Hoy en día, muchos perros tienen problemas de comportamiento, y algunos padres de mascotas se han preguntado si su familiar de cuatro patas podría tener algún tipo de autismo. Esto es muy cierto para las personas cuyos perros no responden a sus señales u órdenes, tienden a comportarse en mal entornos desconocidos, realizan comportamientos repetitivos o son agresivos.
Aunque en 1966 los veterinarios observaron comportamientos similares al autismo en perros, en la actualidad el autismo canino no es un trastorno reconocido debido a la falta de investigación sobre lo que se califica como comportamiento típico y atípico. Pero eso podría cambiar en algún momento. El veterinario conductista, el Dr. Valli Parthasarathy, explica lo siguiente en una entrevista con Whole Dog Journal:
"Podemos ayudar más a los perros, a medida que descubrimos información sobre las complejidades de la neurología, el comportamiento y la neurodiversidad canina. Conforme tengamos más información, podremos caracterizar con mayor precisión diferentes trastornos de comportamiento. Sabemos que el autismo es una condición que existe en los perros y en las personas".
La condición conocida como trastorno canino compulsivo (CCD), es un ejemplo claro de cómo las cosas pueden cambiar con información adicional. Por ejemplo, se creía que los perros con conductas obsesivas de lamer o perseguir la cola tenían el equivalente de la condición humana conocida como trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Sin embargo, los expertos en comportamiento animal han determinado que la condición en los perros es diferente a la de los humanos. Además, a diferencia de los pacientes humanos que tienen TOC y que describen sus pensamientos obsesivos, los perros no pueden decirnos qué piensan mientras realizan comportamientos repetitivos, por lo que no es posible caracterizar sus pensamientos como obsesivos. Como resultado, el comportamiento en los perros se conoce con mayor frecuencia como compulsivo en lugar de obsesivo-compulsivo.
La relación entre perseguir la cola y el autismo
En 2011, se publicó un estudio en el Journal of the American Veterinary Medical Association que analizó el problema de los bull terriers que persiguen su cola.
Los investigadores evaluaron rasgos específicos y análisis de ADN de 132 bull terriers; 55 persiguieron la cola y 77 se controlaron. Descubrieron que el comportamiento es más frecuente en perros machos y está relacionado con estados de conciencia similares al trance, así como episodios de agresión descritos como "explosivo, violento, repentino e impredecible, con poca o ninguna provocación y sin señales típicas de advertencia".
Los investigadores observaron que (énfasis agregado):
“Aunque la persecución de la cola en los perros se describe como un trastorno compulsivo o un trastorno de convulsión parcial, los resultados del presente estudio conducen a otra posibilidad. Los machos tenían un riesgo leve (8 %) de desarrollar la persecución de la cola, pero mayor si se compara con el de las hembras (Tabla 2). Además, la persecución de la cola en bull terriers está relacionada con la agresión episódica y el comportamiento similar al trance. En términos de signos clínicos y manifestaciones de la persecución de la cola, se cree que en los bull terriers este síndrome puede tener características en común con el autismo en humanos.
El autismo también es más común en los machos y se relaciona con una agresión explosiva, una mirada similar al trance e involucra movimientos repetitivos y un comportamiento autolesivo. Además, el autismo se caracteriza por la autonomía, interacciones sociales deterioradas y la obsesión con los objetos. Muchos padres de bull terriers con comportamiento de persecución de la cola describen a sus perros como asociales, algo retraídos y preocupados por ciertos objetos, como bolas o palos. De hecho, muchos dueños usan objetos para redirigir a su perro de la persecución de la cola, y el perro responde a la distracción con una intensidad similar".
El autismo canino no se considerará un diagnóstico oficial, hasta que no tengamos más información al respecto. Sin embargo, como Parthasarathy explica a Whole Dog Journal, en su experiencia, muchos pacientes que presentaron síntomas similares al autismo "tienen una ansiedad subyacente que se debe tratar". La ansiedad puede afectar todos los aspectos de la vida de un perro, incluyendo su "capacidad de aprender, resolver problemas, retener y recordar información".
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Más información sobre el trastorno compulsivo en perros
Como mencioné antes, el trastorno compulsivo canino se caracteriza por el desempeño repetitivo de conductas que no tienen ningún propósito, que incluyen:
Persecución de la cola |
Dar vueltas |
Lamer en exceso o automutilarse |
Lamer los flancos |
Perseguir luces o sombras |
Cazar moscas |
Perseguir o atacar a presas invisibles |
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El CCD no se debe de confundir con comportamientos repetitivos, que algunos perros sanos y bien equilibrados llevan a cabo de igual forma. Por ejemplo, los perros de pastoreo junto con otras razas de trabajo evolucionaron para hacer actividades que requieren el mismo comportamiento de manera repetitiva. A muchos perros perdigueros o retrievers, les gusta jugar todo el día con la pelota; mientras que otros perros dan vueltas de felicidad cuando están emocionados.
