¿Ignoras esta causa fundamental de la enfermedad?

Salud intestinal de las mascotas

Historia en Breve

  • La salud gastrointestinal de perros y gatos (y humanos) depende de un equilibrio saludable de bacterias intestinales, ya que un desequilibrio puede provocar disbiosis (síndrome del intestino permeable), que, a su vez, puede provocar otros problemas digestivos y de otro tipo
  • La causa principal del intestino permeable en las mascotas es el uso excesivo de antibióticos; otros contribuyentes incluyen administrar esteroides, medicamentos antiinflamatorios, pesticidas orales para pulgas y garrapatas, productos finales de glicación avanzada que se encuentran en alimentos para mascotas procesados con tratamiento térmico, vacunas en exceso e infecciones parasitarias
  • Los síntomas más comunes de mascotas con intestino permeable son gases, inflamación y diarrea; aunque existen otros síntomas y afecciones que no se relacionan con el tubo digestivo que también pueden se pueden causar o agravar por la disbiosis
  • Para curar el intestino permeable de tu mascota es necesario eliminar las principales causas y desarrollar un protocolo individual con base en cambios de su microbioma

Gracias a un cuerpo de investigación de rápido crecimiento sobre enfermedades gastrointestinales (GI) en animales de compañía, ya no hay duda de que la salud digestiva depende de un microbioma intestinal equilibrado. Tampoco existe duda de que la salud intestinal es esencial para gozar de una buena salud.

La microbiota (microorganismos vivos) en el tracto digestivo de tu mascota está compuesta por bacterias, hongos, virus y protozoos, un estimado de 100 billones de células microbianas que tienen una enorme influencia en la salud de tu perro o gato.

El equilibrio adecuado de la microbiota intestinal es necesario para regular el sistema inmunológico, defenderse de los patógenos oportunistas y brindar beneficios nutricionales. Cuando existe un desequilibrio, lo que significa que hay un suministro inadecuado de bacterias buenas, además de un crecimiento excesivo de bacterias malas y, a veces, levadura, puede provocar disbiosis (síndrome del intestino permeable) junto con otros problemas gastrointestinales y enfermedades, a menudo aparentemente no relacionadas.

Conceptos básicos del proceso de digestión y cómo se daña buen intestino

El proceso digestivo comienza en la boca de tu mascota mientras mastica su comida. Cuando la comida llega a su estómago, se mezcla con ácido clorhídrico y los jugos gástricos. Esta mezcla ingresa al intestino delgado donde el páncreas secreta enzimas y la vesícula biliar bilis para ayudar aún más en el proceso de digestión.

El proceso químico digestivo continúa en el intestino delgado, donde se lleva a cabo la degradación bacteriana. Una vez que la comida se descompone lo suficiente, las membranas de la mucosa intestinal absorben los nutrientes más pequeños y simples, mientras que la comida restante se digiere y absorbe más o se mueve hacia el intestino grueso, donde se elimina en forma de heces.

Para que se lleve a cabo este complejo proceso, el entorno del microbioma de tu perro o gato debe estar sano y funcionar de manera correcta. Un tracto digestivo saludable está cubierto con bacterias buenas que lo protegen contra invasores extraños, partículas de alimentos sin digerir, toxinas y parásitos. Sin embargo, si el equilibrio bacteriano intestinal se desequilibra, el entorno del tracto gastrointestinal se vuelve inestable, lo que altera el proceso de digestión.

La mucosa intestinal se inflama y comienza a filtrar las sustancias más grandes de las partículas de alimentos y que se digirieron de manera parcial al torrente sanguíneo. Estas sustancias son antigénicas y alergénicas, lo que estimula al sistema inmunológico a producir anticuerpos contra ellas. Esto es lo que prepara el escenario para el síndrome del intestino permeable.

Activadores comunes de un intestino permeable

La causa más común de disbiosis en medicina veterinaria es el uso excesivo de antibióticos. Los antibióticos matan tanto las bacterias buenas como las malas, lo que altera el equilibrio saludable de microorganismos buenos y malos, además agota el suministro de bacterias beneficiosas que mantienen fuertes y resistentes, a las defensas gastrointestinales.

En la actualidad, a la mayoría de las mascotas se les administran antibióticos, por lo general desde que son pequeñas. Estos son medicamentos que se administran por vía tópica u oral y se recetan para tratar afecciones menores que a menudo pueden tratarse de manera efectiva y segura con sustancias naturales.

Uno de los tratamientos que más afectan el microbioma es un medicamento llamado metronidazol (Flagyl™), que es el medicamento más común para tratar la diarrea. Este medicamento causa más daño que beneficio, ya que se utiliza de forma incorrecta.

