Las grasas saludables son una parte esencial de una alimentación para perros y gatos nutricionalmente balanceada y apropiada según la especie. Las grasas alimenticias pueden contribuir en la salud y bienestar de tu mascota de muchas formas:
- Es una fuente de energía concentrada
- Forma parte de la membrana celular, además ayuda a transportar nutrientes y otras sustancias a través de la membrana de las células
- Produce metabolitos que pueden ayudar a controlar la inflamación
- Contribuye a la formación de ciertas hormonas, como el estrógeno, testosterona y progesterona, así como a la formación de ácidos biliares que ayudan en la digestión y absorción de nutrientes
- Actúa como una barrera mecánica, aísla el cuerpo contra la pérdida de calor, protege los órganos internos y evita el exceso de agua
¿Cuáles son las grasas facilitadoras y funcionales?
El concepto de grasas "buenas" y "malas" en la alimentación es mucho más relevante para la salud humana que para la salud de los perros y gatos. Aunque ciertos tipos de grasa están relacionados con las enfermedades cardíacas y derrames cerebrales en las personas, no sucede lo mismo en las mascotas.
El cuerpo de tu perro o gato está diseñado para usar y procesar grasas en su alimentación de manera diferente a la tuya. Naturalmente, las mascotas tienen más colesterol bueno (HDL) que malo (LDL). Por lo tanto, tu perro o gato no presentará altos niveles de colesterol en la sangre ni engrosamiento arterial por la grasa de su alimentación.
Es útil considerar a las grasas presentes en los alimentos para mascotas como facilitadoras o funcionales:
• Las grasas facilitadoras son las grasas saturadas, se encuentran en cantidades abundantes en la alimentación a base de carne para perros y gatos; proporcionan una serie de beneficios, que incluyen mejorar el sabor y textura de los alimentos, y se convierten en energía para impulsar los procesos metabólicos.
También suministran energía alta en calorías para favorecer el movimiento físico, regular su temperatura corporal, crecimiento y reproducción, además ayudan a la digestión y absorción de vitaminas liposolubles. Así mismo, estas grasas son acumuladas en el tejido adiposo para utilizarse posteriormente como energía, en caso de ser necesario.
• Por lo general, las grasas funcionales son, aunque no siempre, ácidos grasos esenciales (EFAs). Son “esenciales” porque los perros y gatos no pueden producirlos por sí solos y deben obtenerlos de los alimentos que consumen.
Las EFAs son las grasas omega-3 y omega-6; las mascotas necesitan una proporción equilibrada de ambas para mantenerse saludables. En particular, las grasas omega-3 desempeñan un rol muy importante en el bienestar de tu mascota.
Grasas omega-3
Hoy en día, los bajos niveles de grasas omega-3 son una deficiencia nutricional muy común en los perros y gatos, así mismo puede causar o exacerbar una amplia variedad de padecimientos, que incluyen alergias, infecciones por levaduras, enfermedades inflamatorias de la piel, problemas oculares, enfermedades renales, problemas cardíacos, disfunción cognitiva y artritis.
Quizás hayas escuchado que el aceite de linaza es una buena fuente de ácidos grasos omega-3, pero debes considerar que se trata de una forma de origen vegetal (frente a una de origen animal), llamada ácido alfa-linolénico (ALA).
Las mascotas carecen de las enzimas necesarias para convertir las fuentes vegetales de ácidos grasos omega-3 (cáñamo, chía y linaza) en DHA (ácido docosahexaenoico), por lo que el DHA y EPA (ácido eicosapentaneoico) deben suministrarse directamente por medio de los alimentos.
El aceite de kril es alto en EPA y DHA. Estas grasas antiinflamatorias se encuentran en los mariscos de forma natural, pero es probable que los alimentos para mascotas a base de harina de pescado, que de todas maneras desaconsejo, no proporcionen cantidades significativas.
