Por desgracia, el término “anti-vaxxer” (anti vacunas) se está volviendo cada vez más popular entre los medios de comunicación y muchos profesionales de la salud animal, pero aquí un consejo: piensen antes de hablar. Es un término despectivo que se utiliza de vez en cuando para describir a las personas que no creen en las vacunas, tanto médicas como veterinarias.
Pero muchas veces, también se utiliza para humillar a personas conscientes que se informan sobre las sustancias químicas que ingresan en sus cuerpos y en el cuerpo de sus familiares, incluyendo el de sus mascotas.
Diferencia entre anti-vaxxers y wise-vaxxers
En el mundo de las vacunas veterinarias, se puso de moda que los pro-vaxxers (pro vacunas) se refieran a cualquier persona que no sigue la guía de vacunación para mascotas al pie de la letra como "anti-vaxxers" (anti vacunas), así que al leer este tipo de información es imposible saber si se refieren a las personas que rechazan cualquier tipo de vacuna o a las personas que solo rechazan las vacunas innecesarias.
En otras palabras, las personas que le pusieron las vacunas básicas y los refuerzos recomendados a su cachorro o gatito al año de edad, pero en lugar de aplicarles las demás vacunas año tras año, optan por realizar un título de anticuerpos ("wise-vaxxers", es decir, personas que toman decisiones conscientes con respecto a las vacunas), y se etiquetan de forma errónea como "anti-vaxxers", a pesar de que estas personas sí le pusieron las vacunas básicas a su mascota.
Los wise-vaxxers y los anti-vaxxers tienen puntos de vista muy diferentes sobre la necesidad de establecer una inmunidad protectora a las enfermedades más comunes en cachorros y gatitos. Depende de los veterinarios informarse sobre las diferencias clave entre estos dos grupos de personas, en lugar de asumir que todos los clientes que hacen preguntas sobre las vacunas son anti-vaxxers.
Aunque no lo creas, también es muy común que los pro-vaxxers mencionen el miedo al autismo como la causa principal de la creciente renuencia de los dueños por revacunar a sus mascotas año tras año, pero al parecer no tienen ni idea sobre las preocupaciones reales de los dueños informados con respecto a las vacunas repetidas e innecesarias.
Dado que hasta la fecha no hay evidencia científica de que los perros sufran autismo, los pro-vaxxers utilizan este ejemplo en particular para tratar de humillar a los dueños que se preocupan por las reacciones adversas o los efectos inmunológicos desconocidos que puede causar la vacunación repetida.
Pero en mi experiencia, la mayoría de las personas dudan en ponerle vacunas innecesarias porque les preocupan las consecuencias que esto podría tener en la salud inmunológica de su mascota a largo plazo, es decir para qué poner más vacunas innecesarias si su mascota ya tiene inmunidad protectora.
Y creo que el autismo jamás ha sido un tema de interés para este grupo de personas. Los wise-vaxxers se informan sobre estos temas, por lo que quieren que sus veterinarios les expliquen por qué sus mascotas necesitan recibir un "refuerzo" una y otra vez para las mismas enfermedades, si las investigaciones demuestran que no se puede "reforzar" a un animal que ya tiene inmunidad. A pesar de las distintas opiniones, hay algo que sí es cierto es que la vacunación repetida tiene sus consecuencias, que incluyen algunos tipos de cáncer.
Además, los wise-vaxxers suelen buscar veterinarios que coinciden con sus ideas y que realizan títulos de anticuerpos, que ayuda a identificar a los animales que han sido vacunados de forma repetida pero que aún no están inmunizados (lo que significa que sus sistemas inmunológicos no produjeron anticuerpos protectores después de la vacunación, por lo que todavía corren el riesgo de contraer la enfermedad para la que lo vacunaron año tras año).
El título de anticuerpos también muestra contra qué virus están protegidas las mascotas, por lo que aplicar más vacunas no produciría ningún beneficio.
Para responder estas preguntas, muchos veterinarios recurren a la guía de vacunación actualizada de la Asociación Americana de Hospitales de Animales para perros y gatos, pero esta guía no menciona cuánto dura la inmunidad en las mascotas vacunadas. Por increíble que parezca, es un área de investigación que había sido prácticamente ignorada por la comunidad, hasta hace muy poco tiempo.
Pero, ¿adivina quién estableció la primera guía de vacunación para mascotas hace décadas? Las compañías farmacéuticas que fabrican esas vacunas. Estas compañías establecen de forma arbitraria los programas anuales de revacunación sin determinar cuánto tiempo dura la protección que ofrecen las vacunas.
