La "distensión" en perros, es justo lo que imaginas (sobre todo si también has sufrido de este problema que es común en humanos), es cuando el estómago se expande a un tamaño muy por encima de lo normal debido a la presencia de gas, aire y en algunos casos, líquidos. En los humanos, la distensión abdominal (estómago inflamado) suele ser el resultado de comer en exceso.
Pero, en el caso de los perros, este problema puede evolucionar en un abrir y cerrar de ojos, a un trastorno mortal. Si tu perro tiene distensión abdominal, que también se conoce como dilatación gástrica, su estómago se expande por la presencia del gas y aire que se queda atrapado. Además, se trata de un problema que puede causar dolor porque presiona los vasos sanguíneos del abdomen.
En el peor de los casos, la situación progresa al síndrome de dilatación vólvulo gástrico (DVG, por sus siglas en inglés), aquí la inflamación en el estómago provoca que se tuerza, lo que obstruye el suministro de sangre al estómago y al bazo, y esto puede provocar daños graves en otros órganos internos.
"Imagina cuando un payaso hace la figura de un animal y para formar cada parte, tuerce el globo", escribió la Dra. Shea Cook.
"Cuando el estómago se expande, presiona los principales vasos sanguíneos que regresan la sangre al corazón, lo que detiene la circulación y hace que el perro entre en estado de shock. Para empeorar las cosas, es como si el tejido del estómago se estuviera muriendo porque se estira tanto que la sangre no puede circular. Este trastorno provoca un dolor tan intenso, que hace que el corazón se acelere a una frecuencia muy elevada, lo que causa insuficiencia cardíaca".
En perros, la dilatación gástrica con vólvulo es un trastorno mortal. Si no se actúa de inmediato, puede causar la muerte en cuestión de horas.
Síntomas de distensión y DVG
Muchos de los primeros signos de la DVG pueden pasar desapercibidos. Tu perro se ve ansioso. Se pone de pie y se estira, o mordisquea o cubre su abdomen. Jadea y babea. Si la distensión de tu perro es simple, eructar puede ayudar a aliviar la presión en su estómago. Pero, si la inflamación provoca un vólvulo, no podrá expulsar el gas y el aire porque tanto la entrada como la salida del estómago se encuentran bloqueadas. Algunas de las señales de que la inflamación estomacal de tu perro ya se convirtió en DVG incluyen:
- Distensión abdominal muy evidente, el estómago está lleno de aire
- Aunque lo intenta, no puede eructar, ni vomitar, ni tratar de vomitar
- Dolor abdominal que le impide moverse
- Sensación de ansiedad
Los perros con DVG se ven enfermos, tienen encías pálidas y respiran de forma irregular.
Factores de riesgo para la DVG
La dilatación vólvulo gástrico (DVG) es más común en perros de edad avanzada y de razas grandes y gigantes con tórax profundo. En parte, puede ser un rasgo hereditario, ya que muchos perros con DVG tienen antecedentes familiares de este trastorno. Aunque la genética podría influir, a cualquier perro se le puede inflamar el estómago. Las razas con mayor riesgo incluyen:
Gran danés |
Basset hound |
San bernardo |
Doberman |
Braco de weimar |
Bobtail |
Setters irlandés |
Braco alemán de pelo corto |
Setter escocés |
Terranova |
Caniche grande |
Pastor alemán |
En 2017, un equipo de investigadores del Reino Unido y Australia realizaron un estudio epidemiológico en el que analizaron los registros de más de 77 000 perros que llegaron a las clínicas veterinarias de emergencia del Reino Unido durante un período de 18 meses. De todos esos perros, 492 tenían DVG.
El estudio reveló que los perros de raza mixta eran mucho menos propensos a desarrollar inflamación que los perros de raza pura, y las razas con mayor riesgo eran el gran danés akita, dogo de burdeos, setter irlandés y braco de weimar. A diferencia de los perros de raza mixta, los perros de raza pura tenían una probabilidad 5 veces mayor de desarrollar DVG.
