Cómo tratar los problemas gastrointestinales en los perros

problemas gastrointestinales en perros

Historia en Breve

  • Un estudio en curso en perros a los que se les realizó un cambio alimenticio para tratar sus problemas gastrointestinales está obteniendo resultados positivos; sin embargo, estos problemas pueden regresar cuando los perros cambian a una alimentación ultraprocesada
  • Un resultado del estudio demostró que los alimentos con proteínas hidrolizadas cuya función es tratar las enfermedades gastrointestinales no son mejores que los alimentos que contienen proteínas intactas. Es posible que los conservadores naturales e ingredientes sin OMG contribuyan de manera significativa a los resultados positivos
  • La sensibilidad alimentaria podría ser el resultado de una gran cantidad de contaminantes extraños presentes en casi todos los alimentos procesados para mascotas de venta comercial
  • Los perros que podrían sufrir de intolerancias alimentarias deben someterse a pruebas para determinar los alimentos específicos a los que reaccionan. Es importante introducir una nueva alimentación por 2 a 3 meses, una vez que se han identificado los alimentos problemáticos
  • Dado que cada caso es único, es muy importante diseñar un protocolo de curación para cada mascota

A principios de 2018, investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell (CVM, por sus siglas en inglés) comenzaron un estudio en curso para evaluar la efectividad de los cambios alimenticios para tratar problemas gastrointestinales persistentes en perros, también conocidos como enteropatía crónica.

La mayoría de los perros con este tipo de problemas crónicos padecen una enfermedad conocida como enteritis plasmocítica linfocítica, que es una forma de enfermedad inflamatoria intestinal –EII– (IBD, por sus siglas en inglés). De acuerdo con el investigador principal del estudio, Kenneth Simpson, profesor del Departamento de Ciencias Clínicas de la CVM, hasta el 80 % de los perros con esta enfermedad responden muy bien a los cambios en la alimentación.

Por desgracia, la mayoría de los perros con EII "se someten a una gran cantidad de tratamientos estimados, ya que los dueños y los veterinarios tratan de curarlos”, dice Simpson.

Según mi experiencia, estas suposiciones implican múltiples rondas de antibióticos o corticosteroides innecesarios, porque los veterinarios no están capacitados para observar lo que sus pacientes consumen. Estos medicamentos a menudo no solo son poco útiles, sino que agravan la enfermedad subyacente.

Los veterinarios que incluyen cambios en la alimentación en sus tratamientos recomiendan productos ultraprocesados que supuestamente son más fáciles de digerir o que contienen un tipo de carne diferente a la que el perro ha estado comiendo. Además, ha aumentado la receta de alimentos ultraprocesados que contienen proteínas hidrolizadas y trituradas en trozos más pequeños para evitar que estimulen el sistema inmunológico.

De acuerdo con Simpson:

"Nadie sabe por qué o cómo funcionan estos tipos de dietas o por qué la alimentación original causó estos problemas. No conocemos la mejor manera de manejar a estos perros".

En mi opinión, cambiar de un alimento ultraprocesado a otro ofrece una solución temporal y, en la mayoría de los casos, dichos problemas resurgirán. Enseguida se explica más.

Los perros del estudio consumen una de las tres dietas procesadas

Los perros que participan en el estudio provienen del hospital de animales CVM, así como los veterinarios remitentes. Se separan en tres grupos, dos de los cuales reciben productos con proteínas hidrolizadas, mientras que el grupo de control consume una "alimentación de buena calidad con proteínas mixtas".

Las tres dietas contienen el mismo equilibrio de carbohidratos, proteínas, y grasas; Farmina, que es una empresa italiana de alimentos para mascotas que patrocina el estudio, ofrece este servicio a los dueños sin costo alguno.

Además de esto, en el estudio también participa otro grupo de perros con una enfermedad conocida como enteropatía perdedora de proteínas (EPP). Estos perros están mucho más enfermos y representan un desafío de tratamiento importante porque muchos de ellos se niegan a consumir las dietas prescritas. Para el estudio, este grupo recibe cualquiera de las dos dietas hidrolizadas, ya que el objetivo principal es aumentar su interés en comer y ayudarlos a aumentar de peso.

Los perros que no responden después de dos semanas se pueden cambiar a otro grupo para que reciban una alimentación diferente. Una vez que un perro responde de manera adecuada a una alimentación determinada, permanece en ella durante al menos tres a seis meses para ver si los cambios son consistentes.

