Perro con comportamiento agresivo repentino: lo primero que debes descartar

perro agresivo

Historia en Breve

  • El comportamiento agresivo repentino en los perros es signo de una afección dolorosa subyacente
  • Los perros tranquilos que se vuelven agresivos por a una condición dolorosa son más propensos que los perros agresivos a mantener sus cuerpos en una postura defensiva, tener un episodio agresivo durante el manejo y atacar sin previo aviso
  • Un perro gentil que de repente muestra episodios de agresividad debe someterse a un examen veterinario para detectar afecciones dolorosas como la displasia de cadera
  • Un estudio realizado en 2018 sugiere que otro signo de dolor en los perros es la sensibilidad al ruido
  • El tratamiento para el dolor de tu perro dependerá de la causa. Existen diversas terapias integrativas que podrían ser beneficiosas

Hay muchos factores que pueden contribuir a la agresión en los perros, como la condición de la madre durante el embarazo, el manejo del cachorro recién nacido, la edad al destete, las experiencias de socialización, los bajos niveles de tiroides, la alimentación, el ejercicio, la genética y el tipo de entrenamiento conductual que recibe el perro.

Sin embargo, si tu amigo canino tranquilo y amigable de repente comienza a mostrar signos de agresión, podría ser porque siente dolor en alguna parte de su cuerpo que no se ha diagnosticado.

Los perros con dolor se sienten nerviosos y pueden reaccionar de forma agresiva cuando alguien intenta tocarlos. Darles amor a las mascotas puede ser algo violento cuando tienen dolor, y los perros que ya muestran tendencias agresivas pueden volverse aún más agresivos.

Un estudio analizó a 12 perros de raza grande que presentaban agresividad relacionada con dolor

En un estudio retrospectivo publicado en 2012, un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en España analizó la agresión en 12 perros de diferentes dueños: un Schnauzer gigante, Setter irlandés, Pit Bull, dálmata, Mastín napolitano, Shih-Tzu, Bobtail, perro pastor catalán, Chow-chow, Doberman Pinscher y dos pastores alemanes.

Diagnosticaron a todos los perros (once machos y una hembra) con agresión relacionada con dolor. 8 de los 12 sufrían de displasia de cadera, sin embargo, no se encontró relación entre la causa del dolor y las características del comportamiento agresivo.

Los dueños de los perros completaron un cuestionario para ayudar a determinar en qué situaciones presentaban agresividad, la postura durante un episodio agresivo, el motivo de su agresión (generalmente el dueño), el nivel de impulsividad (si hubo signos de advertencia antes de un ataque agresivo), y el grado de agresividad que mostró antes de que desarrollaran una condición dolorosa.

Si se trata a un perro cuando tiene dolor, él o ella pueden reaccionar de forma agresiva

Se categorizó a los perros en cuanto a si eran agresivos antes o después de tener dolor.

Los perros que no eran agresivos antes de su condición dolorosa fueron:

  • Más impulsivos (atacan con mayor frecuencia sin previo aviso)
  • Mostraron más agresión después de que los trataban
  • Mantuvieron sus cuerpos en una postura defensiva

Según los autores del estudio, estos resultados sugieren que la expresión previa de comportamiento agresivo tiene un efecto importante en el patrón de agresión relacionada con el dolor en los perros. Además, el estudio sugiere que el dolor producido por la displasia de cadera es un factor clave en el riesgo de que los perros de raza grande se vuelvan agresivos.

"Si se trata a la mascota cuando tiene dolor, actuará rápido de manera agresiva para evitar más molestias sin que el propietario pueda evitarlo", dijo Tomàs Camps, el autor principal del estudio en un comunicado. "Los perros que nunca habían sido agresivos antes del dolor comenzaron a comportarse de esta manera en situaciones donde se intentó controlarlos".

Conclusión: si tu perro se comporta agresivo de repente, te recomiendo que hagas una cita con tu veterinario para que examine a tu mascota. Un perro relajado que de repente desarrolla episodios de comportamiento agresivo es muy probable que sufra de una condición dolorosa con la que necesita ayuda, y cuanto antes sea, mejor.

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Sensibilidad al ruido: otra señal de dolor en los perros

Un estudio realizado en 2018 recomienda que los perros que manifiestan miedo o ansiedad cuando escuchan ruidos fuertes o repentinos sean evaluados para determinar si padecen dolor. Los investigadores encontraron que los perros con dolor musculoesquelético desarrollaban mayor sensibilidad al ruido.

Según ScienceDaily:

"Los investigadores creen que el dolor, que podría permanecer sin ser diagnosticado, puede exacerbarse cuando un ruido pone 'reactivos' o tensos a los perros, lo que podría ejercer una presión adicional sobre los músculos o articulaciones que ya están inflamados y generar más dolor. Ese dolor está relacionado con un ruido fuerte o inesperado, lo que puede resultar en una sensibilidad al ruido y evasión de situaciones en las que hayan tenido una mala experiencia —por ejemplo, en un parque local o la habitación más ruidosa de la casa".

Los investigadores analizaron los registros veterinarios de 20 perros diagnosticados con sensibilidad al ruido realizado por especialistas en comportamiento animal en la Universidad de Lincoln, en el Reino Unido. Los perros se dividieron en dos grupos: 10 diagnosticados con dolor musculoesquelético (displasia de cadera, artritis y espondilosis focal), y 10 perros sin dolor.

Los 20 perros exhibieron síntomas de sensibilidad al ruido que incluían temblores, estremecimiento y aislamiento. Sin embargo, los perros con dolor evitaron aún más las áreas donde tuvieron una mala experiencia con el ruido. Los factores desencadenantes de sensibilidad incluyeron a los fuegos artificiales, tormentas eléctricas, aviones, disparos, automóviles y motocicletas.

El estudio también reveló que la edad promedio en que se manifestó la sensibilidad al ruido en los perros con dolor era alrededor de 4 años después, en comparación con los perros del grupo de control. Además, los perros con dolor diagnosticado generalizaron su sensibilidad al ruido en entornos relacionados, y evadieron a otros perros, al contrario de los perros de control.

Cómo tratar el dolor de tu perro

La forma de controlar el dolor de tu mascota dependerá de la causa. Es por eso que es de vital importancia concertar una cita con el veterinario para que realice un examen exhaustivo, más allá de la evaluación visual del dolor, para buscar la causa subyacente.

Una vez que el veterinario haya evaluado a tu perro y la fuente de su incomodidad, existen diversas terapias integrativas que pueden combinarse para disminuir la cantidad de medicamentos necesarios para controlar el dolor, que incluyen:

  • Quiropráctica
  • Masaje terapéutico
  • Ejercicios de estiramiento
  • Acupuntura
  • Terapia láser

También hay algunas terapias más novedosas que he utilizado exitosamente, incluyendo al bucle de Asís, una forma de terapia de campos electromagnéticos pulsados. Además, hay diversos suplementos beneficiosos (incluidos los antiinflamatorios naturales) que puedes agregar a la alimentación de tu mascota, pero de nuevo, según su diagnóstico y protocolo de tratamiento. Siempre es importante una alimentación antiinflamatoria natural si tu animal tiene dolor en las articulaciones, y por suerte en el mercado ya existen alimentos frescos apropiados para especies específicamente diseñadas para perros con artritis.

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