Olvídate de esta vacuna: tu perro tiene mejores opciones para combatir esta enfermedad

virus de la influenza en perros

Historia en Breve

  • A pesar de la frecuencia de los informes en los medios de comunicación sobre la propagación de la influenza canina (CIV por sus siglas en inglés), los perros que corren mayor riesgo siguen siendo aquellos que viven en espacios en donde hay sobrepoblación, como en los refugios y perreras
  • Los perros domésticos sanos rara vez contraen la gripe y, cuando lo hacen, se recuperan muy rápido, casi siempre sin intervención médica
  • Los síntomas de una infección por CIV incluyen tos, arcadas o tos seca, y laringitis. Los síntomas graves tienden a aparecer solo en cachorros muy pequeños, en perros geriátricos o en perros inmunodeprimidos, que estén muy estresados o debilitados
  • El tratamiento para el CIV es principalmente de apoyo. Existen varios remedios naturales que pueden proporcionar un alivio de los síntomas
  • Para los perros, las vacunas contra la gripe en realidad no previenen la infección y es por eso que no las recomiendo. Además, la vacunación excesiva puede dañar el sistema inmunológico de tu perro, lo cual pone en peligro su capacidad para combatir el CIV y otras infecciones

Estoy segura de que la mayoría de ustedes ha notado un aumento significativo en las noticias sobre la propagación del virus de la influenza canina. Por lo general, vemos que estas historias aparecen durante los meses de otoño e invierno, pero parece que ahora hemos sido bombardeados mes tras mes con alertas de gripe canina.

La influenza canina en Estados Unidos

El virus de la influenza canina es parte del complejo de las enfermedades respiratorias infecciosas caninas, al cual también se le conoce como “tos de las perreras”. En Estados Unidos, se han reportado dos tipos de cepas de influenza canina: H3N8 y H3N2.

Al inicio, la cepa H3N8 fue un virus de influenza que se presentaba solo en caballos. Este virus equino mutó y ahora también se puede transmitir entre perros. La cepa H3N2, la cual desde hace algunos años es reciente en este país, en un principio se había detectado en el sur de China y en Corea del Sur y se deriva de una cepa de gripe aviar que ahora puede infectar a los perros.

El CIV se transmite entre los perros que visitan o viven en entornos tales como refugios para animales, perreras, centros de cuidado diurno para perros, parques para perros, instalaciones para el aseo o veterinarias, tiendas de mascotas y espacios donde se realicen deportes caninos u otro tipo de competencias.

La aparición de la enfermedad suele ser el resultado del contacto directo entre un perro y otro perro, del contacto con superficies contaminadas o de la transmisión aérea del virus a través del estornudo o la tos.

En términos generales, el CIV se transmite a través del contacto cercano con un perro infectado, casi siempre en un espacio reducido. Debido a que los perros infectados difunden el virus en un nivel bastante bajo, el contacto casual no representa una gran preocupación.

Los perros son más contagiosos durante el período de 2 a 4 días de incubación del virus. Durante este breve lapso de tiempo, los perros se infectan y liberan el virus por medio de sus secreciones nasales, pero todavía no presentan señales de enfermedad.

Casi el 100 % de los perros que se expongan al CIV se infectarán y la mayoría (80 %) manifestará síntomas de gripe. Por fortuna, la tasa de mortalidad es baja (menos del 10 %). Todos los perros son susceptibles a este virus sin importar su edad, género o raza.

Factores de riesgo y síntomas que hay que tomar en cuenta

El CIV se asocia principalmente con espacios en donde hay condiciones de sobre población, como las que hay en algunos refugios, perreras e instalaciones para carreras de perros.

Es poco probable que la mayoría de los perros domésticos se encuentren en una situación en la cual contraigan el virus, pero incluso si al tuyo le ocurre, es probable que se recupere bastante bien sin necesidad de una intervención médica, por tener un sistema inmunológico saludable.

Es raro que un perro requiera ser hospitalizado por CIV. Por lo general, la gravedad en esta enfermedad ocurre solo en cachorros muy pequeños, en perros geriátricos o inmunodeprimidos, que estén muy estresados o debilitados.

La aparición de los síntomas de la influenza canina ocurre entre 2 o 3 días después de que tu perro ha sido infectado. La propagación del virus alcanza su punto máximo de 3 a 4 días después de que haya ocurrido la infección, y la enfermedad disminuye con velocidad una vez que el sistema inmunológico de tu perro reacciona ante la presencia del virus.

Los síntomas comunes de una infección de CIV duran de 1 a 2 semanas e incluyen:

  • Tos seca o arcadas
  • Tos paroxística (ataques de tos)
  • Laringitis
  • Rinitis (congestión, secreción nasal)

Si tu perro continúa tosiendo después de 10 días, ya no es contagioso. Es probable que la tos continúe debido a lesiones en su tracto respiratorio. En general, una infección de CIV por sí sola no es grave, sin embargo, esta infección junto con la presencia de otros virus respiratorios puede dar lugar a una neumonía bacteriana secundaria.

En algunas mascotas, sobre todo en los cachorros con sistemas inmunológicos que no se han desarrollado, los síntomas pueden ser bastante graves, entre ellos están los cuatro que se enlistaron previamente, más la pérdida de apetito, letargo, fiebre y dificultades para respirar. En estos pacientes, la enfermedad también puede prolongarse.