Además, mientras más peso corporal mayor era el riesgo de DVG, ya que a diferencia de los perros que pesaban menos de 10 kilos, los perros que pesaban más de 40 kilos tenían una probabilidad casi 150 mayor de desarrollar inflamación. Las probabilidades también incrementaban junto con la edad.
Otros estudios sugieren que es más probable que un perro coma rápido si utiliza tazones elevados. Al comer muy rápido, los perros también tragan aire, lo que parece incrementar el riesgo de DVG.
Otros hábitos alimentarios que se consideran factores de riesgo incluyen comer mucho, comer una sola comida al día, hacer ejercicio justo después de comer y beber mucha agua justo después de comer. Tener alguna experiencia estresante después de comer, así como un temperamento temeroso o agresivo, también influyen en el riesgo de desarrollar este trastorno.
Los perros que solo comen croquetas tienen mayor riesgo de DVG, al igual que los perros que se comen todo lo que se les pone enfrente.
Otros posibles factores de riesgo incluyen una mayor concentración de gastrina (la gastrina es una hormona que controla la liberación de ácido en el estómago); menor motilidad estomacal, retraso del vaciamiento gástrico (lo que significa que la comida permanece en el estómago más tiempo de lo normal) y extirpación del bazo.
En mi experiencia, no producir suficiente gastrina es un problema muy común en las mascotas que reciben dietas ultraprocesadas a base de carbohidratos porque provocan reflujo gastroesofágico (ERGE) y otros síntomas gastrointestinales. Al no producir suficiente ácido estomacal, la comida permanece demasiado tiempo en el estómago, lo que incrementa el riesgo de gases y distensión.
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Por qué la DVG es una situación de vida o muerte
La DVG puede convertirse en un problema sistémico grave en un abrir y cerrar de ojos porque la inflamación del estómago de tu perro ejerce presión sobre los vasos sanguíneos, lo que dificulta su capacidad para bombear sangre de forma correcta. La presión que ejerce sobre el diafragma dificulta la respiración, y cuando el estómago se tuerce, se obstruye casi por completo la circulación de sangre.
Se liberan toxinas en el torrente sanguíneo, lo que obstruye el flujo sanguíneo de regreso al corazón. Una vez que se desarrolla el vólvulo, puede tomar de 20 minutos a una hora para que tu perro entre en estado de shock.
Dado que es muy probable que no sepas si tu mascota tiene distensión simple o con vólvulo, debes acudir de inmediato a tu veterinario o clínica veterinaria de emergencia más cercana.
Si es posible, en el camino al veterinario dale belladona homeopática, Nux Vomica o Carbo Veg (según sus síntomas), esto ayudará a ralentizar la progresión del problema.
Sin atención veterinaria inmediata, tu perro sufrirá una perforación estomacal y peritonitis, una infección abdominal fatal. Por lo tanto, el factor más importante para salvar a estos perros es el tiempo de respuesta.
Te repito, si sospechas que tu perro tiene distensión o DVG, es extremadamente importante que busques ayuda de inmediato.
Diagnóstico y tratamiento de la DVG
La DVG se diagnostica con rayos X. Primero, estabilizarán a tu perro con líquidos por vía intravenosa (IV) y oxígeno, y luego, se intentará sacar el gas y el líquido que se encuentra acumulado en el estómago. Una vez que tu perro esté estabilizado, se someterá a anestesia y cirugía para volver a acomodar el estómago y fijarlo a la pared abdominal en un procedimiento que se llama gastropexia.
La gastropexia debe realizarse lo antes posible, porque los perros que no reciben la cirugía, tienen una tasa de recurrencia del 100 %. La tasa de recurrencia después de la gastropexia está por debajo del 5 % y, aunque el estómago aún puede dilatarse (inflamarse), es poco probable que se vuelva a torcer.
