Las lesiones del ligamento cruzado craneal son graves, debilitantes y, por desgracia, demasiado comunes en los perros. De hecho, la ruptura de los LCC es la lesión número uno en tejidos blandos que se observa en la medicina veterinaria de hoy en día.
Los ligamentos cruzados son bandas de tejido fibroso que se encuentran alrededor de la rodilla. Cada articulación de la rodilla (denominada como “articulación femoro-tibio-patelar” en perros) en las patas traseras cuenta con dos ligamentos cruzados que conectan al fémur (el hueso sobre la articulación de la rodilla) con la tibia (el hueso debajo de la articulación de la rodilla).
Los ligamentos cruzados son los principales estabilizadores de la articulación de la rodilla de tu perro. Se cruzan uno sobre otro, con una banda que se extiende desde adentro hacia afuera de la articulación de la rodilla y la otra desde afuera hacia adentro. En los seres humanos, el LCC se denomina como ligamento cruzado anterior (LCA).
Dentro de la articulación de la rodilla, entre el fémur y la tibia, existe un material cartilaginoso conocido como menisco. La función del menisco es amortiguar los impactos y ayudar a soportar la carga, y puede dañarse cuando existe una lesión en los ligamentos cruzados.
Las lesiones de los LCC se observan en perros de todos los tamaños y edades, pero se pueden apreciar con mayor frecuencia en ciertas razas, como: el Akita, el perro perdiguero de la Bahía de Chesapeake, el Labrador Retriever, el Mastín, Terranova, el Rottweiler, el San Bernardo y el Staffordshire Terrier. La investigación ha logrado identificar un componente genético para la enfermedad en cachorros y Labradores.
Las razas con poca probabilidad de desarrollar una enfermedad de los LCC incluyen: el Sabueso, el Perro Salchicha, el Galgo y el Viejo Pastor Inglés. Esta condición casi nunca se muestra en gatos.
La mayoría de los LCC que se rompen, se han deteriorado durante años
La ruptura de los LCC es una razón muy común para la cojera de las extremidades posteriores, dolor y artritis de la rodilla en perros afectados. Dichas rupturas pueden ser parciales o completas. Según el Colegio Americano de Cirujanos Veterinarios (ACVS, por sus siglas en inglés), y en mi propia experiencia, en la gran mayoría de los perros afectados, los ligamentos rotos se han ido deteriorando gradualmente durante un período de meses o años.
Cuando los LCC se desgarran, los huesos de la rodilla no logran moverse de manera normal, lo que implica que tu perro tendrá dificultades al poner peso en la pata sin colapsarse. Esto se debe a que la tibia ya no está apoyada por el ligamento cruzado y se empuja hacia adelante cuando se ejerce cualquier tipo de presión sobre su pata.
Cuando existen desgarros completos, únicamente la corrección o reemplazo quirúrgico lograrán que la articulación funcione completamente de nuevo. El tipo de técnica quirúrgica seleccionada y la capacidad del cirujano determinará el éxito del resultado, así como la terapia de rehabilitación y el apoyo conjunto a largo plazo.
Sin embargo, la mayoría de los perros sufren esguinces recurrentes en lugar de fracturas completas. En estas situaciones, se recomienda evitar la cirugía el mayor tiempo posible al establecer un protocolo de manejo intensivo, el cual mencionaremos más adelante.
Las lesiones de LCC son dolorosas para tu perro y, sin el tratamiento adecuado, pueden generar daños permanentes en las articulaciones. Desafortunadamente, las estimaciones indican que del 40 al 60 % de los perros con LCC en una de sus rodillas pueden llegar a desarrollar la misma problemática en la otra rodilla.