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El movimiento anti-vaxxers se ha vuelto muy popular
En 2019, un artículo de Time citó estadísticas del Reino Unido, donde según el autor, el problema de los "anti-vaxxers" es "grave". Pero de manera curiosa, la razón que más mencionan los dueños cuando se les pregunta por qué no quieren vacunar a su mascota es que "no es necesario".
En el caso de las vacunas para cachorros y gatitos, el enfoque de "no es necesario" podría ser erróneo y potencialmente mortal, sobre todo en entornos de alto riesgo como parques, perreras, refugios y organizaciones de rescate. Pero si se trata de mascotas que se inmunizaron de forma apropiada cuando eran cachorros y gatitos, y en lugar de revacunarlos año tras año, les realiza un título de anticuerpos, entonces la respuesta "no es necesario" es muy apropiada e inteligente.
Al parecer, el autor de Time tuvo problemas para encontrar estadísticas sobre el movimiento "anti-vaxxer" en los Estados Unidos. De hecho, la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad a los Animales (ASPCA) le respondió en un correo electrónico:
"No conocemos estudios que hayan documentado un cambio en las tasas de vacunación en mascotas. Cada año, el equipo de Medicina Comunitaria de ASPCA aplica decenas de miles de vacunas a perros y gatos con y sin hogar".
Según tengo entendido, en este país no existe un movimiento anti-vaxxer por parte de los dueños de mascotas. De hecho, la mayoría de los amantes de las mascotas bien informados en la comunidad de salud proactiva no dudan en señalar que ser un anti-vaxxer (no establecer inmunidad protectora en animales de temprana edad) es tan irresponsable como no controlar la inmunidad en animales adultos: los dos lados de la moneda pueden tener consecuencias que se evitarían al aplicar vacunas de forma inteligente.
Dicho esto, cada vez hay más dueños que se niegan a vacunar a su mascota cada uno o tres años, como lo establece el programa de vacunación, esto se debe a que los veterinarios no pueden darles una respuesta satisfactoria sobre por qué esas vacunas deben administrarse una y otra vez a lo largo de la vida de un animal, además de negarse a ofrecer una alternativa inteligente: título de anticuerpos.
Durante las últimas décadas, el Dr. Ronald Schultz, inmunólogo veterinario, ha hecho un excelente trabajo al informar a los dueños sobre cómo funciona el sistema inmunológico de su mascota. Cada vez más dueños comprenden que una vez que una mascota ha establecido la inmunidad protectora contra los virus, administrar más dosis no hace más que incrementar el riesgo de reacciones adversas.
Ahora que un número cada vez mayor de dueños de mascotas entiende que cuando se trata de vacunas "más, no es mejor" o bien, que no suele ser necesario, a los veterinarios les cuesta más trabajo justificar la revacunación, a pesar de eso no proponen la solución más lógica: ¡ofrecer títulos de anticuerpos!
Los veterinarios deberían ofrecer una mejor alternativa
En 2017, un artículo que se publicó en American Veterinarian sobre el llamado movimiento anti-vaxxer, señaló que parte del escepticismo sobre las vacunas para mascotas "podría deberse a que se ha puesto de moda que las nuevas generaciones prefieren llevar un estilo de vida más holístico". En el artículo se entrevistó a un veterinario que dijo:
"En realidad es mucho más común en las áreas hipster. La verdad es que no entiendo qué piensan, tal vez solo sienten que inyectar sustancias químicas en sus mascotas causará algún daño".
La pegunta aquí es, ¿no deberían los veterinarios estar igual de informados que sus clientes sobre la necesidad de la vacunación repetida?
Los títulos de anticuerpos son una forma efectiva de determinar si las vacunas anteriores aún brindan inmunidad contra enfermedades específicas y pueden ayudar a los veterinarios para crear protocolos de vacunas personalizados para cada mascota.
Es importante señalar que todos los veterinarios deben recibir la vacuna contra la rabia, pero después de nuestras vacunas iniciales, en lugar de aplicarnos otra vacuna contra la rabia, nos hacemos la prueba de títulos de anticuerpos. Entonces, incluso los veterinarios más analfabetas entienden cómo funcionan los títulos de vacunas en los humanos, pero aún no se les ocurre que ofrecer esta alternativa beneficia a todos, ya que garantiza que sus clientes estén bien protegidos sin la necesidad de correr riesgos innecesarios.
Diferencia entre inmunización y vacunación
Todas las organizaciones veterinarias nacionales fomentan la vacunación, aunque al hacerlo utilizan la palabra inmunización. Esta es una distinción muy importante. La vacunación y la inmunización no son lo mismo. La inmunización es el resultado de una vacunación efectiva contra la enfermedad y la exposición a una enfermedad de la cual el animal se recupera.
