El método tan perjudicial al que se aferran los veterinarios

enfermedades autoinmunes

Historia en Breve

  • La comunidad veterinaria convencional continúa insistiendo en que no existe evidencia suficiente para demostrar que las vacunas pueden desencadenar enfermedades autoinmunes en las mascotas
  • Menos de la mitad de los veterinarios en los Estados Unidos cumplen con los lineamientos más recientes de vacunación canina que exigen una menor cantidad de vacunas que la que reciben a lo largo de su vida; mientras que unos pocos ofrecen pruebas de titulación en lugar de revacunación
  • Dado que numerosos veterinarios concuerdan en que existe una posible relación entre las vacunas y las enfermedades autoinmunes, ¿por qué no se están tomando las medidas adecuadas para reducir dicho riesgo?
  • Cumplir con los últimos lineamientos de vacunación y ofrecer pruebas de titulación sería un buen comienzo para los veterinarios

Recientemente leí un artículo en una publicación veterinaria que pretendía evaluar las afirmaciones de la TIM (trombocitopenia inmunomediada) inducida por vacunas y la IMHA (anemia hemolítica autoinmune) en perros. La conclusión del autor (un veterinario) fue la siguiente:

"En general, los beneficios de la vacunación son claros y se encuentran bien establecidos, mientras que el riesgo de la IMHA y la PTI relacionada con la vacunación es teórico y no se demuestra de manera convincente. Aunque claramente se necesita una mayor investigación sobre este tema, la evidencia actual no respalda el cambio de la vacunación para reducir el riesgo de aparición o recaída de la PTI o la IMHA en perros".

Por desgracia, el autor no mencionó dos temas relacionados muy importantes: las revacunaciones innecesarias, y el hecho de que únicamente el 40 % de los veterinarios cumplen con los lineamientos de vacunación actuales (para mayor información continúe leyendo), lo que significa que el 60 % continúa recetando vacunas innecesarias y con mayor frecuencia.

Trombocitopenia inmunomediada

La trombocitopenia inmunomediada es una enfermedad autoinmune muy grave en la que el cuerpo canino ataca sus propias plaquetas sanguíneas como si se tratara de una bacteria o un virus patógeno.

La trombocitopenia es la palabra técnica utilizada para los recuentos bajo de plaquetas. Las plaquetas son compuestos de la sangre producidas en la médula ósea y son importantes para la coagulación sanguínea durante la hemostasia primaria, que es la coagulación que ocurre inmediatamente después de un evento que daña un vaso sanguíneo.

Cuando se agota este recuento de plaquetas, pueden producirse hematomas graves o sangrado incontrolable. El sangrado excesivo y los hematomas pueden provocar anemia (un recuento bajo de glóbulos rojos) y, si no se trata, puede provocar la muerte.

La PTI es una afección compleja y variable, por lo que el tratamiento es personalizado. A menudo, es necesario llevar a cabo un tratamiento agresivo durante su diagnóstico inicial, mientras que muchos perros necesitan ser hospitalizados.

Asimismo, es necesario controlar rápidamente el ataque del sistema inmunológico a las plaquetas, lo que generalmente significa administrar medicamentos inmunosupresores para salvar la vida de las mascotas. Si la anemia se encuentra presente, es posible que se requiera de una transfusión sanguínea, así como oxigenoterapia y fluidoterapia como tratamientos de apoyo.

Se deben identificar las enfermedades subyacentes para tratarlas y así ayudar a controlar la PTI y reducir el riesgo de recurrencia.

A largo plazo, el perro necesitará la ayuda de inmunosupresores y otros medicamentos para dichos síntomas. Es normal que un perro consuma inmunosupresores durante varios meses después del diagnóstico inicial. Se pueden utilizar hierbas como el cardo mariano para ayudar a reducir el estrés en los órganos de desintoxicación.

Es importante evitar los medicamentos o vacunas que el perro recibió antes de desarrollar PTI durante toda su vida, al igual que todas las vacunas y otros estimulantes del sistema inmunológico.

