En estos días, se entiende que los perros necesitan caminar al aire libre no solo para hacer sus necesidades, sino también para hacer ejercicio. Necesitan poder salir para interactuar, mover su cuerpo y socializar con otros humanos y perros.
Por desgracia, hay muchas personas que han llegado a tenerle miedo a los paseos ya que su perro jala la correa o demuestra otras malas costumbres. Está por demás decir que el mejor momento de desarrollar un hábito positivo es cuando tu mascota es un cachorro.
Qué hacer antes de salir
Tan pronto como su sistema inmunológico sea tan fuerte como para protegerlo de enfermedades transmisibles (habla con tu veterinario sobre cuándo es el momento para sacarlo a pasear), estará listo para caminar contigo o con otros miembros de la familia. Antes de que saques a pasear a tu perro, este debe tener su propio collar ajustable, placa de identificación y debe estar acostumbrado a usarlo antes de salir.
Algunos cachorros no tienen problemas para usar su collar, mientras que otros sí. Si a tu perro le molesta su collar, siempre y cuando estés seguro de que no está demasiado apretado (deberías poder deslizar los dedos debajo de él) o incómodo por alguna otra razón, distráelo para que no se preocupe hasta que se acostumbre. No debería tomar más de un par de días para que se olvide de que lo trae puesto.
Si planeas usar un bozal o arnés para la cabeza (lo que recomiendo para todos los perros con riesgo de lesionarse a causa de un jalón con un collar o correa), el siguiente paso es lograr que tu cachorro se sienta cómodo al usarlo. Al igual que con el collar, esto debe ocurrir antes de intentar colocarle una correa y salir de casa.
Una vez que usar su collar o un arnés sea cómodo, estará listo para el siguiente paso. Colócale una correa de algodón al collar o arnés y deja que el cachorro la arrastre por la casa bajo tu cuidado. Se acostumbrará a la presencia de la correa, así como a jalarla cuando la pise.
Una vez que se haya acostumbrado a ella, cambia la correa por una más larga.
El secreto es que la correa este suelta
Los paseos iniciales deben ser cortos para la mayoría de los cachorros. ya que el objetivo es acostumbrar a tu perro a estar sujeto por una correa. Encuentra un entorno seguro y permite que el cachorro arrastre la correa detrás de él, luego levanta el extremo opuesto. Bríndale la oportunidad de dirigir el camino durante unos segundos mientras mantienes la correa sobre el suelo. Desacelera para que se sienta obligado a disminuir la velocidad y en última instancia a detenerse. Toma un breve descanso para felicitarlo y darle un poco de tiempo para jugar.
Luego, permítele dirigir el camino de nuevo, pero cuando levantes el extremo de la correa, llámalo y quédate estático. Si jala la correa, mantén tu posición sin jalarlo. El objetivo es enseñarle a mantener la correa floja al dirigirse hacia ti. Cuando reduzcas la tensión de la correa, llámalo y felicítalo.
Si llega hasta ti, elógialo más y dale un premio. Si se detiene antes de llegar a ti, tensa la correa lo suficiente como para aplicar un poco de fuerza. Llámalo de inmediato para que regrese de nuevo. Felicítalo a medida que se acerque cada vez más y proporciónale un premio si vuelve a ti. Muchos de los perros solo necesitan dos o tres repeticiones para entender que cuando no jalan la correa recibirán premios y felicitaciones.
Cuando tu cachorro haya aprendido a acercarse a ti para aliviar la tensión en la correa, puedes comenzar a retroceder cuando se acerque para mantenerlo en movimiento. Gira y camina hacia adelante para que te siga. Si camina de largo, dirígete en otra dirección para que se coloque nuevamente detrás de ti.
El objetivo es enseñarle a seguirte sin jalar la correa. Una vez que hayas logrado el objetivo, puedes cambiar la correa.
Dependiendo del temperamento de tu cachorro, al principio es suficiente hacerlo de 5 a 15 minutos. Trata de controlarlo durante intervalos de 30 segundos durante cada sesión. Ten paciencia y no te involucres en una lucha de poder con tu cachorro. No tires, jales, ni utilices la correa para corregirlo o castigarlo. Detente antes de que alguno se sienta frustrado o cansado.
Después de cada sesión corta, elógialo y juega con él algo que le guste. Recuerda que tu objetivo es crear bases para una actividad que ambos disfrutarán y esperarán durante toda la vida.
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Cómo no fomentar la afición de un cachorro por jalar la correa
Si parece que no entiende el asunto de la correa, no estás solo. Algunos cachorros luchan contra la presión de la correa.
Si tu cachorro tira constantemente de la correa, es importante usar un arnés en lugar de un collar sujeto a la correa, ya que puede crear problemas graves en el cuello y en el disco cervical.
