Si has convivido con muchos perros, sabes que la comunicación canina normal, como gruñir, ladrar y morder, puede ocurrir tanto durante el juego como durante los episodios de agresividad. Esto puede representar un desafío para nosotros los humanos, ya que el comportamiento agresivo puede empeorar con el resultado de que un perro representa una amenaza tanto para las personas como para otros animales.
Por suerte, los resultados de un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Helsinki demostraron información muy necesaria sobre el tema y sugieren que existen varios factores que se relacionan con la agresión en los perros, que incluyen:
- Temor
- Edad
- Raza
- La compañía de otros perros
- La experiencia previa del propietario con perros
Como explicó en un comunicado de prensa Salla Mikkola, autora principal del estudio e investigadora doctoral de la Universidad de Helsinki:
"Es importante comprender los factores que fomentan el comportamiento agresivo. ¿En qué tipo de circunstancias ocurre el comportamiento agresivo y cuál es el motivo del perro por tal comportamiento?
En los perros normales de familia, el comportamiento agresivo a menudo es indeseado, mientras que algunos perros con deberes oficiales se espera que tengan capacidad de agresividad. Al mismo tiempo, la agresividad puede deberse a problemas de bienestar, como dolor crónico".
Los perros con miedo son mucho más propensos a comportarse de forma agresiva
Los investigadores, miembros de un grupo de investigación activo de genes caninos en la universidad, se propusieron investigar las relaciones entre el comportamiento agresivo y varios factores de riesgo potenciales. Utilizaron un conjunto de datos de más de 9000 perros, extraídos de un conjunto de datos de encuestas de comportamiento aún más grande de casi 14 000 perros.
El equipo de investigación analizó el comportamiento tanto hacia los dueños como hacia las personas desconocidas, y clasificó a los perros como agresivos si gruñían con frecuencia o habían intentado morder o atacar a un humano al menos en algún momento en cualquiera de escenarios descritos en la encuesta. Entre sus descubrimientos:
"Los perros con miedo tenían una fuerte relación con el comportamiento agresivo; además, tenían muchas veces más probabilidades de comportarse de forma agresiva. Es más, en comparación con los perros más jóvenes, los perros mayores tenían más probabilidades de comportarse de forma agresiva. Una de las posibles razones detrás de esto puede ser el dolor causado por una enfermedad.
El deterioro de los sentidos puede contribuir a que sea más difícil notar que las personas se acercan, y las respuestas de los perros a esas situaciones repentinas pueden ser agresivas", dijo Mikkola.
Esta información refuerza lo que ya sabemos: las experiencias tempranas de la vida de un animal y las exposiciones (tanto buenas como malas) desde las 4 a las 24 semanas de edad, tienen una gran relación con en el comportamiento posterior, al igual que el dolor.
Los perros pequeños, machos, únicos y los primeros también son los más agresivos
Los investigadores también descubrieron que los perros pequeños tienen más probabilidades de mostrar agresividad que las razas medianas y grandes. Sin embargo, debido a su tamaño, su agresividad se considera una amenaza menor y, por lo tanto, casi todas las personas la ignoran.
Otro hallazgo también se alinea con hallazgos anteriores, los perros machos son más agresivos que las hembras y la esterilización no tiene ningún efecto en el comportamiento agresivo.
Otros factores de riesgo de agresión son el síndrome del primer perro (perros de padres primerizos) y los perros que viven en hogares con un solo perro. Sin embargo, de acuerdo con Mikkola, aún se desconoce la razón de este aumento en el comportamiento agresivo solo en perros:
"En el caso de perros propensos a comportamientos agresivos en primer lugar, es posible que los dueños no deseen correr el riesgo de tener conflictos con otro perro".
Estos resultados también plantean la pregunta: ¿qué tan preparados estaban los propietarios primerizos para satisfacer de manera adecuada y completa las necesidades de socialización de los nuevos miembros de su familia?
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Comportamiento agresivo relacionado con la raza
Los investigadores también observaron diferencias en el comportamiento agresivo entre razas, lo que podría indicar que la genética desempeña un papel muy importante. De acuerdo con el profesor Hannes Lohi, coautor del estudio:
"En nuestro conjunto de datos, el collie de pelo largo, poodle (toy, miniatura y mediano) y el schnauzer miniatura eran las razas más agresivas. Estudios anteriores demostraron temor en los collies de pelo largo, mientras que se descubrió que las otras dos razas expresan un comportamiento agresivo hacia personas desconocidas.
Como era de esperar, las razas populares de Labrador Retriever y Golden Retriever estaban en el otro extremo. Las personas que consideran tener un perro deben familiarizarse con los antecedentes y las necesidades de la raza. En cuanto a los criadores, también deben prestar atención al carácter de las candidatas a madre, ya que tanto el miedo como el comportamiento agresivo se heredan".