Muchos perros pueden detener el consumo de todos estos medicamentos, pero, en ocasiones, un perro puede necesitar una terapia farmacológica intermitente por el resto de su vida. Estos perros son excelentes candidatos para una atención veterinaria integral, la cual puede ayudar a reducir las reacciones autoinmunes y reducir la necesidad de una terapia farmacológica a largo plazo.

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Relación entre las vacunas y la PTI

Un estudio del 2012 de la Universidad de Purdue no pudo confirmar la relación que existe entre la trombocitopenia inmunomediada idiopática y la vacunación reciente, sin embargo, los investigadores señalaron que "la posibilidad de una relación no puede descartarse completamente en función de las pequeñas poblaciones de muestra y requiere de una mayor investigación".

El veterinario Robert Runde, señaló para dvm360.com, las limitaciones adicionales de este estudio, incluyendo la falta de información sobre la cantidad de vacunas que recibieron los perros en el estudio durante toda su vida. Según el Dr. Runde, "es difícil concluir si las vacunas recientes o acumulativas pueden o no aumentar el riesgo de PTI idiopática".

Muchos veterinarios holísticos e integrales se encuentran convencidos de que la gran mayoría de las enfermedades inmunomediadas, incluyendo la PTI, son desencadenadas o exacerbadas por las vacunas, particularmente las bacterinas (vacunas contra organismos bacterianos, como la vacuna de Lyme y la vacuna contra la leptospirosis), y las vacunas muertas (vacuna contra la rabia).

En mi opinión, los estudios como este que buscan asociar las vacunas recientes (menos de dos meses) y la enfermedad inmunomediada son muy limitados. El sistema inmunológico de algunos animales es reactivo cuando se introduce un agente extraño y potencialmente tóxico, como una vacuna, por primera vez. Su respuesta es inmediata y a menudo abrumadora.

El sistema inmunológico de otros animales (el de la mayoría, según mi experiencia) responde a las vacunas acumulativas durante un período de meses (comúnmente de 3 a 6 meses o más). Además, aunque en ocasiones una vacuna por sí sola desencadena la enfermedad inmune, normalmente es el uso de vacunas junto con otros medicamentos, toxinas ambientales, alimentos de mala calidad y otros factores estresantes.

La fuerza y el equilibrio del sistema inmunológico de cada animal es diferente, por lo que no existe ninguna manera de predecir, a menos que tu perro haya experimentado una reacción anteriormente, el peligro por la exposición al virus modificado que se encuentra en las vacunas, así como los muchos ingredientes tóxicos que contienen.

Anemia hemolítica autoinmune

La anemia hemolítica autoinmune (IMHA) es una enfermedad potencialmente mortal en la que el sistema inmunológico destruye sus propios glóbulos rojos. Los anticuerpos producidos por el sistema inmunológico para combatir los patógenos, atacan y destruyen los glóbulos rojos del cuerpo. Los glóbulos rojos son necesarios para transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo, y las mascotas no pueden sobrevivir sin una oxigenación adecuada de todos los tejidos del cuerpo.

En los perros con IMHA, la superficie de los glóbulos rojos se ve alterada por un proceso de enfermedad subyacente o una toxina. Estas alteraciones llaman la atención del sistema inmunológico, que los percibe como invasores extraños o patógenos. El sistema inmunológico destruye los glóbulos rojos alterados a través de un proceso conocido como hemólisis, ya sea dentro de los vasos sanguíneos de los glóbulos rojos o a medida que circulan por el bazo o el hígado.

El tratamiento convencional para la IMHA suele ser agresivo. El objetivo es detener la destrucción de los glóbulos rojos, para que puedan recuperar su capacidad para transportar el oxígeno a todos los tejidos del cuerpo.

Si existe alguna otra afección subyacente que contribuya a dicha destrucción de los glóbulos rojos, es necesario tratar esta situación. Es importante apoyar la salud del animal hasta que el suministro de glóbulos rojos vuelva a la normalidad.

Si la enfermedad es potencialmente mortal al momento del diagnóstico, la mascota podría necesitar transfusiones sanguíneas de inmediato. Esto puede ser arriesgado porque el sistema inmunológico aún se encuentra atacando los glóbulos rojos, y un aumento de este número a través de la transfusión puede desencadenar una respuesta aún más agresiva del sistema inmunológico.