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Lo que he aprendido con mis pacientes caninos sobre las causas de las lesiones de los LCC
Muy poco del daño de dichos LCC que he observado en mis prácticas, es gracias al resultado de un trauma repentino lo suficientemente grave como para causar una ruptura. Las lesiones de LCC que manejo son ocasionadas por uno o más de estos cuatro factores:
- Trauma (como ser atropellado por un auto)
- Tamaño, peso, raza, hormona sexual y estado de las vacunas
- Los perros ingieren alimentos procesados de mala calidad (generalmente con vitaminas y minerales sintéticos de muy baja calidad, agregados para cumplir con los requisitos mínimos de nutrientes de la AAFCO)
- Los perros con dietas modelo de presas alimentados por dueños desorientados, quienes creen que ofreciéndoles cualquier tipo de alimento fresco es todo lo que importa, las recetas son innecesarias y el "equilibrio se presentará con el tiempo" sin ninguna adición intencional para satisfacer las deficiencias nutricionales especificas
La gran mayoría de los perros que analizó con un daño en los LCC, desgarran sus ligamentos de manera no traumática a medida que avanzan con sus vidas caninas. Las razas grandes y gigantes experimentan mayores lesiones de LCC que los perros más pequeños. Sin embargo, conforman únicamente un pequeño porcentaje de mis pacientes. La genética puede jugar un papel mucho menor, pero alrededor del 75 % de los perros que atiendo no encajan en ninguna de estas categorías.
Los perros que han sido esterilizados o castrados cuentan con un mayor daño de LCC que los animales intactos, lo cual tiene sentido ya que las hormonas sexuales parecen tener un efecto protector en el sistema musculoesquelético.
Los perros con sobrepeso y mal acondicionados afectan más sus ligamentos que los perros delgados, pero mis pacientes no se encuentran gordos o fuera de forma.
De hecho, en mi práctica, los perros con lesiones de LCC son activos y saludables, no tienen vacunas en exceso, y aún cuentan con sus ovarios o testículos y, por lo tanto, con sus hormonas sexuales. Finalmente, llegué a la conclusión de que la nutrición era una causa probable para la mayoría de las lesiones de LCC que observaba.
Mi quiropráctico animal (quien comenzó como quiropráctico humano) fue el primero en sugerir que mis propios perros y mis pacientes caninos podrían tener una deficiencia de minerales, específicamente con falta de manganeso en su alimentación, el cual puede ser la causa principal de muchas lesiones de ACL en humanos.
El manganeso es necesario para el desarrollo y mantenimiento saludable de los ligamentos. Los requerimientos caninos de manganeso son altos. La cantidad de manganeso varía dependiendo de la fuente alimenticia. Se recomienda leer: Qué se encuentra detrás de la epidemia del ligamento cruzado craneal para comprender por qué sospecho que los perros de hoy no consumen suficiente manganeso.
Tratamiento del dolor y apoyo articular
Los protocolos de recuperación y mantenimiento que diseñé para mis pacientes, se basan en las circunstancias específicas de cada perro, así como su edad, nivel de actividad y función (por ejemplo, los atletas de destreza y perros policía cuentan con un estrés en el ligamento diferente al de otros perros).
Tratar la enfermedad de los LCC de forma no quirúrgica implica estas estrategias principales: controlar el dolor, restaurar la función y la fuerza de la pata lesionada, apoyar y mejorar la salud de las articulaciones y disminuir la enfermedad degenerativa de las articulaciones (DJD, por sus siglas en inglés).
Se deben de administrar medicamentos durante el tiempo que sea necesario para controlar tanto el dolor de la lesión de LCC, como el dolor inadaptativo que se haya desarrollado como resultado, como el dolor lumbar.
Establecer agentes condroprotectores (CPA, por sus siglas en inglés) tan pronto como sea posible, ayuda a reducir el daño a las articulaciones. Para las razas genéticamente predispuestas, significa comenzar las sustancias condroprotectoras proactivamente, de 6 a 12 meses.
Las CPA más comúnmente utilizadas son el mejillón de perna (almeja de labios verdes), la membrana de cáscara de huevo, el sulfato de glucosamina, el MSM y el miristoleato de cetilo.
Los perros que han sufrido una lesión importante en los LCC, deben de utilizar protocolos progresivos de soporte de articulaciones durante el resto de sus vidas para retrasar la enfermedad articular degenerativa en la rodilla lesionada, y mejorar la resistencia de los ligamentos en la otra rodilla.
