No hace mucho tiempo me topé con un artículo de una revista de la industria de alimentos para mascotas con el titular, "¡Tu perro no es un lobo! (Empresas de alimentos para mascotas, pongan atención)".1
El autor del artículo reprueba a los productores de alimentos para mascotas que "... colocan una imagen de un lobo frente a un público y hablan de la importancia de la alimentación biológicamente adecuada, ancestral, con alto contenido de carne, alta en proteínas/baja en carbohidratos, que saca a relucir el lado salvaje del animal, etc."
Al parecer su objeción es que, junto con todos los locos en Internet, ahora la industria de alimentos para mascotas también promueve la ridícula noción de que los perros no son tan diferentes a los lobos, y deben ser alimentados como ellos.
De forma curiosa, en realidad solo se opone a las campañas de mercadotecnia de la industria de alimentos para mascotas, porque en efecto, estas empresas simplemente usan estrategias de mercadotecnia para convencer a los consumidores de que compren productos que sean lo más diferentes posible de la alimentación ancestral canina.
La verdad es que no producen alguna alimentación biológicamente adecuada, con alto contenido de carne, alta en proteínas y baja en carbohidratos--solo utilizan empaques y mercadeo que dan la impresión de que lo venden.
El autor también afirma que "... es probable que la mayoría de los dueños de mascotas nunca hayan cuestionado si esta idea estaba sustentada por algún estudio científico revisado por pares (o cualquier investigación)".
La lamentable excusa de que "no están sustentados por algún estudio científico" siempre es utilizada por la industria de alimentos para mascotas y otros defensores de alimentos procesados para mascotas para argumentar en contra de la alimentación para perros y gatos, que incluye alimentos frescos apropiados para sus especies.
Saben perfectamente que no existen tales estudios porque son muy costosos, y la industria de alimentos para mascotas no tiene ningún interés en financiar investigaciones que podrían (y en mi opinión, absolutamente) comprobar que hay una mejor manera de alimentar a las mascotas que por medio del contenido de una bolsa o lata.
¡La buena noticia es que han surgido estudios independientes sobre los alimentos para mascotas!
Además del Instituto de Nutrición y Bienestar de los Animales de Compañía que comenzó la investigación independiente en los Estados Unidos, la Dra. Anna Hielm-Bjorkman y su equipo DogRisk de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Helsinki, y la Dra. Misa Sandri, de la Universidad de Udoni, Italia, han continuado su investigación sobre alimentos frescos para mascotas.
Un estudio erróneo indica que los perros ya no son carnívoros
De vuelta al punto principal del autor que es, que los perros no son lobos y no deberían ser alimentados como carnívoros, afirma:
"Aunque los perros son descendientes de los lobos, su domesticación realizada por los humanos ocasionó que evolucionaran de llevar una alimentación principalmente carnívora a alimentos altos en almidón.
En 2013, Axelsson et al. dirigió la secuenciación del genoma completo de los perros y lobos, para identificar las variantes genéticas que ocurrieron por la domesticación de los perros.
De las variantes identificadas en el estudio, los investigadores encontraron diferencias en los genes vinculados a la función cerebral (domesticación para ciertos roles/funciones) y la digestión del almidón (mayor capacidad para digerir el almidón, en comparación con un lobo)".
El estudio realizado en 2013 al que se refiere, que se titula "The genomic signature of dog domestication reveals adaptation to a starch-rich diet"2 es sumamente popular entre los alimentos procesados para mascotas y los grupos que defienden que "los perros son omnívoros, no carnívoros".
Se ha convertido en su biblia, ha servido como "prueba" de que los perros deben llevar una alimentación alta en almidón y carbohidratos, en vez de una alimentación con alto contenido de proteína de carne animal. El punto del autor es válido: Los perros no son lobos. Sin embargo, el hecho es que los perros son una subespecie de lobos: Canis lupis familiaris—el lobo familiar (es decir, domesticado).
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Los perros pueden adaptarse a llevar una alimentación biológicamente inadecuada ¿Eso significa que debemos obligarlos a hacerlo?
El Dr. Doug Kneuven, amigo mío, veterinario holístico y autor, hizo un análisis detallado del estudio cuando fue publicado en 2013 y desmintió los resultados. Los autores del estudio, un grupo de genetistas de Suecia--abordaron su investigación con el típico prejuicio de que "el alimento para perros es bueno para las mascotas".
Como señala el Dr. Doug Kneuven, comenzar un estudio con un prejuicio tiende a influir en los resultados.
Todo el estudio confirma que el cuerpo de un perro tiene cierta capacidad para adaptarse a los alimentos que consume. Ciertamente, no comprueba que una alimentación con mayor cantidad de almidón sea buena para los perros.
Y tampoco quiero alentar a las personas a proporcionar una alimentación biológicamente inadecuada porque el cuerpo de sus mascotas podrá adaptarse. Quiero que las personas alimenten a sus mascotas con los alimentos para los que están diseñados por naturaleza. De esta manera sus cuerpos no tienen que trabajar para adaptarse a tal alimentación.
