De acuerdo con un estudio publicado a principios de este año en el Reino Unido, los perros de razas más grandes tienen un mayor riesgo de osteosarcoma, un tipo de cáncer óseo más doloroso y agresivo, que afecta a las razas más pequeñas y los perros con cráneos y patas más cortos.
Primer estudio para identificar razas con menor riesgo de cáncer de hueso
Un equipo de científicos de la Escuela de Veterinaria de la Universidad de Bristol, la Universidad de Cardiff y el Royal Veterinary College (RVC) realizaron el estudio. Los investigadores utilizaron datos de VetCompass y de histología del Grupo de Patología Veterinaria.
El estudio analizó los registros de 1756 perros con osteosarcoma confirmados en laboratorio en comparación con 905 211 perros bajo atención veterinaria durante 2016. Los investigadores descubrieron que 27 razas en especial las más grandes, incluyendo los Rottweiler, Gran Danés, Rhodesian Ridgeback, Mastiff y German Pointer tenían un mayor riesgo de sufrir osteosarcoma en comparación con las razas mixtas.
También descubrieron que 30 razas más pequeñas, incluyendo Jack Russell Terrier, Border Terrier, Bichon Frise, Bulldog francés y Cavalier King Charles Spaniel, tenían un menor riesgo de osteosarcoma en comparación con los perros de razas mixtas.
Los investigadores también analizaron las medidas de masa corporal y longitud de las piernas y confirmaron los hallazgos de estudios anteriores que demuestran que los perros más pesados con piernas y cráneos más largos tienen mayor riesgo de sufrir tumores óseos. Estudios previos identificaron razas de mayor riesgo; sin embargo, la mayor parte de la población de este estudio permitió identificar, por primera vez, las razas de menor riesgo.
Los resultados del estudio podrían influir en los cambios de salud en razas predispuestas al cáncer óseo; también podrían usarse para investigar e identificar diferencias genéticas desconocidas que desempeñan un papel muy importante en el desarrollo de la enfermedad. De acuerdo con un comunicado de prensa de la Universidad de Bristol:
"Los hallazgos de que los tumores óseos son más comunes en ciertas razas y conformaciones indican que la genética de un perro desempeña un papel muy importante en el desarrollo del tumor óseo. Esta relación entre la biología de la conformación y la biología de los tumores óseos en perros ofrece oportunidades para estudiar más a fondo las causas del desarrollo de los tumores óseos y cómo podrían tratarse en el futuro".
El cáncer óseo puede afectar a cualquier perro, pero si tienes una raza de alto riesgo (consulta la figura 2 en el estudio), es importante poner atención a los signos de la enfermedad, que incluyen una inflamación ósea dolorosa y cojera (discutiré los síntomas adicionales y los factores de riesgo con más detalle a continuación). Comunícate con tu veterinario de inmediato si tienes alguna inquietud.
Los resultados del estudio destacan la necesidad de mejores prácticas de reproducción
El coautor del estudio, el Dr. Dan O'Neill, profesor titular de epidemiología de animales de compañía en el RVC, hace lo siguiente:
"Existe una creciente preocupación por la sabiduría de cría de perros con formas corporales extremas como las razas de cara plana como los Bulldogs franceses o las razas de lomo largo como los Dachshunds.
Este estudio destaca los riesgos de otra forma corporal extrema, en otras palabras, el tamaño corporal grande. Las razas con mayor riesgo de osteosarcoma fueron las razas grandes como el Rottweiler, Gran Danés y el Mastín.
Para reducir los riesgos de elegir un perro que pueda desarrollar cáncer de huesos, los propietarios deben considerar elegir cachorros de padres más pequeños de estas razas gigantes u optar por razas más pequeñas".
El equipo de investigación ahora desarrolla un plan para secuenciar genes específicos en razas en riesgo y de bajo riesgo, con el objetivo de identificar las vías genéticas que hacen que los tumores se desarrollen a partir del hueso normal. Identificar estas vías podría ayudar a desarrollar nuevos medicamentos o utilizar medicamentos más antiguos para mejorar los resultados en el tratamiento de tumores óseos en perros.
Publicidad
![Clic aquí para aprende más]()
![Clic aquí para aprende más]()
Síntomas y factores de riesgo adicionales del osteosarcoma
Muchos de los primeros signos de osteosarcoma son sutiles y pueden incluir hinchazón, cojera intermitente y dolor en las articulaciones o los huesos. A veces también hay letargo y pérdida de apetito. Debido a que un hueso con un tumor canceroso no es tan fuerte como un hueso normal, incluso una lesión menor puede causar una fractura patológica del hueso debilitado.
Si el tumor afecta una parte del cuerpo que no sea una extremidad, los síntomas dependerán de su ubicación. Por ejemplo, si el cáncer está en la mandíbula, el animal tendrá dificultades para abrir el hocico o comer. A medida que la enfermedad progresa, el tumor crece y se vuelve más doloroso, ya que destruye el hueso afectado. La cojera intermitente se volverá más frecuente hasta que sea constante, por lo general tarda de 1 a 3 meses a partir de su inicio.
Los perros de más de 2.5 kilogramos (90 libras) representan casi un tercio de los casos de osteosarcoma canino, y la mediana de edad al momento del diagnóstico es de aproximadamente 8 años. En razas grandes y gigantes, la mayoría de los tumores se producen en las extremidades. Las razas con mayor riesgo incluyen San Bernardo, Gran Danés, Setter Irlandés, Doberman Pinscher, Rottweiler, Pastor Alemán y Golden Retriever.
