Los gatos pueden desarrollar tumores en cualquier parte del cuerpo, pero algunos tipos de cáncer son más comunes que otros, como el linfoma, sarcomas de tejidos blandos, carcinoma de células escamosas y carcinomas mamarios.
Es importante que las personas que tienen felinos conozcan estos tipos particulares de cáncer y que sepan cómo detectar los síntomas. Al igual que con cualquier enfermedad, cuanto antes se diagnostique a una mascota y se instituya un protocolo de tratamiento, mayores serán las posibilidades de un resultado positivo.
Linfoma
El linfoma es un cáncer incurable del sistema linfático, el cual forma parte del sistema inmunológico. En los gatos, uno de cada tres diagnósticos de cáncer es linfoma, que se desarrolla con mayor frecuencia en el tracto gastrointestinal (GI). Los síntomas incluyen pérdida de peso, vómitos, pérdida de apetito y diarrea.
Los posibles factores de riesgo incluyen: virus de leucemia felina (FeLV), virus de inmunodeficiencia felina (FIV), genética y su alimentación. En la actualidad, muchos gatos tienen enfermedad inflamatoria intestinal (EII) o síndrome del intestino irritable (SII), que provoca vómitos intermitentes. La EII puede progresar a linfoma gastrointestinal en gatos, por lo que el vómito crónico es un punto de investigación en cualquier gatito.
Para evitar contribuir con el riesgo de linfoma de tu gatito, asegúrate de que no esté expuesto a las toxinas del hogar, incluyendo los productos químicos para el césped, en especial los aplicados por las compañías profesionales para el cuidado del césped, o el humo del cigarro. Un estudio de la Universidad de Tufts relacionó el humo de segunda mano con el cáncer en los gatos. El estudio encontró que los gatos que viven con personas que son fumadoras tienen más del doble de probabilidades de desarrollar linfoma maligno que los que viven en hogares libres de humo. Y los gatos con cinco o más años de exposición al humo de segunda y tercera mano tenían un riesgo tres veces mayor.
Sarcomas de tejidos blandos
Los sarcomas de tejidos blandos son tumores malignos en los tejidos conectivos, musculares o del sistema nervioso, y con frecuencia se localizan en el pecho, espalda, costados, piernas y cara de los gatos afectados. Esta categoría de sarcomas incluye liposarcoma, fibrosarcoma, tumor de la vaina nerviosa (también conocido como neurofibrosarcoma) y rabdomiosarcoma.
Los síntomas dependen del lugar donde se encuentre el sarcoma en el cuerpo de un gato. Los signos más comunes incluyen una protuberancia que se puede sentir, cojera, vómitos y dificultad para orinar.
Los sarcomas asociados a la vacuna (VAS) son otro tipo de sarcoma de tejido blando que se puede desarrollar en semanas, meses o incluso años después de una vacuna. El VAS, también llamado sarcomas felinos en el punto de inyección (FISS), es causado por la vacuna contra la rabia felina y la vacuna contra el virus de la leucemia felina (FeLV).
Desde hace mucho tiempo la comunidad veterinaria ha tenido conocimiento del problema del sarcoma felino asociado a la vacuna. La mayoría de los primeros casos de sarcomas diagnosticados y que se relacionaron con las vacunas, se desarrollaron alrededor de los omóplatos de los gatitos afectados. Esta es el área del cuerpo de un gato donde se aplicaban todas las vacunas antes de mediados de los 90s.
Hubo un avance rápido hasta 2013, cuando después de años de determinar las mejores áreas del cuerpo para vacunar a los gatos, un equipo de investigadores veterinarios publicó un estudio que sugiere que las vacunas en la cola podrían hacer que el tratamiento quirúrgico de los sarcomas asociados con la vacuna sea más fácil y menos perjudicial, lo que a su vez podría alentar a más padres a que sus gatos reciban un tratamiento para el cáncer.
Como veterinaria integradora, enfocada en mantener de forma proactiva el bienestar de las mascotas, estoy menos interesada en qué ciertas partes del cuerpo son mejores para las inyecciones de vacunas (y la amputación posterior como tratamiento para los sarcomas) a diferencia de determinar qué vacunas realmente necesita un animal en función de su inmunidad, edad, estilo de vida y exposición real al riesgo.
