No todos los perros disfrutan de estar cerca de los niños y cuando los dueños descubren esta situación, asumen que es su culpa. Aunque en realidad podría ser algo que hicieron (o no hicieron) sin darse cuenta, la mayor parte del tiempo, en especial con perros que fueron adoptados a una edad adulta, es el resultado de una experiencia desagradable en la "vida anterior" del animal.
Si alguna vez has adoptado a un compañero canino de un refugio de animales o de una organización de rescate de buena reputación, es probable que sepas que el personal del refugio hace todo lo posible por conocer el temperamento de cada perro y determinar cuál es la mejor situación de reubicación tanto para los animales como para las familias adoptivas.
Es por eso que en las perreras de los refugios a menudo existen tarjetas de información que enumeran los nombres y las edades de los perros, junto con información adicional como por ejemplo si se sienten cómodos con otros perros, gatos, hombres, mujeres y niños. Si un perro en particular parece tener problemas con los niños, es obvio que lo mejor es colocarlo en un hogar sin niños. Dependiendo de la situación, también es posible colocarlo con un dueño experimentado que se comprometa en aliviar su miedo o desconfianza hacia los más pequeños.
Cómo algunos perros aprenden a odiar a los niños
Por desgracia, a veces el comportamiento negativo de un perro con los niños aparece de la nada, o al menos es lo que aparenta. Sin embargo, es más probable que en su pasado haya ocurrido algo que lo hiciera desconfiar de los niños. Cuando un perro y un niño interactúan, es importante ver el intercambio desde el punto de vista del perro, lo que requiere un poco de esfuerzo de nuestra parte, ya que no es algo natural para nosotros.
Por ejemplo, el hecho de que tu perro de raza grande sea relajado y gentil no significa que le gustará que un niño agarre y juegue con su juguete favorito o que se monte en su espalda para realizar un "paseo en pony". Lo que parece una diversión inocente para los humanos no es interpretado de la misma manera por los perros. En especial si tu perro tiene poca o ninguna experiencia con los niños, este tipo de interacción puede ser muy estresante para él, lo que generará una relación negativa con todos los humanos pequeños.
Además, si un niño sabe cómo convivir con un perro, el animal también sabrá convivir con el comportamiento del niño. Los niños se mueven de forma rápida e inesperada. Corren, gritan, lloran, forcejean, luchan, caen, ruedan, tiran y hacen bromas. Para un perro inexperto, todo este ruido y movimiento puede ser muy estimulante, aterrador y hacer que adopte una respuesta de lucha o huida cuando vea a cualquier niño.
Los cachorros que no fueron socializados de forma correcta en el momento ideal (por lo general entre las 5 y 16 semanas de edad) a menudo se convierten en perros que desarrollan respuestas infundadas en el miedo a personas, lugares y cosas que no les son familiares. Los cachorros que no conocieron a ningún niño durante su progreso a la edad adulta serán más propensos a ver a los más pequeños con escepticismo.
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Señales de que tu perro experimenta estrés relacionado con los niños
De hecho, es raro que un perro que se sienta amenazado, gruña o muerda de inmediato. Por lo general, comienza a demostrar su angustia de formas más sutiles, como:
- Lamerse la nariz o labios
- Bostezos o jadeos
- Cola caída o metida entre las patas
- Orejas hacia atrás o pegadas hacia atrás
- Gimoteos
Los signos más obvios incluyen encogerse de miedo, una postura agachada, temblar o esconderse.
Es muy importante estar atento a estas señales con un perro que es nuevo en la familia o que conoce gente nueva por primera vez, sobre todo cuando se trata de niños. Cuando sabes reconocer las señales de estrés canino, puedes actuar antes que tu perro.
Cómo enseñarle a tu perro a convivir con los niños
"Actuar" no significa ignorar las señales de tu perro, ya que eso no aliviará su malestar y podría empeorar las cosas. Por otro lado, también es una muy mala idea tratar de "desensibilizarlo" o "socializarlo" a la fuerza y obligarlo a estar en situaciones de las que no pueda escapar, como sujetarlo mientras un niño lo acaricia. Repito, esto puede empeorar las cosas. Lo mejor que puedes hacer en este momento es evitar que los niños se acerquen a tu perro y llevártelo a otro sitio.
Si en tu vida hay niños con los que tu perro interactuará con regularidad o de vez en cuando, tendrás que ayudarlo a no tenerles miedo (y, con suerte, llegará a disfrutar de su presencia). Puedes comenzar con darle golosinas cada vez que ve a un niño, aunque esté lejos, lo que le ayudará a comenzar a relacionar a los niños con algo positivo (en este caso golosinas deliciosas).
A menos que tu perro tenga un poco de ansiedad con los niños, o que tu tengas mucha experiencia en el entrenamiento de comportamiento con refuerzo positivo, lo mejor es contar con la ayuda de un adiestrador de perros con experiencia que pueda crear un programa personalizado para tu mascota. Podrás encontrar directorios de entrenadores profesionales acreditados en los siguientes sitios: