La fiebre del valle es una enfermedad fúngica causada por el hongo Coccidioides, es muy común en el suroeste de los Estados Unidos, pero rara vez se ve en la costa este. Así que imagina la sorpresa que se llevaron los veterinarios cuando un perro en New Hampshire dio positivo a la afección. Resulta que el perro era originario de Arizona, pero para su adopción fue transportado a New Hampshire.
El dueño del perro observó una protuberancia que creció en la pata del perro, lo que provocó que visitaran al veterinario. El veterinario extrajo la protuberancia y le realizó una biopsia donde se reveló que era fiebre del Valle.
Colleen F. Monahan, patólogo veterinario y profesor asistente en el Laboratorio de Diagnóstico Veterinario de la Universidad de New Hampshire, dijo para un comunicado de prensa:
“Este caso sirve como recordatorio para que le informes a tu veterinario sobre los viajes que ha hecho tu mascota y la importancia de enviar tejidos biopsiados para un examen histopatológico, incluso si la lesión parece normal.
Esto es muy importante debido a la gran cantidad de perros y gatos sin hogar que se transportan desde los estados del sur hacia Nueva Inglaterra para su adopción. Estos animales podrían estar infectados con enfermedades que son endémicas en esos estados, pero que no son tan comunes en esa región".
Cómo se contagian los perros con la fiebre del valle
La fiebre del valle es común en los estados del suroeste de Arizona, Nuevo México y partes de Texas (suroeste) y California (desiertos centrales), porque el hongo que la causa vive en el suelo desértico. Las personas también pueden desarrollar la fiebre del Valle junto con sus mascotas, debido a la inhalación de las partículas del hongo Coccidioides.
La enfermedad es endémica en Arizona, donde a los dueños de perros les cuesta al menos 60 millones de dólares por año. Durante el ciclo de vida del hongo, se forman frágiles hebras de células. Cuando un perro excava o camina sobre la tierra, (o si el viento levanta la tierra) las hebras se rompen en esporas individuales que se inhalan en el aire.
Una vez inhaladas, las esporas se convierten en esférulas que crecen lo suficiente como para estallar y liberar cientos de endosporas. Las endosporas se pueden convertir en esférulas, que se pueden extender hacia los pulmones y por todo el cuerpo. Sin embargo, no es garantía de que inhalar las esporas provoque una enfermedad.
Se calcula que el 70% de los perros que inhalan las esporas son asintomáticos, ya que su sistema inmunológico puede controlar muy rápido la afección. Los perros que crecen en áreas endémicas parecen más resistentes que los perros que residen en otras zonas.
Una vez expuesto de esta manera, se cree que el perro se vuelve inmune o más resistente a la fiebre del Valle. Existen algunos casos, en especial los perros con sistemas inmunológicos débiles, de edad avanzada o con afecciones de salud subyacentes que pueden desarrollar enfermedades graves.
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Signos y síntomas de la fiebre del valle
El problema principal de la fiebre del valle se presenta en los pulmones y produce los siguientes síntomas. Por lo general, ocurre tres semanas después de la infección, pero podrían aparecer hasta tres años después si el organismo permanece inactivo en el cuerpo.
- Tos seca
- Fiebre
- Falta de apetito
- Letargo
- Depresión
Si el hongo se propaga más allá de los pulmones, se conoce como enfermedad diseminada y podría afectar otras partes del cuerpo, incluyendo los huesos y las articulaciones. En este caso, podría producir hinchazón y dolor en las articulaciones, y posiblemente, cojera. La fiebre del valle diseminada también podría causar los siguientes síntomas, que podrían ocurrir si un perro no ha tenido ninguno de los síntomas principales, como la tos que se mencionó antes.
Dolor de espalda o cuello |
Debilidad/parálisis |
Convulsiones o inflamación del cerebro |
Hinchazón debajo de la piel similar a un absceso |
Ganglios linfáticos inflamados |
Heridas en la piel que supuran líquido |
Inflamación ocular |
Insuficiencia cardíaca en perros jóvenes |
Testículos hinchados |
¿Cómo se diagnostica y se trata la fiebre del valle?
Si tu perro vive en un área donde la fiebre del valle es común, tu veterinario podría sugerirte que le realices una prueba cada vez que presente síntomas como tos o falta de apetito, los cuáles pueden ser causados por muchas afecciones. Es posible que te recomienden un análisis de sangre, radiografías de tórax, de huesos y de articulaciones. Aunque la biopsia, el cultivo de muestras de líquido o de tejido y la resonancia magnética pueden ser mejores cuando se trata de parálisis o convulsiones.
Si vives en un área donde la fiebre del valle no es tan común, como en la costa este, es muy importante que le digas a tu veterinario si has viajado al suroeste o a áreas donde el hongo es común, o si tu perro proviene de una zona endémica. De lo contrario, es posible que sospechen que los síntomas generales están relacionados con algo muy diferente.
"Los propietarios deben informarles a sus veterinarios si sus mascotas fueron adoptadas o si viajaron a diferentes regiones, en especial si el animal está enfermo, para que el veterinario pueda tener una idea completa para diagnosticar y tratar mejor a su mascota”.
El tratamiento convencional incluye medicamentos antimicóticos junto con tratamientos de apoyo, para el alivio del dolor, la fiebre y supresores de la tos. También podría ser necesario el apoyo nutricional y la hospitalización.
Los veterinarios integradores a menudo combinan la terapia antifúngica convencional con modalidades adicionales como la terapia con citoquinas; hongos medicinales; vitamina C por vía intravenosa y terapia con curcumina; con oxígeno hiperbárico y con ozono. Algunos padres de mascotas enfermas también usan aceite de CBD para reducir el dolor y la inflamación.
Los perros afectados deben recibir una alimentación de alta calidad, nutricionalmente equilibrada y apropiada para su especie para ayudar a mantener el peso corporal y mejorar la función inmunológica. La actividad se debe restringir hasta que los síntomas comiencen a desaparecer y los anticuerpos se deben controlar cada tres o cuatro meses hasta que vuelvan a un nivel normal.
Cuando se detecta y se trata a tiempo, la mayoría de los perros se recuperan de la fiebre del valle, en especial cuando la infección está en los pulmones. Cuando ocurre una infección diseminada, o si los pulmones se complican, el pronóstico se vuelve más complicado. También se sabe que la fiebre del valle puede volver a reincidir; en los seres humanos, la tasa de recaída es del 30 % al 50 %, y podría ser similar en los perros.
¿Se puede prevenir la fiebre del valle?
La fiebre del valle no se puede prevenir si vives o viajas a zonas donde el hongo está presente; sin embargo, podrías reducir el riesgo de exposición al minimizar la generación de polvo. Para los perros, esto significa no cavar ni olfatear agujeros, o permanecer la mayor parte del tiempo dentro de la casa, aunque sabemos que es posible que estas opciones sean indeseables para los perros. Plantar césped u otros tipos de cobertura sobre el suelo también puede ser ideal para minimizar el polvo.
Otros animales, incluyendo gatos, ganado, caballos, llamas, alpacas, simios, monos, y la mayoría de los mamíferos, también se pueden infectar con el hongo que causa la fiebre del valle, aunque la enfermedad grave relacionada con ellos es rara.
Es importante comprender que si vives en un área donde la fiebre del valle no es tan común, pero viajas con tu mascota a un lugar endémico, debes estar atento a los signos y síntomas, e informar a tu veterinario de inmediato si sospechas que tu mascota padece la afección.