Para muchos de ustedes, el por qué y cómo pasear a su perro podría parecer un tema "sin complicaciones", pero lo cierto es que hay muchos dueños de mascotas que:
- No sacan a sus perros a pasear en absoluto, o no lo hacen de forma rutinaria
- No aprovechan la actividad al máximo
- Le temen a salir a caminar porque en realidad es la mascota quien los pasea a ellos, o muestra otros comportamientos negativos con la correa
Antes de cruzar la puerta
La mejor manera de desarrollar un hábito positivo a la hora de pasear a tu perro es hacerlo al momento en que tu mascota es un cachorro.
En cuanto su sistema inmunológico esté lo suficientemente fuerte como para protegerlo de enfermedades contagiosas (habla con el veterinario sobre cuándo es seguro sacar a tu cachorro), está listo para salir a caminar contigo u otros miembros de la familia.
Antes de intentar salir a caminar, ya debería tener su propio collar o arnés y placa de identificación, además debería estar acostumbrado a usarlos. Algunos cachorros no tienen problemas para usar el collar; otros sí los presentan. Si se resiste, distráelo para que no se queje de su collar hasta que se haya acostumbrado a usarlo, siempre y cuando estés seguro de que no está demasiado apretado (deberías poder deslizar fácilmente tus dedos debajo de él) ni sea incómodo por alguna otra razón. Que tu cachorro olvide que lleva puesto un collar no debería tomar más de un par de días.
No intentes sacar a tu cachorro a pasear si protesta por llevar el collar puesto. Primero, acostúmbralo a usar su collar.
Si planeas usar un bozal o arnés para la cabeza (lo que recomiendo para todos los perros con riesgo de lesionarse a causa de un jalón con una combinación de collar con correa), el siguiente paso es lograr que tu cachorro se sienta cómodo al usarlo. Al igual que con el collar, esto debe ocurrir antes de intentar colocarle una correa y salir de casa.
Una vez que usar su collar y bozal o arnés (si así lo deseas) sea algo natural para tu perro, estará listo para dar el siguiente paso. Átale una cuerda delgada de alrededor de cuatro pies (un cordón o cuerda delgada de algodón) a tu cachorro y deja que la arrastre por toda la casa mientras lo vigilas con atención, por supuesto. Se acostumbrará a estar atado, así como al jalón que provocará al pisar la cuerda.
Una vez que tu cachorro esté acostumbrado a la cuerda de cuatro pies, cámbialo por una cuerda de 10 a 15 pies del mismo material y diríjanse al exterior.
Comienza con el pie derecho
Para la mayoría de los cachorros, las primeras caminatas deben ser cortas; el objetivo principal es que el perro se acostumbre a estar atado a quien lo dirige.
Encuentra un entorno seguro. Permite que el cachorro camine arrastrando un poco la cuerda, luego levanta el extremo opuesto. Bríndale la oportunidad de dirigir el camino durante unos segundos mientras mantienes la correa justo por encima del suelo. Desacelera para que se sienta obligado a disminuir la velocidad y en última instancia a detenerse. Toma un breve descanso para felicitarlo y darle un poco de tiempo para jugar.
Luego, permítele dirigir el camino de nuevo, pero cuando levantes el extremo, llámalo y quédate estático. Si jala la correa, mantén tu posición sin arrastrarlo hacia ti. El objetivo es enseñarle a mantener floja la correa al moverse hacia ti. Cuando reduzca la tensión de la correa, llámalo y felicítalo.
Si regresa hacia ti, felicítalo más y dale un premio de entrenamiento. Si se detiene antes de llegar a ti, tensa la correa lo suficiente como para aplicar un poco de fuerza. Llámalo de inmediato para que regrese de nuevo. Felicítalo a medida que se acerque cada vez más y proporciónale un premio si vuelve a ti.
Muchos de los perros solo necesitan dos o tres repeticiones para entender que cuando no jalan la correa recibirán premios y felicitaciones.
Cuando tu perro haya aprendido a acercarse a ti para aflojar la correa, podrás comenzar a retroceder cuando se acerque, con el fin de mantenerlo en movimiento.
Enseguida, gira y camina hacia adelante para que te siga. Si camina de largo, dirígete en otra dirección para que se coloque nuevamente detrás de ti.
El objetivo es enseñarle a seguirte sin jalar la correa. Una vez que hayas logrado el objetivo, puedes continuar usando la cuerda delgada o reemplazarla con una correa.
En función del temperamento de tu mascota, al principio será suficiente con hacer sesiones de 5 a 15 minutos. En cada sesión, practica cómo controlar la dirección de tu perro durante intervalos de 30 segundos. Ten paciencia y no te involucres en una lucha de poder con tu cachorro. No tires, jales ni utilices la correa para corregirlo o castigarlo. Haz una pausa antes de que alguno de los dos se canse o sienta extenuado.
