Una creciente recopilación de estudios recientes ha demostrado que el entrenamiento con refuerzo positivo para perros es mucho más efectivo y exitoso que el entrenamiento que involucra dominio y castigos.
Incluso, algunos de los estudios demostraron que, en realidad, el entrenamiento con castigo creaba comportamientos problemáticos adicionales--sin duda, un resultado que ningún dueño de perro se hubiera propuesto deliberadamente.
Este entrenamiento de comportamiento daña en vez de ayudar
En la Universidad de Southampton, en Reino Unido, y la Universidad de Ciencias de la Vida, en Noruega, se realizó un estudio titulado "The importance of consistency in the training of dogs",1 que fue publicado, en mayo de 2007, en Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research.
El propósito de este estudio era determinar si el castigo era un factor de riesgo para el desarrollo de comportamientos problemáticos, así como el efecto combinado entre la obediencia y los comportamientos problemáticos específicos por las recompensas, castigos, actitudes y estructura de reglas. La estructura de reglas fue definida como permisividad versus rigor, así como la consistencia al aplicar las reglas.
El estudio demostró que el castigo se correlaciona negativamente con la obediencia y positivamente con los problemas de entrenamiento. La estructura de reglas--incluyendo la consistencia de los dueños--estuvo relacionada con niveles más altos de obediencia y menos problemas de entrenamiento.
En otro estudio realizado en la Universidad de Bristol, en Reino Unido, y publicado en el número de septiembre-octubre de 2008 de Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research,2 los resultados sugieren que los perros entrenados solo con refuerzo positivo demostraron menos problemas de comportamiento.
Y los perros cuyos dueños utilizaron entrenamiento con castigo fueron mucho más propensos a demostrar una respuesta de miedo hacia otros perros.
Estudios adicionales de entrenamiento con refuerzo positivo
• Un estudio titulado "Behaviour of smaller and larger dogs: Effects of training methods, inconsistency of owner behaviour and level of engagement in activities with the dog"3 y publicado en marzo de 2010, demostró que, en el caso de los perros más pequeños, manifestar más miedo y ansiedad estaba relacionado con utilizar castigos más frecuentemente.
Los investigadores concluyeron que los dueños de perros más pequeños podrían mejorar significativamente la obediencia de sus mascotas al ser más consistentes en sus interacciones y participar regularmente en actividades de juego y entrenamiento con ellos. Los problemas de comportamiento podrían disminuir al evitar el hábito de castigos, lo cual podría reforzar el miedo o la agresión relacionada con el miedo.
• La encuesta " Survey of the use and outcome of confrontational and non-confrontational training methods in client-owned dogs showing undesired behaviors"4 fue realizada en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, y publicada a principios del 2009.
En esta se expone que, los métodos de confrontación aplicados por los dueños de perros antes de que a sus mascotas se les proporcionara una orientación de comportamiento, estuvieron relacionados con respuestas agresivas.
Los investigadores concluyeron que es crucial que los dueños comprendan los riesgos relacionados con los métodos de entrenamiento.
Algunos ejemplo serían, "golpear o patear al perro por exhibir un comportamiento indeseable"... "gruñirle al perro"... "forzarlo físicamente para que libere un objeto de su boca"... "rol de alfa"... "mirarlo fijamente o mirar fijamente [al perro] hacia abajo"... "sujetar abajo a la fuerza para dominar"... "sujetar al perro de la quijada y sacudirlo".
Estos métodos de confrontación provocaron una respuesta agresiva en al menos un cuarto de los perros en los que se intentó.
• En un artículo publicado en 2004 por investigadores de la Universidad de Bristol, en Reino Unido,5 se determinó que entre la población general de perros, los perros entrenados con castigo no eran más obedientes que los entrenados por otros medios y, además, exhibían una mayor incidencia en comportamientos posiblemente problemáticos.
Debido a que los métodos basados en recompensas se relacionan con niveles más altos de obediencia y menos comportamientos problemáticos, representan una alternativa diferente al castigo que el dueño promedio puede utilizar, la cual es más efectiva y compatible con el bienestar del perro.
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5 pasos sencillos para un entrenamiento con refuerzo positivo en perros
El objetivo es utilizar premios de tamaño muy pequeño (el tamaño de los chicharos podría ser una buena opción, e incluso podrías utilizar chicharos congelados si a tu perro le gustan), elogios y palabras afectivas para alentar a tu perro a desarrollar comportamientos deseados.
• Expresa comandos cortos, de preferencia que sean de una sola palabra, para los comportamientos que deseas enseñarle a tu mascota. Algunos ejemplos son Come, Sit, Stay, Down, Heel, Off, entre otros. Asegúrate de que todos los miembros de tu familia utilicen exactamente el mismo comando para cada comportamiento.
• Tan pronto como tu perro realice el comportamiento deseado, recompénsalo inmediatamente con un premio y elogio verbal. Hazlo cada vez que responda apropiadamente a un comando.
Lo que se necesita es que relacione el comportamiento que realizó con el premio. Por supuesto que, eso significa que al principio tendrás que tener premios preparados para cada vez que le des una orden a tu perro.
• Haz sesiones de entrenamiento breves y divertidas. Lo que necesitas es que tu perro relacione algo bueno con obedecer tus indicaciones. También, debes utilizar el tiempo de entrenamiento como una oportunidad para fortalecer el vínculo con tu mascota.
• Gradualmente, deberás retirarle los premios y solo utilizarlos de forma intermitente una vez que haya aprendido un nuevo comportamiento. Con el tiempo, ya no serán necesarios, pero siempre deberás recompensarlo con elogios verbales, cada vez que obedezca un comando.
• Continúa con el refuerzo positivo para que siga realizando los comportamientos que deseas. El entrenamiento basado en recompensas ayuda a que tu mascota desarrolle una variedad de comportamientos deseables, lo que generará un sentimiento mutuo de confianza y seguridad.