En ocasiones se utiliza un sustituto conocido como Oxiglobina. Esta es una sustancia que tiene la capacidad de transportar oxígeno a todos los tejidos del cuerpo y evitar el riesgo relacionado con la transfusión sanguínea.

La terapia con medicamentos incluye un corticosteroide (como la prednisona) para suprimir intencionalmente el sistema inmunológico, por lo que se frena o detiene el ataque contra los glóbulos rojos. Estos medicamentos generalmente se administran en dosis muy elevadas, y si su respuesta no es suficiente, se administran inmunosupresores aún más potentes, incluyendo agentes quimioterapéuticos.

No hace falta decir que todos estos medicamentos traen consigo efectos secundarios importantes, y algunos de ellos son bastante graves.

Se ha observado un poco de éxito con el uso de inmunoglobulinas intravenosas, las cuales provienen de la sangre humana. En casos inusuales, generalmente en hospitales veterinarios especializados, también se utiliza un proceso conocido como plasmaféresis, el cual elimina los anticuerpos de la sangre. En ocasiones se lleva a cabo una esplenectomía.

Los cuidados complementarios para la anemia hemolítica autoinmune son críticos, y pueden incluir transfusiones recurrentes, apoyo de enfermería, hospitalizaciones, así como medicamentos y líquidos por vía intravenosa para mantener al animal lo más hidratado y saludable posible.

Los veterinarios integrales ofrecen cuidados complementarios mientras tratan la crisis inicial. La hierba china, Yunnan baiyao, reduce efectivamente el sangrado en cualquier parte del cuerpo. El fósforo homeopático también puede ser muy beneficioso, así como la fórmula tradicional china, Qing Ying Tang.

Por desgracia, numerosos perros con anemia hemolítica autoinmune requieren de terapias a largo plazo o incluso intermitentemente, ya que las recaídas son bastante comunes.

Relación entre las vacunas y la IMHA

Algunos de los desencadenantes subyacentes para la anemia hemolítica autoinmune secundaria son los agentes infecciosos, enfermedad del parásito del corazón, enfermedad inflamatoria intestinal (EII), ciertos medicamentos, reacciones de hipersensibilidad (como picaduras de abejas) y vacunas.

Pero, según los veterinarios convencionales, no existe una "relación estadísticamente significativa" entre las vacunas y la IMHA, y únicamente se encuentran dispuestos a considerar este vínculo si el inicio de la enfermedad ocurre dentro de las cuatro semanas posteriores a la vacunación.

Mientras que, aquellos de nosotros en la comunidad veterinaria holística e integral consideramos verdaderamente que existe un vínculo directo y frecuente entre las vacunas y esta enfermedad. Al principio de mi carrera, trabajé en una clínica de vacunas convencionales y atendí numerosos casos de IMHA.

Sin embargo, en todos mis años dirigiendo mi propia práctica, no he observado un solo caso en pacientes que he tratado desde su nacimiento. Creo que se debe a las pruebas de titulación que realizo en lugar de revacunar automáticamente. Los casos de IMHA que he observado actualmente se derivan de otras prácticas veterinarias.

¿Por qué los veterinarios convencionales no tienen la intención de reducir el riesgo de las enfermedades autoinmunes?

Si existe la más mínima probabilidad de que las vacunas desencadenen las enfermedades autoinmunes como la TIM y la IMHA en los perros, mientras que todos aceptan la existencia de esta probabilidad, entonces ¿por qué no hay más pruebas de titulación en lugar de revacunaciones?

Los dueños de mascotas y los veterinarios proactivos en todo mundo han desarrollado protocolos de evaluación mucho más progresivos que aquellos que se ofrecen en América del Norte. En los Países Bajos y Bélgica, por ejemplo, numerosos veterinarios evalúan a las mascotas antes de sus primeras vacunas para determinar la existencia de anticuerpos maternos. Esto permite que los animales reciban una vacuna perfectamente personalizada. Cuatro semanas después vuelven a realizar otra prueba de titulación para asegurarse de que fueron inmunizadas adecuadamente.

