Hoy, tengo una invitada muy especial, la Dra. Jean Dodds. Ella es una mujer increíblemente ocupada y entre sus múltiples labores está su participación en la organización Rabies Challenge Fund, junto con el Dr. Ron Schultz. Su objetivo es determinar la duración de la inmunidad transmitida por las vacunas contra la rabia, con el fin de ampliar el intervalo requerido para los refuerzos de la vacuna contra esta misma zoonosis a 5 años y luego a 7.
La Dra. Dodds ha convenido dedicar un poco de su tiempo el día de hoy para hablar sobre las pruebas de títulos de anticuerpos. Es un tema confuso. No solo existen diferentes tipos de títulos y diferentes métodos de titulación, sino que el "cuándo", "cómo" y "por qué" de la titulación confunden tanto a los dueños de mascotas como a los veterinarios. Por lo cual, le he pedido a la Dra. Dodds que comenzara explicándonos qué es una prueba de título de anticuerpos.
¿Qué es, exactamente, un título de anticuerpos?
La Dra. Dodds nos explicó que un título es una muestra sanguínea a partir de la cual se analiza el suero con el fin de determinar el nivel de anticuerpos presentes en un agente infeccioso como el virus del moquillo, parvo, hepatitis y otras enfermedades.
Cuando el nivel de anticuerpos en el suero sanguíneo se mide cuantitativamente, medimos una combinación de la exposición natural del animal al agente infeccioso, así como las vacunas contra este.
Luego, le pedí a la Dra. Dodds que nos explicara por qué algunas enfermedades solo se contraen una vez (y después, el animal obtiene inmunidad de por vida), mientras que otras representan una amenaza constante a lo largo de la vida del animal.
La inmunidad "estéril" (de por vida) frente a la inmunidad de corta duración
La Dra. Dodds nos explicó que ciertas enfermedades producen lo que llamamos "inmunidad estéril". Algunas de estas enfermedades son moquillo, parvo, hepatitis canina y panleucopenia felina. Cuando un animal está expuesto a dichas enfermedades y se recupera, o se vacuna adecuadamente contra ellas, el animal se vuelve inmune.
Cabe recordar que la inmunización es el resultado de una vacunación adecuada. El mero acto de aplicar una vacuna no implica necesariamente que el animal haya sido inmunizado contra la enfermedad.
Cuando un animal es vacunado adecuadamente y se vuelve inmune, obtiene inmunidad estéril, que es de larga duración, con un mínimo de 7 a 9 años, o bien como máximo obtiene inmunidad vitalicia, con base en lo que determinen las pruebas de títulos.
Esto significa que la mascota no podrá contraer la infección ni propagará el virus si es expuesto al mismo. (Dado que las enfermedades de moquillo, parvo, hepatitis y panleucopenia están en todas partes, el riesgo de exposición es constante).
Sin embargo, como la Dra. Dodds continúa explicando, existen otras vacunas que no producen inmunidad estéril. Estas son vacunas contra la enfermedad de Lyme, leptospirosis, bordetella y otros virus que afectan a las vías respiratorias superiores/tos de la perrera, e incluso influenza canina. Las vacunas contra estas enfermedades no perduran por mucho tiempo, por lo general duran de 7 meses a un año. De acuerdo con las mediciones por parte de las pruebas de títulos, los niveles de anticuerpos contra estas enfermedades disminuyen cada año subsiguiente.
Además de los niveles de títulos, existe otro factor que se denomina células de memoria inmunológica que perduran de por vida. En caso de estar expuestas a una de estas enfermedades, las mascotas aún pueden estar protegidas por 1 año o más gracias a las células de la memoria inmunológica, aun y cuando la mascota tenga bajos valores de titulación de anticuerpos tras la vacunación.