Puedes alimentar a tu mascota con salmón silvestre o sardinas envasadas en agua para obtener valiosas grasas omega-3, o probar un suplemento de aceite de kril. Si actualmente tu mascota se encuentra saludable, te recomiendo incluir aceite de kril de la siguiente manera:
- 250 miligramos (mg) diarios para gatos y razas tamaño toy (de 1 a 14 libras)
- 500 mg diarios para perros pequeños (15 a 29 libras)
- 1 000 mg diarios para perros medianos (30 a 49 libras)
- 1 500 mg diarios para perros grandes (50 a 79 libras)
- 2 000 mg diarios para perros de 80 libras o más
Las grasas omega-3 son muy sensibles al oxígeno y pueden volverse rancias rápidamente, así que te recomiendo los aceites que puedan suministrarse por medio de un dispensador hermético o al vacío, o en cápsulas que puedan cortarse y exprimirse sobre los alimentos, justo antes de la hora de comer. Si compras aceites líquidos embotellados, podría haber un riesgo mucho mayor de oxidación con el paso del tiempo.
También, debes tener cuidado con las grasas omega-3 añadidas en los alimentos comerciales para mascotas, ya que es probable que estén inactivadas, rancias o que pueden volverse rancias posteriormente.
El formulador de alimentos para mascotas, Steve Brown, indicó: "La salud de un perro depende del tipo de grasas que consume", lo que significa que las grasas son de suma importancia para los perros y gatos.
Las grasas rancias que se encuentran en los alimentos más procesados para mascotas son muy perjudiciales, mientras que las grasas saludables podrían ser transformadoras para desacelerar y prevenir muchas enfermedades degenerativas (desde la enfermedad renal hasta el deterioro cognitivo).
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Grasas Omega-6
En los perros y gatos es inusual observar la deficiencia de grasas omega-6 porque por lo general, los alimentos comerciales para mascotas proporcionan demasiada cantidad de este tipo de grasas.
La carencia de grasas omega-6 en la alimentación de tu mascota podría ocasionar problemas para subir de peso y un desarrollo general deficiente. Además, podría comprometer el sistema inmunológico de tu mascota, causar degeneración hepática y renal, trastornos del comportamiento y mala cicatrización de las heridas.
Si necesitas complementar las grasas omega-6 en la alimentación de tu mascota (que normalmente solo ocurre con algunos tipos de alimentación casera), los aceites de semilla de calabaza, linaza y cáñamo son mucho mejores opciones que el aceite de maíz, de cártamo o de oliva.
Aceite de coco
Me encanta el aceite de coco para mascotas, pero es importante entender que nunca debe emplearse como sustituto de las grasas alimenticias que mencioné anteriormente. Debe estar estrictamente destinado como suplemento de grasas saludables.
En los perros y gatos, recomiendo suministrar un cuarto de cucharadita de aceite de coco 100 % orgánico, prensado en frío y apto para consumo humano por cada 10 libras de peso corporal, dos veces al día. Puedes agregarlo en los alimentos crudos, frescos, nutricionalmente balanceados, caseros o comerciales de tu mascota a la hora de comer.
El aceite de coco es una fuente concentrada de triglicéridos de cadena media (MCT), que pueden beneficiar la función cognitiva de tu mascota. Además, es una fuente alta en ácido láurico, que es un poderoso agente antimicrobiano.
Esto lo convierte en una opción especialmente beneficiosa para mascotas con alergias o infecciones por levaduras. Así mismo, puede ayudar con las bolas de pelo en los gatos y puede emplearse por vía tópica para tratar enfermedades cutáneas.
Si bien, el aceite de coco es generalmente seguro para los perros y gatos, algunas mascotas pueden ser alérgicas.
En el caso de las mascotas con pancreatitis, debes evitar la mayoría de los tipos de grasa que requieren que el páncreas segregue lipasa adicional, la enzima necesaria para descomponer la grasa, el aceite de coco se absorbe pasivamente a través del tracto gastrointestinal y no requiere lipasa para ser digerido, por lo que es seguro para animales "sensibles".
Toma en consideración que el aceite de coco es alto en calorías, por lo que si tu mascota ya tiene exceso de peso, aumenta de peso con facilidad, o metaboliza la grasa de forma ineficaz, debes utilizarlo cuando hayas disminuido el contenido calórico de otros alimentos.
Una buena idea sería comenzar a suministrarle pequeñas dosis, e incrementarlas de forma gradual una vez que el sistema de tu mascota se acostumbre; esto podría ayudar a prevenir la producción de heces grasosas, malestar estomacal o diarrea, que son efectos secundarios de suministrarle una cantidad muy grande en una sola exhibición.