Se estima que alrededor del 60 % de los gatos en los Estados Unidos tienen problemas de sobrepeso y obesidad. Los veterinarios les recomiendan a los dueños de gatos con obesidad que restrinjan la cantidad de calorías que consume su gatito. Sin embargo, debido a la baja tasa de cumplimiento, podemos darnos cuenta que es más fácil decirlo que hacerlo.
Para tratar de responder a la pregunta de por qué es tan difícil para los padres de gatos cumplir con las recomendaciones para restringir la cantidad de alimento que consumen sus mascotas, los científicos de Nestlé Purina Research se propusieron determinar qué efecto tiene la restricción de calorías en los patrones de alimentación de los gatos. Sobre todo, “el objetivo del presente trabajo fue aclarar de la mejor forma el impacto de la reducción de calorías en los comportamientos individuales de la alimentación de los gatos, así como en las interacciones entre ellos antes de la comida”.
La disminución del 6 % en el consumo de calorías tiene un gran efecto en la forma en la que se alimentan los gatos
Para el estudio, los investigadores asignaron 80 gatos domésticos en dos grupos (40 por grupo) que estaban equilibrados por sexo, edad, peso y condición corporal. A los que "no pudieron adaptarse a su grupo social" se les quitó del estudio y se dejaron a 38 gatos en el grupo de prueba y 31 en el grupo de control.
A todos los gatos se les proporcionó la misma alimentación en el mismo horario. Por la mañana se les ofrecía comida enlatada y croquetas durante la tarde y noche, junto con bocadillos ocasionales. Se le restringió un poco el consumo de calorías (6 %) en el grupo de prueba de 38 gatos, lo que se logró al cortar el acceso a alimentos adicionales cuando se alcanzó el consumo calórico asignado. Todos los gatos fueron monitoreados durante 9 meses, momento en el que se terminó la restricción de calorías.
Se alimentó a los gatos de manera libre y por lo general consumieron alrededor del 30 % de sus calorías en la mañana en forma de alimento húmedo y, durante el resto del día, 70 % de croquetas. Sin embargo, los gatos del grupo de restricción de calorías hicieron un cambio muy rápido, ya que consumían el 70 % de sus calorías en la primera comida y dejaban el 30 % para el resto del día. Los gatos del grupo de control, que continuaron su alimentación de manera libre, no cambiaron su conducta alimentaria.
Séverine Ligout, PhD y autora principal del estudio, en una entrevista para International Cat Care afirmó: “Aunque la conducta alimentaria de los gatos de control se mantuvo sin cambios durante todo el ensayo, los gatos del estudio consumieron menos comida, pero regresaron más rápido a su plato después de cada comida y comieron más rápido con el régimen de restricción de calorías en comparación con los gatos que comían de manera libre.
Sin embargo, un mes después de volver a la alimentación libre, las conductas alimentarias de los gatos del estudio regresaron a sus niveles de referencia, lo que demuestra que los gatos pudieron reajustar sus comportamientos alimentarios a la normalidad".
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La restricción de calorías también incrementa los conflictos entre gatos
Los investigadores también observaron un aumento en los conflictos entre los gatos durante el régimen de restricción de calorías justo antes de la primera comida del día. De acuerdo con los investigadores, es probable que el comportamiento esté relacionado con el nivel de hambre y motivación por la comida, ya que las calorías son muy pocas y las consumen muy rápido, lo que provoca un período más largo sin comer entre la cena y el desayuno a la mañana siguiente.
La motivación por la comida crea tensión cuando varios gatos se acercan a los comederos para desayunar, lo que incrementa la probabilidad de interacciones negativas. En otros estudios científicos, este comportamiento se ha denominado como: "agresión por irritabilidad" y se puede comparar con la irritabilidad provocada por el hambre en los seres humanos, un término conocido como: "hangry" (una combinación de hambre y enojo, por su conformación en inglés).
"Los conflictos consistían en evitarse el uno al otro, un gato desplaza a otro de un lugar, al mirar o acercarse, levantar una pata de manera amenazante (es decir, como si golpeara al otro gato con su pata) y algunos gatos hicieron contacto con otro cuando golpearon con sus patas”, dijo Ligout.
“Por lo tanto, parecía que los gatos, al igual que nosotros, no eran ajenos a la sensación de irritabilidad entre el hambre y el enojo impulsada por la misma. Aunque no existieron daños físicos durante el período de estudio, estas interacciones pueden tener un impacto negativo en el bienestar mental de los gatos y, por lo tanto, en el bienestar durante el período de restricción de calorías, al menos a la hora de la comida.
Se alojó a los gatos en un lugar tranquilo, lo que les permitió distanciarse unos de otros al utilizar el espacio y las estructuras físicas, lo que evitó más conflictos. Además, se monitoreó su bienestar durante todo el estudio por profesionales veterinarios".
Los padres de mascotas tienden a ceder ante sus gatos "malhumorados"
Los investigadores concluyeron que restringir las calorías que consumen los gatos puede cambiar su conducta alimentaria. En especial, los que consumen más comida en menos tiempo y cumplen más rápido con su asignación diaria de calorías, lo que está fuera del comportamiento felino normal de hacer muchas comidas pequeñas a lo largo del día.
