Al igual que los perros, los caballos han estado muy cerca física y emocionalmente de los humanos durante miles de años. Tienen diferencias muy importantes, de hecho, debes saber que los perros son, históricamente hablando, depredadores, mientras que los caballos son presas; sin embargo, eso no significa que las dos especies no puedan coexistir de forma pacífica ni mucho menos que no jueguen juntos.
Según investigadores de la Universidad de Pisa, Italia, el juego social actúa como una ventana a las habilidades cognitivas y comunicativas de una especie. Sin embargo, en términos de perros y caballos, casi todas las investigaciones se han enfocado en el juego perro-humano o perro-perro, cuyos signos (una reverencia de juego o un movimiento de cola) son inconfundibles.
Sin embargo, los perros y los caballos también disfrutan jugar juntos, y los investigadores de la Universidad de Pisa incluso llegaron a decir que: "Los caballos y los perros comparten un humor divertido".
Los perros y los caballos imitan mutuamente sus expresiones faciales
Cuando los perros juegan con otros perros demuestran una rápida imitación de los movimientos corporales, en especial una reverencia de juego y una expresión facial (boca abierta y relajada). Cuando se observaron a perros jugar realizando un reverencia o relajando su expresión facial, en menos de un segundo, los otros perros respondieron y copiaron las expresiones o el comportamiento del otro.
Los caballos también reconocen y distinguen las expresiones faciales de otros caballos. De hecho, es más probable que se acerquen a fotografías de caballos con expresiones faciales positivas y relajadas y eviten las que demuestran expresiones faciales agresivas. La mímica facial en humanos y primates no humanos es una forma de contagio emocional que se considera una forma básica de empatía, pero no se ha estudiado ampliamente entre especies.
Para el estudio, investigadores seleccionaron 20 videos de YouTube de perros y caballos que juegan durante al menos 30 segundos y luego describieron los patrones específicos de cada especie. Tanto los perros como los caballos usaron lo que los investigadores llamaron la "boca abierta relajada" o ROM (por sus siglas en inglés), que es una expresión lúdica que se utiliza por muchos mamíferos.
Los investigadores también analizaron la imitación facial entre los animales, que es en la que imitan la expresión facial de los demás. Ambas especies usaron ROM mientras jugaban y esto es lo que los investigadores encontraron:
"Los perros y caballos en el estudio demostraron una respuesta de mímica más fuerte y rápida (menos de 1 segundo) después de percibir el ROM que después de percibir un intento de morder (un patrón de juego que se asemeja al ROM en su desempeño físico)".
Se sabe que la imitación facial ocurre en primates, perros, suricatas y oso malayos, pero esta es la primera vez que se demuestra que ocurre entre diferenstes especies. Quizás no sea tan sorprendente que se agreguen caballos a la lista, ya que los caballos también son capaces de leer las expresiones faciales humanas.
En un estudio, 28 caballos pudieron distinguir entre expresiones faciales felices y enojadas cuando se les enseñaron fotografías de personas con diferentes expresiones faciales.
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Los perros y los caballos “perfeccionan” sus sesiones de juego
Durante sus sesiones de juego, ambas especies utilizaron "auto-discapacidades", como rodar de espaldas en el suelo o sacudir la cabeza. También participaron en acciones de juego similares, como fingir morderse, saltar, empujar, golpearse, perseguirse y jugar con objetos.
En resumen, los investigadores notaron que las dos especies "afinan sus sesiones de juego", de manera que tanto los perros como los caballos utilizaron tácticas lúdicas equilibradas para mantener su sesión de juego divertida. Cuando reunieron toda esta información, escribieron lo siguiente en la revista Behavioral Processes:
"... nuestros resultados sugieren que, a pesar de la diferencia de tamaño, la distancia filogenética y las diferencias en el repertorio conductual, los perros y los caballos pueden ajustar sus acciones, y disminuir la probabilidad de malentendidos y comportamientos agresivos".
Los caballos son animales muy sensibles e intuitivos, por eso tiene sentido la tendencia a ajustar su juego al de su compañero de juego y por suerte, los perros también son expertos en seguir las señales de su entorno. Los perros, por ejemplo, reconocen las caras de sus dueños y prestan mucha atención a sus señales para calcular sus emociones. Quizás hagan lo mismo con otras especies, como los caballos.
“Es un estudio maravilloso y lleva las preguntas sobre el comportamiento de juego a un nuevo nivel”, dijo Sue McDonnell, especialista en comportamiento animal de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia para National Geographic. "En especial, demostraron que el juego entre estas dos especies es posible, algo que era completamente inesperado".
Dos especies que juegan juntas a pesar de sus diferencias
Los caballos, que son animales de lucha, han desarrollado un conjunto único de sentidos, habilidades y comportamientos muy perceptivos para sobrevivir. Para quienes no estén familiarizados con ellos, es posible que crean que no son muy inteligentes, pero la verdad es que los caballos son muy inteligentes, aprenden rápido y tienen una memoria excelente.
Como ejemplo, una investigación publicada en 2016 demostró que los caballos pueden aprender a usar símbolos para comunicar sus preferencias. Después de dos semanas de entrenamiento, y en promedio después de solo 11 días, todos los caballos del estudio (23 en total) aprendieron a comunicarle a los investigadores si querían ponerse o quitarse una manta, o si estaban bien así.
Los perros también han demostrado muchos tipos de inteligencia y en realidad hacen que sus dueños conozcan sus preferencias de juguetes, golosinas y tiempo de juego. Tal vez, por eso elijen a los caballos como compañeros de juegos, y viceversa.
Barbara Smuts, ecóloga del comportamiento de la Universidad de Michigan, dijo para National Geographic que el estudio presentado es digno de mención debido a la gran diferencia de tamaño entre ambas especies.
“El perro es vulnerable a las heridas que podría causarle el caballo y el caballo tiene una tendencia muy arraigada a temerle a los animales que se parecen a los lobos”. Sin embargo, dijo que "Es un estudio importante porque demuestra cómo dos animales que se ven y se comportan de manera muy diferente pueden negociar cómo jugar de una manera que sea cómoda para ambos".