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Los resultados son positivos hasta ahora, según los investigadores

De acuerdo con los investigadores, los resultados hasta ahora son alentadores para muchos perros. Un ejemplo es un perro rescatado de la raza Briard llamado Buddy, quien siempre estuvo lleno de energía hasta que comenzó a sufrir serios problemas digestivos y para evacuar. Su dueño había estado buscando respuestas durante dos años cuando Buddy se unió al grupo de estudio en Cornell.

Hoy por hoy, a pesar de tener 13 años y sus niveles de proteína, el perro mejoró mucho. De acuerdo con su dueño, Buddy ha recuperado alrededor de 11 kilos (25 libras) y parece mucho más cómodo, menos inquieto, tiene evacuaciones sólidas de manera constante y rara vez tiene gases.

Gabby, un Dachshund miniatura de pelo largo, sufrió colitis durante la mayor parte de su vida. Su dueña la describió como "enferma, débil y lánguida", y se sintió frustrada ya que "intento ayudarla con numerosas dietas prescritas y medicamentos".

Desde que comenzó el estudio, Gabby tiene más energía y ha sufrido solo un par de episodios de vómitos o heces con sangre, que antes eran comunes. "Alimentarla es mucho más fácil porque ya no tengo que esconder los antibióticos en su comida", explica su dueña.

Proteínas hidrolizadas versus proteínas intactas

Simpson y sus colegas están contentos con los resultados del estudio; sin embargo, también están sorprendidos, ya que esperaban que los perros con dietas hidrolizadas tuvieran mejores resultados que los perros del grupo de control, quienes reciben dietas regulares de mantenimiento.

"Las ideas convencionales sugerirían que las dietas hidrolizadas funcionarían mejor y la respuesta de los perros con dietas de mantenimiento con proteínas intactas mixtas no sería similar", explica. "Sin embargo, a los tres meses [de iniciado el estudio], casi todos los perros, tuvieron respuestas positivas sin importar el grupo al que pertenecen; lo que significa que el grupo de placebo está obteniendo buenos resultados de igual forma".

Considero que casi cualquier cambio en la alimentación de los perros puede producir una mejora temporal como resultado de reemplazar un cierto porcentaje de ingredientes problemáticos.

También debes comprender que, de acuerdo con el sitio web de Farmina, la empresa utiliza solo conservadores naturales e ingredientes sin OGM en sus fórmulas. Es muy probable que algunos de los perros del estudio reaccionaron a los conservadores sintéticos o ingredientes OGM en sus dietas previas.

Simpson plantea la siguiente hipótesis:

"Aunque todavía no conocemos la causa de las reacciones adversas, las respuestas positivas a una alimentación de buena calidad y de fuentes de proteínas mixtas sugieren que no se trata de una simple respuesta alérgica a las proteínas intactas. Es posible que los ingredientes o aditivos podrían estar causando reacciones adversas".

Estoy de acuerdo con la suposición de Simpson, ya que creo que la epidemia actual de problemas gastrointestinales en las mascotas (tanto perros como gatos) no es tan simple como una respuesta alérgica a las proteínas intactas; sin embargo, considero que los productos cárnicos que provienen de granjas industriales representan un problema para muchas mascotas.

Y siento que todos los "ingredientes sin proteínas" y otros aditivos que se encuentran en las dietas ultraprocesadas son un problema esencial.

Otro problema son los cambios que se producen en los ingredientes que se someten a altas temperatura, incluyendo la formación de productos de reacción de Maillard (MRP, por sus siglas en inglés), como los productos finales de glicación avanzada (AGE, por sus siglas en inglés) que crean inflamación intestinal en los animales.

Qué creo que puede causar sensibilidad alimentaria en los perros

Antes de hablar sobre las sensibilidades o alergias alimentarias, es importante comprender que –hasta que no se identifique la enfermedad subyacente– es poco probable que un tratamiento sea exitoso con solo modificar la alimentación si los perros tienen EII, intestino permeable (disbiosis) o algún otro trastorno gastrointestinal importante.

El intestino permeable tiene una gran cantidad de causas en las mascotas, y el culpable más reciente es el polvo doméstico tóxico. Si aún utilizas sartenes de teflón, aromatizantes para el hogar (plug-ins y aerosoles) y productos de limpieza convencionales, es el momento de establecer otros propósitos más ecológicos. El polvo con sustancias químicas en tu casa, al igual que los ácaros del polvo, pueden causar inflamación intestinal en las mascotas.