Por lo tanto, aunque la restricción de calorías es una estrategia común que emplean los humanos al abordar la obesidad felina, desde la perspectiva de los gatos, da como resultado menos comida para comer y también elimina su sentido de control sobre la disponibilidad de alimentos y sobre cuántos debe consumir.
Dado que a los gatitos les gusta tener el control de su entorno, tiene sentido que se sientan enfurecidos cuando sus humanos intentan restringir su consumo de alimentos. De acuerdo con los investigadores, esto provoca un comportamiento de mendicidad y esa es la razón por la que el propietario no cumple con su parte.
Los carnívoros alimentados como herbívoros experimentan disfunciones metabólicas
En teoría, no permitir que los gatos se alimenten de manera libre y que tengan sobrepeso es el mejor consejo cuando se trata de criar gatos longevos y sin enfermedades. Los gatos, al igual que otros carnívoros que se mantienen musculosos y delgados durante toda su vida, mantienen una flexibilidad metabólica innata cuando alcanzan su peso ideal y cuando tienen períodos de descanso digestivo entre comidas.
A diferencia de los carnívoros, los animales veganos (como vacas, cabras y caballos) necesitan estar masticando todo el tiempo para mantener su bienestar metabólico y fisiológico. El problema es cuando las personas alimentan a sus gatos como cabras y crean mariposas metabólicas delicadas y poco saludables que son propensas a todo tipo de problemas de salud, en especial cuando hacen dieta.
A medida que los gatos mastican cada vez más, pueden perder su capacidad de ser sensibles a la insulina y a una variedad de otras hormonas metabólicas, por lo que terminaran con un hígado y vesícula biliar abrumados, al igual que con un tracto digestivo lento y con exceso de trabajo.
La mayoría de los gatos que mastican las 24 horas del día y los 7 días de la semana, pierden la capacidad de metabolizar de manera eficaz los ácidos grasos a un ritmo normal, lo que los hace metabólicamente débiles y propensos a la enfermedad del hígado graso (lipidosis hepática) si se saltan las comidas. Esto es lo opuesto a cómo la naturaleza programó a los gatos para que fueran cazadores resistentes, atléticos y sigilosos que acechan a sus presas y toman largas siestas entre comidas.
Sin saberlo dañamos a nuestros gatos de muchas maneras. Los alimentamos en exceso y con mucha frecuencia, además les proporcionamos alimentos ultraprocesados y ricos en carbohidratos, que solo empeoran el problema. Y cuando nos damos cuenta que creamos animales furiosos debido al hambre, será muy difícil cambiar su comportamiento. Si te encuentras en esta posición, lo mejor que puedes hacer es trabajar con un veterinario integrador o un entrenador de salud que pueda ayudarte a crear un plan estratégico, seguro y efectivo.
Consejo profesional: fomenta las conductas de caza a la hora de la comida
Los investigadores recomiendan estrategias como comederos de rompecabezas o dividir los alimentos en comidas más pequeñas para ayudar a mitigar los comportamientos de enojo por el hambre. Este consejo tiene sentido, ya que los gatos salvajes y callejeros siempre están en busca de su próxima comida.
Por otro lado, muchos gatos domesticados, reciben alimento de forma ilimitada todos los días. Cuanto más alimento le proporciones, menos interesado estará tu gatito en "cazar", lo cual es un buen ejercicio que puede realizar en casa. Si solo se mueve cuando camina hacia su comida, significa que no hace ejercicio.
Mi madre adoptó a dos gatos mayores con obesidad hace poco más de un año. Reemplazamos las croquetas por alimentos crudos de manera muy lenta, para no causar estrés. Fueron alimentados de manera ilimitada con croquetas toda su vida (por eso la obesidad), por lo que lo primero que hicimos fue programar su alimentación: 6 comidas pequeñas al día. Después de unas semanas, disminuimos a 4 comidas y luego a 3 al día.
Al final, cambiamos las croquetas por alimento enlatado (esto tomó casi un mes), luego reemplazamos los alimentos enlatados por alimentos comerciales cocidos (usamos Smalls) y por último alimentos crudos. Todo el proceso duró más de 3 meses.
Por último, separamos sus alimentos diarios en pequeñas porciones al anochecer y al amanecer, y las colocamos en diferentes lugares de la casa para que las encontraran (los alimentamos en partes separadas mientras "cazan" para asegurarnos de que no se coman la comida del otro). Recomiendo utilizar comederos de caza, ya que fomentan los comportamientos felinos naturales y proporcionan estimulación mental.
También debes considerar colocar tazones de alimento o comederos de caza en la parte inferior y superior de las escaleras como sea necesario, para promover el ejercicio y el desarrollo muscular a lo largo del día.
Un estudio reciente que sugiere que los gatos podrían ser más saludables si se alimentan solo una vez al día, llamó la atención de muchos aficionados a los felinos. Si las personas reducen repentinamente las comidas a los gatos que viven dentro de casa, hacen poco ejercicio y que se les alimenta en exceso, pueden suceder muchas cosas malas.
Este estudio demuestra el componente conductual de controlar las comidas y la suposición correcta de que todo el proceso de cambiar la comida, la cantidad o el horario de alimentación de un gato es estresante y se debe hacer muy lento (y con paciencia).