Asimismo, utilizo inyecciones de Adequan y terapia de plasma rica en plaquetas para retardar la degeneración articular y promover la producción de líquido articular en casos de problemas crónicos de rodilla. La proloterapia, que consiste en inyectar pequeñas cantidades de varias sustancias naturales en los tejidos blandos de una articulación dañada, también puede ser beneficiosa para estos pacientes.
Además, he incorporado muchos antiinflamatorios naturales para el manejo a largo plazo, incluyendo: boswellia, garra del diablo, matricaria, enzimas proteolíticas, SAM, scutellaria, serrapeptase, superóxido dismutasa (SOD), cúrcuma, jengibre y corteza de sauce (únicamente para perros, no para gatos).
Existen algunos remedios homeopáticos y de hierbas chinas excelentes que también pueden ser beneficiosos, pero estos tratamientos naturales deben de ser administrados junto con los CPA y no en su lugar.
Recomendaciones alimenticias
Proporciona una alimentación casera rica en alimentos frescos, asegurándote que sea balanceada para un consumo óptimo de nutrientes, incluyendo 3,1 mg de manganeso por 1 000 kcal (calorías). Esta es la cantidad promedio de manganeso proporcionada por la dieta ancestral canina. Los perros que cuentan con una alimentación para ayudar a sus ligamentos no deberían experimentar daño degenerativo en los ligamentos cruzados a lo largo del tiempo.
Mis recomendaciones para una alimentación rica en manganeso son:
- Sigue una receta casera que muestre cantidades de manganeso por porción o 1 000 kcal.
- Llama a la compañía de alimentos para mascotas y pregunta qué lineamientos cumplen, o qué cantidades de manganeso (por 1 000 kcal) existen en sus alimentos, para saber si se están cumpliendo los consumos adecuados para tu mascota (el mínimo para AAFCO es de 1.25mg o 1 000 calorías)
- Según sea necesario, añade un suplemento alimenticio (con alimentos integrales o suplementos como el E-Manganeso de Standard Process) para cumplir con los requerimientos de manganeso
Además, es muy importante mantener a tu perro delgado y en buena condición física y de preferencia no lo castres (opta por una esterilización para preservar el ovario o la vasectomía, cuando sea posible) y no apliques vacunas innecesarias.
Terapia de rehabilitación y ejercicio
Existen numerosos aparatos ortopédicos que pueden ser beneficiosos para limitar el rango de movimiento y para apoyar el resto del cuerpo (incluyendo la articulación de la rodilla opuesta con demasiada carga).
Descubrí que es importante combinar el tipo de refuerzo con la raza del perro, así que es importante trabajar de la mano de un terapeuta de rehabilitación animal para determinar qué tipo de refuerzo será más beneficioso para tu perro.
Una vez que el dolor y la cojera de un perro mejoran, se puede establecer un programa de rehabilitación física para mejorar la función y recuperar la fuerza. He encontrado que la terapia acuática es muy beneficiosa para ayudar a los perros a recuperarse de las lesiones de LCC, ya que ayuda a aumentar la fuerza y la masa muscular con poca o ninguna molestia.
En una caminadora bajo el agua, tu perro puede ejercitarse con una postura normal sin exceder su peso en las articulaciones dañadas. El agua también proporciona resistencia durante el movimiento, lo que ayuda a fortalecer los músculos. Durante este tiempo, también recomiendo la terapia con láser, el circuito de Asís, la acupuntura y la electroacupuntura para ayudar a aliviar el dolor en las articulaciones.
El cuidado quiropráctico puede ayudar a los desequilibrios posturales de tu perro, al igual que reducir el estrés compensatorio en la otra rodilla. Asimismo, el masaje es excelente para los músculos tensos y sobretrabajados.
Es importante tomar en cuenta que incluso con una terapia intensa, existen casos en los cuales se produce una ruptura completa eventualmente. Es por eso que muchos perros requieren cirugía de los LCC para mantener su calidad de vida. Cada paciente y cada situación son diferentes, por lo que encontrar los métodos de tratamiento más útiles y adecuados para tu mascota y su familia son todo un desafío.