marítimo, con sus paredes de 3 pies a cada lado que crean una sensación de estar atrapados, porque nuestro perro que reacciona con correa no tendría salida si se preocupara.
  • Debido a que esto se trata de nuestro perro y no de nosotros, renunciaríamos a nuestra caminata de 2 millas para enfocarnos en crear 10 minutos de experiencias positivas para él, 10 minutos para ayudar a construir su confianza, al tiempo que aumentamos su confianza en esa situación. Al final de los 10 minutos (o menos), nos detendríamos para realizar un juego de buscar, tirar o una buena sesión de caricias.
  • El único propósito de la caminata sería detectar a otros perros y dejar caer algunas golosinas sabrosas en el suelo frente a tu propio perro, agregar más golosinas para que mantenga la cabeza baja o se concentre en ti hasta que el otro perro haya pasado. Y hacerlo sin importar su reacción y comportamiento hacia el otro perro.

Estos tres sencillos pasos pueden ser de gran ayuda para cambiar la experiencia de los paseos de tu perro, dice Susan. Esto le da la oportunidad de aprender a comportarse de manera apropiada mientras disfruta de una caminata contigo y le da la oportunidad de tolerar e incluso disfrutar cuando ve a otro perro.

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