Por lo general, cuando encontramos las palabras "TEPT" y "perros" en la misma oración, es en referencia a perros de terapia que se entrenaron para ayudar a los humanos con el trastorno de estrés postraumático. Pero durante los últimos 10 años, más o menos, descubrimos que los compañeros caninos también pueden sufrir de TEPT. De hecho, casi del 5 % al 17 % de perros padece este problema, según la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biológicas (CVMBS, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Texas A&M.
Causas y síntomas del TEPT canino
Debido a que los miembros peludos de la familia pueden desarrollar afecciones psicológicas al igual que nosotros, es beneficioso para todos los padres de mascotas reconocer el TEPT canino, sus posibles causas y síntomas, y cómo tratar la afección para preservar la salud y la calidad de vida de su perro.
Aunque muchas personas todavía piensan que el TEPT está relacionado solo con los veterano de guerra o personal policial o militar activo, el hecho es que cualquiera de los traumas de la vida puede conducir a un TEPT tanto en humanos como en animales.
Las posibles causas del TEPT canino incluyen:
Trabajo militar o policial |
Abuso severo |
Ser una carnada o un perro de pelea |
Vivir como un callejero después de ser abandonado |
Ser criado en una fábrica de cachorros |
Sufrir un ataque por otros perros u otros animales |
Trauma después de un desastre (inundación, incendio, terremoto, tornado, explosión) |
Accidentes automovilísticos |
Experiencias en una unidad veterinaria de cuidados intensivos (estar bajo ventilación mecánica, someterse a cirugía y estar consciente o semiconsciente) |
Los síntomas del TEPT canino son similares a los de los humanos e incluyen:
Ansiedad crónica |
Trastornos del sueño |
Hipervigilancia |
Miedo a estar solo |
Evitar a determinadas personas, lugares o situaciones |
Menor interés en una actividad favorita |
Agresividad |
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De acuerdo con la Dra. Lori Teller, profesora asociada de la CVMBS, los signos de estrés postraumático no siempre son evidentes durante el proceso de adopción, ya que algunos perros ocultan sus síntomas como mecanismo de supervivencia. Los síntomas comienzan a aparecer una vez que se aclimatan a su nuevo hogar, dependiendo de la causa(s) de cada perro.
Un perro de familia desarrolló TEPT por un balazo de un policía
De acuerdo con un relato de un incidente en el sitio web Veterinary Practice News, un perro (una mascota de la familia, no un K9) decidió seguir a un oficial de policía en busca de un sospechoso. El interés del perro se despertó por la emoción de la persecución a pie. Por desgracia, el oficial malinterpretó su emoción como una agresión y le disparó al animal, ya que pensó que estaba a punto de atacarlo.
El perro cayó al suelo, sangró por las heridas y estuvo a punto de morir. Su dueño lo recogió y lo llevó a un hospital de animales cercano, donde el personal veterinario pudo salvarlo.
El perro se recuperó poco a poco de sus heridas, pero su comportamiento cambió para siempre. Por lo general el perro era sensible pero confiado, y se convirtió en un perro muy ansioso e hipervigilante. Nunca dejaba de ver a su dueño y tenía que estar cerca de él todo el tiempo.
El perro también desarrolló un miedo extremo a las patrullas, las luces intermitentes y las personas de raza negra (el oficial de policía que le disparó era negro). Tenía pesadillas y desarrolló una ansiedad de separación nocturna tan pronunciada que el dueño y su hijo tuvieron que turnarse para quedarse despiertos con el perro para que el otro pudiera dormir.
Aunque no había forma de determinar qué sucedía dentro del pobre perro, su comportamiento cumplía con los criterios principales para el TEPT humano, incluyendo la ansiedad que dura más de tres meses, hipervigilancia, evitar los estímulos relacionados con el trauma, dificultad para dormir y las pesadillas.
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Perros abandonados en Fukushima
Un estudio publicado hace poco tiempo en la revista Scientific Reports documenta la condición de los perros abandonados de forma involuntaria después del terremotoy un importante incidente nuclear en marzo de 2011 en Fukushima, Japón.
Muchos de los perros deambularon por las calles o estuvieron encadenados y solos durante mucho tiempo. Otros vivieron en un estado salvaje en la zona de exclusión cerca del reactor nuclear. Estos animales soportaron un cambio completo en sus condiciones de vida y además la separación de sus familias humanas.
Los investigadores compararon el comportamiento y los niveles de cortisol urinario de los perros de Fukushima y los perros abandonados, pero no en condiciones de desastre.
Los autores del estudio concluyeron que sus resultados “sugieren la posibilidad de que el estrés pueda provocar impactos psicosomáticos profundos y excesivos con manifestaciones conductuales implícitas, como déficits en el apego y capacidad de aprendizaje. El cuidado a largo plazo y la preocupación por el impacto psicológico de los desastres parecen necesarios en humanos y animales de compañía”.
Perros de trabajo militar
El Dr. Nicholas Dodman, exdirector de la clínica de comportamiento animal de la Facultad de Medicina Veterinaria Cummings de la Universidad Tufts, describe a Gina, una perra de guerra que regresó de Irak como “solo una sombra de lo que era antes”, en su columna para el Psychology Today.
