Comida, caricias o elogios: ¿qué prefiere tu mascota?

caricias o premios para perros

Historia en Breve

  • Un estudio del año 2014 sugiere que cuando se trata de entrenar a tu perro, los premios son más efectivos que otros tipos de recompensas, en especial si necesitas que aprenda un comportamiento rápidamente
  • Un estudio del año 2016 que involucró a 15 perros, indicó que la mayoría de los perros respondieron tanto a los elogios como a los premios por igual, lo que sugiere que puedes alternar entre elogios y premios durante las sesiones de entrenamiento
  • Un tercer estudio demostró que los perros prefieren las caricias que los elogios, por lo que esta es otra forma de alternar las recompensas cuando entrenas a tu perro para mantenerlo mentalmente estimulado
  • Cuando uses premios de entrenamiento, asegúrate de que no representen más del 10 % al 15 % del consumo diario de alimentos de tu perro; es mejor usar alimentos humanos frescos o premios caseros apropiadas para especies

Hace unos años, se publicó un estudio que sugiere que ofrecer recompensas de alimentos es la mejor manera de lograr que tu perro haga lo que quieres. Esto va para todos los dueños de perros, estoy segura de que puede parecer algo obvio, ya que la mayoría de nosotros jamás hemos conocido a un perro sano que no se vuelva loco por el delicioso sabor de los premios.

Según la autora principal del estudio de 2014, Erica Feuerbacher, profesora asistente en el Departamento de Ciencia Animal y Avícola de Virginia Tech, está claro que los perros prefieren los premios que las caricias y los elogios. "Trabajarán más duro y responderán más rápido cuando les ofreces comida que interacción social", dice.

No dudo que esto sea cierto, sin embargo, hay momentos en los que hacer que un perro trabaje más y más rápido no es el objetivo principal. Además, cambiar las cosas para mantener a los perros mentalmente estimulados tiene sus beneficios. Las caricias y los elogios de su ser humano favorito también son muy motivadores para la mayoría de los perros, junto con "recompensas de vida", como jugar o salir a pasear.

Otro beneficio de usar de vez en cuando recompensas que no involucre alimentos es asegurarte de que tu perro no se convierta en otra estadística de obesidad de mascotas. (En breve, discutiré mis recomendaciones para los entrenamientos).

Algunos perros parecen disfrutar los elogios tanto o más que los premios

En un estudio del año 2016, un equipo de investigadores de la Universidad de Emory utilizó escáneres fMRI para monitorear el cerebro de 15 perros mientras sus dueños los elogiaban o les ofrecían un alimento como premio.

Primero, se entrenó a los perros para que relacionaran tres objetos diferentes con tres resultados diferentes. Un camión de juguete rosa significaba un premio; un caballero de juguete azul significaba elogios verbales por parte de su dueño y un cepillo para el cabello significaba que no habría premio. Los perros realizaron 32 ensayos por cada objeto, mientras que el escáner registraba su actividad cerebral.

Como era de esperar, los 15 perros tuvieron una reacción más marcada con el camión y el caballero de juguete que con el cepillo para el pelo. Además:

  • 9 de los 15 perros mostraron una actividad neuronal similar en respuesta tanto al camión como al caballero de juguete, lo que indica que tanto los premios como los elogios les parecieron igual de motivadores.
  • 4 perros mostraron una reacción especialmente fuerte ante el caballero de juguetes azul, lo que sugiere que estaban más motivados por los elogios que por la comida.
  • Los 2 perros restantes mostraron una reacción más marcada ante el camión de juguete rosa, lo que indica una preferencia por los premios que por los elogios

Esto significa que la mayoría de los perros (13 de los 15), mostraron el mismo o un mayor nivel de actividad en sus áreas del cerebro responsables de las recompensas y toma de decisiones cuando recibieron elogios que cuando recibieron un premio.