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Carcinoma de células escamosas
Los carcinomas de células escamosas son tumores malignos e invasivos de rápido crecimiento que pueden presentarse en varias zonas del cuerpo, pero que se desarrollan con mayor frecuencia en la boca. Los síntomas incluyen dificultad para comer, dolor y sangrado de la boca, mal aliento, pérdida de peso, babeo excesivo e hinchazón de la mandíbula superior o inferior.
El humo de segunda mano se ha relacionado con el carcinoma de células escamosas en los gatos. Los gatitos son muy vulnerables a los carcinógenos en el humo del tabaco, ya que los delicados tejidos orales se ven expuestos a cantidades peligrosas de sustancias cancerígenas. Los gatos que viven con más de una persona que fuma y aquellos que están expuestos al humo del tabaco durante más de cinco años tienen tasas más altas de tumores de células escamosas.
Carcinomas mamarios
El carcinoma mamario (cáncer de mama) es el tercer cáncer más común que se presenta en las hembras. Los gatitos tienen dos filas de glándulas mamarias, con cuatro glándulas en cada fila. Están a lo largo de toda la parte inferior del cuerpo de la hembra, los tumores mamarios se pueden desarrollar "desde la axila hasta la ingle", y pueden hacer metástasis en los ganglios linfáticos, glándulas suprarrenales, pulmones, hígado y los riñones.
Los síntomas incluyen una o más protuberancias debajo de la piel del área del estómago que se pueden sentir, y calor o dolor en el área afectada.
Qué hacer si le diagnosticaron cáncer a tu gato
Mi amiga y compañera veterinaria integradora, la Dra. Nancy Scanlan, realizó una investigación sobre el cáncer en las mascotas. En nuestra entrevista realizada en 2017, la Dra. Scanlan ofreció dos recomendaciones específicas para apoyar el sistema inmunológico de las mascotas diagnosticadas con cáncer:
"La primera, es toda la familia de los hongos. Existen muchos productos de hongos. La investigación sobre los hongos demuestra que en realidad estimulan las células del sistema inmunológico de forma similar a la terapia inmunológica en seres humanos. Estos hacen que las células del sistema inmunológico sean más fuertes, activas y capaces de producir más mensajeros químicos.
La segunda: las hierbas chinas que estimulan el sistema inmunológico. En la medicina china, se les conoce como Wei Chi. Además, existen hierbas que tienen efectos específicos sobre las células cancerosas: hierbas de la familia del astrágalo o medicina china con astrágalo como parte de la fórmula, junto con fórmulas que incluyen trébol rojo, essiac y hoxsey.
Los veterinarios holísticos están familiarizados con estos productos. De hecho, nosotros tratamos de usar los que tienen el mayor respaldo científico".
Si le diagnosticaron cáncer a tu gato, o si te preocupa su salud, mi primera recomendación es buscar un oncólogo integrador o un veterinario de medicina funcional, ya que la mayoría de los veterinarios convencionales no usan alimentos como medicina (también conocida como nutrición específica), suplementos inmunomoduladores, y otros tratamientos innovadores y menos tóxicos para tratar el cáncer.
Si no existe un veterinario adecuado en tu localidad, considera la opción de que algunos profesionales integradores hacen consultas telefónicas. Encontrar un oncólogo veterinario integrador también puede ser importante cuando se trata de frenar ciertos tipos de cáncer.
Ningún suplemento en el mundo solucionará una mala alimentación que pueda contribuir al crecimiento de las células cancerosas. La transición de tu mascota a una alimentación específica para su especie, mínimamente procesada, rica en antioxidantes, grasas saludables, ácidos grasos y pocos carbohidratos es una parte importante de un protocolo para el tratamiento del cáncer.
A partir de ahí, tu gato puede obtener beneficios de las terapias complementarias como la terapia de oxígeno hiperbárico, terapia antioxidante IV, los hongos medicinales y otras sustancias naturales, que tu veterinario integrador puede recomendar.