“Ella presentaba ansiedad de forma constante, buscaba problemas y no cumplía con su deber de ingresar a las casas para expulsar a los 'insurgentes' en las sesiones de entrenamiento”, escribe Dodman. “En ese momento, su cuidador y el veterinario del ejército sugirieron que tenía TEPT”.
El Ejército reconoce el TEPT-C (C = canino, para distinguir del TEPT humano) como un trastorno confinado a perros de trabajo militares presentes en una situación de guerra, expuestos a uno o más eventos traumáticos notables y que demuestran síntomas, incluyendo la incapacidad para realizar las tareas para las que fueron entrenados.
“De manera interesante”, Dodman escribe, “no todos los perros que atraviesan eventos traumáticos desarrollan TEPT. La incidencia fue de alrededor del 5 % al 10 %. Aquellos que desarrollan TEPT parecen estar genéticamente programados para responder de esa manera. Lo mismo ocurre con los soldados.
Se han sugerido muchos genes e influencias epigenéticas como susceptibilidad subyacente al TEPT. La mayoría influye de alguna manera en el eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal. En realidad, las catecolaminas están involucradas en la impresión de poderosos recuerdos negativos como lo señalan los estudios que demuestran que el pretratamiento e incluso el postratamiento inmediato de los animales previene el desarrollo de signos similares al TEPT”.
Tratamiento y manejo del TEPT canino
De acuerdo con la Dra. Janice Huntingford, veterinaria integradora, el tratamiento para el TEPT canino puede ser un desafío y depende del reentrenamiento para convencer a estos perros de que "el mundo no es un lugar malo". Recomienda lo siguiente:
Proporciónale a tu perro un lugar seguro y propio, ya sea una habitación o una jaula. Este lugar debe ser tranquilo y estar alejado de todo. Debe contener sus juguetes favoritos, un plato de comida y una pieza de tu ropa, para que se dé cuenta de que no está solo. Los juguetes para masticar también pueden ser beneficiosos. |
Mantén una rutina confiable, ya que la rutina es importante para todos los perros, y sobre todo para estos perros. Ellos necesitan comprender que el mundo es un lugar ordenado. Los perros con TEPT necesitan recibir alimentos y salir a pasear a la misma hora diariamente. Introduce cosas nuevas poco a poco para que tengan la oportunidad de acostumbrarse a ellas. Este proceso requiere mucho amor y paciencia. |
El ejercicio y el juego también son muy importantes. Si a los perros con TEPT se les da la oportunidad de correr y perseguir a otros perros, jugar con las personas, recuperar, nadar, hacer trabajo de nariz o realizar un curso de agilidad, se recuperarán mucho más rápido.
Si el perro puede volver a aprender a divertirse, el tratamiento es mucho más exitoso. Es importante encontrar actividades que le gusten a tu perro y que involucren su cerebro de una manera poco estresante. También se recomiendan el trabajo de olfateo diario y los juguetes interactivos que liberan golosinas. |
Junto con el reentrenamiento, muchos enfoques y tratamientos naturales pueden ayudar. Comienza con una alimentación de alta calidad (fresca, nutricionalmente óptima y específica de la especie) que contenga todas las vitaminas y minerales que los caninos necesitan. La alimentación se debe complementar con ácidos grasos omega-3, ya que estos nutrientes estimulan de forma natural las hormonas para "sentirse bien" y que combaten la depresión. |
Las hierbas y los nutracéuticos que también pueden beneficiar a los perros con TEPT incluyen: L-teanina, ashwagandha, rodiola, bacopa y melatonina. Las hierbas chinas también se han utilizado para tratar la ansiedad y los trastornos agresivos en los perros. La combinación de hierbas y acupuntura es un tratamiento eficaz para disminuir la ansiedad. |
Los collares o infusores de feromonas para perros han demostrado ser efectivos para tratar los problemas de ansiedad, mientras que las esencias florales y la zoofarmacognosia aplicada se pueden utilizar junto con el toque terapéutico y otras modalidades. |
Los veterinarios deben saber que la ventilación mecánica se relaciona con el TEPT, al igual que someterse a una cirugía en un estado consciente o semiconsciente. Se debe tratar con mucho cuidado a estos pacientes al igual que el uso de medicamentos apropiados para limitar la cantidad de trauma psicológico que sufren mientras se someten a procedimientos veterinarios.
Con el tratamiento apropiado, algunos perros parecen volver a la normalidad. Sin embargo, para otros el problema se deberá tratar por el resto de sus vidas. De acuerdo con Dodman, el TEPT canino puede durar años y nunca se cura. “Se trata más del tratamiento”, dice. “Los perros nunca olvidan”.
Si tienes un perro que tiene o podría sufrir síntomas similares a los del TEPT, te recomiendo que consultes con un conductista veterinario con experiencia para el tratamiento adecuado de mascotas y un veterinario integrador que puede sugerir terapias naturales para trabajar junto con la terapia conductual.