Muchas personas se enamoran del aspecto del perro o de la raza, sin investigar nada sobre la raza o las razas, o sin conocer los antecedentes de la procedencia del perro. Es nuestra responsabilidad investigar todo sobre la raza que nos interesa antes de adoptarla.
Esta hormona también podría ser un factor de riesgo de agresividad
En 2017, un grupo de biólogos universitarios investigó el papel de dos hormonas específicas en la agresividad de los perros y publicó sus hallazgos en la revista Frontiers in Psychology.
"Si hay formas de intervenir y afectar los procesos biológicos que producen agresividad, eso podría tener un gran beneficio tanto para las personas como para los perros", explicó Evan MacLean, autor principal del estudio y profesor asistente de antropología y director del Centro de Cognición Canina de Arizona en la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona.
Los estudios anteriores de agresividad en perros y otros animales evaluaron el papel de la testosterona y la serotonina. MacLean y sus colaboradores decidieron evaluar la oxitocina y la vasopresina porque a menudo se les considera las hormonas "yin y yang" y podrían desempeñar un papel muy importante en el comportamiento social.
La oxitocina, apodada la "hormona del amor", incrementa en los seres humanos cuando son físicamente afectuosos con un ser querido. La vasopresina, aunque está relacionada con la oxitocina, se vincula con la agresión en los seres humanos. De hecho, los estudios demuestran altos niveles de vasopresina en personas con problemas de agresividad grave.
Un estudio demuestra una relación entre la vasopresina y la agresión
Para su estudio, los investigadores reclutaron perros de familia agresivos con correa de ambos sexos y de diferentes edades y razas. Emparejaron a cada uno de esos perros con un perro no agresivo del mismo sexo, edad y raza (el grupo de control).
Cada dueño sujetó su perro del estudio con una correa mientras que una persona al otro lado de la habitación y detrás de una cortina reproducía una grabación de un perro ladrando. Luego se corrió la cortina y apareció un modelo de perro de tamaño natural con un humano. El mismo escenario se repitió con ruidos cotidianos junto con tres objetos comunes: una caja de cartón, una bolsa de basura y una pelota de yoga.
Las respuestas de los perros y los niveles hormonales se analizaron tanto antes como después de cada presentación. Ninguno de los perros demostró agresividad hacia la caja, bolsa ni pelota. Sin embargo, muchos de los perros agresivos con correa tuvieron respuestas agresivas (gruñidos, ladridos y arremetidas) al modelo de perro de tamaño natural, y esos mismos perros tenían niveles más altos de vasopresina en sus sistemas.
Los niveles de oxitocina se mantuvieron casi iguales en los dos grupos de perros, por lo que los investigadores compararon sus niveles con los niveles de oxitocina en un grupo de perros de asistencia que fueron criados para tener temperamentos no agresivos. Los perros de asistencia tenían niveles más altos de oxitocina que los perros del estudio y también proporciones más altas de oxitocina a vasopresina.
"Ver altos niveles de oxitocina en los perros de asistencia es consistente con su fenotipo de comportamiento: que son perros demasiado amigables que no son agresivos con las personas ni otros perros", dijo MacLean.
Los resultados de este estudio sugieren una relación entre la vasopresina y la agresión; además, dichos resultados sugieren que la oxitocina desempeña un papel para impedir la agresividad en los perros.
Las experiencias de la vida podrían desempeñar un papel en los niveles elevados de vasopresina
MacLean cree que las experiencias de vida podrían influir en el incremento del nivel de vasopresina de un perro. "Existe mucho trabajo que demuestra que las experiencias en su vida pueden cambiar la forma en que funcionan las hormonas", dijo MacLean.
"Para muchos perros que tienen problemas de agresividad, los dueños reportan que la aparición de los síntomas agresivos ocurrió después de algún tipo de experiencia traumática. A menudo, el perro fue atacado por otro perro y se encuentra en un estado hipervigilante después de ese evento, casi como una reacción postraumática".
La buena noticia es que es posible influir en el comportamiento de tu perro al interactuar de forma constante con él de una manera amistosa y no amenazante, construir la relación sobre una base de confianza y comprometerte a hacer de esa relación lo más importante a preservar.
Los estudios demuestran que este tipo de interacciones amorosas entre perros y humanos en realidad aumentan la liberación de oxitocina y reducen los niveles de vasopresina. Una ventaja adicional es que tus niveles hormonales también responden de forma positiva:
"Estos son efectos bidireccionales", dice MacLean. "Cuando acariciamos a un perro, el perro tiene esta respuesta hormonal, pero nosotros también lo tenemos".