Si eres un lector habitual, sabes que soy una gran defensora del entrenamiento en jaula. Ya sea que tu familiar peludo sea un cachorro o adulto mayor, proporcionarle su propio espacio acogedor y privado tendrá una gran cantidad de beneficios para ambos. Por ejemplo, una jaula no solo puede ayudar a realizar el entrenamiento doméstico, sino también con el viaje en automóvil o avión, y las pernoctas con amigos, familiares o en un hotel que admita mascotas.
Un beneficio para la salud que se relaciona con el entrenamiento en jaula es que los perros que están acostumbrados a pasar tiempo a solas en sus "dormitorios" son mucho menos propensos a desarrollar ansiedad por separación u otras fobias. Poner a un cachorro en su jaula para tomar una siesta o para pasar un rato tranquilo también le enseña a no buscar atención humana constante, similar al uso de los corralitos para bebés.
El objetivo de esta estrategia, junto con el entrenamiento básico de obediencia positiva, es que sentará las bases para tener un perro adulto seguro, equilibrado y agradable.
Para lograr que a tu perro le agrade su jaula, debes crear un espacio seguro, cómodo y relajante, y solo debe relacionarlo con experiencias positivas.
Cómo seleccionar la jaula adecuada
El tamaño de la jaula es muy importante cuando compras una. Siempre debes buscar un espacio que no sea demasiado grande ni pequeño. Tu perro debe poder pararse, acostarse y darse la vuelta cómodamente, pero no debe ser tan grande como para que pueda usar un extremo como baño y el otro extremo para dormir y alimentarse. Si necesitas entrenar a tu perro, el proceso podría retrasarse si la jaula es muy grande como para tener un baño en un extremo.
Si no estás seguro del tamaño de la jaula que quieres comprar, habla con un voluntario de algún refugio, veterinario o criador acerca de lo que deseas lograr para que puedan ayudarte a elegir el tamaño correcto. Si entrenas a un cachorro, en especial a una raza gigante, es probable que al principio necesites una jaula pequeña y luego, a medida que crezca, una más grande.
Cuando lleves la nueva jaula a tu casa, colócala en un área donde tu familia pase mucho tiempo, evita un lugar aislado, al aire libre, en una ubicación con mucho movimiento (que puede ser estresante), o donde tu perro experimente altas temperaturas.
Asegúrate de que no haya nada colgado dentro de la jaula que pueda causarle algún daño a tu perro, y sobre todo si todavía es joven y juguetón, quítale el collar antes de meterlo en la jaula para que no se atore. Cuando sea necesario, desinfecta la jaula con jabón neutro, vinagre o bicarbonato de sodio y después enjuágala de forma abundante.
Transforma la jaula en una guarida encantadora para tu perrito
Tu compañero canino necesitará algo cómodo para acostarse dentro su jaula, por lo que es imprescindible colocar una cama. Según como sea tu perro (algunos destruyen sus camas, otros no), puedes elegir una cama de felpa, un tapete o algo intermedio. (Si tu perro es un destructor de camas, es probable que necesite ejercicio más frecuente o vigoroso y estimulación mental adicional).
También, deberás mantener un suministro de agua limpia y filtrada dentro de la jaula. Para mantener el orden, puedes usar un tazón de acero inoxidable que se adhiera a un lado o al frente de la jaula. Si lo vas a encerrar por períodos cortos de tiempo, es una buena idea tener a la mano juguetes rellenos de comida o premios para mantenerlo ocupado mientras está solo en casa.
Asimismo, es fundamental mantener buen ambiente dentro de su jaula. Según el lugar dónde vivas, en qué parte de tu hogar se encuentre la jaula y la tendencia de tu perro a sobrecalentarse, es posible que debas considerar un ventilador de jaula (conectado al exterior de la jaula) o un pequeño ventilador de piso colocado cerca de la jaula. El ventilador debe proporcionar una buena ventilación y mantener a tu perro fresco, sin ventilar directamente, o podría provocar que se aleje, si siente incómodo.
También, es importante evitar colocar la jaula de tu perro a la luz directa de los rayos del sol, demasiado cerca de una fuente de calor o en un área fría y con corrientes de aire.
