Problemas de salud similares a las convulsiones

problemas de salud similares a las convulsiones

Historia en Breve

  • Existen varios padecimientos que ocurren en gatos y perros que son "imitaciones de convulsiones", en otras palabras parecen convulsiones, pero son cosas muy diferentes
  • Los padecimientos similares a las convulsiones incluyen síncope, una variedad de trastornos del movimiento; colapso neuromuscular; trastornos del sueño y del comportamiento
  • Aunque muchos expertos veterinarios no puedan distinguir (en vídeos) entre las convulsiones y otros trastornos, existen algunas características de las convulsiones verdaderas que pueden ayudarte a determinar qué le sucede a tu mascota y qué debes hacer

Existen muchos padecimientos similares a las "convulsiones" en perros y gatos y que involucran trastornos de movimiento y mentales. Parecen convulsiones, pero no lo son. Lo primero que deben hacer los veterinarios cuando tienen a una mascota "convulsiva" es determinar de qué se trata.

De acuerdo con el veterinario Dr. Simon Platt, profesor de neurología en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Georgia:

“La actividad anormal que presenta podría ocurrir solo en casa. Por lo tanto, se le debe indicar a los dueños que cuando sea posible graben en vídeo estos episodios y los envíen a sus veterinarios".

Platt divide las imitaciones de convulsiones en cinco categorías con base en las características específicas.

Cinco problemas de salud que son similares a las convulsiones

Con la siguiente información descubrirás la razón por la cual estos padecimientos se pueden confundir con trastornos convulsivos.

1. Síncope. Este es un episodio de colapso repentino e inconsciencia (desmayo) durante una actividad. Los episodios de síncope sugieren un problema cardíaco que requiere una investigación inmediata.

2. Trastornos del movimiento. Con este padecimiento las mascotas se mueven mucho o poco, los movimientos son involuntarios y ocurren durante períodos de inactividad, podrían ser locales o generalizados y, a diferencia de las convulsiones, no implican la pérdida del conocimiento. También suelen estar relacionados con la raza:

Scottie cramp es una condición que afecta a los terriers escoceses menores de 3 años y se describe como episodios involuntarios de arqueamiento de la columna vertebral y rigidez de las extremidades provocados por el estrés o la excitación. Los calambres se resuelven en 10 minutos, no son progresivos y se cree que son causados por una deficiencia de serotonina.

La hipertonicidad episódica de los cavalier king charles spaniels, también conocida como debilidad episódica, ocurre en cachorros de entre 3 y 7 meses de edad y se caracteriza por rigidez de las extremidades torácicas y pélvicas, seguida de colapso. Los episodios son provocados por el estrés, la excitación y el ejercicio, y no provocan pérdida del conocimiento.

El síndrome de calambres del border terrier afecta a los perros de 3 años de edad y presenta episodios de calambres epilépticos que duran de 2 a 20 minutos e incluyen contracciones musculares involuntarias, temblores y dificultad para caminar. El tracto gastrointestinal (GI) y la piel también podrían sufrir daños. De manera interesante, la hipersensibilidad al gluten podría estar relacionada con este trastorno y los cambios en la alimentación han demostrado resultados positivos en algunos perros.

La enfermedad de Lafora se observa con mayor frecuencia en los perros salchicha de pelo duro y miniatura de entre 6 y 13 años de edad, en esta se presenta contracciones musculares repetitivas provocadas por estímulos visuales, auditivos y táctiles.

La enfermedad del doberman bailarín se caracteriza por la flexión involuntaria e intermitente de una o ambas extremidades pélvicas y hace que los perros empiecen a temblar de forma similar a las convulsiones. También se podría observar atrofia y debilidad muscular.

El movimiento errático de la cabeza describe los temblores idiopáticos que ocurren cuando un perro afectado descansa, de hecho, se detienen cuando vuelve a estar activo. El trastorno es hereditario en los bulldogs americanos, dóberman pinschers y boxers, por lo general comienza antes de los 2 años y se puede relacionar con la ansiedad.

Los temblores ortostáticos son temblores posturales que ocurren solo cuando un perro afectado está de pie. El padecimiento es hereditario (de familia) en el gran danés y en los perros de caza escoceses y se puede presentar cuando los perros son jóvenes.

