¿Deberías exprimir las glándulas anales de tu perro?

enfermedad de la glandula anal en perros

Historia en Breve

  • Los resultados de un estudio reciente que se llevó a cabo en Reino Unido sugieren que algunas razas puras tienen un riesgo mayor de padecer algún trastorno de los sacos anales en comparación con las razas mixtas, mientras que otras corren un riesgo menor
  • El estudio también reveló que se prescribieron antibióticos al 20 % de los perros a quienes se diagnosticó un trastorno del saco anal a pesar de que aún no existen investigaciones que respalden que los medicamentos sean necesarios o eficaces como tratamiento
  • Tres de las causas más comunes de los problemas de las glándulas anales son la alimentación (que crea problemas con las heces), el traumatismo o la ubicación de las glándulas
  • Es muy importante identificar cuál es la causa de los problemas crónicos de las glándulas anales en lugar de tratar los síntomas al exprimir las glándulas de manera manual y repetitiva

Un estudio reciente del Royal Veterinary College (RVC) de Reino Unido evaluó la frecuencia y el tratamiento de los trastornos del saco anal en perros. El propósito fue abordar que, hasta la fecha, no se ha publicado suficiente información ni evidencia sobre la incidencia y el tratamiento de los trastornos benignos del saco anal.

"Durante dos décadas de consulta, los problemas del saco anal en los perros se presentaban a diario", comentó el autor principal del estudio, el Dr. Dan O'Neill, profesor titular de Epidemiología de animales de compañía en el RVC para Old Veterinary News. "Sin embargo, cuando busqué evidencia en la literatura sobre la mejor manera de tratar a estos perros o incluso sobre qué razas corrían un riesgo mayor, había muy poca información".

Algunas razas corren un riesgo mayor de padecer un trastorno del saco anal

Las glándulas o sacos anales de los perros son pequeños, de forma ovalada y están ubicados dentro del recto, y en la parte lateral e inferior. Están ubicados dentro del músculo del esfínter anal y las pequeñas aberturas de los conductos no se pueden ver a lo largo de la mucosa anal.

Las glándulas segregan una sustancia aceitosa con un olor muy fuerte que los humanos perciben como desagradable. Este fluido podría funcionar como un marcador territorial en la comunicación canina, ya que permite que los perros dejen información bioquímica personal para que otros perros la investiguen.

El estudio analizó 2372 casos de trastorno del saco anal de una población de 104 212 perros que fueron vistos por veterinarios durante 2013. Los investigadores de RVC centraron su atención en identificar razas que tuvieran un riesgo mayor o menor de presentar estas anomalías. Los resultados fueron los siguientes:

Los trastornos del saco anal se presentaron en el 4.4% de los perros.

Seis razas tuvieron un riesgo mayor en comparación con los perros cruzados (razas mixtas): Cavalier King Charles spaniel (x 3.31), King Charles spaniel (x 3.30), cockapoo (x 2.59), Shih-tzu (x 1.66), bichón frisé (x 1.63) ) y cocker spaniel (x 1,24).

Seis razas tuvieron un riesgo menor: boxer (x 0,29), pastor alemán (x 0,37), lurcher (x 0,51), staffordshire bull terrier (x 0,56), border collie (x 0,60) y labrador retriever (x 0,70).

Los perros de cara plana (braquicéfalos) tuvieron un riesgo 2.62 veces mayor que los perros con hocicos más largos.

Los perros spaniel tuvieron un riesgo 2.09 veces mayor que el resto.

Los perros dachshund tuvieron un riesgo 1.38 veces mayor que el resto.

Los perros poodle tuvieron un riesgo 1.46 veces mayor que el resto.

El riesgo fue mayor en perros de edad avanzada.

Las probabilidades de que les diagnosticaran problemas del saco anal a perros asegurados era 1.53 mayor que las de los perros que no tenían seguro.

Al 20% de los perros se les recetó antibióticos, mientras que al 12% se le administró medicamentos para el dolor.

Los sacos anales se extirparon quirúrgicamente en menos del 1% de los perros.

En el 8.18% de los casos se recomendó modificar el régimen alimentario y en el 1.14%, buscar la pérdida de peso.

De acuerdo con la coautora del estudio Anette Loeffler, profesora asociada de dermatología veterinaria en el RVC:

"Este estudio destaca un área de importancia crítica de la práctica veterinaria: el uso de antibióticos. El veinte por ciento de los perros que presentaron un trastorno del saco anal recibieron antibióticos a pesar de que faltan criterios para diagnosticar infección del saco anal o pruebas de que administrar antibióticos es un tratamiento eficaz.

