Si tu perro se espanta con sonidos fuertes o se queda atrás cuando se le acerca un extraño, es probable que experimente una respuesta de estrés natural que es muy normal. Una reacción de corto plazo ante un evento estresante o desconocido les permite a los perros prepararse para la lucha o huida, si es necesario. En su hábitat natural, la respuesta de lucha o huida mantiene vivos a los animales ante las amenazas donde tienen que sobrevivir.
Por desgracia, en la actualidad, las respuestas de estrés no adaptativo (ansiedad crónica y fobias a largo plazo) son un problema importante para muchos miembros de la familia canina. Muchos miedos y fobias en perros adultos son el resultado de una falta de exposición apropiada y constante durante los períodos de desarrollo y socialización que ocurren desde temprano en la vida de un cachorro. Más adelante, estos problemas provocados por el miedo toman la forma de ansiedad por separación, fobia a tormentas o ruidos y agresión.
Luego está el problema de los perros y las aspiradoras, que es algo único en su clase.
La mayoría de los perros tienen algún nivel de “fobia a las aspiradoras”
Muchos perros que son tranquilos e imperturbables y que no demuestran signos de fobia al ruido u otras respuestas de estrés desadaptativo, tienen poca o ninguna tolerancia al sonido de la aspiradora.
Las reacciones van desde una leve molestia o desconfianza, hasta esconderse y correr lo más lejos posible. Según Victoria Schade, entrenadora profesional de perros:
“Las aspiradoras son diferentes a cualquier otro tipo de equipo doméstico y un solo encuentro aterrador puede preparar el escenario para toda una vida de miedo. Las secadoras y licuadoras también son muy ruidosas, pero no salen de los armarios y se apoderan de la habitación como lo hacen las aspiradoras.
Los limpiadores autopropulsados, como las aspiradoras Roombas, son muy aterradoras porque hacen mucho ruido, se mueven de forma inesperada y aparecen y desaparecen sin previo aviso".
Algunos perros (a menudo razas pequeñas, por alguna razón) se ofenden e intentan vencer la máquina:
Para los humanos esta escena es muy cómica (porque pensamos como humanos y no como perros), pero a pesar de que ese pequeño hace mucho ejercicio mientras persigue a su enemigo, en definitiva, no es un momento feliz. Intenta de forma desesperada detener el ruido y el movimiento de esa aspiradora.
Si cuando pasa la aspiradora, tu mascota reacciona muy fuerte y de manera negativa, es importante darse cuenta que, aunque parezca tonto, es un problema para él y puede crear estrés o una respuesta de pánico que no es buena para su salud. Por suerte, hay cosas que puedes hacer para aliviar su incomodidad mientras haces las tareas domésticas.
Opción 1: evasión
El enfoque más obvio y, a menudo, el más fácil consiste en separar a tu perro de la aspiradora. Sugerencias:
- Puedes colocarlo en otra habitación con un juguete para liberar golosinas y cerrar la puerta. También puedes encender la televisión y poner algo de música para ayudar a contrarrestar el ruido de la aspiradora
- Algunos perros buscarán rincones oscuros y tranquilos cuando salga la aspiradora; si este es el caso de tu mascota, considera proporcionarle una habitación oscura (por ejemplo: un closet) o algún espacio debajo de una mesa o escritorio; ya que el objetivo es proporcionarle un lugar seguro que la ayude a calmarse
- Puedes colocarlo en el patio trasero con un juguete
- Pídele a otro miembro de la familia que lo lleve a caminar
Publicidad
![Clic aquí para aprende más]()
![Clic aquí para aprende más]()
Opción 2: desensibilización
Desensibilizar a un perro implica exponerlo a un desencadenante que produce ansiedad, en este caso tu aspiradora, a un nivel en el que la respuesta al miedo se extinga. Según la entrenadora de perros Schade, el objetivo es ayudarlo a cambiar muy lento su percepción del enemigo que es la aspiradora y reducir las molestias ocasionales.