A medida que se rompen las uniones de los intestinos, la primera respuesta del cuerpo es liberar líquido para tratar de eliminar los irritantes. La diarrea intenta eliminar las sustancias nocivas de cuerpo. El tratamiento más común para la diarrea es el antibiótico Flagyl (metronidazol) e investigaciones demuestran que este causa un desequilibrio del microbioma en la mayoría de las mascotas.

Es fácil comprender por qué muchas mascotas terminan con problemas intestinales recurrentes y "enteropatías crónicas” si consideramos la administración mensual de pesticidas para combatir las pulgas y garrapatas que afectan al microbioma y el uso repetido de más antibióticos.

La inflamación gastrointestinal crónica es el comienzo de las intolerancias alimentarias sistémicas y posibles alergias alimentarias, porque el intestino filtra contaminantes y partículas de alimentos parcialmente digeridas en el cuerpo, lo que desencadena muchos problemas.

Si el intestino permite que ingresen suficientes partículas extrañas, el sistema inmunológico podría percibir que algo está atacando al cuerpo. Para hacer frente a la "amenaza", el sistema inmunológico lanza un contraataque, al igual que lo haría contra un peligro real como bacterias patogénicas.

Ciertas sustancias en la alimentación de las mascotas carnívoras tienen mayores probabilidades de activar el sistema inmunológico que otras y, por desgracia, las proteínas son las culpables y es el nutriente que más necesita tu mascota.

Muchos veterinarios integrativos han descubierto que las reacciones a las proteínas son mucho menos graves o desaparecen cuando la proteína está "limpia" (no se procesa en granjas industriales) y no se procesa (cruda).

Aunque no se ha publicado nuevas investigaciones sobre por qué los carnívoros desarrollan una mayor sensibilidad a las proteínas, sospechamos que los contaminantes y los subproductos del procesamiento podrían ser los causantes. Las hormonas de crecimiento, los antibióticos, los residuos químicos y los MRP podrían ser los desencadenantes, y no la proteína en sí.

Si tuviéramos varias generaciones de mascotas criadas únicamente con una alimentación orgánica, fresca, limpia y específica para su especie, podríamos realizar estudios para determinar si también desarrollan sensibilidad a las proteínas de la carne. Si esta población no desarrollara intolerancias a las proteínas, se confirmarían nuestras sospechas sobre contaminantes extraños y subproductos del procesamiento térmico.

Sin embargo, dado que el 99,9 % de los alimentos para mascotas se elaboran con carnes que provienen de granjas industriales (que incluyen solo las sobras y las partes procesadas que no se convierten en alimentos para humanos), mezcladas con rellenos contaminados con glifosato que alteran el microbioma, las sensibilidades alimentarias continuarán siendo un problema para casi todas las mascotas susceptibles.

Y para empeorar las cosas, un perro comienza a presentar síntomas de disfunción digestiva debido a la inflamación en su tracto gastrointestinal, consecuencia de la intolerancia alimentaria.

Las mascotas que reciben el mismo alimento todo el tiempo durante un lapso de meses o años no solo podrían desarrollar una sensibilidad a tal fuente de proteína, sino también a los granos y vegetales.

Si el alimento está preparado con materias primas de bajo costo (que describe la gran mayoría de los alimentos para mascotas) y está muy procesado (la gran mayoría de las croquetas se cocina 4 veces antes de ser empaquetadas), es posible que la carne contenga muchos productos finales de glicación avanzada (AGE) que –junto con los antibióticos y las hormonas– pueden provocar que el sistema inmunológico reaccione de forma exagerada y cause una inflamación sistémica masiva.

Estos perros también se vuelven sensibles a otros ingredientes reactivos en la comida, por lo general granos que crean inflamación y otros carbohidratos refinados. Muchos granos son modificados genéticamente y se fumigan con glifosato, que pueden comprometer la barrera intestinal y contribuir a la disbiosis.

Ciertas razas de perros son más sensibles a los efectos dañinos de los granos en el intestino, pero debido a que las mascotas no necesitan almidón, la mayoría se beneficia con una dieta baja en carbohidratos sin granos para prevenir problemas intestinales.

Mi postura frente a los perros con posibles intolerancias alimentarias

Lo primero que recomiendo para los animales mayores de 12 meses que están tratando con una sensibilidad alimentaria, es una prueba de saliva NutriScan. También sugiero encontrar un veterinario integrativo que trabaje contigo para identificar la causa y desarrollar un protocolo personalizado.