Los perros de menos de 850 gramos (30 libras) representan menos del 5 % de los casos de osteosarcoma. En estos perros, por lo general, el cáncer afecta los huesos del cráneo, la columna vertebral, las costillas y el esternón. Los factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer óseo en perros incluyen:
- Sexo (los machos tienen mayor riesgo, de 20 a 50 %)
- Crecimiento rápido en cachorros de razas grandes y gigantes
- Esterilización o castración a una edad temprana
- Traumatismo en los huesos, especialmente lesiones óseas contundentes
- Uso de implantes metálicos para reparar fracturas
Cómo ayudar a reducir el riesgo de cáncer de tu perro
1. No permitas que tu perro tenga sobrepeso. Los estudios demuestran que restringir la cantidad de calorías que consume un animal previene o retrasa la progresión del desarrollo de tumores entre especies. Menos calorías hacen que las células del cuerpo bloqueen el crecimiento de tumores, mientras que demasiadas calorías pueden causar obesidad, y la obesidad está muy relacionada con un mayor riesgo de cáncer en los seres humanos.
Existe una relación entre la glucosa en exceso, menor sensibilidad a la insulina (resistencia a la insulina), inflamación y estrés oxidativo, todos factores de la obesidad, y el cáncer. Es importante recordar que la grasa no solo se acumula en el cuerpo de tu mascota de manera inofensiva. Produce inflamación que, a su vez, puede promover el desarrollo de tumores.
2. Proporciónale alimentos antiinflamatorios. Cualquier cosa que cree o promueva la inflamación en el cuerpo aumenta el riesgo de cáncer. Investigaciones actuales sugieren que un denominador común en muchos tipos de cáncer es la enfermedad inflamatoria crónica (alimentada por la glucosa de los carbohidratos). El proceso inflamatorio crea un ambiente en el que proliferan células anormales.
Para crecer y multiplicarse, las células cancerosas necesitan de la glucosa de los carbohidratos, por lo que debes eliminar esa fuente de energía del cáncer. Los carbohidratos que debes eliminar de la alimentación de tu mascota incluyen granos procesados, grandes cantidades de frutas con fructosa y vegetales con almidón como las papas y el maíz.
Ten en cuenta que la mayoría de los alimentos para mascotas extruidos y secos ("comida rápida") contienen algún tipo de almidón altamente procesado y potencialmente cancerígeno. Podría elaborarse sin granos, pero no sin almidón porque no es posible fabricar croquetas sin utilizar algún tipo de almidón.
La correlación entre consumir comida rápida y cáncer se ha establecido en seres humanos, y mi consejo es que incorpores la mayor cantidad posible de alimentos frescos y sin procesar biológicamente apropiados en la alimentación de toda tu familia.
Por lo general, las células cancerosas no pueden usar las grasas alimenticias para obtener energía, por lo que el alto consumo de grasas de buena calidad es beneficioso para los perros que luchan contra el cáncer, así como reducir la cantidad de proteínas y eliminar el consumo de carbohidratos.
Otra de las causas principales de los padecimientos inflamatorios es una alimentación rica en ácidos grasos omega-6 y baja en omega-3. Los omega-6 aumentan la inflamación, mientras que los omega-3 la reducen. El alimento procesado para mascotas suele contener una alta cantidad de ácidos grasos omega-6 y muy pocos ácidos grasos omega-3.
Una alimentación saludable (es decir, que sea antiinflamatoria y ayude a combatir el cáncer) consiste en alimentos reales, enteros y de preferencia, sin procesar. Debe incluir proteínas de alta calidad, como carne muscular, vísceras y huesos.
También debe incluir grandes cantidades de grasa animal limpia, altos niveles de EPA y DHA (ácidos grasos omega-3) y vegetales de bajo índice glucémico que forman el microbioma. Esta alimentación apropiada para especies tiene un alto contenido de humedad y no contiene granos ni almidones.
Asimismo, te recomiendo asegurarte de que la alimentación sea equilibrada al seguir las recomendaciones de la dieta ancestral, que tienen estándares mucho más rigurosos (cantidades más altas de minerales y vitaminas) que nuestras recomendaciones alimentarias actuales para mascotas (AAFCO).
Algunos suplementos beneficiosos como los probióticos, hongos medicinales, enzimas digestivas y superalimentos verdes también pueden ser muy beneficiosos para mejorar la función inmunológica.
3. Reduce o elimina la exposición de tu perro a las toxinas. Estos incluyen pesticidas químicos como preventivos de pulgas y garrapatas, químicos para césped (destructores de malezas, herbicidas, etc.), humo de tabaco, retardantes de llama, limpiadores domésticos y productos aromatizantes del aire como velas y unidades enchufables para aromatizantes.
Ya que vivimos en un mundo tóxico y evitar toda exposición a químicos es casi imposible, también te sugiero ofrecerle a tu mascota un protocolo de desintoxicación de forma regular.
4. Si tu perro es de raza grande o gigante, no lo castres hasta la edad de 18 meses a 2 años. Estudios han relacionado la esterilización y castración con tasas más elevadas de cáncer en perros. Aún mejor, investiga formas alternativas para esterilizar a tu mascota sin alterar su equilibrio hormonal.
5. Evita las vacunas innecesarias. Los protocolos de vacunación deben adaptarse para minimizar el riesgo y maximizar la protección, teniendo en cuenta la raza, antecedentes, estado nutricional, estilo de vida y la vitalidad general de tu mascota. Sabemos que las vacunas pueden causar cáncer y que la prueba de títulos de anticuerpos es una forma responsable de garantizar que tu mascota tenga la inmunidad adecuada, en lugar de vacunarla en exceso cada año.