Los bebés que viven con mascotas podrían tener menos alergias

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Historia en Breve

  • Varios estudios recientes que investigaron si la exposición temprana a gatos y perros ayuda a los niños a evitar las alergias a las mascotas en el futuro llegaron a una conclusión similar: Para muchos niños sí es beneficioso vivir con una mascota durante sus primeros años de vida
  • La presencia de una mascota no solo reduce el riesgo de un niño a tener alergias a las mascotas, sino también a otros factores ambientales
  • Estudios realizados durante la última década han demostrado los beneficios en niños de tener un gato durante el primer año de vida, la ventaja de tener un perro y un gato en el hogar y el efecto de tener 2 o más perros o gatos
  • Es probable que la hipótesis de la higiene forme parte del desarrollo de las alergias a las mascotas. La hipótesis sostiene que si a un sistema inmunológico inmaduro no se le permite exponerse lo suficiente a los microorganismos ambientales normales como bacterias y parásitos, nunca aprenderá la diferencia entre los patógenos peligrosos e irritantes inofesivos como el pelaje de las mascotas o el polen
  • Un sistema inmunológico ingenuo es más propenso a atacar a los factores ambientales benignos, lo que podría explicar el aumento vertiginoso en la cantidad de enfermedades alérgicas que nos enfrentamos durante el siglo pasado

Hasta hace muy poco, muchas personas suponían que exponer a los niños a perros y gatos era lo que creaba las alergias a las mascotas.

Pero de acuerdo con una serie de estudios recientes, si la exposición ocurre durante el primer o segundo año de vida, en realidad puede proteger a los niños contra el desarrollo de sensibilidades alérgicas en el futuro.

Y lo que es especialmente interesante es que exponerse a las mascotas durante la infancia no solo puede reducir el riesgo de alergias al pelaje y la caspa de las mascotas, sino también a otros alérgenos ambientales.

Estudio de 2011: Los niños con gatos en el hogar tienen 50 % menos alergias a los gatos

Un estudio1 publicado el año pasado en la revista Clinical & Experimental Allergy monitoreó a más de 550 niños desde su nacimiento hasta que cumplieron los 18 años, se obtuvieron datos acerca de sus familias y la presencia de mascotas en el hogar de manera regular.

Al terminar el estudio, se tomaron muestras de sangre para analizar la existencia de alergias a perros o gatos en los pacientes.

Los niños que tuvieron algún gato en casa durante su primer año de vida resultaron ser 50 % menos alérgicos a los gatos que los que no tuvieron ninguna exposición desde su nacimiento hasta el año de vida.

Y en los niños que tuvieron perros en casa durante su primer año se reveló una disminución en el riesgo de tener alergia a los canes.

Los investigadores concluyeron que la exposición a mascotas en edades posteriores no mostró ninguna diferencia.

Fue la exposición durante la infancia la que resultó relevante, los autores principales del estudio concluyeron que, “El primer año de vida es fundamental durante el periodo de la infancia cuando la exposición a los perros o gatos en espacios interiores influye en nuestra sensibilidad a estos animales”.

Estudio de 2009: Los bebés con gatos y perros en el hogar tienen menos probabilidades de sufrir alergias a los 13 años

En un estudio del 2009,2 se investigó la propiedad de mascotas entre el nacimiento y los 9 años, y entre los 18 y 32 años de edad. A los participantes del estudio se les realizaron pruebas de alergia (punción cutánea) a los 13 y 32 años de edad.

Los resultados del estudio sugirieron que los niños que vivieron con un gato y un perro tenían menos probabilidades de tener alergias a los 13 años. Sin embargo, vivir únicamente con un gato o perro no proporcionó el mismo beneficio.

Para los niños que no tenían alergias a los 13 años, tener tanto un perro como un gato en la edad adulta redujo su riesgo de desarrollar nuevas alergias a la edad de 32.

Estudio de 2008: Vivir con un perro durante la primera infancia protege contra las alergias por inhalación

El objetivo de un estudio que fue publicado en 20083 era determinar si los efectos de la exposición a las mascotas sobre el desarrollo inmunológico y las alergias en los niños pequeños podrían explicarse por medio de los cambios en la exposición a estímulos inmunológicos innatos en el polvo sedimentado.