En un momento en el que la resistencia a los antimicrobianos presenta una de las mayores amenazas para la salud humana y animal, esto enfatiza la necesidad de realizar más estudios que analicen estos trastornos para contribuir al bienestar de los perros, al igual que ayudar a los veterinarios a tomar decisiones responsables respecto al tratamiento mediante antibióticos y, de esta manera, beneficiar la salud pública".

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Cuál es la función de las glándulas anales

Si las heces de tu perro son de consistencia normal, el líquido aceitoso se expulsa de las glándulas anales a través de pequeños conductos hacia las heces. Las glándulas anales se vacían por la presión de las heces a medida que pasan por el recto y el ano. Este es un diseño ideal de la naturaleza, pero por desgracia los perros actuales tienen deposiciones blandas o irregulares que no ejercen suficiente presión contra las glándulas anales durante la evacuación.

El "scooting", como se le dice de cariño al comportamiento de frotarse contra el suelo, indica que la parte trasera está irritada o tiene picazón. De vez en cuando, el problema se origina debido a la presencia de solitarias u otros parásitos, en cuyo caso suele haber otros síntomas como pérdida de peso, pelaje o piel en malas condiciones, abdomen distendido, con dolor o diarrea.

También puedes ver segmentos de gusanos cerca del ano de tu perro, pero otros parásitos que causan picazón en el ano e irritación del recto son microscópicos y requieren un análisis de heces para un diagnóstico correcto.

Frotarse contra el suelo puede indicar que existe un problema como algún tumor perianal, irritación por diarrea o una candidiasis perineal, pero en la mayoría de los casos se trata de un problema de la glándula anal. Si tu perro hace esto, lo que busca es aliviar la incomodidad de las glándulas anales inflamadas, infectadas o impactadas.

Retención fecal, infecciones, abscesos y tumores

Cuando los sacos anales de un perro no funcionan, lo más común es que se trate de un problema de retención fecal. Esto ocurre cuando la sustancia aceitosa se acumula en las glándulas, se espesa y no se exprime, lo que provoca que las glándulas crezcan y se irriten. Las infecciones de las glándulas anales suelen ser de naturaleza bacteriana y causan irritación e inflamación. A medida que avanza la infección, el pus se acumula dentro de la glándula anal.

Un absceso de la glándula anal es el resultado de una infección que no se trató. El absceso crecerá al grado de romperse. En estos casos extremos mi recomendación es dejar reposar las glándulas anales en aceite de oliva ozonizado o sulfadiazina de plata (diluida con plata coloidal).

Los tumores de la glándula anal, que se clasifican como adenocarcinomas, suelen ser malignos. De vez en cuando, estos tumores causan niveles altos de calcio en la sangre, lo que puede provocar un daño orgánico significativo, lo que incluye insuficiencia renal.

Otros factores que contribuyen a los problemas de las glándulas anales pueden incluir la obesidad, caso en el que el tono muscular es insuficiente y existe un exceso de tejido graso, ciertos trastornos de la piel e infecciones. A pesar de lo anterior, las tres causas más comunes de problemas de las glándulas anales en perros son la alimentación que ocasiona problemas intestinales, traumatismos o la ubicación de las glándulas.

Cambios en la alimentación de tu perro

Los carbohidratos innecesarios que se encuentran en los alimentos comerciales para mascotas son alergénicos e inflamatorios, sobre todo para el sistema digestivo de tu perro. La última parte del tracto digestivo de tu perro es el recto, el ano y las glándulas anales, que tienden a ser excelentes indicadores de que existe una irritación que puede tener relación con los alimentos.

Si tu perro experimenta problemas recurrentes de las glándulas anales, significa que hay inflamación sistémica presente y lo primero que debes hacer es tratar las causas más lógicas de la inflamación y, en para empezar, cuidar su alimentación. Elimina el exceso de alimentos inflamatorios de su alimentación, incluyendo todas las fuentes de granos y legumbres. No le proporciones ningún alimento que contenga maíz, papa, legumbres, avena, trigo, arroz ni soya.

También te recomiendo solicitar una prueba NutriScan para identificar la sensibilidad a los alimentos y una buena alimentación según los resultados del escaneo. Cuando un perro presenta una reacción a algo en su alimentación, su cuerpo necesita dejar de comer ese alimento por un tiempo. Después de determinar sus intolerancias alimentarias, te recomiendo incluir una buena alimentación para promover la curación. Esto significa hacer un cambio a un alimento diferente y al que no tenga sensibilidad, pero que contenga ingredientes con los que su cuerpo no está familiarizado.

El enfoque más seguro, sobre todo durante los primeros meses, son las comidas caseras que te permiten controlar todo lo que entra en la boca de tu perro. La segunda opción es un alimento fresco de grado humano y comercial que contenga una proteína poco común, y sea producido por una empresa de confianza.