Si lo primero que recomienda tu veterinario son antibióticos o una alimentación muy procesada, te sugiero que solicites una prueba NutriScan en su lugar.

El panel de NutriScan analiza 24 extractos de alimentos purificados que reconoce 56 ingredientes. Los resultados por lo general son capaces de identificar los ingredientes específicos que están causando un problema, lo que hace que sea mucho más sencillo personalizar la alimentación de tu mascota.

Cuando un perro presenta una reacción, su cuerpo necesita dejar de consumir dicho alimento por un tiempo. Tras determinar su sensibilidad alimentaria, se recomienda introducir una alimentación novedosa para promover la curación. Esto significa que tiene que consumir un alimento diferente al que no tenga alergia y que contenga ingredientes que su cuerpo no conoce.

Por desgracia, muchos alimentos para perros que afirman contener "proteínas nuevas", no las contienen. Además, el etiquetado incorrecto de los alimentos para mascotas es un problema generalizado, por lo que, si planeas optar por una nueva alimentación procesada y comercial, debes comprender que es probable que contenga algunos de los ingredientes que tratas de evitar.

El enfoque más seguro, al menos durante los primeros meses, son las comidas preparadas en casa que te permiten controlar casi todo lo que consume. La segunda opción es un alimento fresco de grado humano y comercial que contenga una proteína poco común, y sea producido por una empresa de confianza.

Es muy importante que se eviten todos los alimentos sospechosos durante varios meses. Los animales tienden a reaccionar tanto a las fuentes principales de proteínas como a los carbohidratos en su alimentación. Además de evitar todos los alimentos problemáticos, es importante reducir o eliminar los "ingredientes de relleno" (así como los nutrientes sintéticos) que pueden fomentar la sensibilidad a los alimentos y los problemas inflamatorios.

Asimismo, creo que las mascotas con intolerancia a los alimentos obtienen mejores resultados con una alimentación muy baja en almidón. Los almidones (también conocidos como carbohidratos solubles) son proinflamatorios y pueden empeorar la inflamación gastrointestinal. La Dra. Holly Gantz, experta en microbioma, también ha percibido cambios beneficiosos en el microbioma de las mascotas cuando se reduce el consumo excesivo de carbohidratos.

Hasta que los nuevos estándares de etiquetado se apliquen por completo, los fabricantes de alimentos para mascotas no están obligados a incluir el contenido de carbohidratos en sus etiquetas, por lo que debes calcularlo tú mismo. Valdría la pena tomarte el tiempo de hacerlo antes de elegir una alimentación nueva (el objetivo es menos del 20% de contenido de carbohidratos).

Cómo hacer que un perro regrese a su alimentación regular

Una mascota con sensibilidad alimentaria debe seguir una alimentación novedosa durante un mínimo de 2 o 3 meses para permitir que el cuerpo elimine las sustancias alergénicas y comience el proceso de desintoxicación.

Durante este período de 3 meses, también trato la disbiosis con probióticos, una terapia restauradora del microbioma y nutracéuticos. Si tu mascota ha recibido muchas rondas de antibióticos, es importante evaluar su microbioma y comenzar con una terapia restauradora. En este punto es importante consultar a un veterinario de medicina funcional que tenga experiencia en disbiosis.

Te repito, cada caso de intolerancia alimentaria es diferente, por eso te recomiendo aplicar un protocolo personalizado por un profesional que entienda las circunstancias particulares de tu mascota. Una vez que complete un ciclo de 2 a 3 meses con su nueva alimentación, se pueden reintroducir otros alimentos mientras se vigila la respuesta del perro.

Algunas mascotas demuestran una gran mejoría con la nueva alimentación; en esos casos, por lo general no me apresuro a reintroducir los alimentos que podrían ser problemáticos.

Cuando el animal está estable y se encuentra bien, recomiendo encontrar al menos 1 y de preferencia otras 2 fuentes de proteínas que tu mascota tolere bien. Esto con el fin de que cada 3 a 6 meses puedan rotarse y, con suerte, evitar nuevas intolerancias.

Además, considero que cuanto más "limpias" sean las proteínas, menos posibilidades hay de que tu mascota se vuelva sensible a ellas con el tiempo. Las proteínas limpias no son tóxicas y no contienen residuos químicos con los que lidiar.

Por ejemplo, las mejores fuentes de alimento para las mascotas con sensibilidades alimenticias son aquellas provenientes de animales que han sido criados con una alimentación natural (animales alimentados con pastura y que no son criados en granjas industriales), así como los animales que no reciben hormonas.

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