Para empeorar las cosas, los medicamentos adicionales como corticosteroides como la prednisona o los AINE (medicamentos antiinflamatorios no esteroides) se administran junto con antibióticos, y las investigaciones demuestran que estos productos farmacéuticos, junto con los productos para pulgas y garrapatas, también alteran el equilibrio intestinal.

Muchas de estas mismas mascotas también consumen alimentos comerciales ultraprocesados que contienen una larga lista de conservadores, aditivos y colorantes que afectan el microbioma intestinal. Consumir los subproductos que se crean durante el procesamiento a altas temperaturas de los alimentos para mascotas (productos de reacción de Maillard), incluyendo los productos finales de glicación avanzada, también contribuye a la disbiosis.

Las proteínas de la carne que se extraen y que provienen de restos de animales de granjas industriales a menudo contienen residuos de antibióticos y se han visto alterados por el procesamiento extremo al que se someten los alimentos para mascotas. Por lo general, se combinan con proteínas vegetales y granos llenos de pesticidas, que afectan aún más el microbioma intestinal.

La mezcla resultante es una mezcla de proteínas alteradas de forma química que a las mascotas se les dificulta digerir, procesar y asimilar, pero hacen un buen trabajo al crear una gran inflamación que comienza en el intestino.

Combinar una mala alimentación con factores de estrés ambiental, como la mala calidad del agua y la exposición excesiva a sustancias químicas y medicamentos, prepara el escenario para muchas de las enfermedades que observamos en las mascotas en la actualidad.

Los factores adicionales que contribuyen a un intestino permeable incluyen consumir productos químicos ambientales que provienen de juguetes tóxicos, ftalatos de recipientes de plástico para almacenar alimentos, aerosoles para habitaciones y productos de limpieza (recuerda, lo que sea que rocíes y utilices para limpiar tu hogar terminará dentro de tu mascota), infecciones parasitarias (incluyendo la giardia crónica sin diagnosticar), el uso excesivo de vacunas (que estimulan el tejido linfoide que se relaciona con intestino o el GALT) y el estrés.

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Síntomas de la disbiosis

Los síntomas clásicos que se relacionan con el tubo digestivo en las mascotas con intestino permeable son gases, inflamación y diarrea. Pero es importante comprender que la disbiosis también puede causar o agravar otros síntomas y afecciones, muchos de los cuales parecen no tener nada que ver con la digestión. Por ejemplo:

Hiperactividad

Ciertos tipos de cáncer (incluyendo el linfoma gastrointestinal)

Trastornos del sistema inmunológico o enfermedad autoinmune

Trastornos del hígado, vesícula biliar y páncreas

Alteración del comportamiento

Inflamación de la vejiga (cistitis)

Infecciones crónicas por levaduras

Alergias, problemas de la piel y del oído

Deficiencias nutricionales

Intolerancias alimentarias

Dificultades respiratorias, como el asma

Fluctuaciones de peso

Trastornos convulsivos

Mal aliento

Cómo obtener ayuda para tratar el intestino permeable de tu mascota

Debido a que las circunstancias, la historia y las respuestas físicas individuales a las causas del intestino permeable son únicas para cada animal, no se puede aplicar un método estereotipado para resolverlo. Cada caso de disbiosis es único, por lo que se debe diseñar un protocolo de tratamiento personalizado para cada paciente en función de sus condiciones, síntomas y los trastornos específicos del animal.

Es muy importante reconocer que tu perro o gato con disbiosis tienen un sistema inmunológico y digestivo muy frágil. Un cambio repentino en su alimentación o un protocolo de medicamentos o suplementos inadecuado podría empeorarlo en lugar de mejorarlo.

Para resolver la disbiosis es necesario identificar y abordar los desequilibrios microbianos en el intestino. La forma más sencilla de hacer esto es analizar el microbioma de tu mascota. Se recomienda realizar la prueba porque identifica de forma específica cómo se alteró el equilibrio microbiano. ¿Faltan microbios saludables? ¿Tiene muchas bacterias en algunas comunidades? ¿Tiene poca diversidad microbiana?

Cada una de estas afecciones se trata de manera muy diferente y por esa razón es muy importante analizar qué es lo que sucede con el microbioma de tu mascota y así lograr una mejora a largo plazo.

Muchos animales han tenido una barrera intestinal hiperpermeable el tiempo suficiente para que se desarrollen sensibilidades alimentarias, en cuyo caso las alergias e intolerancias alimentarias también se deben identificar e integrar una alimentación con ingredientes novedosos. Las pruebas funcionales del sistema gastrointestinal (GI) para identificar la malabsorción o la digestión inefectiva también se deben identificar, si se sospecha, y tratarse al mismo tiempo.

Dependiendo de la situación, los médicos de medicina funcional podrían abordar primero la alimentación o comenzar un protocolo para estabilizar el tracto gastrointestinal y después la alimentación. A veces, se instituyen al mismo tiempo con un protocolo de restauración intestinal y uno alimentario.