Es importante que no seas parte del problema. Nuestro instinto es tensar la correa, por lo que también debes de tratar de mantener la correa floja. La respuesta de un perro a una correa tensa es jalarla. Una vez que estés seguro de que no contribuyes a este problema, te recomiendo lo siguiente:
- Mantén la tensión en la correa y dale la espalda. Deja que se dé cuenta de que no puede ganarte al jalar en tu contra.
- Quédate quieto de espaldas y mantén la tensión en la correa; no muevas ni jales la cuerda, ya que esto hará que la jale, que es exactamente lo contrario de lo que tratas de enseñarle.
El mensaje que deseas enviarle es que jalar de la correa no logrará nada. No cambia el escenario, no hace que te acerques, ni genera elogios o premios. Con el tiempo, dejará de hacer lo que no funciona, en especial cuando es recompensada por su comportamiento deseable.
Desde el primer momento en que comiences a entrenarlo con la correa, es importante que tu cachorro no logre nada al jalar la correa. A algunos perros les toma más tiempo que a otros aprender a mantener la correa sin tensar, pero con paciencia y persistencia, cualquier cachorro puede aprender a caminar con una correa relajada.
Cómo aprovechar al máximo los paseos
Una vez que tu perro haya aprendido buenos modales con la correa y que ambos estén ansiosos por sus paseos diarios, considera cambiar la rutina para mantener las cosas divertidas.
Diferentes tipos de paseos para perros:
1. Caminatas intencionales. Por lo general, se trata de caminatas cortas con un objetivo en específico, por ejemplo, sacar a tu perro a hacer sus necesidades.
2. Caminatas de entrenamiento. Estas caminatas pueden ser con el fin de mejorar sus modales cuando lleva su correa, aprender comandos básicos o avanzados de obediencia, socialización continua o cualquier otra cuestión que consideres puedas hacer en una caminata con correa. Asegúrate de llevar algunos premios saludables cuando realices este tipo de caminata.
El entrenamiento continuo a lo largo de la vida de tu perro es una excelente manera de mantener el aprendizaje y el aburrimiento bajo control. También es una forma maravillosa de fortalecer el vínculo con tu mascota.
3. Caminatas Intensas. Los paseos intensos mantienen la fortaleza de tu perro, así como su peso bajo control y ayudan a aliviar la artritis y otras enfermedades degenerativas de las articulaciones. Estas caminatas también pueden ser una excelente estrategia para garantizar que tu perro haga la cantidad de ejercicio que necesita, siempre y cuando seas constante.
Recuerda: un perro sano necesita hacer ejercicio durante al menos tres días a la semana (cada dos días también es bueno, aunque lo ideal es diario) a una intensidad que eleve su frecuencia cardíaca durante 20 minutos con el fin de mantener una buena salud cardiovascular y tono muscular.
Si tu perro no está en buena forma física, tendrás que empezar poco a poco, hasta llegar a los 20 minutos de caminata intensa.
4. Caminatas mentalmente estimulantes. La mayoría de los perros con correa no olfatean ni investigan como quisieran, por lo que darle un lapso de tiempo para explorar podría ser una buena forma de estimulación mental. Estas caminatas le permiten detenerse, olfatear, investigar, así como registrar y enviar mensajes; los perros acumulan conocimientos sobre el mundo a través de sus narices.
5. Caminatas para "explorar" (sniffaris). Este tipo de caminata es cuando tu perro toma la iniciativa, lo sigues y le dejas explorar y olfatear por donde quiera. Las caminatas conocidas como "sniffaris" son caminatas mentalmente estimulantes, por así decirlo, ya que tu perro toma el control y decide dónde explorar y qué investigar.
6. Caminatas por diferentes lugares. En lugar de salir siempre al mismo lugar, toma a tu perro y dirígete hacia otro lugar, otro parque o camino nuevo. Tanto tú como tu perro encontrarán cosas nuevas que ver, oler y experimentar.
7. Caminatas con amigos. Si tu perro se siente cómodo con otros perros, considera reunirte con vecinos o amigos con perros para hacer paseos grupales. Cualquiera que tenga dos piernas o cuatro patas puede acompañarte a socializar y ejercitarse al mismo tiempo, los otros dueños pueden ser una excelente fuente de información para ti y tu perro.
8. Caminatas con paseadores diferentes. Todo el mundo pasea a un perro de manera un poco diferente, por lo tanto, mientras más miembros de tu hogar paseen a tu perro, tendrá más experiencias diferentes. Y como las caminatas bien hechas constituyen experiencias para crear un vínculo, todos los miembros de la familia pueden pasar tiempo con el perro.
Una variación de esto, si trabajas fuera de casa, es contratar a un paseador profesional de perros algunas veces a la semana, o pídele a un amigo o vecino que saque a tu perro a pasear cuando no estas.
Uno de los obsequios más importantes que puedes darle a tu perro, incluso en los paseos, es toda tu atención. Deja el teléfono y otras distracciones y hazle saber lo mucho que significa para ti.