Según el estudio que te mencioné en la sección anterior, de los perros con DVG que llegaron vivos a la clínica, casi la mitad de sus dueños optaron por la cirugía para corregir el problema. De los perros que recibieron cirugía, el 79 % sobrevivió hasta el alta médica.
Durante la cirugía, se examina el estómago en busca de las áreas que se dañaron por la falta de circulación sanguínea, y se extirpan. A veces, el bazo también está torcido y debe volver a acomodarse. En ocasiones, si el bazo está muy dañado, es posible que se tenga que extirpar por completo.
Por lo general, se administran agentes antimicrobianos para combatir las bacterias que se filtran al torrente sanguíneo desde las partes dañadas del intestino. También puede haber alteraciones de pH y de electrolitos que deben corregirse. Además, si se producen irregularidades en la frecuencia cardíaca, deben controlarse con cuidado y es posible que también surjan problemas en los riñones que también deben controlarse.
Tu perro no podrá hacer ejercicio durante las primeras dos semanas después de la cirugía, debe llevar una dieta blanda en porciones pequeñas y recibir poca agua cada cierto periodo de tiempo. La acupuntura podría ayudar a controlar el dolor, así como a que el estómago y el intestino recuperen sus movimientos normales. La terapia con láser también podría ayudar a acelerar el tiempo de curación y reducir el dolor alrededor del sitio de incisión.
También recomendaría un suplemento de probióticos de alta calidad para repoblar el tracto digestivo con bacterias beneficiosas, así como suplementos nutricionales y hierbas apropiadas para fortalecer otros órganos como los riñones.
Cómo ayudar a prevenir la DVG
Si tu perro tiene alguno de los factores de riesgo para la DVG:
Dale una alimentación fresca, nutricionalmente equilibrada, a base de carne, sin granos, ni otros carbohidratos fermentables. |
En lugar de darle una sola comida, dale de dos a tres comidas en porciones más pequeñas, sobre todo si a tu perro le encanta devorarse todo lo que le pones (darle dos comidas con 6-8 horas de diferencia también proporcionará los beneficios del ayuno intermitente). |
Ayudale a comer más despacio al comprarle un tazón especial como el Brake-Fast o un tapete para lamer. |
Asegúrate que su comida no contenga compuestos tóxicos (como conservadores, colorantes, ingredientes transgénicos o ácido cítrico) y dale algún suplemento de enzimas digestivas para mejorar su digestión y asimilación de alimentos. |
Asegúrate que no haga ejercicio hasta una hora después de comer y no dejes que beba mucha agua durante ese tiempo. Jamás le restrinjas el agua antes de comer. |
Evita que tenga huesos o masticables recreativos, juguetes u otros objetos extraños que sean difíciles o imposibles de digerir o que permitan que entre el aire en su estómago. |
Minimiza el estrés de tu mascota. Asegúrate de que esté en buen estado físico (es importante que haga ejercicio, aunque no justo después de comer). La mayoría de los perros de razas grandes necesitan mucha actividad física diaria para mantener su tono muscular, el rango de movimiento, disminuir los niveles de cortisol (hormona del estrés) y acabar con el aburrimiento. |
También debes de reducir al mínimo las vacunas que le pones con el fin de controlar el estrés inmunológico y limitar la cantidad de sustancias químicas a las que se expone, ya sea por vía oral, tópica o en el medio ambiente. |
Algunos veterinarios recomiendan la gastropexia como medida de prevención en perros de alto riesgo que aún no han experimentado un episodio de distensión. Por lo general, este procedimiento se realiza al mismo tiempo que la esterilización, pero también se puede realizar antes o después, con una laparoscopia. Sin embargo, es importante buscar a un cirujano capacitado.
Como siempre, mi recomendación principal es tratar de prevenir la DVG con factores de estilo de vida, como una alimentación adecuada. Pero, si tienes un perro de una raza propensa a este trastorno que tiene un pariente cercano (padre, hermano, descendencia) que ha tenido DVG, creo que la gastropexia podría ser la mejor opción.