El primer paso es establecer una relación positiva a través de pequeños entrenamientos y un ayudante.
"Lleva a tu perro a una habitación tranquila" dice Schade “Y pídele a tu ayudante que se pare lo suficientemente lejos como para que tu perro no se altere cuando aparezca la aspiradora. (Dependiendo de [su] nivel de miedo, podría ser un pasillo cercano o incluso una habitación diferente).
Dile a tu ayudante que saque la aspiradora para que tu perro pueda verla (apagada e inmóvil), luego comienza a alimentarlo con golosinas pequeñas. Continua junto a él durante unos segundos y asegúrate de que pueda ver la aspiradora pero que mantenga una postura relajada. Luego, pídele a tu ayudante que se lleve la aspiradora y deja de alimentar a tu perro.
Repite el proceso varias veces y haz que tu ayudante le muestre la aspiradora y que el perro se mantenga quieto mientras le proporcionas golosinas, cuando se la lleven deja de darle golosinas. Este primer paso ayuda a tu perro a crear una relación positiva con la aspiradora, porque cuando aparece, ¡obtiene golosinas!
Después de muchas repeticiones, intenta una prueba rápida: pídele a tu ayudante que mueva la aspiradora hacia tu perro, como en ocasiones anteriores, y observa si él te mira como si dijera: “¿Dónde están mis golosinas?” ¡Esa reacción significa que [él] ha comenzado a relacionar la aspiradora con algo positivo!”
El siguiente paso es introducir movimientos sutiles con la aspiradora:
"Pídele a tu ayudante que empuje la aspiradora hacia adelante (apagada) mientras le das de comer a tu perro" dice Schade “Luego, haz que tu ayudante deje de moverla mientras dejas de darle golosinas.
Repite este paso varias veces y realiza diferentes tipos de movimientos para que parezca una aspiradora real. En sesiones posteriores, comienza a mover la aspiradora apagada más cerca de tu perro, dale siempre golosinas mientras se mueve y obsérvalo para ver si su lenguaje corporal permanece relajado.
Si tu perro deja de comer golosinas o comienza a actuar nervioso, podría significar que vas muy rápido".
El último paso consiste en tratar la característica más aterradora para la mayoría de los perros: el ruido de la aspiradora. Intenta este paso solo cuando tu perro tome de forma tranquila las golosinas y con una postura relajada mientras tu ayudante "limpia" con la aspiradora apagada. Cuando llegue el momento, es una buena idea en la mayoría de las situaciones encender la aspiradora en una habitación diferente o una distancia moderada de tu perro.
"Pídele a tu ayudante que encienda la aspiradora durante unos segundos, aliméntalo y detente cuando tu ayudante la apague" dice Schade. “Observa a tu perro para asegurarte de que el ruido no haya desviado tu progreso. Si [él] no puede tomar las golosinas cuando enciendes la aspiradora, significa que estás demasiado cerca, así que mejor aléjate o cierra la puerta entre tú y tu ayudante.
Tal vez necesitará algunas sesiones de entrenamiento que se extenderán durante algunas semanas antes de que tu perro se sienta cómodo tanto con el sonido como con el movimiento de la aspiradora. ¡No apresures esta parte del proceso de capacitación!
Sabrás que tu perro se siente más cómodo cuando enciendas la aspiradora y él muestre la misma respuesta de “¿Dónde están mis golosinas?”. En ese punto, puedes comenzar a moverla y recompensarlo. En las sesiones posteriores, acercarla poco a poco a tu perro".
El objetivo final, por supuesto, es que tu perro permanezca tranquilo mientras usas la aspiradora, pero Schade advierte que es un proceso que tomará varias sesiones de desensibilización antes de que las cosas avancen hasta ese punto. También recomienda que, para evitar el retroceso, cuando llegue el momento de pasar la aspiradora, puedes llevar a tu perro a un lugar tranquilo y darle algo en lo que se pueda concentrar mientras limpias, como un juguete o un rompecabezas para liberar golosinas.