El estudio demuestra que hay diferencias genéticas entre los perros y lobos, lo cual no debería sorprenderle a nadie. El Dr. Doug Kneuven señala que los perros han pasado por un proceso evolutivo, pero posiblemente lo que algunas personas no entiendan es que no se trata de la evolución de un solo perro en particular.
Proporcionarles a los perros una alimentación alta en almidón no ocasionará que evolucionen para cambiar su código genético y poder manejarlo mejor.
La forma en que funciona la evolución es que, hay ciertos individuos "mutantes"--digamos un grupo de perros que tiene una mutación que le permite digerir el almidón mejor que la mayoría de los perros.
Esos individuos se adaptarán para procesar mejor una alimentación alta en almidón. Se reproducirán, lo que significa que el gen mutado que portan se volverá más común en las siguientes generaciones; su descendencia también podría procesar el almidón de manera más eficiente. Pero el resto de los perros seguirá teniendo problemas con la alimentación alta en almidón.
Los perros con el gen mutado podrán sobrevivir, pero los que "no tienen la mutación" no podrán sobrellevarlo, y eso podría provocarles problemas, incluyendo las consecuencias biológicas de proporcionarle a un carnívoro una alimentación inadecuada, con alto contenido de almidón.
Los autores del estudio no abordaban lo que sucedía después de que la glucosa presente en una alimentación con alto contenido de almidón impactara en los sistemas de los perros, lo que provocaba una cascada de procesos inflamatorios.
No creo que la epidemia de enfermedades inflamatorias que afectan actualmente a las mascotas pueda debatirse sin aceptar el hecho de que los alimentos que la mayoría de las personas les proporcionan a diario son un factor crucial que favorece a las enfermedades que se les diagnostican a sus mascotas.
Está claro que el "alimento" tan procesado que la gran mayoría de las personas le provee a sus mascotas tiene un efecto negativo en su salud.
¿Queremos que nuestros perros se desarrollen o solo sobrevivan?
Los gatos son carnívoros obligados y los perros son carnívoros carroñeros. No hay duda de que los perros pueden tolerar una mayor cantidad de almidón en la alimentación que los gatos, pero aún así continúa siendo un factor de estrés metabólico para ellos, incluyendo las fluctuaciones hormonales.
Y por desgracia, al parecer la industria de alimentos para mascotas también realiza pruebas para saber qué tanta cantidad de almidón podrían tolerar los gatos, que es exactamente el enfoque opuesto que debería seguir la industria si quiere utilizar los alimentos como medicina.
En este punto, es evidente que los "alimentos para mascotas" son estrictamente un negocio lucrativo para la mayoría de las grandes empresas de alimentos para mascotas que controlan el mercado.
La última frase del resumen del estudio establece:
"Nuestros resultados indican que las adaptaciones novedosas que les permitieron a los primeros ancestros de los perros actuales desarrollarse con una alimentación alta en almidón, en relación con la alimentación carnívora de los lobos, constituyeron un paso fundamental en la domesticación temprana de los perros".3
Es ridículo pensar que los perros puedan "desarrollarse" con una alimentación alta en almidón. Posiblemente puedan sobrevivir, pero los carnívoros nunca se desarrollarán bien al consumir alimentos biológicamente inadecuados.
Hay una gran diferencia entre sobrevivir y desarrollarse. Como indica el Dr. Doug Kneuven en la publicación sobre este tema en su blog, "puedo digerir el etanol y la sacarosa, pero eso no significa que estaré saludable al consumir una alimentación que incluya una gran cantidad de Twinkies y tequila".4
Por desgracia, muchas personas asumen que, dado que los perros no son carnívoros estrictos como los gatos, podrían hacer una fácil transición a una alimentación vegetariana o incluso vegana. De hecho, a menudo escucho que se refieren a los perros como omnívoros, lo cual simplemente no es cierto.
La clasificación taxonómica de los perros es Canis lupus, del orden Carnivora. Pertenecen a la misma familia que sus primos, los lobos grises. El hecho de que un perro pueda sobrevivir a base de alimentos de origen vegetal no lo convierte en un omnívoro.
Lo que la investigación demuestra es que si los perros consumen una alimentación a base de granos durante décadas, con el tiempo desarrollan la capacidad de procesar almidón. Esto se denomina como adaptación evolutiva.
Es excelente que ocurran estas adaptaciones, porque si los animales no se ajustaran en cierto grado a los entornos cambiantes y la alimentación inadecuada para su especie que les proporcionan, morirían una gran cantidad de ellos y al final se extinguirían.
La buena noticia es que los perros podrían regular ascendentemente su producción de amilasa, que es la enzima digestiva necesaria para procesar el almidón. Si a los perros les proporcionas una alimentación a base de almidón durante varias generaciones, se adaptarán para producir más amilasa, pero eso no significa que tal alimentación sea una fuente de nutrición biológicamente adecuada.
Los perros tienen dientes, mandíbulas y digestión de un carnívoro
Los dientes de los animales fueron diseñados específicamente para los alimentos que deben comer por naturaleza. Los dientes de tu perro están diseñados para rasgar, triturar y cortar la carne del hueso. Los molares de tu perro son puntiagudos, no planos.