Los veterinarios integrales en los Estados Unidos comprenden que es difícil convencer a los clientes de que es necesario realizar pruebas de titulación a sus mascotas después de que hayan recibido sus vacunas iniciales, así como convencerlos de que las pruebas de titulación antes de y después de las vacunas son mucho mejor, pero también puede ser difícil establecer un protocolo por razones económicas.

Si tu veterinario no ofrece pruebas de titulación a un costo razonable, compara los precios. Cualquier veterinario realmente preocupado por la salud de las mascotas debería ofrecer pruebas de titulación accesibles en lugar de revacunaciones automáticas.

Asimismo, ¿por qué más de la mitad de los veterinarios convencionales aún no cumplen con los últimos lineamientos, publicados hace 8 años, que reducen la cantidad de vacunas básicas?

En el 2011, el Equipo de Vacunación Canina de la American Animal Hospital Association (AAHA) actualizó sus lineamientos de vacunación, al establecer que las vacunas centrales (con la excepción de la vacuna contra la rabia de 1 año), para el moquillo canino (CDV), el parvo canino (CPV-2) y el adenovirus canino (CAV-2): ahora se recomiendan cada 3 años o más en lugar de cada año.

La AAHA actualizó estos lineamientos nuevamente en el 2017 para abordar las nuevas vacunas complementarias desarrolladas desde el 2011. No recomiendo estas vacunas salvo que el riesgo de adquirir una enfermedad sea mayor y supere los riesgos potenciales relacionados con las vacunas.

Además, en los lineamientos actualizados en el 2011, la AAHA reconoció que en el caso de las vacunas centrales (a excepción de las antirrábicas), la inmunidad dura al menos 5 años para el moquillo y el parvo, y cerca de 7 años para el adenovirus.

Cuál es el mejor protocolo de vacunación canina

Mi protocolo es administrar una primera ronda de moquillo, parvo y adenovirus (sin parainfluenza) antes de las 12 semanas de edad, generalmente entre las 9 y 10 semanas. La segunda ronda aparece entre las 15 y 16 semanas. Dos semanas después de la segunda ronda, realizó una prueba de titulación para asegurarme que el perro haya sido inmunizado y no solo vacunado.

Cuando se trata de la rabia, prefiero administrar la primera vacuna a los 6 meses y luego, de acuerdo con lo exigido por la ley, un refuerzo 1 año después y cada 3 años a partir de entonces.

Recuerda, es necesario que todos los animales se encuentren saludables para recibir las vacunas, por lo que cualquier problema de salud en curso o un nuevo diagnóstico que afecte su salud los descalifica de este programa.

Como mencioné anteriormente, normalmente no recomiendo las vacunas complementarias, las cuales incluyen bordetella, leptospira, Borrelia burgdorferi (Lyme), virus de la gripe canina H3N8 y H3N2, y Crotalus atrox (cascabel diamantina del oeste).

En mi opinión, cada vacuna debe cumplir con los siguientes criterios:

  • Primero, tu perro debe estar sano. Si cuenta con alergias, problemas endocrinos, disfunción de órganos, cáncer (o sobrevivió al cáncer) u otro problema médico, no es candidato para recibir vacunas.
  • Las vacunas son para enfermedades potencialmente mortales (esto elimina la mayoría).
  • Tu mascota tiene probabilidades de estar expuesta a la enfermedad.
  • La vacuna se considera efectiva y segura (la mayoría no lo es, especialmente las bactrianas).
  • Tu perro nunca ha experimentado una reacción adversa a las vacunas. No vacunes a una mascota que haya tenido una reacción previa a alguna vacuna de cualquier tipo.

Si vacunas a tu mascota, pídele a tu veterinario integral que te proporcione una desintoxicación homeopática de vacunas como Thuja (una opción común para todas las vacunas, excepto la rabia).

También es importante considerar que numerosas vacunas complementarias solo se encuentran disponibles como un complemento de otras vacunas, algunas de las cuales son esenciales. Se recomienda consultar a un veterinario para asegurarse que ninguna de las vacunas complementarias se encuentre respaldadas por las vacunas básicas que recibe tu mascota.

Por desgracia, la mayoría de los veterinarios convencionales no recetan vacunas individuales, por lo que es necesario solicitar los viales de la vacuna antes de asumir que tu mascota únicamente recibirá un agente a la vez.

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