La mordedura de una mascota a su dueño, entre muchos otros problemas que surgen entre los humanos y los animales domésticos, es el resultado de una falta de comunicación (encontrarás mayor información al respecto más adelante). Asimismo, las mordeduras de gato pueden ser tan graves como las mordeduras de perro pese a no llamar tanto la atención. Los dientes felinos son afilados y pueden atravesar la piel humana con facilidad, lo que permite que las bacterias de la cavidad bucal del gato se transfieran al cuerpo humano.
Un estudio que se llevó a cabo en 2014 por la Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, encontró que el 30 % de los pacientes que presentaron mordeduras de gato necesitaron hospitalización. Los investigadores examinaron los expedientes de 193 personas que visitaron a un médico o una sala de emergencias debido a una mordedura de gato en la mano o la muñeca (zonas comunes de mordeduras que son propensas a infecciones) durante un período de dos años. Aproximadamente un tercio fue ingresado al hospital por infección u otros problemas relacionados con la mordedura de gato.
De los 193 pacientes, 36 fueron ingresados de inmediato en el hospital, 154 recibieron antibióticos y tres no recibieron tratamiento. A la mayoría a los que se les recetó antibióticos fueron tratados con éxito (86 %), pero 21 de ellos tuvieron que ser hospitalizados. La estancia en el hospital fue de poco más de tres días.
Doce de los 221 pacientes que fueron hospitalizados después y 26 de los que fueron hospitalizados de inmediato, se sometieron a procedimientos para eliminar la herida o extirpar el tejido infectado. Ocho de ellos necesitaron de más cirugías. Las personas con mordeduras sobre la muñeca o las articulaciones tenían una mayor probabilidad de ser hospitalizadas que las personas con mordeduras en los tejidos blandos.
Las complicaciones a largo plazo de las mordeduras infectadas incluyeron abscesos y pérdida de movilidad articular. Moraleja: si un gato te muerde, no esperes hasta tener sospechas de que hay un problema, consulta a un médico.
Cómo interpretar el comportamiento y el lenguaje corporal de tu gato
Si alguna vez has sido perjudicado por los afilados colmillos de tu propio gatito de manera inesperada, es probable que para él esto no haya surgido "de la nada". Los felinos suelen mostrar ciertos signos conductuales cuando se sienten incómodos o amenazados y es nuestra responsabilidad captarlos para responder de manera que su estrés disminuya antes de que sientan la necesidad de atacar con las garras o el hocico.
El comportamiento y el lenguaje corporal de tu amigo felino te permiten conocer su estado de ánimo y comodidad en todo momento; además, tu capacidad para "leer" a tu gato y responder de la forma correcta puede prevenir las mordeduras y los sentimientos negativos en general por parte de tu mascota.
La mayoría de los gatos muerden a sus dueños solo después de haberles dicho "por favor, detente" a través de múltiples señales. Desde el punto de vista de tu gatito, él te ha dicho muchas veces que le estás haciendo algo que lo estresa o lo aterra y, como parece que no le haces caso, no le dejas más remedio que atacarte.
Cuando aprendas a identificar las siguientes señales de comportamiento, tendrás las herramientas suficientes para frenar los acontecimientos que pueden ocasionar que tu gato te muerda:
Parte del cuerpo |
Apariencia |
Significado |
Cola |
- Posición vertical, tensa y con el pelaje erizado
- La mantiene baja o la mete entre las patas
- La sacude de un lado a otro
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- Se encuentra enojado o asustado
- Se siente inseguro, ansioso y temeroso
- No está feliz y es potencialmente agresivo
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Orejas |
- Erguidas hacia los lados
- Las aplana hacia atrás o hacia los lados
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- Se encuentra irritable, estresado y es potencialmente agresivo
- Se siente temeroso, asustado, irritable y estresado
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Ojos |
- Pupilas dilatadas
- Pupilas levemente dilatadas
- Pupilas bien dilatadas
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- Está contento o a la defensiva con posibilidad de agresión
- Se siente nervioso o sumiso
- Se muestra agresivo y a la defensiva, o bien está excitado y se siente juguetón
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Lomo |
- Arqueado con el pelaje erizado
- Se acuesta boca arriba, gruñe y se muestra molesto
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- Se siente temeroso, agresivo y a la defensiva
- Está a punto de arañarte o morderte
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Los bufidos y gruñidos también indican que un gato se siente perturbado. Todas estas señales son un indicio de que debes dar un paso atrás. Observar, escuchar y responder de manera apropiada es nuestra responsabilidad.
