¿Es posible prevenir la displasia de cadera al modificar este hábito alimenticio?

dysplasia de cadera en perros

Historia en Breve

  • La displasia de cadera en canes (CHD por sus siglas en inglés) es muy común en perros de razas grandes. Se trata de un problema en la articulación de la cadera que puede provocar osteoartritis
  • La CHD es una enfermedad poligénica, es decir que se hereda, y esto involucra a más de un gen
  • Un perro con el gen de CHD puede o no desarrollar la enfermedad. Un perro sin este gen no está en riesgo de padecer displasia de cadera
  • La crianza, nutrición y ejercicio juegan un papel en el desarrollo y la gravedad de la displasia de cadera

La displasia de cadera en canes (CHD, por sus siglas en inglés) es una afección en la articulación de la cadera que tiene una laxitud (soltura) en la articulación.

Esta laxitud conduce a la degeneración del cartílago articular (el tejido suave y blanco que cubre los extremos de los huesos de las articulaciones), lo cual a su vez hace que se desarrolle la osteoartritis (OA).

La CHD ha incrementado en los últimos 50 años y actualmente se estima que entre el 3 y 4 % de los perros padecen de esta enfermedad.

Algunas razas son más propensas que otras a padecer de displasia de cadera. Entre ellas están las siguientes:

Terranova

San Bernardo

Pastor inglés

Rottweiler

Pastor alemán

Golden Retriever

Malamute de Alaska

Labrador Retriever

Samoyedo

El mecanismo de la displasia de cadera

La displasia de cadera ocurre cuando la articulación coxofemoral de la cadera está deforme, lo cual provoca la separación de los dos huesos. En la mayoría de los casos de CHD, el acetábulo (cavidad con la cual se conecta el fémur) no tiene la suficiente profundidad como para que quepa completamente la cabeza del fémur.

Esta anormal construcción articular va acompañada de músculos, ligamentos y tejidos conectivos débiles. Entonces, en lugar de deslizarse con suavidad, la articulación se roza y rechina con el movimiento.

A menudo, el cuerpo intentará estabilizar a la articulación deforme al construir un material óseo y duro en, y alrededor, de la misma. Esto generalmente crea una condición todavía menos natural.

Tarde o temprano el desgaste de la articulación se convierte en una enfermedad articular degenerativa que es dolorosa para el perro y restringe su capacidad para moverse con naturalidad.

Ya que la cadera es la articulación más grande que soporta el peso del cuerpo de un perro, es fácil imaginar lo doloroso y debilitante que puede ser para los perros de razas grandes y gigantes que por lo general padecen de esto.

Los perros y gatos pequeños y medianos también pueden desarrollar displasia de cadera, pero es mucho más común en caninos más grandes.

La displasia de cadera es una enfermedad hereditaria en canes

La CHD es poligénica, lo que significa que es hereditaria y hay múltiples genes involucrados.

Los perros que no tienen genes de displasia de cadera no la desarrollarán.

Lo perros con estos genes podrían o no contraer la enfermedad. En la actualidad no existe un análisis que identifique los genes de CHD.

Es posible que un perro que obtiene excelentes resultados en las pruebas de la Fundación Ortopédica para Animales (OFA por sus siglas en inglés) y en el método PennHIP, tenga los genes de esta enfermedad, pero que nunca la desarrolle, aunque podría procrear generaciones de descendientes con este problema.

Históricamente, a los perros cuyos rayos X demostraron padecer osteoartritis (OA) se les impide reproducirse. Sin embargo, los estudios muestran que, si se evita la reproducción de perros con laxitud en la articulación de la cadera y de perros con OA, exista una mayor disminución en la incidencia de la CHD.

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Indicadores de la CDH

Cualquiera de las siguientes situaciones puede hacer que un perro sea propenso a la displasia de cadera:

  • Tener un cuerpo más largo que alto
  • Tener una alta proporción de IMC (masa corporal)
  • Estar esterilizado o castrado
  • Estar diagnosticados con daño en la articulación de la cadera y microfracturas de la cavidad de la cadera con menos de un año de edad
  • Perros jóvenes o de mediana edad que padecen dolor o cojera relacionada con osteoartritis

La probabilidad de que un perro desarrolle o no osteoartritis, además la gravedad de la misma, dependerá de la naturaleza (del componente genético) y de la nutrición (el medio ambiente y nutrición).