Los seres humanos, quienes son omnívoros, tienen molares que son grandes y planos porque están diseñados para moler la materia vegetal. Si observas los dientes de otros omnívoros y herbívoros, verás muelas grandes, anchas y planas, diseñadas para masticar materia vegetal.
Tu perro no tiene muelas planas porque no estaban destinados naturalmente a consumir mucha materia vegetal. También tiene poderosos músculos en la mandíbula y cuello que le ayudan a derribar y consumir sus presas. Las mandíbulas se abren ampliamente para acomodar trozos enteros de carne y hueso, y se mueven solo de arriba y hacia abajo (no de lado a lado), ya que están diseñadas para triturar.
Caso contrario, los omnívoros y herbívoros tienen mandíbulas que permiten el movimiento lateral (de lado a lado) necesario para moler la material vegetal.
El estómago de un carnívoro tiene un diseño simple y compacto, y también es muy ácido. Está destinado para pasar los alimentos con rapidez y combatir a los patógenos que se encuentran en las presas frescas y enteras, que no tienen la carne limpia.
Las verduras y materia vegetal necesitan más tiempo para degradarse en el tracto gastrointestinal (GI), lo cual requiere de un diseño digestivo diferente, más complejo que el que posee el cuerpo de tu perro. También, es la razón por la que los animales vegetarianos tienden a masticar o mascar su comida una y otra vez.
El término "devorarlo rápido" se refiere a la tendencia de los lobos y otros caninos a arrancar trozos de carne de las presas e introducirlas en sus estómagos lo más rápido posible. Los carnívoros no mastican mucho en lo absoluto. Es por eso que los vegetales, granos y semillas enteras tienden a aparecer en las heces de tu perro con el aspecto que tenían cuando los consumió.
Su estómago no tiene la estructura para descomponerlos, por lo que simplemente pasan intactos a través del tracto gastrointestinal hasta el otro extremo, como desechos indigeridos. Los perros tampoco producen las enzimas necesarias para descomponer los carbohidratos y almidones presentes en la alimentación. Los omnívoros y herbívoros producen esas enzimas en abundancia, a diferencia de los carnívoros.
En pocas palabras, si bien hay algunas diferencias genéticas que han evolucionado entre los lobos y los perros domésticos, no es argumento suficiente para proporcionarles a los carnívoros una alimentación a base de granos.
¿Qué sucede cuando alimentamos a los carnívoros como omnívoros o vegetarianos?
En primer lugar, los carbohidratos que son una característica principal de la alimentación a base de vegetales, incluyendo a los granos, papas y legumbres, han desplazado a las proteínas animales de calidad necesarias para fomentar la salud de la función de los órganos y tono muscular de los perros (o gatos).
En segundo lugar, todos esos carbohidratos innecesarios se descomponen en almidón, luego en azúcar (glucosa), lo cual requiere que el páncreas libere cantidades masivas de insulina de forma regular. Lo que los estudios científicos han dejado muy claro en la última década es el rol de la insulina como un factor que favorece a la aparición de múltiples enfermedades crónicas que afectan a las mascotas actuales.
Una de las medidas más importantes que podemos implementar para extender la longevidad y disminuir la posibilidad de enfermedades en las mascotas (incluyendo el riesgo de diabetes, obesidad y cáncer) es mantener bajos sus niveles de insulina. Es imposible conservar bajos los niveles de insulina si consumen una alimentación alta en almidón.
Alimentar a tu perro como omnívoro o vegetariano significa que inevitablemente padecerá mayor inflamación y liberará más insulina, en comparación con los perros a los que se les proporciona una alimentación biológicamente adecuada (baja en carbohidratos).
La forma exacta en cómo afectan estos factores de estrés en la salud del cuerpo de tu perro depende de lo resistente que sea (al factorizar variables tales como la predisposición genética, nivel de estrés, ejercicio y carga química del medio ambiente). Pero, aquí es donde rige el sentido común: Puedes proporcionarle una alimentación inadecuada, y esperar un resultado de salud inadecuado.
Recientemente, la Dra. Anna Hielm-Bjorkman y su equipo de DogRisk completaron la investigación al observar lo que ocurría con los niveles de homocisteína (un marcador sanguíneo correlacionado con la inflamación y enfermedades crónicas) cuando a los perros alimentados artificialmente se les proporcionaba una alimentación a base de alimentos crudos durante tres meses. Los marcadores sanguíneos de enfermedades disminuyeron en un 81 %.
De igual manera, cuando a los perros que se les proporcionaban alimentos crudos se les intercambiaba por croquetas durante 3 meses, los marcadores de enfermedades se incrementaron en un 353 %.
A medida que surja una mayor cantidad de estudios independientes de este tipo, podremos esperar que cada vez más dueños de mascotas se percaten de estas prácticas comerciales engañosas que la industria de alimentos para mascotas ha aplicado en los últimos diez años, y elijan más opciones de alimentos adecuados según su especie, para ayudar a fomentar intencionalmente la salud de sus mascotas.