4 medidas que puedes aplicar para evitar el cáncer en tu gato
1. No permitas que tu gato tenga sobrepeso. Los estudios demuestran que restringir la cantidad de calorías que consume un animal previene o retrasa la progresión del desarrollo de tumores en todas las especies. Menos calorías hace que las células del cuerpo bloqueen el crecimiento de tumores, mientras que demasiadas calorías podrían causar obesidad, y la obesidad está muy relacionada con un mayor riesgo de cáncer en los seres humanos.
Existe una relación entre el exceso de glucosa, mayor sensibilidad a la insulina, inflamación y estrés oxidativo, los cuales son factores en la obesidad y cáncer. Es importante recordar que, la grasa que se acumula en el cuerpo de tu gato no solo causa estragos, también produce inflamación que a su vez, puede promover el desarrollo de tumores.
2. Dale una dieta antiinflamatoria. Todo lo que produzca o promueva la inflamación en el cuerpo aumenta el riesgo de cáncer. Las investigaciones actuales sugieren que el cáncer es una enfermedad inflamatoria crónica, promovida por el consumo de carbohidratos. El proceso inflamatorio crea un ambiente en el que proliferan células anormales.
La mayoría de las células cancerosas necesitan que la glucosa de los carbohidratos crezca y se multiplique, por lo que debes eliminar esa fuente de energía del cáncer. Los carbohidratos que debes eliminar de la alimentación de tu mascota incluyen los granos procesados y verduras con almidón como las papas.
Considera que todo el alimento seco o croquetas ("comida rápida") contiene alguna forma de almidón muy procesado y potencialmente carcinogénico. Puede elaborarse sin granos, pero no sin almidón porque no es posible fabricar croquetas sin utilizar algún tipo de almidón. La correlación entre el consumo de comida rápida y el cáncer se ha establecido en seres humanos, y mi consejo es incluir la mayor cantidad de alimentos frescos que sea posible dentro de la alimentación de toda tu familia.
Por lo general, las células cancerosas no pueden usar las grasas de la alimentación para obtener energía, por lo que un alto contenido de grasas de buena calidad es beneficioso para los gatos que luchan contra el cáncer, junto con una cantidad adecuada de proteínas de grado humano y sin carbohidratos. En esencia, una baja proporción de dieta cetogénica.
Otra de las causas principales de los padecimientos inflamatorios es una alimentación rica en ácidos grasos omega-6 y baja en omega-3. Los omega-6 aumentan la inflamación, mientras que los omega-3 la reducen. La comida procesada para gatos contiene ácidos grasos omega-6 y es deficiente en omega-3 de origen animal.
Además de los productos finales de glicación avanzada (AGEs) que se encuentran en los alimentos ultraprocesados para gatos, también existe el problema de que los gatos consuman otros productos químicos que alteran el sistema inmunológico, incluyendo los ftalatos y los retardantes de llama.
3. Reduce o elimina la exposición de tu gato a las toxinas y minimiza el estrés crónico. Estos incluyen pesticidas químicos como preventivos contra pulgas y garrapatas, y productos químicos para interiores relacionados con el cáncer (algunos productos para el control de plagas), humo de tabaco, retardantes de llamas que se encuentran en la mayoría de las camas de gato importadas y en rascadores alfombrados, limpiadores químicos para el hogar, y productos para aromatizar el aire como velas y difusores.
Ya que vivimos en un mundo tóxico y que evitar toda la exposición a químicos es casi imposible, también te sugiero ofrecerle a tu gato un protocolo de desintoxicación regular.
Según las investigaciones, también es importante identificar y eliminar las fuentes de estrés crónico en la vida de tu gato. Es importante centrarse en enriquecer diariamente el ambiente y generar oportunidades para que los gatos expresen su naturaleza.
4. Evita vacunas innecesarias. Los protocolos de vacunas se deben adaptar para minimizar el riesgo y maximizar la protección, según el estado nutricional, el estilo de vida (incluyendo el tiempo que pasa al aire libre) y la vitalidad general de la mascota. Sabemos que las vacunas pueden causar cáncer y que la prueba de títulos de anticuerpos es una forma responsable de garantizar que tu mascota tenga la inmunidad adecuada, en lugar de vacunarla en exceso cada año.