Cómo evitar estas enfermedades comunes en gatos

enfermedades comunes en felinos

Historia en Breve

  • Los gatos de hoy en día se enfrentan a menudo con enfermedades que pueden relacionarse de forma directa con su alimentación y estilo de vida
  • Algunas de las enfermedades comunes y casi siempre prevenibles en los gatos incluyen a la diabetes, el hipertiroidismo, la enfermedad del tracto urinario inferior, el síndrome del intestino irritable (SII) y el estreñimiento
  • Hay muchas cosas que puedes hacer para que tu gato evite estos trastornos comunes, empezando por lo que le das de comer y el tipo de entorno que le ofreces

Es sorprendente que haya tantas enfermedades y trastornos que se diagnostican en los gatos, las cuales se pueden tratar (y en muchos casos se pueden prevenir) a través de la alimentación que reciben y el estilo de vida que se les ofrece.

A continuación, se presentan cinco de las enfermedades más comunes que son las causas de las visitas al veterinario, junto con sugerencias sobre cómo puedes evitar que tu propio felino tenga que lidiar con una de estas enfermedades debilitantes.

#1: Diabetes

El porcentaje de diabetes en los felinos ha explotado en la última década. Esta enfermedad se observa con mayor frecuencia en gatos adultos obesos y con sobrepeso quienes comen alimentos secos y biológicamente inadecuados, además de hacer poco o nada de ejercicio.

Este es el tipo de diabetes con el que no nace, pero que se adquiere por el uso indebido de nutrientes de parte de la gran mayoría de los fabricantes de alimentos para mascotas.

La diabetes felina es casi 100 % prevenible, por lo que, por el bien de tu adorado gato, espero que reflexiones con seriedad sobre la importancia que tienen la nutrición, el ejercicio y el peso saludable en tu mascota.

Consejos para prevenir la diabetes en tu gato:

Evita los alimentos secos o croquetas. Todos los alimentos secos requieren almidón (carbohidratos) para ser fabricados.

Evita los alimentos enlatados para gatos que contengan granos (por ejemplo: maíz, trigo, arroz, soya, mijo, quínoa).

También evita ofrecer alimentos con mucho almidón, con alto contenido calórico y con alto índice glucémico, que contengan papas, garbanzos, guisantes o tapioca. Todos los carbohidratos (almidón) en la comida de tu gato, los cuales pueden llegar a representar el 80 % del contenido, se descomponen en azúcar. El exceso de azúcar puede resultar en diabetes.

Ayuda a tu gato para que se mantenga en forma con una alimentación controlada por porciones, rica en humedad, nutricionalmente equilibrada y adecuada a las especies, que consista de una variedad de fuentes de proteínas no adulteradas y grasas saludables, además de suplementos nutricionales específicos, según sea necesario.

Frena la glotonería. Si tu gato se atraganta con todas las comidas, debes ayudarlo a moderar su apetito.

Asegúrate de que tu gatito tenga un mínimo de 20 minutos de ejercicio aeróbico diario. Un juguete como el Indoor hunting feeder puede ser de gran ayuda.

Siempre que sea posible, deja que tu gato tenga algún acceso seguro hacia el exterior cuando haya buen clima. Puedes enseñarle a tu gato a dar paseos contigo usando un arnés y una correa, o puedes construir o comprar un espacio cercado que dé al exterior.

No permitas que tu gato reciba vacunas en exceso.

Cada vez son más las investigaciones que relacionan los trastornos autoinmunes con la diabetes en los perros, y lo mismo puede ocurrir con los gatos. Si tu gato ha recibido vacunas con anterioridad, es muy probable que su inmunidad le dure para toda la vida.

Te recomiendo que encuentres a un veterinario que realice análisis de títulos para medir la respuesta de los anticuerpos a las vacunas anteriores. Los resultados del análisis te dirán si es necesario vacunar a tu mascota y para cuáles enfermedades en específico.

