Un veterinario y un cirujano cardiaco se unen para salvar la vida de un cachorro labrador con un defecto cardiaco

anomalia del anillo vascular en perros

Historia en Breve

  • Shamus, un cachorro labrador chocolate, nació con un defecto grave en el corazón conocido como arco aórtico derecho persistente, o anomalía del anillo vascular
  • Este trastorno congénito afecta los vasos sanguíneos del corazón, lo cual provoca que se forme un anillo alrededor del esófago y el perro no pueda pasar los alimentos adecuadamente
  • La cirugía torácica de $5,000 USD era la única solución para salvar la vida del perro, y cuando el criador no pudo costearla, un veterinario se ofreció a realizarla gratuitamente e incluso obtuvo ayuda de un cirujano cardiaco
  • Shamus se recuperó vigorosamente y espera llevar una vida normal; un veterinario del hospital adoptó a Shamus, y la historia tuvo un final feliz

Shamus, un cachorro labrador chocolate, nació con un defecto grave en el corazón conocido como arco aórtico derecho persistente, o anomalía del anillo vascular. Este trastorno congénito afecta los vasos sanguíneos del corazón, lo cual provoca que se forme un anillo alrededor del esófago. Esto estrecha el flujo y ocasiona que se comprima, es decir que los alimentos se vuelven difíciles de tragar. Además, provoca la dilatación del esófago o del megasófago.

En el mesófago, los problemas con el funcionamiento de los nervios y músculos causan problemas de motilidad. El esófago se estira y las contracciones musculares dejan de ser eficientes. Como resultado, los alimentos no siempre llegan al estómago. Pueden llegar a acumularse en el esófago, y eventualmente provocar que el perro regurgite.

La regurgitación puede presentarse en tan solo unos minutos de haber pasado los alimentos, y por lo tanto estos se ven exactamente iguales que como entraron. Si se presenta regurgitación horas después de comer, los alimentos regresan en forma tubular o de salchicha (debido a la anomalía del anillo vascular, los alimentos no son digeridos). En el caso de Shamus, su criador lo llevó al Hospital animal Hyannis en Yarmouth, Massachusetts, pensando que se trataba de un problema de náuseas. Tenía tan solo 10 meses.

Cuando resultó ser que se trataba de un defecto cardiaco, la cirugía torácica de $5 000 USD era lo único que podía salvar la vida del perro. Debido a que el criador no era capaz de costearla, el veterinario Kevin Smith se ofreció a realizarla de manera gratuita–después de estudiar cómo realizarla–e incluso pidió ayuda del cirujano cardiaco del hospital de Cape Cod, el Dr. Paul Pirundini.1

 Signos y síntomas de la anomalía del anillo vascular

Los perros que nacen con anomalía del anillo vascular, los cuales presentan síntomas de regurgitación de alimentos sólidos y sin digerir, desnutrición y náuseas, antes de que cumplan los seis meses de edad.

Según Wag Walking, "En las etapas en las que se desarrolla el feto, hay arcos aórticos (vasos sanguíneos) que rodean el esófago y la tráquea. En algunos casos, estos arcos pueden llegar a formarse de forma anormal o tener una mala ubicación, lo cual resulta en la presión del esófago y la tráquea, esto puede provocar estrechamiento de los órganos y por consiguiente, regurgitación de los alimentos sólidos del cachorro en el lapso en el que es destetado."2

Ciertas razas, como la boston terrier, el pastor alemán y el setter irlandés, son más propensas a nacer con anomalía del anillo vascular. Estos perros también podrían experimentar un retraso en el crecimiento, hambre constante, y parecer demacrados.

La regurgitación constante puede presentarse de minutos a horas después de haber comido, lo cual predispone a estos animales a padecer neumonía por aspiración, la cual ocurre cuando un perro inhala mientras regurgita, y lleva alimentos a los pulmones. Esto puede provocarle una horrible infección que podría llegar a ser mortal.

Generalmente se requieren imágenes, como las radiografías torácicas, para diagnosticar este trastorno, y se necesita cirugía para cortar el ligamento que tapa el esófago. Entre más pronto se realice la cirugía es mejor, ya que puede presentarse daño permanente al esófago, en algunos casos el megasófago requiere tratamiento continuo.

Por ejemplo, las mascotas con megaesófago tienden a alimentarse mejor con comidas pequeñas y frecuentes a partir de tazones elevados o con la mano del dueño, es decir, se alimentan mejor con la cabeza levantada. Con el cuerpo elevado, en posición vertical, la gravedad puede compensar lo que el esófago no puede.

Muchos dueños de perros con megaesófago animan a sus perros a permanecer sentados durante 10 minutos después de comer o beber, y así permiten que los alimentos y el agua lleguen al estómago con ayuda de la gravedad.

Algunos dueños de mascotas también utilizan una "Silla Bailey", un objeto que funciona como una silla elevada para perros, esto los mantiene en posición vertical durante su hora de comida. Puedes mantener a tu perro en una silla Bailey de 10 a 30 minutos después de que haya comido, y así permitir que la gravedad mueva los alimentos del esófago al estómago.

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Un esfuerzo entre un veterinario y un cirujano cardiaco

Para salvar a Shamus, Smith y Pirundini trabajaron juntos durante el procedimiento que duró 1.5 horas en enero de 2018. Su trabajo en equipo logró que terminaran la cirugía más rápido y así reducir el tiempo que el cachorro pasó con anestesia.

Después de pasar un periodo de observación de 24 horas, Shamus se recuperó vigorosamente y espera vivir una vida normal. El Times en Cape Cod comentó, "Después de que le quitaran los puntos… Shamus corrió a la oficina del veterinario, olfateando botellas de agua, botas y zapatos, y tratando de robarse la sábana de otro perro y esconderla debajo de un escritorio."3

Un veterinario en el hospital animal adoptó a Shamus, lo que cerró este caso con un feliz final. En perros que tienen megaesófago y a quienes se les realiza cirugía debido a la anomalía del anillo vascular, se les puede agregar agentes espesantes al agua para reducir la probabilidad de presentar episodios de aspiración recurrentes. Encontrar la mejor manera de alimentarlo generalmente se logra a base de prueba y error, así que no te rindas.

Además, algunas veces te puedes apoyar de la acupuntura para estimular la motilidad del esófago, y de los cuidados quiroprácticos para eliminar las molestias nerviosas en el esófago.

Además, hay algunos medicamentos tradicionales chinos y homeópatas que se utilizan para fortalecer el esófago, también los nutracéuticos como la colina y minerales orgánicos de alimentos enteros resultan benéficos para pacientes con megaesófago.

Sin embargo, si se descubre la anomalía de anillo vascular y se corrige temprano, como fue el caso de Shamus, es muy probable que tu perro tenga una vida larga y sana sin ninguna complicación.

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