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La mayoría de los perros no ven a sus humanos como un medio para un fin (comida)

En la segunda fase del estudio de Emory, los mismos perros se colocaron en un laberinto simple construido con puertas para bebés. Al final de uno de los caminos del laberinto había un tazón de comida y en otro camino estaba su dueño sentado de espaldas. La mayoría de los perros tomaron el camino que los llevaba a sus dueños y al llegar recibieron elogios. Los perros que eligieron el camino del tazón de comida fueron los mismos que mostraron una preferencia por los premios en lugar de los elogios durante la exploración por resonancia magnética funcional.

El neurocientífico y autor principal del estudio Gregory Berns lo resumió de esta manera:

"Estamos tratando de entender la base del vínculo entre perros y humanos y si se trata principalmente de alimentos o del lazo que comparten. De los 13 perros que completaron el estudio, encontramos que la mayoría prefería los elogios de sus dueños que la comida, o parecían gustarles ambos por igual.

Sólo dos de los perros eran chowhounds reales, y mostraron una fuerte preferencia por la comida".

Uno de los chowhounds era una mezcla de terrier de pelo corto llamada Ozzie. Ozzie eligió la comida por encima de los elogios de su dueño el 100 % de las veces. (¡Afortunadamente, su humano entiende que Ozzie es entusiasta y lo ama a pesar de eso!)

Según la idea general, en esencia, los perros son "máquinas pavlovianas", dice Berns, lo que significa que su única motivación es la comida, y los humanos en sus vidas son simplemente un medio para un fin. Sin embargo, una visión más actual es que los perros también buscan el contacto humano porque lo disfrutan.

“Los perros son individuos y sus perfiles neurológicos se ajustan a las elecciones de comportamiento que hacen”, dice Berns. "La mayoría de los perros alternaban entre comida y dueño, pero los perros con la respuesta neuronal más fuerte a los elogios eligieron ir a sus dueños del 80 a 90 % de las veces".

“Esto demuestra la importancia de los elogios hacia los perros. Puede ser similar a cómo nos sentimos los humanos cuando alguien nos elogia".

Por ejemplo, a diferencia de Ozzie, la perrita llamada Kady que era una mezcla de labrador y golden retriever, era bastante consistente en su preferencia por los elogios. Esto tendrá mucho sentido si estás familiarizado con estas razas, ya que tienden a estar excepcionalmente motivadas por el deseo de complacer a sus humanos.

Por eso hay tantos labradores y goldens involucrados en el trabajo de terapia, mientras que los perros que no están muy motivados por los elogios pueden ser más adecuados para el trabajo que requiere un grado de independencia, como búsqueda y rescate.

¡Cállate y acaríciame!

Un estudio del año 2015, que acertadamente titularon "¡Cállate y acaríciame!" realizado por investigadores de la Universidad de Florida y de la Universidad de Arizona sugiere que cuando la recompensa es un elogio o una caricia, las caricias se llevan la delantera. El objetivo del estudio fue determinar no solo si los perros prefieren las caricias en lugar de los elogios verbales, sino también si les importaba quién lo acariciaba o elogiaba: su dueño o un extraño.

Los investigadores trabajaron con tres grupos de perros: perros de refugio, perros de familia probados con extraños y perros de familia probados con sus humanos. Los perros se llevaron con una correa a una habitación para encontrarse con dos asistentes sentados en sillas.

Para los dos primeros grupos de perros, ambos asistentes eran extraños, pero para el tercer grupo, un asistente era un extraño y el otro era el dueño del perro. Uno de los dos asistentes saludó al perro con elogios; el otro saludo implicaba caricias.

Luego se llevó al perro a un punto de la habitación a la misma distancia de ambos asistentes, se quitó la correa y se midió la interacción voluntaria del perro con cada asistente en sesiones de 10 minutos.

Durante cada sesión, los asistentes ofrecieron elogios o solo caricias durante 5 minutos. Luego intercambiaron de roles durante los 5 minutos restantes. Los perros se evaluaron según la cercanía física y la cantidad de tiempo que pasaron con cada asistente.

Los resultados del experimento no dejaron dudas: cada perro prefería las caricias que los elogios verbales. Los perros no solo pasaron más tiempo con la persona que hacía las caricias, sino que lo hicieron incluso cuando su dueño era quien los elogiaba y un extraño haciendo las caricias.