3. Colapso neuromuscular. También conocido como colapso inducido por el ejercicio, el colapso neuromuscular se caracteriza por debilidad en las extremidades traseras (y a veces en todas) y pérdida del conocimiento después de 5 a 20 minutos de ejercicio intenso. Esta es una enfermedad hereditaria que se observa con mayor frecuencia en los labradores, pero también ocurre en otras razas, sobre todo en los retrievers, spaniels y pointers.

4. Trastornos del sueño. Los trastornos del sueño presentan movimientos inapropiados durante el sueño, los cuales pueden parecer convulsiones. Durante el sueño de movimiento ocular rápido (REM por sus siglas en ingles), los músculos están quietos, pero algunos perros muestran movimientos violentos de las extremidades al morder, aullar y gruñir. De acuerdo con Platt, existe cierta predisposición racial involucrada y estima que el 30 % de los golden retrievers se ven afectados.

La narcolepsia, un trastorno del ciclo sueño-vigilia, y la cataplejía, un trastorno del tono muscular, se caracterizan por episodios inducidos por la excitación. Con la narcolepsia, los perros caen en un sueño REM repentino; con cataplejía, experimentan una parálisis aguda de las extremidades, la cabeza y el torso mientras permanecen conscientes. Estos padecimientos pertenecen a trastornos hereditarios en dobermans, labradores, poodles miniatura, dachshunds y beagles.

5. Trastornos del comportamiento. Los trastornos de la conducta compulsiva pueden ser similares a las convulsiones, ya que en ambos casos puede haber movimientos repetitivos e invariables que no tienen ningún propósito. Estas acciones incluyen movimientos locomotores, orales, agresivos, de vocalización y comportamiento alucinante. Los comportamientos compulsivos son multifactoriales y pueden ser causados por diferentes factores como el estrés, la condición, genética y afecciones médicas. Estas se tratan de manera muy diferente que las convulsiones.

Publicidad
Clic aquí para aprende másClic aquí para aprende más

Algunos expertos tienen problemas para saber diferenciarlos

Si crees que tu mascota sufre convulsiones, pero después de leer este artículo no sabes si de verdad se trata de una convulsión, no te preocupes. Platt cita un estudio realizado en el año 2015 en el que se pidió a los neurólogos veterinarios que vieran 100 vídeos de gatos y perros para que distinguieran las convulsiones de otros trastornos. Estuvieron de acuerdo solo en el 30 % de los casos.

Platt advierte que “analizar el comportamiento junto con un examen de control” son los principios fundamentales que los veterinarios deben seguir con mascotas “convulsivas”. "No es necesario medicar a todos los casos", dice. "Algunas de estas [imitaciones de convulsiones] no afectan al perro".

Detalles de las convulsiones

Existen algunas características de las convulsiones que pueden ayudar a identificar si una mascota en realidad sufre una. Por lo general, las convulsiones en un perro o gato están precedidas por un aura durante la cual tu mascota podría parecer aturdida o asustada, o bien, podría esconderse o acudir a ti en busca de consuelo. Cuando tu mascota esté sufriendo una convulsión, se caerá hacia un lado. Su cuerpo puede volverse rígido o puede hacer un movimiento de remo con sus piernas. Muchas mascotas también aprietan las mandíbulas, babean en exceso, vocalizan y pierden el control intestinal o de la vejiga.

Está por demás decir que presenciar un evento de este tipo es muy angustiante. Pero, aunque estés aterrado, es muy importante mantener la calma. Mantén tus manos alejadas de su cara para evitar que te muerda y mantén a tu mascota lejos de las escaleras o de otros lugares donde pueda sufrir una caída que le provoque algún daño.

También es importante recordar cómo se comportó tu mascota antes de la convulsión (la fase "preictal"), durante la convulsión (la fase "ictal") y después (la fase "postictal"), así como el tiempo que duró el episodio. También puede ser ideal para tu veterinario que grabes estos episodios.

Los episodios epilépticos suelen durar entre 30 y 90 segundos. Después de sufrir una convulsión, tu mascota podría parecer confundida o desorientada. Podría vagar o caminar sin rumbo fijo, actuar inquieta, tener dificultades para ver y tener más sed o hambre de lo normal. La recuperación después de una convulsión es a veces inmediata, o bien, tu mascota puede tardar hasta 24 horas para volver a sentirse y comportarse de forma normal.

Haga clic aquí y sea el primero en comentar sobre este artículo
Publique su comentario