Tampoco permitas que tu gato reciba un tratamiento esteroide que no sea necesario, ya que los estudios recientes han identificado que la terapia con corticosteroides o cortizona puede aumentar el riesgo de provocar diabetes felina.1

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#2: Hipertiroidismo

El hipertiroidismo felino es el trastorno endocrino más común de los gatos domésticos, ya que más del 10 % de los gatos mayores de 10 años han sido diagnosticados con esta enfermedad. Por lo general, esta enfermedad es provocada por un tumor benigno en la glándula tiroides, conocido como adenoma. En raras ocasiones el tumor resulta ser un carcinoma, es decir: cáncer.

Consejos para evitar el hipertiroidismo en tu gato:

Ofrece una alimentación fresca, nutricionalmente balanceada y adecuada para su especie, que respete el consumo natural de yodo que debe recibir un gato (la cual es muy baja).

No compres alimentos enlatados que no estén etiquetados como libres de BPA (Bisfenol-A).

Evita ofrecerle a tu gato una alimentación a base de pescado o de cualquier alimento que contenga productos derivados de la soya.

Mantén tu entorno libre de productos químicos ignífugos.

Ofrécele a tu gato una cama orgánica.

Compra un purificador de aire de alta calidad para mejorar el entorno de tu gato.

#3: Enfermedad del tracto urinario inferior

Las enfermedades del tracto urinario inferior (FLUTD, por sus siglas en inglés) representan a un grupo de enfermedades que afectan a la vejiga o la uretra. Entre las más comunes están la cistitis (inflamación de la vejiga), algunas infecciones bacterianas y el bloqueo uretral.

Si crees que tu gato podría tener un problema en el tracto urinario inferior, es importante que hagas una cita con tu veterinario. También es de extrema importancia que te concentres en reducir o eliminar los factores que puedan ser estresantes en la vida de tu gato.

Por lo general, el estrés tiene tres orígenes: ambiental, inmunológico y nutricional.

Consejos para prevenir una enfermedad del tracto urinario inferior en tu gato:

  • Elimina el estrés nutricional al evitar una alimentación de baja calidad, a base de granos y con mucho almidón, que contenga aditivos y conservantes que puedan ser tóxicos, además de grasas, sales y azúcares innecesarios. Cambia su alimentación a una fresca, nutricionalmente balanceada y apropiada para su especie, u ofrécele comida enlatada de grado humano.
  • En la medida de lo posible, minimiza el estrés ambiental, el cual puede surgir de cualquier cosa. Desde mudarse a un nuevo hogar, hasta el nacimiento de un bebé, un divorcio o el ingreso de una nueva mascota. Todas estas cosas pueden generarle estrés emocional a tu gato.
  • Habla con tu veterinario integral sobre productos calmantes a base de feromonas, remedios homeopáticos y esencias florales que estén diseñadas para equilibrar los trastornos emocionales en los gatos.
  • Minimiza los factores que estresan al sistema inmunológico al no vacunar a tu gato en exceso. Si solo tienes un gato que pasa todo su tiempo dentro de tu hogar y no estás dispuesto a llevar animales callejeros a tu casa, casi no hay ningún riesgo de que tu gato esté expuesto a enfermedades infecciosas y, por su parte, las vacunas innecesarias pueden representar mucho estrés inmunológico para tu gato.

#4: Síndrome del intestino irritable (SII)

El síndrome del intestino irritable, también conocido como “estómago sensible”, en realidad es menos común en los gatos que la colitis ulcerosa y otras enfermedades gastrointestinales (GI), pero puede que no lo parezca. Esto se debe a que cuando los problemas digestivos de un gato no se diagnostican de manera precisa o a profundidad, terminan por agruparse en la categoría del SII.

Entre los síntomas más comunes del SII en los gatos están los episodios de diarrea intermitentes pero constantes, visitas frecuentes a la caja de arena para eliminar cantidades pequeñas de heces y moco, además de sufrir de estreñimiento. Algunos gatos también sufren de dolor abdominal, o inflamación, náuseas y vómitos.

