Cómo reconocer la vaginitis canina

vaginitis canina

Historia en Breve

  • La vaginitis es una inflamación de la vagina, las perras sufren dos tipos: vaginitis juvenil (de cachorritas) y vaginitis de inicio en la edad adulta
  • La causa más común de la vaginitis canina es una infección bacteriana del tracto urinario; otras causas incluyen levaduras y virus, cuerpos extraños en la vagina, traumatismos, abscesos o tumores vaginales, hiperplasia y terapia con esteroides
  • La vaginitis juvenil por lo general no requiere tratamiento; pero el tratamiento de la vaginitis de inicio en la edad adulta depende de la causa
  • En todas las perras con vaginitis, un probiótico de amplio espectro puede ayudar a controlar los niveles de bacterias oportunistas
  • Si la vaginitis juvenil progresa a vaginitis crónica de adulto, se deben realizar pruebas de inmunoglobulina para verificar la función inmune innata de la perra

La vaginitis es una inflamación de la vagina y las perras sufren dos tipos: vaginitis juvenil y vaginitis de inicio en la edad adulta. La vaginitis juvenil ocurre en cachorritas y perras que no han alcanzado la adolescencia. La mayoría de las perras con esta forma de vaginitis presentan pocos o ningún síntoma. Es posible que haya una secreción de color amarilla en la vulva y algunas perras laman el área.

La vaginitis de inicio en la edad adulta es mucho más común en perras adultas castradas. El síntoma más común es la secreción de la vulva que puede ser leve o grave. Otros síntomas incluyen lamer la vulva, micción frecuente, incontinencia urinaria y atracción de los perros machos.

En algunos casos la perra tendrá una afección secundaria o incluso primaria, como diabetes o enfermedad hepática, que empeorará la infección.

Causas de la vaginitis

La causa más común de vaginitis es una infección bacteriana del tracto urinario que podría ser el resultado de la constricción de la vagina causada por una anomalía conformacional.

Si tu mascota tiene una infección en la vejiga, la orina contiene muchas bacterias. Cuando la orina infectada pasa a través de la vagina, las bacterias pueden colonizar la vagina y provocar inflamación e infección. Por lo tanto, una infección del tracto urinario puede provocar una infección vaginal secundaria.

Otra causa de vaginitis en perras es la presencia de orina en la mucosa vaginal, que tiene un efecto cáustico e irritante. Dado que la orina pasa a través de la vagina de todas las perras, pero no todas contraen vaginitis, se supone que existe algo anormal en la orina en sí, como un problema de pH, cristales urinarios o un problema de flujo urinario.

En las perras con incontinencia urinaria, existe una fuga de pequeñas cantidades de orina de la vejiga hacia el exterior del cuerpo. La orina podría estar en contacto con el revestimiento vaginal la mayor parte del tiempo y provocar un aumento en la temperatura de la orina, inflamación de los tejidos y una infección secundaria localizada.

La vaginitis también puede ocurrir por bacterias, hongos y virus que se transfieren a la vagina cuando una hembra se limpia después de defecar. El recto y la vagina están muy próximos y se puede producir una contaminación cruzada al lamer el área. Las infecciones vaginales por levaduras también pueden ocurrir en perros que están en terapia prolongada con antibióticos o inmunodeprimidos.

Otras causas de la afección incluyen infecciones virales (incluyendo el virus del herpes), cuerpos extraños en la vagina, traumatismo en la vagina, abscesos o tumores vaginales, hiperplasia de la vagina, terapia con esteroides e intoxicación por zinc.

En algunos casos vaginitis a veces presentan inflamación o irritación sin infección. Existen varias causas para esto, incluyendo la sensibilidad a un champú u otro agente de limpieza que irrita la vulva. La irritación por vía tópica de la vulva causada por champús, detergentes, agentes de limpieza y otras soluciones puede provocar una vaginitis secundaria.

Además, algunos dueños de perros insisten en limpiar la vulva de su mascota después de que orina. La acción de limpieza puede inducir vaginitis por la constante desinfección de este tejido tan delicado.

Las perras con vulvas juveniles también pueden tener problemas recurrentes de vaginitis. Cuando miras a una perra desde atrás, deberías poder ver que la punta que su vulva está colgando y tiene la forma de una lágrima al revés.