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Cómo se diagnostica la influenza canina

El diagnóstico de CIV se basa en hacer una revisión física de tu perro, sus síntomas y los resultados de los análisis.

Si tu veterinario sospecha que tu perro se ha contagiado de gripe, puede que recomiende realizar radiografías del tórax, antes de aplicar una prueba de influenza, para descartar otras enfermedades respiratorias.

Debido a que el CIV con frecuencia se presenta junto con otros patógenos respiratorios, en las primeras etapas de la enfermedad puede que sea de gran ayuda para tu veterinario llevar a cabo una prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR por sus siglas en inglés) en busca de problemas respiratorios, ya que este analiza si hay adenovirus, moquillo, parainfluenza, coronavirus respiratorio, neumovirus, Bordetella bronchiseptica y Mycoplasma cynos junto con cuadro de PCR de la influenza.

Este diagnóstico, el cual se ofrece en el Centro de Diagnóstico de Salud Animal de Cornell (AHDC por sus siglas en inglés) y en IDEXX Laboratories, también puede identificar si las muestras que den resultados positivos de influenza corresponden a la H3N8 o H3N2.

Los perros que han presentado estos síntomas por más de 7 días deben ser diagnosticados mediante una prueba de anticuerpos ya que, para este momento, el virus por sí solo es casi siempre indetectable. El AHDC ha creado un análisis que detecta los anticuerpos de la nueva cepa del virus H3N2.

Opciones para tratar a tu perro si tiene influenza

El enfoque veterinario tradicional para tratar la influenza canina incluye el suministro a corto plazo de antibióticos y dosis antiinflamatorias de glucocorticoides que ayuden a aliviar la tos. Estos medicamentos no curan la infección ni reducen el periodo de la enfermedad y no los recomiendo ya que tienen efectos secundarios.

Otras terapias tradicionales pueden incluir el tratamiento con antitusivos (hidrocodona, butorfanol) y la administración en aerosol o nebulizador de antibacterianos en pacientes con infecciones bacterianas secundarias. Yo recomiendo también usar un difusor con aceites de eucalipto de alta calidad.

Los perros enfermos deben aislarse y recibir atención en forma de hidratación, cuidado calórico y terapia de oxígeno suplementario, según sea necesario. También el llevar a tu perro a un ambiente cálido y húmedo durante períodos breves, (por ejemplo, al baño mientras tomas una ducha) puede ser de gran ayuda.

Las correas de cuello deben reemplazarse por bozales (por ejemplo, the Gentle Leader), los perros no deben estar expuestos al humo ni a al aire contaminado, y se deben evitar los ladridos.

Puede que el cuidado holístico incluya el agregar astrágalo, vitamina C liposomal, uña de gato y equinácea al tratamiento de tu perro, junto con nosodes homeopáticos y otros remedios naturales (por ejemplo: tintura de olmo resbaladizo para el dolor de garganta) como solución para el alivio de los síntomas.

Solo di “no” a las vacunas contra la influenza canina

Así como el Dr. Mercola aconseja no usar vacunas para la gripe en humanos, yo también recomiendo evitar las vacunas contra la gripe canina. De igual manera es importante darse cuenta de que los virus de la gripe humana y canina son diferentes y no hay nada que sugiera que las personas puedan contraer la gripe de sus perros o viceversa.

No recomiendo las vacunas para la influenza canina ya que éstas no previenen la infección. La vacuna puede reducir la propagación del virus una vez que la infección está presente y puede disminuir la gravedad de los síntomas y su duración, pero no evita que tu perro se contagie de CIV.

Hay demasiadas vacunas, en especial vacunas no esenciales (es decir cualquier vacuna canina que no sea para el moquillo, parvovirus, adenovirus o rabia) como la del CIV, que pueden poner seriamente en riesgo el sistema inmunológico de tu mascota, lo cual afecta a la capacidad de tu perro de protegerse de forma natural contra patógenos como el virus de la gripe.

Además, las vacunas que no son esenciales han demostrado ser menos seguras en términos de tener reacciones adversas, en comparación con las vacunas esenciales.

Cómo ayudar a tu perro a prevenir esta enfermedad

Si tu mascota se llega a exponer al virus de la influenza canina, siempre y cuando su sistema inmunológico esté sano, puede que se mantenga asintomático (es decir que no manifestará síntomas) o que se recupere de forma rápida sin la necesidad de recibir atención médica.

Para mantener el sistema inmunológico de tu mascota preparado contra la gripe hay que:

  • Ofrecerle una alimentación fresca, nutricionalmente equilibrada y apropiada para su especie
  • Evitar las vacunas innecesarias, el uso excesivo de medicamentos veterinarios y químicos para prevenir parásitos y plagas
  • Reducir las toxinas ambientales a las que tu perro está expuesto, lo que a su vez disuadirá su carga tóxica y estrés biológico
  • Hablar con tu veterinario integral sobre propulsores naturales para el sistema inmunológico como la cúrcuma, orégano, ajo fresco, hierbas útiles y aceites esenciales que combaten los virus

+ Fuentes y Referencias
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