Una razón común de los problemas repentinos de las glándulas anales es un episodio de diarrea aguda. Si no hay presión para expulsar las heces firmes, el contenido de las glándulas y las secreciones se pueden acumular muy rápido, lo que provoca que hagan scooting. Si las heces de tu perro no están bien formadas, son blandas o acuosas, sus sacos anales no reciben la presión que necesitan para vaciarse a diario y es posible que notes que se frota contra el suelo de manera constante.

Una alimentación a base de alimentos frescos, óptima desde el punto de vista nutricional y específica para su especie, abordará la sensibilidad a los alimentos de tu mascota y la mala consistencia de sus heces. Agregar probióticos, fibra (por ejemplo, calabaza 100% enlatada o polvo de olmo resbaladizo) y enzimas digestivas a su alimentación también puede ayudar a crear heces firmes. Es importante tratar un episodio de heces blandas de inmediato con estas sugerencias y proporcionar un alimento blando para corregir el desequilibrio intestinal antes de que eso le cause problemas en las glándulas anales.

Si tu perro tiene episodios regulares de diarrea, debes investigar la causa lo antes posible. La razón más común por la que las mascotas tienen problemas con las heces son los problemas relacionados con su alimentación. En este enlace, puedes encontrar una plática sobre las sensibilidades alimentarias y los estragos que pueden causar en la salud de tu mascota.

¿Tu perro ha sufrido de traumatismo en las glándulas anales?

Muchas lesiones en los sacos anales de los perros son causadas por peluqueros, veterinarios e incluso dueños de mascotas bien intencionados, pero sin entrenamiento. Muchos peluqueros tienen el hábito de exprimir las glándulas anales de cada perro que atienden, como parte de los "servicios incluidos", además de limpiar las orejas y recortar las uñas.

No es necesario exprimir de manera constante las glándulas anales de tu perro si no presentan ningún problema ya que puede ocasionarle daños, además de que resulta desagradable tanto para él como para los humanos. Así que, si llevas a tu mascota a un peluquero, asegúrate de pedirle que no lo haga.

Algunos veterinarios ofrecen exprimir el saco anal como parte del servicio que requiera administrar anestesia a las mascotas para realizar algún otro procedimiento. Además, muchos veterinarios exprimen las glándulas anales si el dueño menciona que su perro se frota contra el suelo de vez en cuando. Este enfoque no identifica ni trata la causa del problema y solo se enfoca en el síntoma.

También hay algunos dueños que creen que lo mejor es exprimir los sacos anales de su mascota de forma regular. Así como es inconcebible drenar de manera manual otras glándulas del cuerpo de tu mascota, exprimir sus glándulas anales saludables puede crear muchos problemas.

Si tu perro tiene problemas recurrentes o crónicos del saco anal, es importante que identifiques cuál es la causa en lugar de tratar el síntoma al exprimir de manera manual las glándulas.

Los sacos anales son órganos delicados de tamaño reducido que se pueden lesionar con facilidad al apretarlos y pellizcarlos. Su estructura les permite funcionar de manera óptima sin requerir asistencia alguna. El traumatismo en las glándulas causa daño e inflamación de los tejidos, lo que a su vez provoca hinchazón. Las glándulas inflamadas pueden obstruir el conducto de salida por donde se extrae el líquido. Si las secreciones bloqueadas se acumulan y se espesan en las glándulas, pueden provocar una retención fecal e infección de la glándula anal.

El problema a veces es estructural

Algunos perros tienen sacos anales que se encuentran muy adentro de sus rectos. A medida que las heces se acumulan en el colon, la presión debe hacer que las glándulas se vacíen. Pero si las glándulas anales de un perro no están adyacentes a donde se acumula la mayor cantidad de presión en su intestino grueso, no se drenarán de manera correcta.

Esta situación podría requerir cirugía para corregirla ya que la ubicación de las glándulas está determinada por la genética.

Comentarios finales

Si tu familiar de cuatro patas tiene problemas con sus glándulas anales, tu veterinario debe investigar a fondo para determinar la causa del problema en lugar tratarlo sintomáticamente al exprimir de manera manual las glándulas.

Es importante tratar de restablecer el tono y la salud de las glándulas que funcionan mal mediante una combinación de ajustes alimenticios, remedios homeopáticos y antiinflamatorios gastrointestinales naturales. A veces, infundir de manera manual las glándulas con lubricantes naturales o preparaciones a base de hierbas puede ayudar a que vuelvan a funcionar.

El objetivo debe ser resolver la causa subyacente y devolver las glándulas anales de tu mascota a la autosuficiencia. Si tu perro no tiene problemas con las glándulas anales, te recomiendo decirle tanto a su peluquero como a su veterinario que no se las toquen para evitar problemas en el futuro.

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