La Dra. Dodds formula la pregunta de la siguiente manera: "Supongo que la cuestión radica en cómo saber cuándo debes realizar una prueba de títulos de anticuerpos contra uno de los agentes de corta duración en lo que respecta a la duración de la inmunidad ... ¿cómo sabes que el animal está realmente protegido o no? No vas a ponerlo a prueba [al exponerlo deliberadamente al virus o bacteria] para adoptar esa resolución".
La Dra. Dodds menciona que, al parecer, en caso de necesitar vacunas de corta duración, y esto es una inusitada posibilidad, posiblemente los animales necesiten vacunarse con más frecuencia, de cada 18 meses a 2 años. Esto se contrapone a las vacunas de inmunidad estéril para el moquillo, parvo, hepatitis y panleucopenia, que no deberíamos aplicar después de que las mascotas hayan alcanzado la etapa media de su vida, siempre y cuando tengan valores de títulos mensurables.
En términos humanos, podríamos comparar las vacunas esenciales veterinarias con las vacunas contra la polio, y quizás las vacunas contra el sarampión, paperas y rubéola. Estas vacunas proporcionan inmunidad de por vida, mientras que una vacuna contra el tétanos, que es una bacterina, posiblemente no perdure toda la vida.
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Por qué las vacunas intranasales de Bordetella son mejores que las inyectables
Más tarde, le pedí a la Dra. Dodds que nos hablara sobre las vacunas para la tos de las perreras (bordetella). Puedes encontrar este tipo de vacunas en forma inyectable y forma intranasal. Un animal puede recibir una de estas inoculaciones e infectarse inmediatamente con tos de las perreras.
La Dra. Dodds explicó que las vacunas contra los virus que afectan el aparato respiratorio superior no son 100 % efectivas, de hecho, de acuerdo con la información que recientemente recibió, solo tienen un 70 % de efectividad. Sin embargo, existen sistemas de internado comercial y domiciliario dirigidos por personas que están realmente preocupadas por su propia responsabilidad, aun y cuando el riesgo sea mínimo. Algunos insisten en aplicar las vacunas de Bordetella cada 6 meses. En estos casos, la vacuna utilizada debe aplicarse vía intranasal.
Le pregunté a la Dra. Dodds su opinión sobre la vacuna inyectable contra la Bordetella y si alguna vez la ha recomendado. La experta respondió negativamente ya que la forma intranasal contiene interferón, que proporciona protección cruzada parcial contra otros virus que afectan el aparato respiratorio superior.
Inmunidad materna: ¿Qué es? ¿Por qué es importante? ¿Cuánto dura?
Le pedí a la Dra. Dodds que nos explicara algunas situaciones en las que posiblemente exista algún anticuerpo materno prolongado en una mascota joven, lo que significa que el cachorro o minino todavía está protegido, o lo está de forma parcial, por los anticuerpos de su madre.
La Dra. Dodds explica que, en primer lugar, los anticuerpos maternos son los que la madre le transmite a su camada a través de la placenta durante el desarrollo fetal, esto representa entre un 10 y 15 %, y el resto proviene del calostro en su leche.
Cuando los cachorros o mininos se alimentan, reciben anticuerpos maternos. Su duración dependerá de qué tan alto fue el título de anticuerpos de la madre mientras estaba embarazada.
Por lo general, los anticuerpos maternos desaparecen cuando un cachorro o minino tiene 16 semanas de edad, pero comienzan a disminuir alrededor de la octava y décima semana. Así que, existe un "tiempo de vulnerabilidad" entre, digamos, la semana 10 y 16 cuando los animales jóvenes no están completamente protegidos.
Nuestra solución para esto es vacunar antes, lo que suprime temporalmente la inmunidad materna que está presente. Sin embargo, los animales se vuelven más vulnerables durante esos pocos días, aproximadamente de 3 a 7 días, por ejemplo, tras una vacunación a las 7 o 10 semanas. A su vez, los anticuerpos maternos están disminuyendo.
No es recomendable suprimir los anticuerpos maternos a través de la vacunación, pero tampoco es prudente esperar hasta que se hayan perdido por completo. Así que esto resulta una situación un tanto paradójica.