Los autores del estudio concluyeron que:

“La exposición a perros en la infancia, y en especial alrededor del momento del nacimiento, se asocia con cambios en el desarrollo inmunológico y reducciones en sibilancias y atopia [hipersensibilidad alérgica].

Estos hallazgos no se explican debido a la exposición a endotoxinas, ergosterol o ácido murámico.”

Otro estudio de 2008 publicado en la revista Sociedad Respiratoria Europea4 investigó el vínculo entre el contacto con perros y exponerse a endotoxinas durante la infancia con respecto al desarrollo de alergias hasta los 6 años de edad.

Los investigadores concluyeron que los niños que estuvieron expuestos a un perro en casa durante la primera infancia tenían una tasa significativamente menor de sensibilidad al polen mixto e inhalantes desde el nacimiento hasta los 6 años. Curiosamente, este estudio no encontró que estos niños tuvieran menos sensibilidad a los perros a pesar de su exposición temprana.

Los niños que tuvieron contacto regular con perros, pero que en realidad no vivían con uno, no tuvieron menores tasas de sensibilidad al polen e inhalantes, similares a las de los niños que vivían con perros en sus hogares.

Los resultados del estudio no vincularon la exposición a las endotoxinas del polvo doméstico durante la infancia con el desarrollo de alergias.

Los investigadores concluyeron que vivir con un perro durante la primera infancia protege contra las alergias por inhalación.

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Estudio de 2005: Un gato a temprana edad disminuyó significativamente la alergia a los gatos y rinitis alérgica

En un estudio realizado con niños con síntomas respiratorios que viven en Liguria, Italia, los investigadores analizaron el vínculo entre tener un gato a temprana edad y el desarrollo de la rinitis alérgica.5

Este estudio que fue publicado en el 2005, concluyó que tener gatos a temprana edad redujo considerablemente el riesgo de desarrollar alergias a los gatos. También se relacionó con un riesgo significativamente menor de desarrollar rinitis alérgica, en comparación con tener gatos más tarde en la vida, o no tenerlos.

Los autores del estudio concluyeron que:

“Tener un gato en la primera infancia puede desempeñar un papel importante para prevenir la sensibilidad a los gatos y disminuir la frecuencia de la rinitis alérgica, al menos en niños con las características de la población estudiada.”

Estudio de 2002: Los bebés expuestos a 2 o más perros o gatos durante su primer año tuvieron menos alergias a las mascotas, ácaros y ambrosía

Un estudio6 que fue publicado en el año 2002 en la Revista de La Asociación Médica Americana evaluó el vínculo entre estar expuesto a perros y gatos durante el primer año de vida y la sensibilidad a alergias entre los 6 y 7 años de edad.

Los investigadores concluyeron que los niños expuestos a dos o más perros o gatos durante su primer año de vida tuvieron menos probabilidades de desarrollar alergias, no solo al pelo de los perros y gatos, sino también a los ácaros del polvo y la ambrosía.

Las alergias y la hipótesis de la higiene

La teoría de la hipótesis de la higiene que nació a finales de la década de 1980, es que el enorme aumento de los trastornos alérgicos en el último siglo se debe en parte a nuestros estándares de limpieza un tanto obsesivos.

Desde la aparición de los productos antibacterianos para cada uso posible, nos hemos vuelto extremadamente cuidadosos al tratar de evitar todos los gérmenes del medio ambiente. A simple vista podría parecer una perspectiva sensata, pero no todos están convencidos.

Se cree que la exposición temprana a bacterias y parásitos prepara al sistema inmunológico inmaduro para combatir infecciones peligrosas.

Además, esta "preparación" del sistema inmunológico también le ayuda a conocer la diferencia entre los peligros graves para la salud como una infección de neumonía y los irritantes inofensivos como la caspa de las mascotas y el polen.

De acuerdo con la hipótesis de la higiene, cuando el sistema inmunológico permanece inocente por la falta de exposición a patógenos reales, es más probable que organice ataques contra factores ambientales benignos.

Entonces, es posible que estar expuesto a mascotas en el hogar durante los primeros años de vida ayude al sistema inmunológico de los niños a equilibrarse con respecto a reconocer la diferencia entre el pelaje y la caspa de las mascotas como lo que son--inofensivos.

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