Rasgos comunes que comparten los perros que consumen heces

perros que consumen heces

Historia en Breve

  • La coprofagia (consumo de heces) es un comportamiento canino que la mayoría de los dueños de mascotas están desesperados por comprender y extinguir
  • El consumo de heces puede tener muchas causas que involucran problemas tanto nutricionales como de microbioma y de comportamiento
  • La forma más eficaz de prevenir la coprofagia es proporcionarle a tu perro alimentos frescos y nutricionalmente óptimos con los suplementos adecuados y alejar todas las tentaciones de su entorno interior y exterior

De todos los comportamientos curiosos y no humanos que demuestran los perros, la coprofagia es quizás el más investigado y el menos comentado. En términos simples se conoce como el consumo de heces y es un problema muy común entre los caninos que justifica innumerables búsquedas en Internet e incluso estudios universitarios.

Desde la perspectiva humana, la coprofagia es un comportamiento tan incomprensible que nos vemos impulsados a comprender por qué nuestros queridos compañeros peludos se involucran en una actividad que es tan repugnante para nosotros.

La coprofagia podría ser una respuesta a un desequilibrio nutricional o intestinal

En mi experiencia, muchos perros comienzan a consumir heces porque sus cuerpos los incitan a corregir una insuficiencia o desequilibrio en el proceso digestivo. Es posible que el páncreas no produzca insulina ni otras enzimas, o que quizás el equilibrio de las bacterias intestinales esté fuera de control.

Creo que es bueno asumir que los perros consumen heces porque sus cuerpos les dicen que consuman algo presente en las heces, algo que podría faltar en su alimentación y no porque se trate de algo delicioso.

Observé que la coprofagia es más frecuente en perros alimentados con croquetas, ya que es una alimentación biológicamente inapropiada que puede crear una deficiencia de enzimas digestivas. Dado que las heces de otros animales son una buena fuente de enzimas digestivas, los perros que sufren de alguna deficiencia, a veces consumen heces ricas en enzimas. De hecho, las heces de conejo son una fuente muy rica de enzimas y de vitamina B, razón por la cual muchos perros las devorarán si se les da la oportunidad.

Sospecho que la razón por la que la mayoría de los perros que consumen heces prefieren las heces frescas es porque, además de las enzimas digestivas, también contienen muchos microbios necesarios para regenerar bacterias beneficiosas en el intestino. Por esta razón, los suplementos con probióticos también podrían ayudar a reducir el deseo de buscar y consumir los microbios provenientes de fuentes fecales.

Los trasplantes fecales cada vez se vuelven más comunes tanto en la medicina humana como en la veterinaria para tratar una variedad de infecciones gastrointestinales (GI) sistémicas. La terapia restauradora del microbioma puede ser muy beneficiosa para muchos perros con coprofagia.

El consumo de heces puede tener una causa conductual

Es posible que algunos perros, en especial los que se encuentran en la perrera o en situaciones de entrenamiento con base en castigos, consuman heces porque sienten ansiedad o estrés. La investigación sugiere que los perros que son castigados por hacer sus evacuaciones de forma inapropiada pueden comenzar a ver la defecación como mala, por lo que ocultan la evidencia y prefieren comerla para evitar las repercusiones físicas.

La coprofagia también es un problema en las fábricas de cachorros. Los cachorros que pasan hambre, son destetados muy pronto, tienen que pelear con otros por comida o que se ven obligados a estar en una pequeña jaula durante semanas y sin estimulación física o mental, tienen un alto riesgo de consumir heces de forma habitual.

La coprofagia también puede ser un comportamiento aprendido. Los perros mayores en el hogar pueden ser un modelo a seguir en el comportamiento del consumo de heces.

Algunos perros son conocedores de las heces, por lo que son bastante selectivos al momento de consumirlas. Algunos perros prefieren solo las heces duras; otros consumen solo las heces de un animal en particular, mientras que otros solo satisfacen su hábito en ciertas épocas del año.

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Similitudes entre los perros que consumen heces

En el año 2018, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Davis, estudió los factores involucrados en el consumo de heces caninas.

El título del estudio, "The paradox of canine conspecific coprophagy", significa que los investigadores analizaron el comportamiento de los perros que consumen heces (la suya o la de otro perro).

La paradoja es que, dado que los perros son naturalmente reacios al popó (evidenciado por el hecho de que no ensucian sus guaridas), no tiene sentido que algunos de ellos se dediquen a la coprofagia.

Los investigadores utilizaron dos encuestas para recopilar datos para el estudio. Una encuesta con 1552 respuestas, descubrió que el 16 % de los perros se podrían clasificar como consumidores de heces ya que se les descubrió en el acto al menos 6 veces.

De este grupo, se observó al 76 % consumir heces más de 10 veces. Hubo muy pocas similitudes entre los perros ya que no se involucró su alimentación, edad al destete o su edad actual. Sus dueños reportaron que se entrenó en casa a todos los perros, lo que sugiere que poseen una aversión canina normal a las heces.

La otra encuesta fue diseñada para propietarios que saben que sus perros consumen heces y se obtuvieron 1475 respuestas. Los investigadores descubrieron que el 38 % de estos perros practicaban el hábito de consumir heces de forma semanal y el 62 % restante a diario.

Algunos hallazgos adicionales:

Muchos de los perros del estudio pertenecían a razas de sabuesos o terrier; la raza más probable fue el perro pastor de Shetland y la menos probable fue el Poodle

El 75 % eran perros mayores de 4 años

Con frecuencia vivían en hogares con varios perros, lo que podría sugerir que en el comportamiento existía un componente social o de "seguir al líder"

El 85 % prefirió las heces frescas (no más de 2 días)

También comían tierra y heces de gato

Tenían más probabilidades de ser comedores codiciosos que los perros que no comen heces

Productos para eliminar la coprofagia

El equipo de investigación de UC Davis también analizó varios productos que afirman tratar la coprofagia, así como algunas técnicas para modificar el comportamiento. Utilizaron las mismas encuestas de la web para evaluar la eficacia de 11 productos disponibles de forma comercial que afirman ayudar a frenar el hábito, incluyendo 21st Century Deterrence®; Coproban®; Deter®; Dis ‐ Taste®; For ‐ Bid®; Nasty Habit®; NaturVet Deterrent®; Potty Mouth®; S.E.P®; Stop Stool Eating®; Stop Tabletss®.

De acuerdo con las respuestas de los padres de mascotas, el mejor de los productos tuvo solo el 2 % de efectividad. Otros tres tuvieron una tasa de éxito del 1 % y el resto fueron prácticamente inservibles. El manejo del comportamiento para frenar el consumo de heces también fue ineficaz según las respuestas de la encuesta. El comando "déjalo" obtuvo la tasa más alta de solo 4 %.

En pocas palabras, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que la coprofagia es un comportamiento normal del perro. La mejor manera de evitar que un perro consuma heces, es asegurarse de que no haya heces en su entorno y cuando salga a caminar debes supervisarlo, en caso de que otro perro o animal haya defecado en el área. Si tu perro participa en este comportamiento, asegúrate de realizar un análisis de heces al menos una vez al año para verificar si hay parásitos internos que puedan pasar a la cadena alimentaria.

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