Después de cada breve sesión que dirijas, felicítalo generosamente e invierte algunos minutos jugando con la pelota o a algún otro juego que le agrade. Recuerda: Estás construyendo las bases para una actividad que tú y tu perro disfrutarán y querrán realizar durante toda su vida.
Publicidad
![Clic aquí para aprende más]()
![Clic aquí para aprende más]()
Causa de algunos problemas
Algunos cachorros luchan obstinadamente contra la presión de la cuerda en lugar de crear holgura.
Si tu cachorro se paraliza en una cuerda muy tensa o se jalonea de forma rutinaria en sentido contrario, mi primera recomendación es usar un bozal o arnés en lugar de un collar atado a la correa. Tu perro puede provocarse serios problemas de cuello y disco cervical al jalarse de una combinación de collar con correa.
A continuación, asegúrate de que no eres tú quien está provocando el problema. Nuestro instinto humano es sujetar la correa tensada, por lo que también debes habituarte para mantenerla relajada. La respuesta natural de tu perro a una correa tensa es jalarse en sentido contrario.
Haz lo siguiente cuando tu cachorro se niegue a crear holgura o avanzar hacia ti:
- Mantén la tensión en la correa y dale la espalda. Deja que se dé cuenta de que no puede ganarte al jalar en tu contra.
- Permanece quieto de espaldas a tu perro, manteniendo la tensión en la cuerda; no la jales bruscamente, ni lo jales hacia ti y ni tampoco la aflojes, esto le enseñará que puedes aflojarla cada vez que el jala.
El mensaje que quieres darle a tu cachorro es que jalar la cuerda no sirve de nada. Esto no cambia las cosas ni le consigue elogios ni premios. Con el tiempo, tu cachorro dejará de hacer lo que no funciona, sobre todo si es recompensado de forma constante por los comportamientos deseables.
Desde el primer momento en que comience el entrenamiento con correa, debes asegurarte de que tu perro no obtenga nada al jalar la correa. A algunos perros les toma más tiempo que a otros aprender a mantener la correa sin tensar, pero con paciencia y persistencia, cualquier cachorro puede aprender a caminar con una correa relajada.
Diferentes tipos de paseos de perros:
Una vez que le hayas enseñado buenos modales a tu perro, te recomiendo cambiar el propósito de sus paseos.
• Si tu hábito es llevarlo al lugar donde hace sus necesidades, esa es una caminata intencionada que por lo general es de corta duración.
• También hay caminatas mentalmente estimulantes durante las cuales el cachorro tiene permitido detenerse, oler, explorar, marcar su territorio y cosas por el estilo. La mayoría de los perros con correa no pasan tanto tiempo olfateando e investigando como los perros sin correa. (Es probable que esto se deba a que los perros con correa sienten que a sus dueños en realidad no les interesan las mismas cosas que a ellos).
Permitirle a tu mascota tener un poco de tiempo para olfatear e investigar es mentalmente bueno para él. Los perros conocen el mundo por medio de su nariz. Puedes entrenar a tu perro con órdenes para que sepa cuando el paseo es una caminata de estimulación mental, adiestramiento o sesión de ejercicio.
• El ejercicio regular es necesario en los perros, ya que son atletas naturales. Sin importar su tamaño, raza, género ni edad, necesita actividad física para ser un animal equilibrado y saludable. El ejercicio mantendrá su cuerpo fuerte, su peso en el rango saludable, y también puede ayudar a prevenir o aliviar la artritis y otras enfermedades articulares degenerativas.
La consistencia del ejercicio es muy importante. Los perros necesitan hacer ejercicio cada tres días, como mínimo, para mantener su tono muscular y evitar el desgaste muscular. En mi opinión, el objetivo debe ser el ejercicio aeróbico diario y consistente. Es importante elevar el ritmo cardíaco de tu mascota por 20 minutos durante sus sesiones de ejercicio. Si tu perro no está en forma, deberás comenzar poco a poco y aumentar gradualmente hasta 20 minutos por sesión.
• El entrenamiento continuo a lo largo de la vida de tu perro es una excelente manera de mantener su aprendizaje y aburrimiento bajo control. También es una forma maravillosa de fortalecer el vínculo con tu mascota.
• Las caminatas de entrenamiento pueden consistir en mejorar sus modales con la correa, aprender comandos de obediencia básicos o avanzados, socialización continua; casi cualquier cosa que se te pueda ocurrir hacer en una caminata con correa.
La calidad de vida de tu perro depende de ti. Caminar con él todos los días o al menos varias veces a la semana (aprovechando diferentes tipos de caminatas para estimularlo mental y físicamente) ayudará a tu compañero canino a estar equilibrado, saludable y feliz toda su vida.