Consejos para evitar los brotes de SII en tu gato:

Trabaja de la mano de un veterinario integral para crear un protocolo integral que aborde problemas alimenticios y el uso apropiado de suplementos, incluyendo algún probiótico de alta calidad para mascotas.

Dependiendo de los síntomas de tu gato, tu veterinario te puede recomendar que le ofrezcas una dieta blanda por unos días, hasta que los síntomas mejoren. Yo prefiero una dieta blanda libre granos, con pavo cocido y molido, con calabazas enlatadas (que sea calabaza pura, no de la que se usa para las tartas) o batatas cocidas.

Una vez que tu gato pueda dejar la dieta blanda de manera segura, te recomiendo trabajar con tu veterinario para crear un nuevo régimen de alimentación a base de proteínas. Esto le dará un buen descanso al tracto gastrointestinal de tu gato y a su sistema inmunológico.

El síndrome del intestino irritable puede causar diarrea o estreñimiento, y el suplementar con fibra puede tratar ambos síntomas. Las mejores opciones incluyen al polvo de cáscara de psyllium, vegetales de hoja verde oscuro en polvo, aceite de coco, calabazas enlatadas al 100 %, fibra de acacia orgánica o jugo de aloe.

Es de gran importancia que los gatos con SII se mantengan bien hidratados. Asegúrate de que tu gatito tenga acceso a agua limpia, fresca y filtrada en todo momento. Coloca unos cuantos tazones alrededor de la casa o considera poner una fuente de agua para mascotas. También considera el añadir caldo de hueso a su alimentación.

El estrés es un problema en específico para los gatos con SII, por lo que es importante que te asegures de que el entorno de tu gato esté enriquecido y su estilo de vida esté tan libre de estrés como sea posible. Toma en cuenta que cualquier tipo de cambio en el entorno o la rutina de tu gato, por muy pequeño que sea, puede ponerlo de nervios.

Además toma en cuenta el estrés eléctrico que hay en el entorno de tu gato. Tendemos a subestimar el efecto de la radiación doméstica y los CEM (campos electro magnéticos) en animales que son sensibles. Las mascotas deben estar afuera tocando la tierra precisamente para “hacer conexión con la tierra”, y muchos gatos nunca tienen esta oportunidad.

#5: Estreñimiento

Hay que saber que tu gato está estreñido cuando las heces son demasiado grandes o difíciles de pasar. Si tu gato se está esforzando en su caja de arena pero no expulsa casi nada, o si su popó es seca y dura, es probable que el estreñimiento sea el responsable.

Tu gato debe hacer popó todos los días. La expulsión diaria de toxinas intestinales es una parte importante del proceso natural de desintoxicación. Debido a que existen razones médicas para el estreñimiento, asegúrate de hablar con tu veterinario si crees que tu gato está estreñido.

Consejos para prevenir el estreñimiento en tu gato:

Ofrécele una alimentación nutricionalmente equilibrada y apropiada para su especie, es decir que sus alimentos deben contener de 70 a 80 % de agua.

Si tu gato está alimentándose de croquetas, deberás hacer una transición lenta para alejarlo de los alimentos secos. Este proceso puede durar semanas o incluso meses, pero vale la pena hacer el esfuerzo. Esto no solo ayudará a prevenir el estreñimiento, sino que hará que tu gato este mucho más saludable en general.

Considere agregarle caldo de huesos o agua a los alimentos de tu gato para ayudar a que lubrique su colon. También puedes agregarle saborizantes al agua de tu gato (por ejemplo: el líquido de una lata de atún o de comida para gatos) para que se le antoje más.

Asegúrate de que tu gato haga al menos un poco de ejercicio todos los días.

Agregue una pizca de polvo de psyllium o fibra de coco en cada comida. Si las bolas de pelo son un problema, puedes agregar en cada comida un remedio para éstas, que no sea a base de petróleo, o un poco de aceite de coco para ayudar a que el pelo se mueva con mayor rapidez a través de su tracto GI.

Algunos gatos se benefician de consumir calabazas enlatadas al 100 % o de algún laxante natural como el jugo de aloe vera, el cual se agrega a sus alimentos.

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