El hecho de administrar una vacuna no significa que el animal haya sido inmunizado contra la enfermedad, aunque eso es lo que suponen la mayoría de las personas. Dado que el objetivo de la vacunación es asegurarnos que existe una respuesta inmunológica demostrable a la vacuna, la forma más lógica de hacerlo es mediante un título de anticuerpos. Los veterinarios de bienestar realizan títulos de anticuerpos algunas semanas después de la última ronda de vacunas para cachorros o gatitos con el fin de garantizar que se haya logrado la inmunidad.
Cuando un animal se vacuna con éxito contra ciertas enfermedades (por ejemplo, moquillo, parvo y adenovirus) y desarrolla inmunidad, recibe lo que se conoce como inmunidad estéril. La inmunidad estéril dura un mínimo de 7 a 9 años, hasta un máximo de inmunidad de por vida según lo que indican los títulos de anticuerpos.
Esto significa que el perro no puede infectarse, ni que eliminará el virus en caso de que esté expuesto. Dado que las enfermedades como moquillo, parvo y hepatitis (adenovirus) están en todas partes, el riesgo de exposición es constante.
Otros tipos de vacunas como las vacunas no básicas (llamadas bacterinas) contra enfermedades derivadas de bacterias como la enfermedad de Lyme, la leptospirosis, la bordetella (tos de las perreras), la influenza canina (un virus, pero uno que muta de forma constante, por lo que la vacuna no siempre es protectora) y otros, no producen inmunidad estéril.
Estas vacunas duran un año como máximo, y los niveles de anticuerpos contra estas enfermedades (medidos por los títulos de anticuerpos) disminuyen con cada año que transcurre, lo que significa que la protección de por vida es cuestionable (similar a las vacunas contra el tétanos en humanos).
Hay varios tipos de títulos de anticuerpos Prefiero realizar títulos de anticuerpos IFA (anticuerpo de inmunofluorescencia) para parvo y moquillo porque dan una respuesta clara, ya sea "sí, el animal está protegido o no". Debido a que la mayoría de las escuelas de veterinaria aún no están educando adecuadamente a sus estudiantes sobre cómo interpretar las pruebas de títulos de anticuerpos, esto elimina cualquier duda sobre si la mascota está protegida o no.
La serología y otros métodos de prueba pueden ser confusos para los dueños y veterinarios, por igual. Por ejemplo, un bajo puntaje de serología no significa que la mascota no esté protegida contra enfermedades. Es posible que un animal aún esté protegido hasta por un año o más gracias a las células de memoria inmunológica que no se pueden medir.
Para fines de comparación, las vacunas veterinarias básicas son similares a las vacunas contra la polio humana y MMR (sarampión, paperas, rubéola) que brindan inmunidad de por vida. Las vacunas veterinarias no básicas se pueden comparar con la vacuna contra el tétanos humano, que también es bacteriana y puede no durar toda la vida.
El mejor enfoque de vacunación para tu mascota
Habla con tu veterinario sobre qué tipo de vacunas necesita tu mascota y con qué frecuencia. Si tu veterinario parece no saber sobre los títulos de anticuerpos o se niega a hablar sobre el tema de la inmunidad estéril, te recomiendo buscar un veterinario integrativo. Asegúrate de que cada vacuna básica que reciba tu mascota cumpla con los siguientes criterios:
El título de anticuerpos revela que no está protegida contra la enfermedad mortal. |
¡Tu mascota está sana! Los animales deben estar sanos para recibir cualquier vacuna, por lo que si tu mascota tiene alergias, problemas endocrinos, disfunción orgánica, cáncer (o es un sobreviviente de cáncer) u otro problema médico, NO es candidata para recibir vacunas. |
Tu mascota tiene probabilidades de estar expuesta a la enfermedad. |
La vacuna se considera efectiva y segura. |
No vacunes a una mascota que haya tenido una reacción previa a alguna vacuna de cualquier tipo. |
Si vacunas a tu mascota, pregúntale a tu veterinario integrativo sobre el uso de espirulina para mejorar su respuesta inmunológica a las vacunas, sobre todos si el adyuvante es un metal (suele ser mercurio o aluminio). |
Las vacunas contra la rabia son obligatorias, pero insiste en que le administren la vacuna cada 3 años y no cada año. Si tu mascota es joven, pide que le administren la vacuna contra la rabia después de los 4 meses de edad, de preferencia cerca de los 6 meses, esto reducirá el riesgo de una reacción adversa. Las mascotas enfermas, incluidas las que tienen cáncer, nunca deben vacunarse contra la rabia.