Algo más que puedes intentar es cubrir la jaula por la noche o proporcionarle a tu perro un momento de tranquilidad cuando lo necesite. Lo que hago con mis perros es colocar una manta sobre la mitad posterior de su jaula para crear un ambiente tranquilo, oscuro y parecido a un estudio. Mis perros usan sus jaulas como dormitorios y duermen ahí. Si decides cubrir toda la jaula, ten en cuenta que eso hará que aumente la temperatura interior, por lo que debes hacer los ajustes necesarios.
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Cómo acostumbrar a tu perro a su jaula
Si compraste una jaula con anticipación y está allí cuando tu perro llega a casa, siempre y cuando no haya tenido ya una mala experiencia con las jaulas, debería ser muy fácil aclimatarlo a su pequeña guarida.
La primera regla del entrenamiento con jaula es nunca forzarlo a entrar o salir, ya que puede terminar con un caso incontrolable de ansiedad por separación o una aversión patológica a espacios cerrados o pequeños. La jaula debe representar una zona segura para tu perro, por lo que nunca debes hacer que se sienta inseguro.
La segunda regla del entrenamiento con jaula es lo que yo llamo, "todo está bien", lo que significa que todo lo relacionado con la jaula es positivo, desde la perspectiva de tu perro. Mientras lo acostumbras a su jaula, todo lo que ame debe estar allí, y la puerta debe permanecer abierta para que pueda examinarla con libertad.
Coloca golosinas dentro y alrededor de la jaula junto con juguetes, masticables, juguetes de rompecabezas para liberar alimento y todos sus favoritos. También, recomiendo alimentarlo dentro de su jaula con la puerta abierta. El objetivo es que tu perro entre de forma voluntaria a su jaula porque todo es positivo y divertido.
Cómo manejar un caso de pánico a la jaula
Si tu perro manifiesta nervios o temor debido a alguna mala experiencia previa, deberás tomar las cosas con más calma. Un perro que ha sido encerrado como una forma de castigo o por períodos de tiempo muy largos deberá ser reintroducido gentil y pacientemente con una jaula.
Asegúrate de dejar la puerta abierta (si es necesario, debes sujetarla, para que no haya posibilidad de que se cierre mientras esté en el interior). Coloca recompensas de alimento alrededor y dentro de la jaula para que pueda sentirse cómodo al entrar y salir sin preocuparse de estar "atrapado".
Aliméntalo con la puerta abierta una vez que se sienta cómodo dentro de la jaula. Una vez que disfrute su comida dentro de la jaula, podrás cerrar la puerta. Pero, mantenlo vigilado. En algún momento se dará cuenta de que la puerta está cerrada y que está adentro. Intenta ignorar cualquier gemido o ladrido. Una vez que esté tranquilo, abre la puerta y felicítalo.
Cuando comiences a cerrar la puerta de la jaula, ciérrala por períodos de tiempo muy cortos (no más de un minuto) para que se dé cuenta de que no está "atrapado" o castigado. Mientras tanto, coloca golosinas en la jaula varias veces al día para reforzar la relación positiva con la jaula.
Una vez que tu perro relaciona cosas positivas con su jaula y se sienta más cómodo allí, podrás cerrar la puerta por períodos más largos. Asegúrate de dejar algo divertido en su interior, como un juguete para liberar golosinas en el que pueda concentrarse. No salgas de tu casa hasta que tu perro se sienta completamente cómodo en la jaula con la puerta cerrada mientras estés en casa. Puedes extender gradualmente la cantidad de tiempo que lo dejas en la jaula, siempre y cuando tenga acceso frecuente y constante para hacer sus evacuaciones.
Una vez que se sienta cómodo con la jaula cerrada cuando estás en casa, puedes comenzar a hacer salidas breves. Si necesitas dejar solo a tu perro por más de 4 horas, te recomiendo que recurras a un cuidador de perros o guardería, en vez de dejarlo encerrado durante largos períodos de tiempo.
Si tienes problemas con el entrenamiento con jaula, te recomiendo hablar con un adiestrador de perros que pueda ayudarte a resolver los problemas que ocurran.