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Cómo mejorar el vínculo con tu gato
Es posible que los dueños de gatos pasen por alto algunas de las pistas de lenguaje corporal que se mencionaron arriba debido a que son muy sutiles; sin embargo, si tu gato se aleja de ti, es evidente que su estado de ánimo no es el mejor. Por desgracia, muchas personas ignoran incluso esa señal de alerta y no desisten de la interacción, por lo que su gatito se queda con pocas opciones.
Los gatos necesitan sentir que tienen el control de su entorno y muchos dueños bien intencionados no se dan cuenta de cuánto estrés pueden causarles. A continuación, encontrarás 5 cosas que debes tomar en cuenta para respetar los instintos naturales de tu mascota, fortalecer el vínculo que comparten y prevenir los problemas de comunicación que pueden resultar en mordeduras.
1. Evita forzar la interacción. No saques a tu gato de su escondite ni lo sujetes contra su voluntad (a menos de que haya alguna emergencia y necesites moverlo). Anímalo a que se acerque a ti, pero déjalo que él marque sus términos. Tener interacciones positivas y amables fomenta la confianza. Si notas que se va a esconder o a tomar una siesta, no lo persigas. Tener tiempo para sí mismo cuando lo desee lo ayudará a sentirse seguro y protegido.
2. No lo castigues. Si maltratas a tu gato cuando se comporta de una manera indeseable, lo único que harás será enseñarle a temerte. Gritarle lo asustará, pero tal vez solo por el momento (y corres el riesgo de hacerle pensar que estás en peligro).
En cambio, cuando tu gato se comporte de manera indeseable, debes distraerlo con un juguete o alguna actividad para enseñarle cómo deseas que se comporte y luego recompensarlo de forma generosa por lograrlo. Además, debes asegurarte de que tenga acceso a muchas superficies agradables para trepar y rascar por toda la casa, así como mantener los artículos peligrosos fuera de su alcance.
3. Evita fomentar la agresión mientras juega. La agresión relacionada con el juego es un comportamiento típico en gatitos, sobre todo en los gatos jóvenes. Esconderse debajo de los muebles y saltar para atacarte el pie o el tobillo, saltar sobre tus piernas debajo de las mantas e incluso luchar y morderte la mano son cosas normales para un gato joven. Por lo general, tu gatito escaparía de ese tipo de agresiones al jugar con sus compañeros de camada, en el momento en que se diera cuenta de que su comportamiento ha ido demasiado lejos.
Si un gatito actúa muy rudo con sus compañeros de camada, le morderán o dejarán de jugar, para enseñarle que hay límites. La agresión en el juego con rasguños y mordiscos desinhibidos se observa en cachorros y gatos jóvenes que fueron destetados a temprana edad, gatitos con poca actividad y sin socialización.
Puedes ayudar a evitar el juego agresivo en tu gatito al asumir el papel de sus compañeros de camada; cuando esté a punto de abalanzarse sobre ti, di en voz alta "ay" y deja de jugar durante unos minutos. Si eres consistente, tu gatito aprenderá cuáles son los límites del juego.
4. No mantengas contacto visual. Muchos gatitos se sienten muy incómodos con el contacto visual de sus humanos. Esto se debe a que la mayoría de los animales ven el contacto visual prolongado como un acto de agresión y mirar a tu gato así puede hacer que se sienta ansioso y temeroso.
Una mejor forma de mirar a tu gato es cerrar los ojos durante unos segundos, luego abrirlos y mirar hacia otro lado, o simplemente mirar hacia otro lado una vez que el gatito encuentre tu mirada. Esto le demostrará que no eres una amenaza.
5. Evita hacer uso de la restricción física. No abraces a tu gato para besarlo o abrazarlo. Los gatos son depredadores naturales, pero a la vez pueden ser presas. Lo primero que hace un depredador al atrapar a un animal de presa es inmovilizarlo, por esta razón los gatos sienten la necesidad de moverse libremente y escapar. Asimismo, esa es la razón por la que tal vez se estresa cuando lo abrazas, a pesar de que es una muestra de tu cariño.
No agarres su cabeza. Es natural que los humanos se acerquen a los gatos de frente; sin embargo, ese no es un comportamiento natural en los gatos, por lo que la respuesta de la mayoría de los gatitos es evitar ser atrapados. Por desgracia, tan pronto como un gato retrocede, muchas personas desean tanto tener una interacción que agarran su cabeza y alborotan su pelaje. ¡Ahora, imagina cómo te sentirías si alguien te hiciera eso!
A los gatos no les agrada tener contacto frontal o que les agarren la cabeza. Se sienten mucho más cómodos con caricias suaves a lo largo de la cabeza o cuello hasta la cola, o con un leve rascado alrededor de las orejas o barbilla.