La importancia del entorno y la nutrición

Hay cosas que como propietario de una mascota puedes hacer para ayudar a prevenir o reducir la gravedad de la displasia de cadera en tu perro.

Si estás planeando adoptar un cachorro de raza grande o gigante, busca criadores que tengan certificados a sus perros con el método de PennHIP. La certificación de la Fundación Ortopédica para Animales (OFA por sus siglas en inglés) sigue siendo el estándar establecido, pero el PennHIP un indicador mucho mejor para la salud de la cadera.

Se ha demostrado que el número de calorías que consume tu perro, sobre todo entre los tres y los diez meses de edad, tiene un impacto significativo referente a si un cachorro con genes de CHD desarrollará la enfermedad.

Las dietas altas en calorías y en carbohidratos pueden provocar un crecimiento estructural con demasiada rapidez como para que el cartílago del cuerpo se mantenga al día, en especial con perros de razas grandes.

Una dieta equilibrada, apropiada para cada especie y controlada por porciones, le ofrecerá a tu mascota una nutrición adecuada en las cantidades correctas para el resto de su vida.

En un estudio realizado en 1997 en cachorros Labrador Retriever, los perros alimentados con “libertad” tuvieron una tasa mucho más alta de displasia de cadera que sus compañeros de camada que fueron alimentados con la misma comida, pero en porciones controladas, lo que representaba el 25 % menos que los cachorros alimentados libremente.

Los perros con una alimentación libre también se volvieron mucho más pesados en comparación con el grupo de perros con una alimentación restringida, en un promedio de 10 kilos.

La obesidad puede hacer que la displasia sea más grave. El peso adicional puede acelerar la degeneración de las articulaciones. Los perros que nacen con genes que los hacen propensos a la displasia de cadera, si se les permite crecer con sobrepeso, tendrán un riesgo mucho mayor de desarrollar esta enfermedad y, posteriormente, también artritis.

Enfoca el ejercicio que realiza tu perro en actividades como correr y nadar. El objetivo es ayudar a tu mascota a mantener una buena masa muscular, la cual puede disminuir la incidencia y la gravedad de la CHD.

Evita las actividades que requieran que tu mascota salte o cambie de dirección o se detenga de repente. No permitas que tu perro haga ejercicio o pase mucho tiempo en superficies resbaladizas.

Cómo ayudar a perros con displasia de cadera

La cirugía para reparar la laxitud temprana de la cadera o reemplazar toda o parte de la cadera es una opción para algunos perros y sus dueños. Sin embargo, no todos los perros son buenos candidatos para la cirugía y no todos los dueños pueden pagarlo, o no siempre es la mejor opción.

El tratamiento médico convencional implica el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), ácido acetilsalicílico y corticosteroides amortiguados, los cuales tienen efectos secundarios.

Si tu mascota toma medicamentos para el dolor y la inflamación, te recomiendo que lo manejes con un veterinario holístico para determinar qué tratamientos alternativos podrían ser de igual beneficio. A menudo, un enfoque integrador puede reducir o reemplazar la necesidad de medicamentos potencialmente tóxicos.

Lo más importante al manejar la CHD es fomentar y mantener una salud excelente en los músculos, tendones y ligamentos.

Las terapias físicas como la quiropráctica, los masajes, los estiramientos, el tratamiento con láser, la acupuntura y la terapia acuática resultan beneficiosas. Al igual que una dieta naturalmente antiinflamatoria.

Además de lo anterior, habla con tu veterinario holístico sobre los suplementos que pueden proporcionar las materias primas para la reparación y el mantenimiento del cartílago. Entre ellos deberás encontrar sulfato de glucosamina con MSM, membrana de cascarón de huevo, mejillón de Perna (almeja de labios verdes) y también:

  • Remedios homeopáticos, incluyendo la hiedra venenosa, árnica y brionia
  • Ubiquinol y otros antioxidantes
  • Alimentos muy verdes (espirulina y astaxantina)
  • Fórmulas naturales antiinflamatorias (hierbas, enzimas proteolíticas y nutracéuticos)
  • Inyecciones de la marca Adequan

+ Fuentes y Referencias
  • Clinician’s Brief October 2, 2011
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