Y cuando los asistentes cambiaron de lugar a mitad de la sesión, los perros continuaron pasando el rato con la persona que los acariciaba. Es posible que una de las razones por las que a los perros les gusta tanto que los acaricien es porque su ritmo cardíaco y presión arterial disminuyen en el proceso.

Entonces, ya sean perros de refugio o perros de familia; si están con sus humanos o con extraños, siempre eligen las caricias antes que los elogios. Nunca les es suficiente. Y aunque el elogio verbal causó un interés temporal en los perros, nunca superó a ninguna otra interacción.

Según los investigadores, estos resultados confirman que las caricias proporcionan un refuerzo positivo para el comportamiento canino. Es probable que ser acariciado sea un estímulo de refuerzo natural para los perros, mientras que los elogios por sí solos no son efectivos, así que es posible que tengan que combinarse con las caricias y los premios.

Comentarios sobre los premios alimentarios

Los premios para perros, incluso los más saludables, no deben representar más del 15 % del consumo diario de alimentos de tu perro, e idealmente menos del 10 %. Trata de limitarlos a recompensas de entrenamiento y comportamiento, como un ritual antes de acostarse o como un incentivo para "entrar en su jaula".

Considera que los premios no son una forma completa de nutrición para tu mascota, y nunca deben usarse en lugar de comidas balanceadas y apropiadas para su especie. Además, darle premios como su alimento principal causará obesidad y remplazar una alimentación balanceada con un exceso de premios también provocará deficiencias nutricionales.

Los premios deben ofrecerse en forma de recompensa durante el entrenamiento en el hogar, el entrenamiento de obediencia u otras actividades similares y no porque el resto de la familia esté comiendo algo. El tamaño del premio también es importante; por lo que te aconsejo darle bocados del tamaño de un chícharo para comunicarle que "ha hecho bien su trabajo".

Siempre recomiendo darles a tus mascotas alimentos de grado humano y de preferencia, hechos en casa.

Alimentos frescos de grado humano. Te recomiendo evitar todo tipo de premios a base de almidón. Asegúrate de leer las etiquetas del paquete y evita la avena, la quinoa, la tapioca, el arroz, los garbanzos, las lentejas, etc. Tu perro no tiene requisitos biológicos para los carbohidratos, además, son proinflamatorios. Mejor, ofrécele alimentos reales. Las bayas son una excelente forma de premio porque son pequeñas y ricas en antioxidantes. Las moras azules congeladas son una excelente opción por su tamaño y sabor.

También puedes ofrecerle pequeñas cantidades de otras frutas (melones y manzanas, por ejemplo), así como queso, chícharos congelados y almendras crudas, nueces pecanas y nueces de Brasil (pero nunca nueces de macadamia). Solo asegúrate de darle cantidades que no sean más de 1/8 pulgada cuadrada para un perro pequeño o ¼ pulgada cuadrada para perros más grandes.

Premios caseros. Si a tu perro le encanta el jerky de pollo, es muy fácil prepararlo tú mismo y así evitar todas esas marcas comerciales de dudosa procedencia. Simplemente compra algunas pechugas de pollo deshuesadas (preferiblemente orgánicas), límpialas y córtalas en tiras largas y delgadas; cuanto más delgadas, mejor. Coloca las tiras en una bandeja para hornear engrasada o antiadherente y hornea durante al menos tres horas a 180 grados. La baja temperatura seca el pollo lentamente, y las tiras terminan con una consistencia agradable y masticable. Deja enfriar las tiras y luego guárdalas en bolsas de plástico u otro recipiente hermético. También puedes congelarlas.

Si le compras comida enlatada comercial a tu perro, entonces puedes reutilizar una lata para usarla como suministro de premios saludables. Abre una lata de la marca favorita de tu mascota y vierte pequeñas cantidades en una bandeja para hornear cubierta con papel de pergamino. Coloca la bandeja para hornear en el congelador hasta que los trozos de comida del tamaño de un bocado estén congelados. Luego muévelos a un recipiente hermético y vuelve a colocarlos en el congelador hasta que estén listo para su consumo.

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