Algunas perras que tienen un exceso de grasa perivulvar o una vulva muy levantada, lo que se llama vulva encapuchada, pueden tener una predisposición a la vaginitis porque la piel circundante crea un entorno propicio para las infecciones secundarias por levaduras y bacterias.

Las hembras y las perras jóvenes a menudo tienen vulvas muy pequeñas y subdesarrolladas que están recogidas en lo alto o "empotradas". A medida que sus cuerpos maduran y se producen hormonas sexuales (estrógeno y progesterona) durante la pubertad, los genitales externos también maduran, lo que permite que la vulva caiga a una posición normal y saludable.

Si las hembras se castran antes del primer ciclo de celo (por lo general antes de los 6 meses de edad), sus vulvas pueden permanecer demasiado pequeñas y provocar problemas de vaginitis recurrentes de por vida.

La elección de que tu perra se someta a una histerectomía o castración con conservación de ovarios (que logra el objetivo de la esterilización, pero mantiene el flujo de las hormonas de maduración y la “caída” de las vulvas) a menudo puede prevenir esta condición frustrante.

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Diagnóstico de vaginitis canina

Las pruebas de diagnóstico para la vaginitis juvenil y adulta son las mismas y pueden incluir un examen citológico del flujo vaginal y las células de la vagina, un cultivo bacteriano vaginal y urinario, pruebas de sensibilidad, un análisis de orina para verificar si hay problemas de pH y cristales en la orina, y un examen manual vaginal.

También se puede realizar una vaginoscopia, que implica pasar un endoscopio dentro de la vagina para detectar anomalías como una estenosis (estrechamiento) de la bóveda vaginal o tabiques vaginales, que son paredes de tejido dentro de la vagina.

Una vaginoscopia también puede evaluar la secreción presente en la vagina, lesiones vesiculares o folículos linfoides, acumulación de orina y pólipos, quistes, masas/cáncer u objetos extraños en la vagina. También se realizará un perfil químico sanguíneo, un hemograma completo y un panel de electrolitos. Si la perra tiene vaginitis de inicio en la edad adulta, se debe hacer una prueba de brucelosis canina.

A veces, también se recomienda una ecografía para buscar tumores, cuerpos extraños o cambios en la vejiga o los tejidos relacionados con el cuello uterino o los órganos reproductores.

Opciones de tratamiento

Las perras con vaginitis juvenil o de cachorros por lo general no requieren tratamiento porque la afección casi siempre se resuelve con el primer celo. En las perras con vaginitis que se castrarán, tiene sentido esperar hasta después del primer o segundo ciclo estral para realizar el procedimiento.

No recomiendo castrar a las cachorras con vulvas empotradas hasta que hayan tenido al menos un ciclo estral, que por lo general elimina por completo el riesgo de vaginitis. Y de nuevo, considera la opción de realizarle una "castración modificada", que deja intactas las hormonas sexuales importantes al mismo tiempo que se logra la esterilidad.

El tratamiento de la vaginitis de inicio en la edad adulta depende de la causa. Se administrarán los antibióticos adecuados (según los análisis y una prueba de sensibilidad) para resolver una infección bacteriana en el tracto urinario o la vagina. Es muy importante tratar la infección bacteriana con el antibiótico correcto. El mal uso de antibióticos puede promover el crecimiento de tipos adicionales de bacterias en la vagina y, de hecho, puede exacerbar las infecciones oportunistas por hongos.

Si la causa de la vaginitis es la incontinencia urinaria, se debe tratar primero esta afección para resolver la vaginitis. El tratamiento para el goteo de orina depende de la causa. En las perras castradas, casi siempre se relaciona con una deficiencia hormonal.

Si hay una enfermedad sistémica presente, como diabetes o enfermedad de Cushing, esas afecciones requerirán tratamiento para resolver la vaginitis o prevenir una recurrencia.

En todos los casos de vaginitis, recomiendo administrar un probiótico de amplio espectro para ayudar a controlar los niveles de bacterias oportunistas. Si un caso de vaginitis juvenil se convierte en un caso crónico de vaginitis adulta, se deben realizar pruebas de inmunoglobulina para verificar la función inmune innata de la perra. Muchas perras con deficiencia de IgA tienen infecciones oportunistas recurrentes.