Tener un gato en casa puede ofrecer un efecto protector contra el asma, bronquitis y neumonía en los niños, lo que impulsa la salud de una manera sorprendente, al cambiar la activación de los genes. De igual forma se ha descubierto que los perros reducen el riesgo de asma y alergias en algunos niños.
Los gatos son lindos, tiernos e innegablemente extravagantes, sin embargo, recientes investigaciones sugieren que tener uno en casa también podría ser beneficioso para la salud, sobre todo en lo que respecta al asma. E incluso, ¡ofrecen este beneficio al cambiar la activación de los genes! Una variación del gen 17q21, llamado TT, es el factor de riesgo genético para el asma infantil más fuerte que se conoce.
Investigadores del Centro de Estudios sobre Asma en la Infancia de la Universidad de Copenhague (COPSAC, por sus siglas en inglés), en Dinamarca estudiaron a 377 niños cuyas madres tenían asma, asimismo, aproximadamente un tercio de ellos también portaban la variante del gen TT.1
Cuando se activa la variante del gen TT, este duplica el riesgo de asma, además está relacionado con la bronquitis y neumonía.2 Sin embargo, cuando los niños tenían un gato en casa, el gen no se activaba y tenían un riesgo mucho menor de desarrollar asma.
El riesgo de neumonía y bronquitis también se redujo en los niños que viven en hogares con gatos. Sin embargo, los perros no tuvieron los mismos efectos reductores del asma en comparación con los felinos.
Un fascinante estudio demostró que el entorno de una persona, con o sin mascotas, puede influir en la genética de modo que promueve o previene una enfermedad.
El coautor del estudio, Hans Bisgaard, declaró lo siguiente al respecto en un comunicado de prensa:
"[El estudio] registra la interacción entre la genética y el medioambiente en que vivimos, y en particular que esto ocurre durante el inicio de la vida, tanto en el embarazo como en el hogar.”3
¿Acaso los bebés pueden crecer más sanos al estar cerca de las mascotas?
Esta no es la primera vez que las mascotas han sido señaladas como precursoras de la salud. En 2015, un estudio del Reino Unido donde participaron más de 4 700 niños descubrió que el tener un gato se relacionó con un menor riesgo de sibilancias durante la infancia (el asma es una causa frecuente de sibilancias recurrentes).4
Además, los niños expuestos durante sus primeros 3 años de vida a niveles más altos de alérgenos felinos en el polvo doméstico, tenían un menor riesgo de desarrollar asma a los 7 años.5
Los investigadores creen que la exposición "temprana a una amplia gama de alérgenos, bacterias y productos bacterianos de espacios cerrados, puede reducir el riesgo de desarrollar asma".6 De hecho, también se ha descubierto que los perros tienen efectos protectores.
Por ejemplo, un estudio con cera de 400 niños reveló que los bebés que estuvieron expuestos a perros durante su primer año de vida, tenían menos síntomas de infecciones respiratorias y de oído, además, solían necesitar menos ciclos de antibióticos.7
La investigación presentada en Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI, por sus siglas en inglés) durante su Reunión Científica de 2017, reveló que la exposición a "elementos" caninos como las bacterias, puede tener un efecto protector contra los síntomas del asma.
Otro estudio presentado en la reunión encontró que las madres expuestas a perros durante el embarazo tenían niños con un riesgo significativamente menor de eczema a los 2 años (aunque la protección parecía disminuir a los 10).8
Durante mucho tiempo se ha discutido si las mascotas exacerban la enfermedad alérgica o la mitigan, sin embargo, cada vez existe más evidencia que parece señalar la segunda posibilidad.
La Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología señala lo siguiente en relación al tema:9
"La relación entre la exposición a los animales a temprana edad y el desarrollo tanto de alergias como asma, es algo confusa y existen diversos factores a considerar. La evidencia previa sugiere que los niños expuestos a los animales en las primeras etapas de vida tienen más probabilidades de desarrollar alergias y asma.
Una investigación más reciente parece demostrar que la exposición temprana a animales (en particular, gatos y perros) puede proteger a los niños del desarrollo de estas enfermedades. La investigación más reciente también sugiere que los niños criados en granjas desarrollan menos alergias y asma.”
La exposición a perros y animales de granja durante el primer año de vida reduce el riesgo de asma en niños a la edad de 6 años,10 y la exposición a granjas a temprana edad también reduce el riesgo de graves enfermedades respiratorias en los niños.11
Publicidad
![Clic aquí para aprende más]()
![Clic aquí para aprende más]()
¿Por qué la exposición a las mascotas puede ser protectora?
Si se pregunta por qué pasar tiempo con mascotas, tales como perros y gatos, puede reducir el riesgo de alergias y asma, es probable que existan muchos factores que influyan en esto. Tal y como reveló el estudio presentado, un componente genético puede estar involucrado.
Arne Høst, de la Universidad del Sur de Dinamarca, quien no participó en el estudio, declaró lo siguiente para Science Nordic:12
"Es muy emocionante que hayan encontrado esta conexión porque otros estudios no han podido concluir algo definitivo ...
Ahora parece que el efecto está relacionado con una variante genética particular, que demuestra cuán complejo es el desarrollo del asma y las alergias. No se trata solo de los genes y el medio ambiente, sino de cómo interactúan ambos, y todavía queda mucho por descubrir.”
Los investigadores del estudio presentado sugirieron que los gatos pueden tener un efecto protector a través de las bacterias que portan o incluso a través de hongos o tipos de virus que llevan consigo al hogar.
Por ejemplo, se ha demostrado que la exposición a mascotas en el útero o hasta los 3 meses de edad, aumenta los niveles de 2 cepas bacterianas intestinales.13 Una es la Ruminococcus, que está relacionada con una reducción de las alergias infantiles. Y la otra es la Oscillospira, que está relacionada con un menor riesgo de obesidad infantil.
Los niveles de ambas bacterias fueron 2 veces más altos en bebés que estuvieron expuestos a una mascota en su hogar. Durante el embarazo, así como durante los primeros 3 meses de vida, la ruta de exposición es indirecta, de perro a madre y de madre a bebé.
Anita Kozyrskyj, Ph.D., coautora del estudio, epidemióloga pediátrica de la Universidad de Alberta e investigadora líder en microbios intestinales, explicó para Science Daily: "Definitivamente, existe una crítica ventana de tiempo cuando la inmunidad intestinal y los microbios se desarrollan juntos y cuando las interrupciones del proceso generan cambios en la inmunidad intestinal".14
Aunque probablemente no pienses en tu peluda mascota como otra forma de exponerte a ti (y a tus hijos) a una diversa gama de microbios potencialmente benéficos, en efecto lo es, y cada vez más pruebas señalan que la exposición temprana a las mascotas, le enseña al sistema inmunológico de los bebés la diferencia entre los patógenos dañinos y los irritantes ambientales inocuos, lo que probablemente genere beneficios de por vida.