Las intervenciones alimentarias implican eliminar ingredientes alergénicos, alimentos ultraprocesados (y los productos finales de glicación avanzada inflamatorios que los acompañan), aditivos, colorantes, aromatizantes artificiales e ingredientes sintéticos. Los ingredientes orgánicos, de calidad humana, frescos y sin OGM son los mejores para estos pacientes con ciertas sensibilidades.

Reequilibrio del intestino disbiótico

El protocolo de tratamiento de tu mascota debe ser específico para sus síntomas y resultados de las pruebas. Existen muchos nutracéuticos gastrointestinales muy efectivos que tu veterinario puede utilizar para modular las comunidades microbianas, reparar el revestimiento intestinal y reducir la inflamación intestinal, así como algunas sugerencias alimenticias comunes que han demostrado resultados positivos, incluyendo agregar fibras prebióticas, alimentos fermentados y sin procesar (crudos).

Casi todos los protocolos de tratamiento de la disbiosis incluyen la adición de cepas específicas de probióticos, con base en los resultados del microbioma. Los probióticos colonizan el intestino con bacterias buenas y podrían prevenir el crecimiento excesivo de bacterias malas, lo que regenera el intestino y el revestimiento de las mucosas.

Por suerte, la comunidad veterinaria convencional cada vez adopta más el hecho de que los suplementos con bacterias beneficiosas en forma de probióticos pueden ayudar a las mascotas a recuperar y mantener la salud intestinal. De acuerdo con un informe de la revista veterinaria Clinician's Brief:

"Muchos estudios en la literatura veterinaria y humana demostraron que administrar bacterias probióticas puede ayudar a prevenir y tratar enfermedades".

Por ejemplo:

  • En dos estudios controlados con placebo, los probióticos disminuyeron los episodios de diarrea en perros con gastroenteritis aguda.
  • Los gatos de refugio que recibieron probióticos también disminuyeron la duración de la diarrea.
  • Los perros con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) moderada a severa que recibieron probióticos o los medicamentos prednisona (corticosteroide) y metronidazol (antibiótico). Aunque los perros tomaron probióticos alrededor de una semana más para que sus síntomas se resolvieran, ambos grupos tuvieron tasas de remisión similares.

Además, solo los perros que recibieron probióticos mostraron una mejor función de las células T reguladoras y una normalización de la disbiosis 30 días después del tratamiento.

Los veterinarios tradicionales (y los médicos) también comprenden que los probióticos son una forma excelente de prevenir los efectos secundarios gastrointestinales relacionados con los antibióticos (AAGS por sus siglas en inglés). De acuerdo con un estudio, los AAGS son un problema para el 5 % al 39 % de las personas y hasta el 70 % de los niños.

Consumir antibióticos durante 7 días puede alterar la microbioma fecal y aumentar la resistencia bacteriana durante al menos 4 años, y administrar probióticos se relaciona con una probabilidad casi tres veces menor de que las personas desarrollen AAGS. Y aunque no se conoce la incidencia de los AAGS en las mascotas, los estudios demuestran que la terapia con antibióticos sí "trastorna" el microbioma de perros y gatos de manera similar a su efecto en los humanos.

Los investigadores veterinarios creen que los efectos secundarios gastrointestinales que se relacionan con los antibióticos desempeñan una función importante en los perros y en especial en los gatos, ya que son mucho más propensos a mostrar menos apetito, rechazo a la comida y vómitos.

Existen muchos tipos diferentes de probióticos, cada uno con sus propios cualidades y beneficios. Algunos animales no pueden tolerar los probióticos a base de leche.

Mientras que otros no pueden tolerar los probióticos derivados de cultivos de levadura o del suelo o incluso ciertas cepas de organismos no lácteos, por lo que es importante acudir con un veterinario que comprenda todas las diferentes facetas de la disbiosis y pueda prescribir los suplementos probióticos y gastrointestinales correctos sobre los resultados del análisis del microbioma de tu mascota y otros diagnósticos intestinales.

Muchos veterinarios, incluyéndome, creen que los trasplantes de microbioma fecal (en forma de cápsulas que se administran por vía oral o un trasplante fecal rectal que realiza tu veterinario) son mejores que la terapia probiótica para muchos pacientes con enfermedad gastrointestinal crónica o recurrente, ya que proporcionan un espectro mucho más amplio de diferentes microbios que pueden tener una efecto sinérgico para la recuperación intestinal.

Si tu mascota está expuesta a medicamentos que alteran el microbioma, productos químicos o constituyentes de alimentos ultraprocesados reactivos, es necesario instituir un plan de reparación durante y después de la agresión intestinal para evitar el intestino permeable y la posibilidad de problemas gastrointestinales continuos.

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