También existen perros que fijan su atención en animales más pequeños, como lagartijas, pájaros u objetos inanimados como rocas o pelotas de golf. Los perros aburridos también tienden a desarrollar hábitos que pueden parecer compulsivos, como correr a lo largo de la cerca en la parte delantera o trasera del jardín, y lamer o masticar suavemente una de sus patas.
Al igual que los humanos con TOC, el comportamiento preferido de los perros con CCD puede llevarlos hasta interferir con sus actividades diarias normales, como a la hora de comer y jugar. Asimismo, puede ser difícil detener el comportamiento compulsivo una vez que el perro comienza a experimentarlo.
Ayuda para perros con comportamientos compulsivos
Si sospechas que tu perro desarrolla un trastorno compulsivo, te recomiendo que lo lleves con su veterinario para que le realicen un examen de bienestar, y asegurarte que la fuente del comportamiento repetitivo sea conductual y no una condición física subyacente que se deba identificar y tratar.
Mientras más pronto se trate el comportamiento extraño derivado del CCD (así como las enfermedades que causan comportamientos que imitan al CCD), más fácil será intervenir y ayudar. Por ejemplo, existen numerosas razones por las que los perros lamen ciertas áreas de sus cuerpos, muchas de las cuales pueden implicar alergias o trastornos de la piel. Es importante descartar los problemas que realmente comienzan en el cuerpo, en lugar de ser causados por el CCD, los cuales son mentales
Pasos adicionales que pueden ayudar a un perro con CCD:
Proporciona una alimentación nutricionalmente óptima y específica para la especie que brinde todo lo que tu perro necesita y descarte todo lo que no es necesario (por ejemplo, colorantes, conservadores, sabores artificiales, nutrientes sintéticos). |
Si tu perro tiene algún síntoma gastrointestinal, evalúa su microbioma. La investigación demuestra que las interrupciones en la barrera intestinal y la disbiosis pueden agudizar los problemas de comportamiento en mamíferos, humanos o animales. |
Asegúrate de que a diario realice (ya sea dos veces al día, según la condición de cada perro) una rutina de ejercicio consistente y rigurosa que promueva un buen tono muscular y peso corporal, así como un sistema musculoesquelético y de órganos fuerte y resistente. El ejercicio libera hormonas para "sentirse bien", de las cuales obtiene beneficios diario. |
Busca un pasatiempo o “trabajo” que le guste (mi favorito es el ejercicio de olfateo K9) y realiza salidas sociales regulares donde tu perro pueda interactuar, olfatear y comunicarse con otros perros. |
Limita la exposición a los campos electromagnéticos en tu hogar, apaga el enrutador de internet inalámbrico por la noche. |
Asegúrate de que el sistema inmunológico de tu perro esté equilibrado y sea funcional. Es mejor hacer una prueba de título de anticuerpos en lugar de realizar una vacunación excesiva. |
Recomendaciones adicionales
Como mencioné antes, los perros con trastornos compulsivos tienden a estar con más ansiedad y tensos que otros perros. Se puede heredar una naturaleza ansiosa, pero los estudios sugieren que el ambiente también desempeña un papel importante para desencadenar la manifestación de un comportamiento compulsivo.
El conductista veterinario, Dr. Nicholas Dodman de la Universidad de Tufts y de la Escuela de Medicina Veterinaria de Cummings, señala que el enriquecimiento ambiental por sí solo tal vez no resuelva el trastorno compulsivo, pero un entorno sin estrés puede prevenir el CCD y hace que la recaída sea menos probable después de que un perro ha sido tratado con éxito.
Los veterinarios a menudo tratan a los perros con este trastorno con medicamentos que bloquean los receptores opioides, pero no hace falta decir que yo no estoy a favor de utilizar de inmediato los productos farmacéuticos para tratar dicha condición. En ocasiones, dichos medicamentos son apropiados en casos extremos e intratables o cuando un animal se daña a sí mismo.
De igual forma, pueden ser benéficos como medida provisional para interrumpir el ciclo de comportamiento cuando se intentan otros remedios menos dañinos al mismo tiempo. Sin embargo, mi recomendación general es antes intentar la modificación del comportamiento junto con una amplia variedad de remedios naturales, ya que cada medicamento provoca efectos secundarios.
En una publicación en Whole Dog Journal, el entrenador profesional Mardi Richmond menciona algunas estrategias de tratamiento adicionales, como evitar los factores desencadenantes más conocidos, interrumpir y redirigir el comportamiento compulsivo, enseñar respuestas alternativas y crear una rutina diaria estructurada (para reducir el estrés)
Asimismo, es importante no evitar que un perro haga una conducta repetitiva con restricción física, ya que eso le causa más ansiedad en lugar de disminuirla.