Por este motivo es importante que las mascotas jóvenes no salgan a parques para perros u otros lugares donde pueda haber animales potencialmente infectados. Los cachorros y mininos deben estar inmunizados adecuadamente antes de que se les permita aventurarse en el mundo.
Realizar una prueba de títulos a las 3 o 4 semanas tras haber inoculado a tu cachorro o minino, es una buena opción para determinar si las vacunas realmente funcionaron para inmunizar al animal. La Dra. Dodds concuerda con esto, pero dice que la prueba no se debe realizar antes de haber cumplido las 16 semanas de edad, porque si se hace antes, se puede obtener parte de la decreciente inmunidad materna que eventualmente desaparecerá.
Vacunas contra la rabia
Ahora bien, en lo que respecta a la vacuna contra la rabia, dependiendo del estado en que resida, puede aplicarse para perros de hasta 3 o 4 meses. Esta vacuna en particular es arriesgada en términos de reactividad, ya que contiene una potente cantidad de virus inactivados (muertos) de la rabia además de otros fuertes adyuvantes para ayudar a estimular la respuesta inmunológica.
Los veterinarios suelen postergar la aplicación de la vacuna contra la rabia hasta que la mascota tenga 6 meses de vida para que el cuerpo tenga más tiempo para desarrollarse. Le pedí a la Dra. Dodds que nos explicará un poco más sobre la duración de la inmunidad de las vacunas contra la rabia, que están hechas de virus inactivos de esta misma zoonosis.
La vacuna contra la rabia con virus inactivos es extremadamente potente y no debe ser aplicada antes de ser necesaria. A pesar de que las etiquetas en los paquetes de dicha vacuna afirman que puede aplicarse a las 12 semanas de edad, la Dra. Dodds opina que no debe suministrarse antes de las 16 semanas. Recientemente, California aprobó una legislación para permitir las vacunas contra la rabia a las 12 semanas en lugar de a las 16 semanas, lo que causó mucha controversia y seguirá haciéndolo.
En cuanto a la cuestión de cuánto duran las vacunas antirrábicas, de acuerdo con las pruebas de títulos, los anticuerpos pueden permanecer en la sangre de un animal durante 7 a 9 años y quizás por más tiempo. Sin embargo, la pregunta nuevamente es: ¿Dichas mascotas están realmente protegidas contra la enfermedad?
De acuerdo con los títulos de anticuerpos en los animales estudiados, en el tercer año después de la vacunación, todos mostraron un buen nivel de inmunidad. En el cuarto año mostraron una inmunidad mensurable, pero en el quinto año, algunos de los animales ya no tenían títulos mensurables de la rabia.
La Dra. Dodds y el Dr. Ron Schultz llevaron a cabo un desafío vacunal (revacunación de la rabia) en donde se demostró que todos los animales tenían células de memoria inmunológica que respondían produciendo títulos de anticuerpos adecuados contra la rabia.
Así que la Dra. Dodds y el Dr. Schultz opinan que incluso a los 5 años tras la vacunación, los animales en el estudio han mantenido una buena memoria inmunológica para protegerlos contra la rabia en caso de estar expuestos a la misma.
Lo que resulta maravilloso de toda esta cuestión es que el cuerpo del animal, todavía es capaz de generar una respuesta desde la memoria inmunológica, hasta impactar en el virus. El cuerpo sabe innatamente qué hacer.
Prolongar el período de tiempo entre las vacunas contra la rabia y reduciendo así la cantidad total de vacunas que los animales reciben durante su vida, será un gran beneficio para la salud y bienestar de las mascotas en todo el mundo.
Quiero expresarle mi agradecimiento a la Dra. Dodds por hablar con nosotros hoy y por el trabajo que realiza en el Rabies Challenge Fund. Asimismo, le agradezco al Dr. Ron Schultz y Kris Christine quienes también participan en el fondo.