Para todos ustedes que aman a los perros, estoy segura de que no les sorprende encontrar estudios científicos que indican que su estado de ánimo y su comportamiento tienen consecuencias en su compañero canino. Cualquiera que tenga un vínculo cercano con un perro lo sabe.
También sabemos, tanto por experiencia propia como por investigaciones, que los métodos de entrenamiento correctivo se ven relacionados con problemas de comportamiento canino como el miedo y la agresividad.
También hay evidencia de que existe un vínculo entre la personalidad del dueño de un perro y las características del comportamiento del perro.
Recientemente, un equipo de investigadores se propuso descubrir si las personas con ciertos rasgos de personalidad son más propensas a utilizar ciertos métodos de entrenamiento de perros en particular y, en ese caso, saber si esto podría explicar el vínculo que hay con el comportamiento del perro.
Los métodos de entrenamiento correctivo podrían estar relacionados con el comportamiento agresivo de los perros
En un estudio que se publicó a inicios de este año en el diario PLoS One1 se involucraron más de 1 500 dueños de perros quienes completaron una encuesta en línea sobre cuestiones como su personalidad, si padecían depresión, los métodos que usaban para entrenar a su perro y el comportamiento del perro.
Los investigadores descubrieron conexiones que eran pequeñas pero importantes entre el uso de métodos de entrenamiento "de confrontación" (aversivo, punitivo) por parte de los propietarios y los problemas de comportamiento en sus perros.
Algunos hallazgos del estudio fueron los siguientes:
• Los métodos de entrenamiento correctivo (por ejemplo, golpear al perro o hacer uso de un collar eléctrico) se llegaron a asociar con comportamientos agresivos como ladridos persistentes dirigidos sus dueño y hacia extraños, y con trastornos de ansiedad por separación
• Los puntajes de los dueños que tenían mayor estabilidad emocional mostraron menores problemas con que sus perros se relajaran al quedarse solos en casa
• Los hombres que padecían aunque sea de depresión moderada tenían cinco veces más probabilidades de utilizar métodos de entrenamiento dañinos para sus perros, en comparación con las mujeres que no estaban deprimidas
"Éste fue un resultado muy sorprendente" dijo James Serpell, profesor de Ética y Bienestar Animal en la Escuela de Medicina Veterinaria de Pensilvania y autor principal del estudio. "Una vez que regresamos e investigamos la literatura sobre la depresión en hombres y mujeres, descubrimos que tienden a expresar la depresión de diferentes maneras; los hombres tienden a volverse agresivos o a tener un enfoque limitado, mientras que parece ser que las mujeres internalizan más su depresión.”2
Se necesitan más investigaciones para establecer el vínculo causal que hay entre los métodos de entrenamiento, el comportamiento del dueño y el comportamiento del perro.
Los investigadores reconocen la necesidad de investigar más a fondo la relación de causa y efecto entre los métodos de entrenamiento, el comportamiento del dueño y el comportamiento del perro.
Sin embargo, creen que los resultados de su estudio plantean un problema con respecto a las personas que padecen de trastorno de estrés postraumático (TEPT) quienes adoptan perros de terapia.
“Hay una implicación un poco preocupante sobre la promoción del uso de perros para ex militares con trastorno de estrés postraumático”, señala Serpell.
"Creo que en general los perros pueden ser de gran beneficio, pero debemos estar atentos a la posibilidad de que los dueños ataquen a sus perros".
No estoy segura de por qué Serpell hizo énfasis en los veteranos con TEPT de ser mucho más preocupantes que otras categorías de hombres con trastornos depresivos.
Una parte del resumen del estudio dice que:
“Estudios recientes sugieren que los hombres y mujeres experimentan diferentes síntomas de la depresión, y que los hombres tienden a reportar mayores índices en ataques de ira/agresividad, abuso de sustancias y la toma de riesgos.
Por lo tanto, es más probable que los hombres deprimidos respondan de forma agresiva y punitiva a los problemas de conducta de sus perros. Esto sugiere que es probable que tales personas no sean los mejores candidatos para tener o adoptar perros".3
En general, no considero que estos estudios revelen mucho en particular. Esperemos que las investigaciones futuras sobre la relación entre el comportamiento del dueño y su perro nos puedan ofrecer una mayor comprensión sobre el tema.
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Cinco reglas para aplicar el reforzamiento positivo en el entrenamiento de tu perro
Considero que uno de los conceptos que más trabajo les cuesta entender a los dueños de perros en cuanto a entrenar a su compañero canino, es que el castigo suele ser ineficaz y, a menudo, es contraproducente. En otras palabras, puedes empeorar el comportamiento de tu perro utilizando tácticas correctivas.
No sé si pueda hacer el suficiente énfasis en cuanto a la importancia del entrenamiento de refuerzo positivo, no solo para ayudar a tu perro a convertirse en un buen ciudadano canino, sino también para preservar y proteger el vínculo cercano e invaluable que compartes con él.
El objetivo del entrenamiento con refuerzo positivo es utilizar golosinas muy pequeñas (del tamaño de un guisante está bien, incluso puedes usar guisantes congelados si ves que a tu perro le gustan) y expresar felicitaciones y afecto de manera verbal para alentar comportamientos que esperas ver en tu perro.
• Tienes que dar órdenes cortas de manera frecuente. Piensa en comandos breves para los comportamientos que deseas enseñarle a su mascota (que sean de preferencia de una sola palabra).
Algunos ejemplos son: Ven, Sentado, Quieto, Abajo, Alto, etc. Asegúrate de que todos los miembros de tu familia usen exactamente el mismo comando para cada comportamiento.
• Ofrece golosinas a tu perro como recompensa por el comportamiento esperado. Tan pronto como tu perro realice el comportamiento deseado, recompénsalo de inmediato con un premio y confirmación verbal. Haz esto cada vez que responda de forma apropiada a una orden. Debes buscar que conecte el comportamiento que realizó con el premio.
Por supuesto, esto significa que al principio tendrás que llevar las golosinas contigo cada vez que le des órdenes a tu perro.
• Haz que las sesiones de entrenamiento sean cortas y divertidas. Procura que tu perro asocie cosas positivas con el obedecer a tus órdenes. También debes utilizar el tiempo de entrenamiento como una oportunidad para profundizar tu vínculo con tu mascota.
• Elimina las golosinas poco a poco. Úsalas solo de manera intermitente una vez que tu perro haya aprendido un nuevo comportamiento. Llegará el punto en el que no serán necesarias, pero siempre debes recompensar a tu perro con halagos verbales cada vez que obedezca una orden.
• Sigue usando el refuerzo positivo. Esto te ayudará a mantener los comportamientos que deseas. El entrenamiento basado en recompensas ayuda a crear una gama de comportamientos positivos en tu mascota, lo que genera sentimientos mutuos de confianza y seguridad.
Si tu perro muestra comportamientos negativos y no estás seguro de poder manejarlo por tí mismo, habla con tu veterinario, con un entrenador de perros o con un especialista en conducta veterinaria.